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Fronteras vigiladas y vacunas a menores, las medidas para frenar la tercera ola mientras se flexibilizan las actividades

El aeropuerto de Ezeiza, el principal punto de entrada de viajeros de la Argentina.

Sofía Crotti

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“Lo que estamos buscando no es evitar la tercera ola, porque es algo que va a ocurrir, como sucedió en otros países. Sino que estamos tratando de hacer que sea lo más pequeña posible y lo más tarde posible, para vacunar a la mayoría de la gente y que los casos sean leves”, aseguró el ministro de Salud de la Ciudad de Buenos Aires Fernán Quirós el martes pasado en una conferencia acerca de la situación sanitaria por el Covid-19. 

Las declaraciones del funcionario llegaron tres días después de que se publicaran en el Boletín Oficial nuevas medidas de flexibilización. Desde ese día se habilitó en todo el país la práctica de “deportes, eventos sociales, culturales, recreativos y religiosos en espacios cerrados”, como también “cines, teatros, clubes, locales gastronómicos, centros culturales, gimnasios, casinos y bingos, con un aforo del 70 por ciento”. Las reuniones sociales en domicilios particulares pasaron a ser de “hasta 10 personas si se hacen en espacios interiores, y de hasta 20 si se realizan al aire libre”. Las reuniones y actividades en espacios públicos de hasta 100 personas y se amplió el cupo semanal a 11.900 plazas para el ingreso al país de argentinos residentes y extranjeros no residentes. También se incrementó la cantidad de pasajeros permitidos en el transporte público. En colectivos podrán viajar hasta 20 personas de pie, en los trenes hasta cuatro personas paradas por metro cuadrado y en el subte se amplió la capacidad a 40 personas paradas por coche además de las sentadas.

Pero si la tercera ola es inevitable como aseguró Fernán Quirós, ¿por qué se toman cada vez más medidas de flexibilización?

Con más del 58% del país vacunado con la primera dosis y un 20% con las dos, la curva de contagios de coronavirus en Argentina fue bajando lentamente en las últimas semanas, pero los números siguen siendo altos. Si bien el Ministro de Salud de la Ciudad apuesta fuerte al esquema de vacunación, otros especialistas consideran que el control en las personas que ingresan al país es lo más importante para retrasar la transmisión comunitaria de la variante Delta y así dar tiempo a que más ciudadanos estén inoculados.

“El freno de la nueva ola está pura y exclusivamente dado por el control de las fronteras, no por la vacunación. Pero el impacto de la misma sí va a estar dado por la cantidad de vacunados. Ningún país del mundo pudo evitarlo. El virus va a estar”, aseguró Ricardo Teijeiro, infectólogo del Hospital Pirovano y expresidente de la Sociedad Argentina de Infectología, en diálogo con elDiarioAR.

Además, vaticinó el impacto que podría tener esta nueva ola de coronavirus en Argentina: “Es probable que tengamos una cantidad de contagios importantes porque tenemos un nivel de vacunación bajo todavía, pero con menos hospitalizaciones, eso es lo que vemos que está pasando en el mundo”.

Sobre las medidas tomadas por el Gobierno para ampliar el cupo de viajeros que ingresan al país, Teijeiro fue tajante sobre la importancia de los protocolos que deben cumplirse.

“No pasa por abrir o no el cupo. Si vos dejás entrar a la cantidad de personas que llegan, pero controlás que se aíslen y que a la semana se hisopen nuevamente no habría problema. El protocolo del ingreso es correcto, el problema es el cumplimiento”, explicó. Y reconoció: “La realidad es que en este momento estamos cayendo en la curva, todavía no tenemos una circulación tan alta de Delta, nos podemos permitir algunas libertades pero todo protocolizado. Si no se cumplen los protocolos estamos haciendo las cosas mal”.

Para el físico e investigador del CONICET y la Universidad de Buenos Aires Jorge Aliaga el gran problema ante la inminente llegada de la tercera ola es la falta de vacunación en los menores de 18 años. 

“Lo de Quirós parece una profecía autocumplida. Vos podés decir 'yo puedo tener un accidente de tránsito'. Perfecto, pero si te subís al auto y vas por Panamericana a 250 km/h y sí, es muy probable que tengas un accidente. Tenemos un grupo etario que todavía no está vacunado, que son los menores de 18, y los ponés en un contexto de distancia chica, donde la ventilación no te salva. Eso pasa cuando metés demasiada gente junta, en el aula o en cualquier lado. Después no te sorprendas de que tenés muchos contagios”, disparó el científico en una charla con elDiarioAR y ejemplificó: “En Europa terminaron contagiándose con la Delta los chicos que no estaban vacunados y terminaron enfermando a los mayores vacunados”. 

Según un informe de El Consorcio Proyecto PAIS, creado desde el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, la variante Delta fue reportada en al menos 135 países del mundo. En América del Sur, se detectó su ingreso en la mayoría de los países, pero solo en Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Paraguay y Perú se reportaron casos de transmisión local sin nexo epidemiológico con viajes internacionales. En Argentina, el epicentro de la variante se encuentra en Córdoba donde hay 36 personas contagiadas. Treinta de ellas fueron infectadas por un hombre que regresó del extranjero y no cumplió con el aislamiento correspondiente y el resto son casos particulares que también volvieron del exterior pero pudieron ser contenidos.

SC

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