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Boris Becker rabioso, Charly García en Nueva York

"El mundo vs. Boris Becker" es un documental en dos partes que lanzó Apple TV+

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Empecé a ver con mucho entusiasmo El mundo vs. Boris Becker, un documental en dos partes que lanzó por estos días Apple TV+ sobre el tenista alemán (¿otra vez –como acá, acá, ¡y acá!– fascinada con las vidas de las grandes estrellas del tenis mundial? Sí, otra vez). Y aunque no me interesaba detenerme mucho en los episodios puntuales que se relatan ahí –obviamente no faltan escándalos personales, juicios millonarios, estafas, entrenadores ultra villanos, rencillas con rivales– me había anotado algo sobre una especie de rabia solapada que se trasluce cuando hablan algunos deportistas de élite. No está en primer plano, a veces es un gesto, un río subterráneo, una ira contenida con esclusas.

Con eso en la cabeza, me quede con una escena del primero de los capítulos. Becker recorre el estadio de Wimbledon –ahí donde descolló con 17 años y volvió a ganar dos veces más– y pasa por un cartel que los tenistas se cruzan antes de ingresar a la pista central que dice lo siguiente: “If you can meet with Triumph and Disaster and treat those two impostors just the same” (“Si puedes encontrarte con el Triunfo y el Desastre y tratar a esos dos impostores de la misma manera”, en la traducción del catedrático español Manuel Fonseca). Son versos del escritor inglés Rudyard Kipling que pertenecen al poema If, escrito en 1895. Una especie de lección vital y paternalista, la enumeración de consejos para un hijo, una oda al estoicismo que es apenas un pedacito. Porque la pared se queda ahí, en el condicional, tal vez por falta de espacio o tal vez porque pretenda invitar a los jugadores a completarla como quieran en ese tiempo de preparación, pocos minutos antes de algún partido.

El poema sigue nombrando cosas, que, si se llevan adelante con firmeza, aseguran una recompensa. Cierra, un poco solemne, así: “Si puedes llenar el implacable minuto/con sesenta segundos de diligente labor/Tuya es la Tierra y todo lo que hay en ella/y —lo que es más—: ¡serás un Hombre, hijo mío!”.

En eso estaba, anotando, buscando, intentando escribir, en mi propia gatera mucho menos pomposa, más ñoña, íntima. Hasta que un río subterráneo (otro) me sacó un poco de la cancha. Primero un temblor, después el frío más pregnante y ahora sí, creo que es fiebre.

Así que ni triunfo ni desastre para mí esta vez, que esos impostores se las arreglen como puedan. Tampoco el premio, ni la épica, ni la Tierra, tal vez apenas unas horas de reposo horizontal.

De ustedes es esta nueva e incompleta edición de Mil lianas y todo lo que hay en ella.

1. La paciencia del agua sobre cada piedra, de Alejandra Kamiya. “Toda la oscuridad del mundo cabe en una habitación pequeña. Porque la oscuridad no deja intersticios como dudas. No distingue entre rincones o espacios abiertos, no hay para esa boca nada demasiado ínfimo ni demasiado grande. Es de lo que no tiene medida, como Dios o el miedo”, se lee en las primeras líneas de La paciencia del agua sobre cada piedra (Eterna Cadencia, 2023) el reciente libro de cuentos de la escritora argentina Alejandra Kamiya.

Como un avance, como una muestra pequeña de todo eso que vendrá después y no siempre es ostensible al primer vistazo, los cuentos de Alejandra Kamiya exploran distintos tipos de oscuridades. A veces con la pérdida y el duelo en primer plano, a veces con eso que apenas se puede mencionar intentando salir a la superficie, la escritora, una de las más interesantes y sutiles de la literatura argentina contemporánea, busca en las hendiduras, tal como ocurría en sus libros de cuentos anteriores, Los árboles caídos también son el bosque (2015) y El sol mueve la sombra de las cosas quietas (2019) publicados por Editorial Bajo la Luna.

Por estos días tuve el gusto de entrevistar a la autora. Si tienen ganas de conocer un poco más sobre la trastienda de su escritura y meterse en su universo que es bien particular, les dejo por acá la nota.

La paciencia del agua sobre cada piedra, de Alejandra Kamiya, salió por Eterna Cadencia Editora. En este enlace, una entrevista con la autora.

2. Documentales gratis y online. Cambio climático, violencias, soberanía alimentaria y urbanismo son algunos de los ejes que cruzan una interesantísima selección de documentales sobre derechos humanos, entre cortos y largos, que se pueden ver de manera gratuita desde la Argentina en la plataforma Lumiton. Durante todo abril se propone “un ciclo curado para un público con conciencia de futuro” con producciones provenientes, entre otros países, de Dinamarca, Brasil, Corea del Sur, Reino Unido y Francia e historias que reflejan problemáticas en Colombia, Myanmar, Camboya, entre otros.

Justamente sobre este último país, entre lo que pude chusmear en la programación me interesó especialmente el documental Last Night I Saw You Smiling, de Kavich Neang. El largometraje tiene como protagonista a una emblemática construcción camboyana: el Edificio Blanco de Phnom Penh, que desde 1963 fue testigo de numerosos acontecimientos, desde la Edad de Oro de Camboya, hasta el colapso posterior, una suerte de renacimiento cultural y un emprendimiento comercial que causó su desaparición. Neang, nacido en 1987, es uno de los cientos de desalojados del edificio que, en esas circunstancias extremas, decide tomar su cámara y mostrar todo lo que pasa.

Usina Lumiton es un museo emplazado en la localidad bonaerense de Munro y también “un espacio de reflexión, intercambio, formación, aprendizaje, imaginación y producción de nuevos hechos artísticos”. Entre otras cosas, ofrece distintos materiales para ver online y todas sus actividades son gratuitas.

Más información del ciclo de películas sobre derechos humanos para ver online y gratis durante todo abril, por acá.

3. Fortuna, de Hernán Díaz. ¿De qué está hecha la riqueza? ¿Y las historias que intentan contarla? ¿De qué está hecha la Historia en mayúsculas? ¿Y las voces que la componen? En esa tensión, en eso que parece esbozarse y a la vez siempre ofrece una capa más, se planta la colosal y última novela de Hernán Díaz. El libro, escrito en inglés porque su autor nació en Argentina pero está radicado en los Estados Unidos hace más de dos décadas, salió en 2022, se llamó Trust (Riverhead Books, 2022) y se convirtió en una de las publicaciones más elogiadas por medios de todo el mundo. Ahora, traducido como Fortuna (Anagrama, 2023), llega al público hispanoparlante.

Entre lo más interesante de una narración tan magistralmente armonizada y llena de pliegues, está la forma que el autor encontró para narrar la historia. Es que Fortuna en realidad no es una novela única sino que la integran cuatro libros. El universo que aparece en ellos, tejido a partir de descripciones filosas y al mismo tiempo con un pulso atrapante, es el de los años ‘20 y los ‘30. Nueva York y en especial Wall Street: esas veredas del dinero fresco, de los personajes que se hacen millonarios en segundos, de la especulación, del lujo, de las reuniones sociales, de la envidia de los ricos de otras épocas.

Si quieren saber un poco más del autor y de su publicación, por acá armé unos apuntes que reúnen algo de información que el propio escritor brindó con lo que se comentó del libro en distintos medios internacionales. Algo más, por si quieren agendar: Hernán Díaz es uno de los escritores invitados a la próxima edición de la Feria del Libro. Va a presentar su novela junto a Graciela Speranza el 28 de abril a las 19 en la sala Alejandra Pizarnik y también participará de una conversación con Malena Rey el 24 de abril, a las 19, en la biblioteca del Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (Malba).

Fortuna, de Hernán Díaz, salió por Anagrama. Más sobre el libro y el autor, por acá.

Banda sonora. Lo adelantamos la semana pasada: por estos días en Buenos Aires tiene lugar el BAFICI y, como sucede cada año, hay varias secciones y ciclos del festival con la música como protagonista. En Artes y Oficios se presenta un documental que llamó mi atención de entrada por los personajes y la época que retrata. Se llama Scab Vendor, la dirigen Mariana Thome y Lucas Barros y tiene como protagonista a Jonathan Shaw, un hombre que revolucionó el mundo de los tatuajes en los ‘80 en Nueva York y se convirtió en una especie de leyenda de ese tipo de arte. Hijo de dos mitos de Hollywood y con una vida turbulenta, por sus manos pasaron varios músicos, como los integrantes de The Cure, The Velvet Underground, The Pogues, The Ramones y Sepultura. Pero también criminales, modelos, policías y artistas diversos como Johnny Depp, Iggy Pop y Jim Jarmusch (sobre estos dos últimos, ya que estamos, por estos días Mubi subió a su plataforma la incandescente Coffee and Cigarettes, una de mis películas favoritas de este director y de siempre).

Scab Vendor cuenta la curiosa vida del tatuador a partir de su relato, a partir de los testimonios de quienes lo conocieron y también con animaciones y dibujos súper atractivos. Si pueden pescarla, no se la pierdan, por acá están los horarios, y tanto Shaw como los realizadores participarán de algunas actividades durante el festival. Como una suerte de precalentamiento, agregué a nuestra lista compartida canciones de varios de los clientes y amigos del tatuador de los famosos.

Con Canadá siempre en el corazón, como dijimos por acá, estuve escuchando bastante el nuevo disco de la cantautora indie Feist. Se llama Multitudes y salió hace unos días. Elegí algunas canciones, las sumo también.

Por último, Él Mató a un Policía Motorizado –banda siempre cercana a esta casa virtual– presentó el single Diamante roto, el tercer adelanto del próximo disco de la banda, que llegará en mayo. Para acortar la espera, se agrega también a esta banda sonora.

Bonus track. Algo sobre una iniciativa que me pareció hermosa cuando la leí en esta nota (y tal vez, para quien tenga la posibilidad de viajar, un recordatorio para poner en el calendario). Se cumplen 40 años de la salida de Clics modernos de Charly García, uno de los discos más importantes de la historia del rock argentino.

Gracias a la idea de Mariano Cabrera, un actor argentino radicado en los Estados Unidos, en noviembre tanto el disco como el músico serán homenajeados en Nueva York, donde se realizó la producción de Clics modernos y donde Charly se tomó la emblemática foto con la inscripción Modern Clix estampada en una pared. Así, en la esquina de las calles Walker y Cortland Alley de esa ciudad, quedará instalada una placa que la designará de ahora en adelante como la Charly García Corner.

Bonus track II. Me encantó este texto de Alexandra Kohan y Nicolás Freibrun sobre la literatura, la pretensión extendida de quienes aspiran a ser escritores antes que a escribir y también sobre cierta tendencia entre los libros que se están publicando en la actualidad. Los invito a leer con atención, como Isabelle Huppert en la imagen que elegí para este cierre.

¡Hasta la próxima!

AL

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