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el ajuste en el estado

La Pomeña ya no recibe cartas: cerraron el correo donde vive Eulogia Tapia, la pastora de la zamba

Eulogia Tapia, la Pomeña, durante un homenaje en el Senado salteño. Ahora su pueblo se quedó sin correo, una muestra del ajuste en el Estado.

David Correa

Tucumán —

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“Señores pido permiso / pa´que tengan más cuidado / hay que cuidar lo de adentro / que lo de afuera es prestado”, dice con agudeza una copla de Eulogia Tapia, la pastora de ovejas que vive en La Poma, Salta arriba, cerca del cielo, a la que los salteños Manuel Castilla y Gustavo “Chuchi” Leguizamón le dedicaran una de las zambas más bellas del cancionero popular latinoamericano, “La pomeña”. La letra y melodía que nacieron en un carnaval del que participaron sus autores, no solo hizo conocida a la coplera, también a su lugar. Hace unos días el nombre del pueblo volvió a escribirse pero esta vez asociado a que el Correo Argentino despidió al único empleado que había allí y no fue reemplazado. Es decir, la oficina se cerró.

La cesantía forma parte de un severo plan de ajuste en el Correo Argentino, una sociedad anónima 100% del Estado argentino, que hasta hace unas semanas tenía 1.400 sucursales a lo largo y a lo ancho del país, de acuerdo a lo que señala la propia empresa. El achique se puso en marcha desde que asumió el presidente Javier Milei y en tierras salteñas implicó, hasta ahora, 18 despidos, entre administrativos y carteros. Las desafectaciones, con pago de indemnizaciones, fueron en la capital provincial, en Metán, Rosario de la Frontera y La Poma, por ahora, confirmó a elDiarioAR Norberto Montaño, secretario general del Sindicato de Correo. “Los telegramas dicen que los despidos son por reestructuración de la empresa y reorganización interna, no hay motivos reales para que queden en la calle estos compañeros”, indicó y agregó que pareciera que la decisión no tuvo en cuenta ninguna situación personal o la función del correo.

En La Poma, a 3.016 metros sobre el nivel del mar, rodeado de montañas que se cubren de blanco en invierno, Robustiano Casimiro llevaba casi 40 años de servicios en el Correo Argentino cuando recibió el telegrama. “Era más que un empleado, aquí nos conocemos todos, él a veces llevaba de manera personal lo que un vecino recibía o iba a sus casas para avisar que había llegado algo. Es triste, la verdad, que ya no podamos contar con él, ni con correo propio”, reflexionó a este medio el intendente Juan Mamani. No es para menos, Casimiro conocía a casi todos de los 1.000 habitantes del lugar, sus direcciones e historias familiares. De puro oficio, nomás. No podía caminar más de una cuadra sin que alguien lo saludara. El lugar es pequeño, una plaza y cuatro cuadras para cada punto cardinal, con calles céntricas adoquinadas, y el cartero cumplía una función clave.   

En el gremio señalan que los planes de la empresa apuntarían a cerrar alrededor de 900 oficinas en todo el país, en su mayoría con un empleado multifunción y que, como en el caso pomeño, brindan sus servicios en una dependencia que es mantenida por el municipio local o la comuna. Es decir, sin costos para la empresa. Desde allí, no solo se envían o reciben cartas, una costumbre de antaño en vías de extinción, también se tramitan cartas documentos, telegramas, documentos de identidad y pasaportes, entre otros; además del despacho de productos para pymes o emprendedores locales. 

Pero hay otra función de relevancia que cumple el Correo Argentino en los parajes más alejados de nuestro país, en numerosos casos, articulando con Gendarmería Nacional.

Esto, por la sencilla pero enorme razón de que cuenta con una cobertura de infraestructura y recursos humanos capacitados en todo el territorio nacional. La desarticulación, si no se toman recaudos, pondría en riesgo algo mucho más importante de todo este engranaje: el Correo Argentino es el encargado de procesar los datos en las distintas elecciones. 

La pérdida del correo para este pueblo, ubicado a 11 kilómetros de la mítica y turística RN 40, obligará a sus vecinos a tener que trasladarse hasta Cachi, que está a 60 kilómetros y es el lugar más cercano de una oficina postal. Y esto genera un doble problema. Por un lado, la ruta es de ripio y en verano suele cortarse por las intensas lluvias y, en segundo lugar, desde diciembre solo hay transporte público de pasajeros dos veces a la semana entre La Poma y Cachi. Antes había un servicio por día.

El salteño Gonzalo Quilodrán fue miembro del Directorio del Ente Nacional de Comunicaciones (ENACOM), durante la gestión del expresidente Alberto Fernández. Sobre esta decisión, reflexionó a este medio: “El Gobierno nacional toma decisiones deshumanizadas, como esta, con un profundo desconocimiento del país profundo. Claramente lo hace desde el Obelisco, sin saber qué pasa en las provincias. Esto, por ejemplo, dejará a parte de esa comunidad sin la posibilidad de cobrar jubilaciones, pensiones y otro tipo de beneficios de la ANSES. Para hacerlo, ahora deberán trasladarse muchos kilómetros para ejercer esos derechos”. “El Gobierno está más preocupado en el desguace del Estado desde un Excel, antes que en mirar a la gente”, cerró.  

“Ahora no sé qué voy a hacer” 

Tras varios intentos, elDiarioAR se comunicó con Robustiano Casimiro, el ahora exempleado. “El 26 de abril me trajo a mi casa el telegrama el jefe de la oficina de Cachi porque así se lo ordenaron, según dicen”, contó. “Fue entre gallos y medianoches, es triste, no solo por mí, también por mi pueblo”, lamenta y hace un largo silencio. “Ahora no sé qué voy a hacer porque me faltan todavía cinco años para jubilarme. Ya estoy grande para que me den trabajo, aunque tengo salud, que es lo importante”, reflexionó.  

Consultado, confiesa que desconoce cuánto recibirá como liquidación final e indemnización pero es lo que, al menos por ahora, menos le importa. Pareciera que lo abrumara el interrogante sobre una razón de ser, un destino. Y no es para menos, excepto el único año que fue cartero en la capital de Salta y una temporada en Cachi, el resto de su tiempo de trabajo fue en La Poma, desde cuya oficina postal fue testigo del inagotable ciclo de siembras, cosechas, carnavales, soles e inviernos duros. Alguna vez, recuerda, hasta llegaron turistas a su oficina a preguntar sobre Eulogia, la pastora de la zamba, que en septiembre cumplirá 79 años. De repente, Robustiano dispara: “Sí, hay algo que me preocupa mucho y es mi hija que tiene una discapacidad; me quedaré sin obra social y la usaba con ella”. Cuenta que es mayor de edad pero depende casi para todo de él y de su esposa. Antes de la despedida, repite: “No sé qué haré, si alguien me puede dar trabajo, aquí estoy, tengo salud”.

La Poma, conocido también porque fue devastado por un terremoto en 1930 y fue trasladado a dos kilómetros; el lugar en el que crecen las mejores truchas del río Calchaquí; en donde se encuentran 25 graneros (silos) de origen incaico y cuna de la pastora coplera más famosa, se convirtió ahora en el pueblo sin correo. “Señores no sé cantar / como cantan los porteños / les cantaré mis coplitas / como canta un buen pomeño” (Eulogia Tapia)

DC/MG

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