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Sobre este blog

Un resumen semanal de política internacional a cargo de nuestro responsable del área de Mundo, Alfredo Grieco y Bavio. Serán diez puntos geográficos para pensar nuestro presente cada vez. Vías de acceso a una realidad que excede por mucho las fronteras de la Argentina.

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Las x distantes

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De los diez siguientes interludios trata este nuevo envío de febrero de la Newsletter semanal de Política Internacional de elDiarioAR.com, “El  es azul como una ”, que, como cada jueves cada mes, hoy les llega aquí y así.

 

1. El Parlamento británico se desentiende de la Ley

Y la Ley está buscando donde mudarse. El simbolismo, dice el semanario británico The Economist, es ominoso; la decisión, referida nomás al archivo legal del Legislativo, es racional. Uno tras otro, el original de cada ley votada por el Parlamento, seguido por el siguiente, ocuparían un estante de 10km de largo. Edificado en tiempos victorianos a orillas del Támesis, el palacio de Westminster, eslogan fotográfico de Londres con el campanario del reloj del Big Ben, ya no tiene más estantes libres.

Las 64 mil leyes votadas por el Parlamento, si se alinearan, ocuparían 10 kilómetros. Hasta 2017, los textos aprobados se copiaban en pergamino. Hay leyes de las que enorgullecerse, como el hábeas corpus; muchas que hoy son documento de la infamia y el colonialismo imperiales, como la legalización de la esclavitud. La numeración se reinicia con cada nuevo rey o reina. Isabel II acaba de celebrar 70 años en el trono. Si el primer ministro tory Boris Johnson no sobrevive en el cargo al Partygate, la ley que lo remplace, la que convoque a elecciones, llevarán sus números en ya larga lista de la actual monarca, en cuyo elenco figuran las que aliaron al Reino Unido con la Unión Europea, y las que medio siglo después consumaron el divorcio del Brexit.

2. Cada vez que Washington toma lista Londres canta pri

Confiado, el ejecutor del Brexit no teme ser ejecutado por el Partygate. Le parece improbable que unos tragos a deshoras en fiestas de otros celebradas en Downing Street, su residencia oficial que contiene su apartamento privado, lo hagan caer. Su frivolidad no merece un castigo frívolo, es su razonamiento: quienes en la hora actual de covid-19, desafíos económicos y crisis internacional, derrumbaran a un primer ministro por haber tolerado bailongos y bebidas (que no pagó el Estado), serían más frívolos que el gobernante.

Entre tanto, ante el posicionamiento de 130 mil soldados rusos en la frontera ucraniana, de donde no se mueven, viajó a Kiev Boris Johnson para reafirmar su apoyo al gobierno. En política exterior, la alianza de Londres con Washington es firme desde la guerra de Irak, cuando sin embargo gobernaban los laboristas. Y el Brexit permite no disimular esa firmeza, al haber quedado libres de la necesidad del consenso con Bruselas, y con una Europa occidental siempre más tibia en el entusiasmo ante las alarmas que hace sonar EEUU.

3. Del otro lado del espejo ucraniano, o cómo las tropas de Biden son el reflejo invertido de las de Putin

“Yo hago ravioles, ella hace ravioles” es una de las líneas antológicas del diálogo de la comedia argentina Esperando la carroza, que es de tiempos de Raúl Alfonsín en la patria y la Guerra Fría en el mundo. Con esa rutinaria pirueta de explicar la cultura popular según un discurso académico, podríamos recordar que el teórico René Girard caracterizaba como odiosas, y por ello peligrosas, las conductas que buscaban triunfar, en una rivalidad, como la de las dos vecinas del film, como las superpotencias del Primer y Segundo de entonces, a través de la mímesis. 

Gracias a la decisión del presidente Joe Biden, miles de efectivos del Ejército norteamericano se sumaron a los que ya estaban acantonados en los países de Europa oriental limítrofes con Ucrania: el sentimiento anti-ruso de buena parte de la población en naciones que antes fueron comunistas y aliadas no inexorablemente espontáneas de la URSS tolera una presencia militar que sería rechazada en Austria o Francia. Un vocero del Pentágono explicó que esas tropas, a diferencia implícita de aquellas que Vladimir Putin coloca en su frontera rusa con Ucrania, “no son de combate”. Son tropas que “robustecen” la seguridad de la OTAN y de sus aliados.

4. La Guerra y la Paz, como una novela rusa

El presidente ruso acusó a Occidente. Desde Moscú, la definición de lo que ocurre es diferente. Esas tropas aerotransportadas por la OTAN, que vuelan desde un país extranjero (EEUU) a otro país extranjero (p. ej. Polonia) para colocarse en la frontera de otro país más (Ucrania) al que se declara amenazado por un cuarto país (Rusia) al que se amenaza con sanciones económicas nacionales y personales (a Vladimir Putin mismo) si avanzara con una invasión que el gobierno ruso jamás mencionó, crean un peligro antes inexistente. Las operaciones y maniobras militares de Rusia se realizan con las tropas rusas, en suelo ruso.

El presidente Emmanuel Macron visitó a Putin en el Kremlin, y el canciller Olaf Scholz visitó a Joe Biden en la Casa Blanca. También París y Berlín, resultó de estas cumbres bilaterales, ven las cosas a su modo, y se pudo ver mejor, ya en las conferencias de prensa más adjuntas que conjuntas, que ese modo de ver no coincide con los ojos de Washington.

5. Los Juegos nivosos y el Olimpismo chino

El boicot de los gobiernos occidentales a los Juegos Olímpicos de Invierno inaugurados con un mecanismo de relojería deportiva y sanitaria hasta ahora sin falla, hizo que el encuentro de Vladimir Putin y su colega chino Xi Jinping luciera como el de dos conspiradores felices de la buena marcha de una conjura antioccidental. Ese boicot, liderado por el Congreso de EEUU, estaba motivado en un reproche que hoy ha pasado a un segundo plano de visibilidad, el de las violaciones de DDHH de las que se acusa al gobierno chino contra los uigures, musulmanes, ciudadanos chinos, que habitan la región de Sinkiang, al oeste del país más poblado del mundo.

En todo caso, hay algo que parece seguro, aun para quienes siguen sosteniendo que Putin, aprovechando que el suelo congelado favorece el avance de los tanques, ordenará la invasión de Ucrania. Y es que tal orden no será dada antes del 20 febrero, el día de la ceremonia de clausura de los Juegos pekineses.

6. Putin y Xi, o dos eternidades sin bostezos

El más poderoso y exitoso, fatalmente, resultaba, en la imagen olímpica, el anfitrión. Desde hace dos años, el presidente chino no sale del territorio chino. Una dedicación nacional que aspira a un premio como corolario. Así como Putin ha visto complacido las reformas constitucionales que en su país le permitirán, en el caso de ser reelegido, de gobernar hasta 2036, también Xi tiene esperanzas de que el XX Congreso del Partido, en Otoño, torne más laxas y pragmáticas las normas dictadas, en otra época, con énfasis postmaoísta, que obligaban a la renovación de las autoridades partidarias comunistas, y, por ende, las del gobierno de la República Popular.

Así Xi podría prolongar su mandato sin horizontes limitativos para una acción gubernamental que él, pero no sólo él, consideran como la que ha sido idónea para conducir a China a una prosperidad nunca antes conocida. A pesar de que es famosamente impenetrable, el Partido, acerca de sus discusiones internas, hay que decir que los medios occidentales, y regionales, no dan todos por sentado que la gracia que Xi espera le llegue sin oposiciones internas que vencer.

7. Una derrota para Berlusconi

Una victoria de la rutina, que fue un triunfo de la morigeración o de la repetición, significó que el octogenario Sergio Mattarella fuera reelegido, para un nuevo periodo de siete años, como presidente de Italia. El cargo de jefe de Estado, en la democracia parlamentaria italiana, habitualmente no es objeto de encendidas campañas que muevan a la opinión pública.

La aspiración, frustradade quien fue el hombre más rico de Italia, el megamagnate de los medios, líder de la formación política Forza Italia, el derechista Silvio Berlusconi, para ser él elegido presidente por el Colegio de 1009 que escogen a este funcionario tan aristocrático de la República, había hecho que los últimos meses fueran calientes en un ámbito antes frío del debate nacional.

El jefe de gobierno, Mario Draghi, también aspiraba al cargo. Pero sus aliados consideraban que sería difícil encontrar un remplazo para este primer ministro técnico, el hombre que coordinó en 2002 el ingreso de Italia a la Eurozona, ocupado a su manera del día a día económico, como líder de su coalición. A mediados del año próximo habrá elecciones, de todos modos, y ahí podrá hacerse un nuevo diagnóstico de la situación y de las posiciones de las fuerzas. Si Mattarella renuncia, sería una oportunidad para Draghi. Tantas veces jefe de gobierno, tan amigo de Putin, la presidencia resultó esquiva para el también octogenario Berlusconi, hoy diputado en el Parlamento Europeo, nacido en 1936, el año de los Juegos Olímpicos de Berlín, aquellos en los cuales el afroamericano Jesse Owens ganó cuatro medallas de oro, para fastidio de Adolf Hitler –el Führer, como il Cavaliere del Lavoro, tenía un problema con las ‘superioridades físicas salvajes de los negros’. 

8. En Portugal, una victoria del tempo sobre la eternidad

No habían faltado críticas, ni sustos, por el llamado a elecciones anticipado portugués. Sin embargo, el primer ministro António Costa ganó una victoria que hasta a él mismo sorprendió por su nitidez. El político socialdemócrata cuenta ahora con la mayoría suficiente para gobernar sin coaligarse con los partidos de izquierda que habían sido antes su ruina.

9. Contrapunto africano de la pobreza y el golpismo

En el siglo XX los golpes de Estado tradicionales parecían en un declive irremontable. Las democracias parecían temer menos, la mayoría de ellas, la eventualidad de una interrupción violenta, donde las FFAA desplacen a la cabeza del gobierno para designar a un nuevo titular que lo ejercerá gracias al poder con lo dotan. Los últimos meses han registrado, en África subsahariana, una sucesión de recambios o intentonas golpistas en Guinea-Bissau, en Burkina Faso (ex República Centroafricana), en Mali. Es en los países más pobres del mundo donde el golpe es arma que no ha embotado su filo como instrumento para hacerse con el poder del Estado. De algún modo, otro tanto ocurre en Haití, en el Caribe americano, o en regiones de la República Democrática del Congo, a diferencia de que aquí no siempre sea el ejército nacional la formación o grupo que cambie figuras por la sola violencia de las armas.

A todo esto se suma el que la legitimidad de los gobiernos depuestos, aun si nacidos de un proceso electoral, tampoco es por lo común reconocible, porque esos países no disponen siempre de medios para la onerosa logística electoral. A su vez, los gobiernos militares suele ser objeto víctimas de sanciones económicas que buscan un restablecimiento del poder civil, cuya llegada, de este modo, se acelera a la vez que fragiliza.

(¿Fue la herencia antigua de una pobreza superada algo que ayude a explicar la interrupción del gobierno de Evo Morales en Bolivia en noviembre de 2019, no sin intervención de las FFAA? El juicio público, bajo cargos de golpismo, de su sucesora no electa, la ex senadora beniana Jeanine Áñez, que ocupó la presidencia por casi 365 días, empezó en La Paz).  

10. Costa Rica inaugura el calendario electoral latinoamericano

Con un ritualismo nunca interrumpido desde 1949, el domingo 6 Costa Rica celebró la primera vuelta de las elecciones presidenciales. Una oferta electoral sin precedentes y a primera vista de cierto modo desatinada: una papeleta con 25 candidatos presidenciales, de los cuales (con tres o cuatro excepciones) la mayoría de candidaturas personalistas, caudillismos de papel y de Internet, sin mayor cohesión ni sustento ideológico. Una suerte de revoltijo de opciones que acrecentó la indecisión de un padrón de 3,5 millones de votantes hasta último momento.

El próximo 3 de abril, dos candidatos centro derechistas, el expresidente José María Figueres, del Partido de Liberación Nacional (PLN), el economista Rodrigo Chaves, del Partido Progreso Social Democrático (PPSD) competirán en el balotaje.  Costa Rica -la única nación centroamericana que celebró el 15 de septiembre pasado su Bicentenario y entró a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE)- presenta un panorama donde, a consecuencia de la acumulación de problemáticas no atendidas en los años recientes y los efectos de la pandemia, la mayoría de la población vive peor que antes, en las ciudades de las casas con puertas sin número y las calles sin nombre.

Así quedó abierto el calendario electoral latinoamericano 2022. Que conocerá su clímax en octubre, en las presidenciales brasileñas donde rivalizarán el presidente Jair Messias Bolsonaro y el dos veces presidente Luiz Inácio 'Lula' da Silva. 

AGB

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