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Limpiando la India desde sus fosas sépticas

Las deudas crecientes llevaron a K. Aravalli, madre de tres hijos, creó su empresa de recogida de basuras Sri Sai Enterprises en su casa de Ponmalai, en la región de Tiruchi, en Tamil Nadu. K. Aravalli posee ahora dos camiones aspiradores y dirige un equipo de cuatro trabajadores. Como cada vez más zonas de Tiruchi están cubiertas por un sistema de alcantarillado subterráneo, los operadores privados de alcantarillado están adaptando su base de clientes ampliándola a zonas rurales y distritos vecinos.

Nahla Nainar

The Hindu —

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Un día cualquiera, Parameshwari Gunasekaran, de 53 años, atiende a los clientes de su puesto de carne en la calle Bharathi de Tiruvanaikovil, una histórica ciudad-templo cerca de Tiruchi, en el estado de Tamil Nadu.

Pero cuando suena el teléfono y preguntan por el servicio de limpieza de fosas sépticas de Saranya, le pasa el cuchillo a su marido y prepara a su equipo para el trabajo.

Gunasekaran es operadora DSO [de-sludging operator], una de las solo cinco mujeres de Tiruchi que ofrecen servicios comerciales de limpieza de fosas sépticas. Con 33 años de experiencia, es una de las más veteranas del sector.

Tiruchi lleva varias décadas a la cabeza de la modernización de los servicios de saneamiento urbano, trabajando en cuestiones como la creación de una red sostenible de aseos comunitarios para abolir la defecación al aire libre.

Las empresas de DSO son cruciales en ciudades como Tiruchi, donde se está renovando la antigua red de alcantarillado en el marco de la Misión Ciudad Inteligente del gobierno. Las DSO retiran las aguas residuales y las vierten en estaciones especiales de la ciudad para su posterior tratamiento, un servicio esencial mientras se instala por fases el alcantarillado subterráneo.

“Abrimos nuestra carnicería en 1991”, dice Gunasekaran. Un chico que trabajaba en los camiones de DSO nos sugirió a mi marido y a mí que lo intentáramos. Iniciamos las pruebas en 2005 y adquirimos nuestro primer camión en 2008. Era un viejo camión de carga que compramos en Perundurai y adaptamos en Madrás (Chennai) añadiéndole un compresor y una manguera. Por aquel entonces, el alcantarillado no existía en Tiruchi, así que estábamos bastante ocupados“.

Una profesión dura

La profesión elegida por Gunasekaran es poco habitual: el duro trabajo físico que conllevan estos servicios exhaustivos de limpieza suele apartar a las mujeres de este campo. Y también hay otros retos, por ejemplo, la gestión de aguas residuales en la India es conocida por la “recogida manual”, sirviéndose de trabajadores para limpiar, transportar o eliminar excrementos humanos. Aunque se prohibió por ley en 2013, sigue siendo habitual en las ciudades pequeñas.

Las mujeres DSO dicen que los clientes intentan tentar a los trabajadores con propinas para que se metan en los tanques cuando ellas no están, por lo que intentan estar presentes in situ desde el principio. “Recoger excrementos manualmente es un delito por el que se sanciona tanto a la empresa como al usuario. Vigilar de cerca a usuarios infractores y trabajadores forma parte del negocio”, afirma Gunasekaran.

Para garantizar un entorno de trabajo seguro para las DSO, el Instituto Indio de Asentamientos Humanos (IIHS) ha elaborado un manual de primeros auxilios en colaboración con la Cruz Roja India y St. John Ambulance.

“Hemos firmado un acuerdo con Tiruchi Corporation y las DSO sobre sus operaciones”, dice Sugantha Priscilla, especialista principal de Saneamiento Inclusivo en la Ciudad de Tiruchi. “Abarca cuestiones como el seguro a terceros para todos los vehículos y localizadores GPS para garantizar que las aguas residuales se vacían en los lugares adecuados”. 

Existen otros horrores en el lugar de trabajo, dice M. Sumathi, de 40 años, que asumió la gestión diaria de Keerthana Septic Tank Cleaning de manos de su marido hace una década. “La mayoría de los atascos en las fosas están causados por compresas usadas y otros productos de higiene personal. A menudo, los trabajadores tienen que retirarlos y empaquetarlos en bolsas para su correcta eliminación antes de poder continuar con la retirada de las aguas residuales. Es horrible verlo, no importa cuántas veces uno lo haya visto. Ojalá la gente fuera más sensata con lo que tira por el retrete”, afirma.

Casi todas las DSO afirman haber sufrido discriminación social en su trabajo. “Hay gente que se niega a darnos un vaso de agua porque hacemos labores de saneamiento. Esta actitud es degradante, pero tenemos que soportarlo si queremos ganarnos la vida”, dice Sumathi.

Empresa competitiva

Actualmente hay unas 70 empresas de DSO en Tiruchi. Para montar un negocio se necesitan camiones viejos equipados con tanques de vacío y mangueras, que cuestan alrededor de 15 lakh (18.000 US$). Aunque son más baratos que los nuevos (que cuestan más de 25 lakh, 31.000 US$), los vehículos adaptados también tienden a averiarse más a menudo.

Los precios del servicio de limpieza se fijan arbitrariamente en lo que se ha convertido en un negocio altamente competitivo. Las DSO cobran entre 800 y 1.500 rupias por carga y los costes operativos incluyen una tasa de 30 rupias que se paga a la estación de bombeo en cada visita.

Las crecientes deudas llevaron a K. Aravalli, madre de tres hijos, a montar DSO Sri Sai Enterprises desde su casa en la zona de Ponmalai. “Mi hermano dirigía una DSO en Pudukottai, así que decidí montar una aquí en 2013 empeñando mis joyas y reuniendo 18 lakhs rupias (23.000 US$) para el primer camión”, explica Aravalli, que ahora tiene dos camiones y gestiona un equipo de cuatro trabajadores.

A medida que aumentan las zonas de Tiruchi cubiertas por el sistema de alcantarillado subterráneo, las DSO adaptan su base de clientes a las zonas rurales y a los distritos cercanos. Gunasekaran, por ejemplo, trabaja con un grupo de 15 colegios de Perambalur (a 56 km de Tiruchi), así como con hospitales y hoteles locales. 

Pero los problemas prácticos persisten. “Conseguir mecánicos cualificados para reparar los camiones es difícil”, dice Divya Manimaran, de 27 años, que dirige Sri Hari Septic Tank Cleaning con su marido, antiguo trabajador de una DSO de Tiruchi. “Las piezas de los vehículos tienen que venir de otras ciudades y, como hay tantas averías, siempre hay demanda de reparadores. Para reunir el dinero y poder pagarles, acudimos a los prestamistas y a veces acabamos gastando más en reparaciones de lo que ingresamos”. 

Las condiciones de trabajo son difíciles, sobre todo en edificios antiguos donde las fosas sépticas pueden estar completamente cubiertas de hormigón. “Encontrar y abrir la tapa de la fosa en las casas viejas puede llevar de por sí horas, porque tenemos que romper el cemento con picos y palas”, dice M. Vijaya, de 38 años, empresaria de DSO que tomó el relevo de su suegro en la zona de Chintamani, en Tiruchi.

Éxito personal

A pesar de las dificultades, las mujeres DSO que han superado las dudas sobre sí mismas y la discriminación social también han alcanzado muchas metas personales. Gunasekaran, por ejemplo, ha educado a sus cuatro hijos y dos sobrinas con sus ingresos. “Tuve que dejar la escuela porque mis padres no podían permitírselo. Pero me alegro de que mis hijos hayan podido estudiar hasta la universidad”, dice.

La familia de Sumathi también se ha beneficiado de su trabajo. Su marido se ha diversificado y ahora se dedica a adaptar y equipar camiones de limpieza de fosas sépticas, mientras que su hijo, que obtuvo un máster en Administración de Empresas, se ha unido recientemente a sus padres en el negocio.

Algunos miembros de nuestra familia eran un poco escépticos cuando empezamos hace 23 años, porque lo consideraban un trabajo “sucio” y, desde luego, no apto para mujeres“, dice Sumathi. ”Pero ahora, inspirados por nuestro éxito, también ellos han emprendido negocios de DSO“.

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