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Festival de Venecia

Lucrecia Martel estrenó el documental “Nuestra tierra”, reivindicó el cine y denunció la “devastación” de Palestina

Lucrecia Martel estrenó en el festival de Venecia el documental "Nuestra tierra".

elDiarioAR

1 de septiembre de 2025 10:43 h

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La directora argentina Lucrecia Martel reivindicó este domingo en el Festival de Venecia el cine para mostrar el mundo actual, marcado por “las imágenes y sonidos” de una Palestina “devastada” y por la violencia en otras partes.

“Solo quiero decirles que la historia nos puso en esta encrucijada. Yo ahora hubiera querido jubilarme, estar en la playa, ustedes los jóvenes seguramente tendrán la misma aspiración, pero nos tocó este tiempo”, dijo la cineasta en la rueda de prensa de presentación.

Martel estrenó fuera de concurso en la Mostra su primer documental, 'Nuestra tierra', para dar voz a las aspiraciones de la comunidad indígena de recuperar su suelo y pedir justicia tras el asesinato el 12 de octubre de 2009 del líder Chuschagasta, Javier Chocobar, a manos de un terrateniente y dos policías.

La directora de 'La mujer sin cabeza' (2008) o 'Zama' (2017), defendió el valor del cine para contar este tipo de cuestiones.

“Nos tocó el tiempo en el que el cine vuelve a tener una relevancia fundamental para contar lo que está sucediendo. A diario vemos imágenes y sonidos de un país que está siendo devastado, de un pueblo devastado, que es Palestina”, denunció, al tiempo que agregó que es una situación que viven también los “pueblos americanos y otros tantos en el mundo”.

Por eso animó a los directores y artistas, especialmente a los más jóvenes, a no caer en el pesimismo. “La historia nos puso en esta encrucijada, estamos un poco deprimidos, no sabemos qué va a pasar, que la Inteligencia Artificial, que nos quedamos sin trabajo, que ya está pasando”, dijo.

Para Martel “es el mejor momento para hacer cine y volver a pensar sobre nosotros. Que no estemos deprimidos, que mantengamos la alegría del trabajo de contar, porque es el bastión más importante que tiene la humanidad para pensarse a sí misma”.

Qué es “Nuestra tierra”

Demoró casi quince años, pero la cineasta argentina Lucrecia Martel estrenó este domingo en el Festival de Venecia su primer documental, 'Nuestra tierra', para mostrar la batalla de una comunidad indígena por el suelo y por la justicia frente a los caciques y las “trampas” del sistema.

“Empecé a investigar y si bien siempre el racismo fue para mí un problema muy profundo y un gran escollo en la cultura argentina, me parecía que esta vez era necesario ir más lejos y contactar esa comunidad”, explicó en la rueda de prensa de la Mostra.

En su primera incursión en el documental, Martel aborda el asesinato en 2009 del líder de la comunidad indígena Chuschagasta Javier Chocobar, a manos del terrateniente Darío Amín -junto a dos policías-, en medio de las disputas por tierras ancestrales en la provincia de Tucumán.

La pelea que derivó en el homicidio quedó grabada por la cámara de un teléfono móvil y esas imágenes, difundidas enseguida por Youtube, animaron en 2010 a la directora a abordar este suceso.

“Durante muchos años investigamos históricamente a la comunidad y los documentos que tenían para tratar de entender qué es lo que permite a un ser humano sentirse legitimado para sacar un revólver y disparar a unas personas”, explicó la cineasta.

Martel recorre con sus cámaras esta tierra disputada, también desde el aire con sus drones, para reflexionar sobre su legitimidad, sobre los derechos de unos pobladores que siguen siendo despojados desde época colonial y desde el nacimiento mismo del país.

Para ello, la cineasta, que fiel a su reputación de meticulosa dedicó catorce años a este proyecto, también accedió al tribunal para testimoniar el juicio sobre este caso, abierto solo después de nueve años de protestas por parte de los parientes de la víctima.

Aunque en un principio no pretendía utilizar la grabación, finalmente optó por incluirla en el documental, ya que en ella se aprecia la diferencia 'social' entre los terratenientes e indígenas.

“Finalmente nos dimos cuenta de que era una parte fundamental porque en el juicio se pone en acción el lenguaje y todas las artimañas del lenguaje con las que es posible sostener el racismo y todas las mentiras en torno a la legitimidad de la tierra”, dijo.

Martel regresa de este modo a Venecia, tras su último largometraje 'Zama' (2017) y el corto 'Camarera de piso' (2022), con esta defensa de las poblaciones indígenas que, a fin de cuentas, sirve también para reivindicar el poder del cine para abordar estas cuestiones.

“Cuando aparece una película sobre una comunidad indígena, la duda que tenemos en el cine es si uno está autorizado para hablar de esas cosas, si uno se está aprovechando para después estar acá, paseándose por el mundo, con una película sobre el dolor y la frustración de unas personas. Quiero decirles que es indispensable asumir el riesgo histórico de poder equivocarse”, sostuvo.

Esto porque, a su parecer, “el cine entró en zonas de impotencia donde las mujeres tienen que hablar de las mujeres, los hombres de los hombres, los negros de los negros o los indios de los indios”. “Es indispensable asumir el riesgo de conversar con los otros”, insistió.

El asesinato de Chocobar supuso la condena a 22 años de prisión del cacique, mientras que dos expolicías que lo acompañaban, Luis Humberto Gómez y Eduardo José del Milagro Valdivieso Sassi, recibieron penas de 18 y de 10 años de prisión respectivamente (aunque pocos años después serían excarcelados).

La película, en palabras del productor Benjamín Domenech, ofrece a la audiencia “la posibilidad de entender efectivamente qué sucedió en el pasado para poder imaginar un futuro un poquito más amable” para los pueblos ancestrales argentinos.

Gonzalo Sánchez - EFE.

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