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La disputa EE.UU.-China por el 5G, como telón de fondo de la Cumbre de las Américas

El 5G, protagonista en la reciente Feria Industrial de Hannover, Alemania.

Alejandro Rebossio

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El subsecretario de Estado de Estados Unidos, Brian Nicholson, planteó este jueves los cinco ejes temáticos a los que su país quiere comprometer a las demás naciones invitadas a la Cumbre de las Américas que comienza mañana lunes en Los Ángeles: democracia “inclusiva”, salud púbica, energía limpia, cambio climático y transformación digital. Sobre este punto se explayó: “Los líderes identificarán prioridades compartidas y se comprometerán con acciones específicas para construir ecosistemas digitales. Esta primera agenda regional para la transformación digital crea un marco para que los gobiernos y las partes interesadas creen en colaboración los empleos y las industrias del futuro sobre la base de redes de telecomunicaciones interoperables, resilientes, seguras y confiables que impulsarán la innovación y ampliarán el acceso a bienes, servicios, e información de nuevas formas. Estos incluyen: promover políticas para expandir el acceso a Internet, particularmente en comunidades históricamente marginadas, e impulsar la innovación digital y la inclusión social a través de un mayor acceso a los servicios gubernamentales digitales; ampliar el papel de la tecnología digital en la promoción de la educación de calidad, la alfabetización digital y la ciudadanía digital; aumentar la armonización regulatoria en áreas como la gestión del espectro y el comercio digital”. En pocas palabras: el debate sobre la tecnología de telefonía celular 5G, o de quinta generación, que permite conectar más rápido más dispositivos en comparación con el actual 4G.

Al igual que el gobierno de Donald Trump, el de Joe Biden no se cansa de criticar a la empresa que ha liderado el desarrollo del 5G en el mundo, la china Huawei, por acusaciones de espionaje y falta de seguridad, no sólo en los datos sino en el aprovisionamiento de equipos. Se trata de un negocio en el que no hay empresas norteamericanas con soluciones integrales, como las que proveen Huawei, su compatriota ZTE, la finlandesa Nokia o la sueca Ericsson. La estadounidense Cisco y la surcoreana Samsung proveen dispositivos, pero no el corazón de la tecnología 5G.

Pero pese a la presión de Estados Unidos sobre Latinoamérica, en 2021 los gobiernos de Chile (entonces en manos del conservador Sebastián Piñera) y de Brasil (a cargo del derechista Jair Bolsonaro) organizaron subastas de espectro radioeléctrico para 5G entre las telefónicas sin imponer condicionamientos que dejen al margen a Huawei, la empresa del empresario Ren Zhengfei, cuya hija estuvo entre 2018 y 2021 bajo arresto domiciliario en Canadá por una investigación estadounidense sobre presunto fraude. Es así que en ambos países sudamericanos los operadores han contratado, como es de costumbre en este sector, al mismo tiempo a varios proveedores, como Huawei, Nokia y Ericsson. En cambio, Canadá se acaba de sumar al club de países que han prohibido al gigante chino, como Estados Unidos, Reino Unido, Australia, Nueva Zelanda, Japón y Taiwán. Las redes 5G ya funcionan en vastas ciudades de América del Norte, Europa y Asia.

Adhesión

El lobby del Gobierno de Biden continúa en países latinoamericanos que aún no han licitado el espectro del 5G, como la Argentina. Tras la visita en abril de la jefa del Comando Sur, Laura Richardson, y sus reuniones con funcionarios como la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, el gobierno de Alberto Fernández adhirió a una Declaración para el Futuro de Internet, que promovió la Casa Blanca y que rubricaron la Comisión Europea, las naciones ricas del G7, la gran mayoría de las de Europa, Costa Rica, Colombia, Perú y Uruguay en favor de una “conectividad inclusiva”.

En mayo, expertos del gobierno de EE.UU., incluido el Programa de Desarrollo de Derecho Comercial (CLDP, según sus siglas en inglés) del Departamento de Comercio, vinieron a reunirse con funcionarios del gobierno de la Argentina y especialistas del sector privado para dialogar sobre los supuestos beneficios de las Redes de Acceso de Radio Abiertas (conocidas como Open RAN) para redes de telecomunicaciones, incluida la 5G. La tecnología Open RAN deja afuera del negocio a Huawei y se lo abre a empresas que no dan soluciones integrales como Cisco y otras norteamericanas. De las reuniones también participaron funcionarios de Australia. Los oradores estadounidenses incluyeron al embajador Marc Stanley y representantes de los departamentos de Estado y de Comercio. Los oradores del gobierno argentino incluyeron al vicejefe de Gabinete, Jorge Neme, al presidente del Ente Nacional de Comunicaciones (Enacom), Claudio Ambrosini, y al presidente de la empresa estatal de satélites y fibra óptica ARSAT, Matías Tombolini. Es decir, funcionarios que responden al jefe de Gabinete, Juan Manzur, y al presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa. “En comparación con dónde estábamos hace tres años, el entorno Open RAN actual es extraordinario”, dijo el director interino de la Oficina de Ciberseguridad y Política Digital del Departamento de Estado, Paul Harrison. “A nivel mundial, incluso aquí en las Américas, ya se están implementando las redes 4G y 5G basadas en los principios de Open RAN, que ofrecen un nuevo camino, libre del bloqueo del proveedor y resiliente frente a las fuerzas geopolíticas y del mercado”, agregó. Esta conferencia fue una continuación de los diálogos mantenidos en 2021 y en abril pasado entre el asesor de Seguridad Nacional de EE.UU., Jake Sullivan, y el secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Beliz, “durante los cuales las dos partes exploraron la cooperación en tecnología de la información y las comunicaciones, 5G, cuestiones relacionadas con la seguridad de redes y la diversificación de proveedores, así como oportunidades para las empresas argentinas en Open RAN”, según comunicó la embajada norteamericana en Buenos Aires.

Resistencia

Pero Huawei no se rinde y el pasado mayo organizó una multitudinaria cumbre en el hotel Hilton porteño con sus vendedores y clientes para mostrar sus diferentes unidades de negocios, incluido el almacenamiento en la nube y el equipamiento energético. Incluso este jueves presentó el regreso al mercado argentino de sus tablets y relojes, aunque aún no han vuelto los teléfonos celulares, que no pueden usar Android por un bloqueo que les impuso Trump. “Hacen falta tres cosas para que exista 5G”, explicó el vicepresidente de Huawei Argentina, Juan Bonora, en el encuentro del Hilton a elDiarioAR. “Primero: que haya espectro. El Gobierno está analizando en qué espectro se lanzará el 5G, cómo lo concesiona, por cuánto tiempo, por zonas o no, si va a pedir dinero a cambio o contraprestaciones. Segundo: que los tres operadores (Telecom Personal, Telefónica Movistar y Claro) cierren sus planes de inversión. Tercero: que inviertan. Veo difícil que este año se concrete”, agregó Bonora.

Nokia no quiso hablar, pero Ericsson sí. “Es muy importante que se haga la licitación pronto: cuanto más rápido se adopte el 5G, más rápido crecerá la Argentina, hasta un 5% adicional, como resultado de la digitalización del agro, la industria, las finanzas, el transporte”, abogó la directora of relaciones institucionales de Ericsson para el sur de Latinoamérica, Jacqueline Lopes, en diálogo virtual por Teams desde Brasil con elDiarioAR. Lopes también destacó que el 5G reduce en 15% las emisiones de dióxido de carbono y puede traer “beneficios sociales” si los gobiernos obligan a las operadoras a cubrir zonas remotas, como condición para obtener espectro, en lugar de solicitarles dinero a cambio, como sucedió cuando se subastó 4G. “En la Argentina ya tuvimos consultas de los interesados para definir el modelo de la subasta, pero aún no tenemos borradores. Nosotros estamos a favor de la neutralidad tecnológica, es decir, a favor de no obligar a usar ningún tipo de tecnología, aunque nosotros trabajemos en Open RAN”, aclara Lopes. “Nosotros no nos metemos en geopolítica sino que nos enfocamos en nuestros clientes”, responde otro director de Ericsson, el responsable marketing y relaciones con gobiernos e industrias, Facundo Fernández Begni, cuando se le pregunta por las acusaciones contra Huawei.

En una de las operadoras telefónicas de la Argentina cuentan que para licitar el 5G se debe primero limpiar el espectro necesario porque en la actualidad lo están usando empresas de redes de datos inalámbricos, como Datco. Calculan que el salto de generación de celulares implicaría una inversión conjunta de Telecom (propiedad de los dueños del Grupo Clarín), la española Telefónica y la mexicana Claro (de Carlos Slim) de unos US$ 3.000 millones. Por ahora, Telecom está haciendo pruebas con Huawei en zonas como la que rodea el teatro Colón. Claro, en cambio, viene trabajando el 5G con Nokia en el resto de Latinoamérica. Telefónica apostó por la quinta generación de esta empresa finlandesa y por Ericsson en España y dejó afuera a Huawei de este contrato en particular.

La discusión excede el ámbito del negocio telefónico. Una asociación civil llamada Gobernanza, que autodefine su propósito como “fortalecer la democracia a través del uso de las tecnologías”, organizó a fines de mayo un Encuentro Federal de Gobernanza 4.0 con las presencias del embajador Stanley y los gobiernos de Córdoba, Catamarca, Corrientes y Santiago del Estero. Su presidente, Gastón Massari Copes, opina que el debate del 5G “no figura pero debería figurar” en la Cumbre de las Américas: “Cualquier empresa que sea de bandera de la República Popular China, en este caso Huawei, son empresas que no tienen dentro de su marco filosófico y de su creación el resguardo de los datos de los ciudadanos. Por tanto, no creo que sea una empresa confiable dentro de lo que está alineado con la visión democrática que deberíamos tener en nuestro país”. Por el contrario, el politólogo Patricio Giusto, director del Observatorio Sino-Argentino, advierte que, aunque la palabra 5G no aparezca en los documentos previos a la cumbre de Los Ángeles, seguramente se tratará, pero opina: “No hay evidencias presentadas de que Huawei efectivamente sea una amenaza para las redes de seguridad. Y la otra acusación que viene de la mano es que Huawei espiaría para el Partido Comunista Chino. De eso no hay evidencia. Entonces, en el mientras tanto, los países de Latinoamérica lo que han hecho es avanzar con los proyectos que presenta Huawei, que ya está afianzada en prácticamente todos los países de la región”.

AR

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