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La pobreza subió a 42% en 2020 y alcanza a 19 millones de argentinos

La pobreza alcanza a 18,9 millones de argentinos y argentinas

Delfina Torres Cabreros

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Además de por la implementación de una inédita cuarentena obligatoria, la masificación de los encuentros virtuales, la incorporación del tapabocas como una prenda de indumentaria básica y tantas cosas más, el año en el que estalló la pandemia de coronavirus será recordado por la crisis económica y el deterioro de las condiciones de vida de los argentinos y argentinas. De acuerdo con los resultados de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) publicada este miércoles, en el último semestre de 2020 la pobreza aumentó  y alcanzó al 42% de la población, lo que significa que casi 19 millones de personas no contaron con los ingresos necesarios para cubrir la canasta básica de consumo. Además, el informe mostró que el 10,5% de la población (4,7 millones de personas) no alcanzó a comprar los alimentos mínimos y se ubicó por debajo de la línea de indigencia. 

Ambos indicadores crecieron en comparación con el mismo semestre de 2019 (6,5 y 2,5 puntos porcentuales, respectivamente) y, en el caso de la pobreza, también contra el último dato de pobreza que había arrojado el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), correspondiente al primer trimestre de 2020. En ese entonces, el organismo estadístico había informado una pobreza del 40,9% que, proyectado a la población total, significaba que 18,4 millones de personas se encontraban por debajo del umbral de pobreza. 

En los últimos tres años distintos factores se combinaron para mermar los ingresos de los argentinos y dibujar una suba sostenida de la pobreza. Entre diciembre de 2017 y el segundo semestre de 2020 el dato de pobreza estuvo cerca de duplicarse. Pasó de 25,7% a 42%, lo que significa un aumento de más de 16 puntos porcentuales. En números concretos, en los últimos tres años más de 7,6 millones de personas cayeron en la pobreza y 2,4 millones no tuvieron los ingresos suficientes ni siquiera para comprar los alimentos mínimos y entraron en el segmento de indigentes. 

Si se mira por aglomerados urbanos, se advierte que el dato de pobreza más alto correspondió a Gran Resistencia, en Chaco, donde alcanzó el 53,6%. Estuvo seguido por los partidos del Gran Buenos Aires (51%) y, en tercer lugar, por Concordia (49,5%). 

Tal como se advertía ya en los informes anteriores, los niños y niñas son los más golpeados por la pobreza. Según el informe, más de la mitad (57,7%) de los menores 14 años viven en esas condiciones y, de hecho, el mayor crecimiento de pobreza con relación al semestre anterior se observó en este grupo, con un aumento de 1,4 puntos porcentuales. 

Los datos de Indec muestran un aumento de la pobreza, pero sobre todo que se ampliaron las desigualdades entre las familias que tienen hijos e hijas y las que no

Gala Díaz Langou Cippec

“El número más alarmante del informe es que casi 6 de cada 10 niños y niñas viven en situación de pobreza y esto se explica por un círculo vicioso que no es nuevo, pero que con el condimento de la pandemia se agravó: en la Argentina está penalizado la tenencia de hijos e hijas”, dijo a elDiarioAR Gala Díaz Langou, directora del programa de Protección Social de Cippec.

Según explicó, responde a una primera explicación matemática —tener menores a cargo implica dividir el mismo ingreso entre más personas— pero, sobre todo, a que en la Argentina el tiempo de cuidado y crianza recae fundamentalmente en las familias, que dejan de invertir ese tiempo en el mercado de trabajo. Con el cierre de las escuelas, las guarderías, los clubes y los espacios recreativos para menores, se multiplicó exponencialmente las horas que destinan las familias, o más precisamente las mujeres, a sus hijos e hijas. 

“Los datos de Indec de hoy muestran un aumento de la pobreza, pero sobre todo que se ampliaron las desigualdades entre las familias que tienen hijos e hijas y las que no”, concluyó Díaz Langou. 

Como elementos para comprender el dato Leopoldo Tornarolli, economista del Centro de Estudios Distributivos, Laborales y Sociales (Cedlas), mencionó que si bien el empleo en el cuarto trimestre creció un poco respecto del tercero, lo que podría haber empujado una caída de la pobreza, en el cuarto trimestre se aceleró la inflación, con un impacto fuerte en las líneas de indigencia y pobreza. “Mi impresión es que el efecto negativo de la inflación más que compensa el efecto positivo de la recuperación del empleo”, sostuvo. “Los empleos del cuarto trimestre son en su mayoría informales, con ingresos que no suelen alcanzar para salir de la pobreza. Por el contrario, la aceleración de la inflación afecta a todos los hogares, incluso los que ya tenían empleo y habían zafado por poco de la pobreza hasta ahora”, añadió el economista, que había estimado un dato de 41,8%.

Dado que el dato del semestre es el promedio de los últimos dos trimestres, se puede deducir —según explicó Tornarolli— que fue muy negativo el resultado del último trimestre. “Los números publicados por Indec implican que la pobreza en el cuarto trimestre habría sido 45,2%, apenas 2 puntos porcentuales menor a la tasa de pobreza que hubo en el segundo trimestre, cuando mas fuerte fue la cuarentena y la caída de la actividad y el empleo”, detalló. “En ese sentido, el resultado que ahora conocemos ilustra a las claras el daño que produce la inflación en los ingresos de los hogares de los estratos bajos y medios, deteriorando su poder adquisitivo”.

La caída de los salarios reales es un dato que explica buena parte del deterioro de los hogares. Según datos de la consultora Ecolatina, entre 2018 y 2019 el salario real de los trabajadores formales retrocedió 17,5%, a lo que se sumó una pérdida de 3,2% en el año de pandemia. También el aumento del desempleo es un factor central, que pasó de 8,9% al 11% en pandemia y mostró un empeoramiento en su calidad, con empleos asalariados privados perdiendo incidencia en relación con informales y cuentapropistas. 

Para estimar el número de personas por debajo de la línea de pobreza el Indec toma como referencia el costo de la Canasta Básica Total (CBT), que en febrero fue de $57.997 para una familia tipo, y la compara con los ingresos de los hogares. Aquellos que no alcanzan a cubrir esta canasta, son considerados pobres. Si los ingresos no alcanzan para cubrir ni siquiera la Canasta Básica Alimentaria (CBA), de $24.575 en la última medición, entonces se los considera indigentes. 

Si, en cambio, se mide la pobreza de manera multidimensional y no sólo por nivel de ingreso, el dato se eleva al 47% de la población en el primer semestre de 2020 (21 millones de personas) según el Sistema de Información, Evaluación y Monitoreo de Programas Sociales (Siempro). Con esta medición, que contempla factores como la vivienda, la asistencia escolar, el empleo o el acceso a la salud, los menores de 18 años que se encuentran en situación de pobreza es más de la mitad: el 54,2%. 

En la misma línea, el Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica Argentina detectó que en 2020 el 65,2% de los hogares argentinos tenían al menos alguna carencia, mucho más que el 34,9% de los hogares que mostraban una pobreza por ingresos. 

DT

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