“Abuelito”, “fracasado”, “vigila tus palabras”: Trump y el halcón de Putin se cruzan en público en pleno ultimátum sobre Ucrania

Donald Trump y el expresidente ruso Dmitri Medvédev protagonizaron, en las últimas horas, un intercambio de mensajes en la redes sociales que ejemplifica el cambio de tono entre Rusia y Estados Unidos, a pocos días para que venza el nuevo ultimátum del líder norteamericano a Vladímir Putin para llegar a un acuerdo sobre un alto el fuego en Ucrania.
En una publicación en Truth Social, este jueves por la mañana, Trump escribió: “Decidle a Medvédev, el fracasado expresidente de Rusia, que todavía se piensa que es presidente, que vigile sus palabras. ¡Está entrando en territorio muy peligroso!”.
El mensaje respondía a varios comentarios de Medvédev, actual vicepresidente del Consejo de Seguridad ruso, de los últimos días, a raíz de las iniciativas del líder norteamericano sobre las negociaciones en Ucrania.
Tras acortar el ultimátum de 50 días a 10 o 12, el expresidente ruso escribió en X dirigiéndose a Trump: “Rusia no es Israel, ni tan siquiera Irán. Cada nuevo ultimátum es una amenaza y un paso hacia la guerra. No entre Rusia y Ucrania, sino con su propio país. ¡No sigas el camino de Joe el dormilón!”, en referencia al modo en que despectivamente Trump se refiere al expresidente Biden.
Cuando el senador republicano Lindsey Graham criticó las palabras de Medvédev y le pidió que “se sentaran a la mesa de negociaciones”, él le contestó: “No les corresponde a vos ni a Trump dictar cuando debemos sentarnos a la mesa de negociaciones. Las negociaciones llegarán cuando se hayan logrado todos los objetivos de nuestra operación militar.” Y lo remató: “¡Trabajen primero en América, abuelitos!”
En su reacción, Trump también menospreció las economías india y rusa, tras anunciar aranceles del 25% a las exportaciones del país del sur de Asia a EEUU y “penalizaciones adicionales” si sigue comprando armas y energía a Rusia. “No me importa lo que India haga con Rusia. Pueden hundir juntas sus economías muertas”, escribió.
Y Medvédev elevó el tono otra vez. En una publicación en Telegram, el expresidente amenazó a Trump con represalias nucleares, una carta que usa con frecuencia. “Déjenme recordarle su película favorita sobre muertos vivientes, además de cuán peligrosa puede ser una mano muerta que no existe en la naturaleza”.
La “mano muerta” es un sistema automático de represalia nuclear desarrollado por la Unión Soviética durante la Guerra Fría. En Occidente, es conocido como “Dead Hand”. Aunque Rusia nunca confirmó oficialmente que siga activo, varias fuentes y exmilitares rusos indicaron que se mantiene operativo en una versión modernizada con un propósito disuasivo.
Medvédev, de moderado a radical
Dmitri Medvédev es considerado un verso libre en el entorno del Kremlin y una de sus voces más duras. A pesar de haber dado signos de apertura y liberalización durante su mandato presidencial, entre 2008 y 2012, en los últimos años su postura se ha radicalizado.

En sus tuits y discursos, es habitual la retórica nuclear, la deshumanización de los ucranianos y los insultos a los europeos. Los expertos a menudo alertan de que sus mensajes, igual que los de la portavoz de Exteriores rusa, María Zajárova, no deben tomarse como la posición oficial del presidente ruso. Más bien, sirven para que las posiciones del Kremlin aparezcan moderadas y son un intento de no perder relevancia pública.
Sin embargo, el hecho de que haya entrado en una batalla dialéctica con el presidente norteamericano y que, lejos de retractarse después de que éste le responda, haya optado por subir el tono, sugiere que, a diferencia de en ocasiones anteriores, esta vez desde el Kremlin nadie lo frenó.
Cuando Medvédev sí reculó
En junio, tras el bombardeo norteamericano sobre las instalaciones nucleares iranianas, Medvédev ya arremetió contra Trump. “A este ritmo, ya se puede olvidar del Premio Nóbel de la Paz. Qué manera de empezar, señor presidente. ¡Enhorabuena!”, le espetó en X.
Sin embargo, lo que más molestó al líder de EEUU fue una aparente amenaza velada que fórmulo el vicepresidente del Consejo de Seguridad ruso. “Un número de países está dispuesto a suministrar directamente cabezas nucleares a Irán”, advirtió también en un mensaje en la misma red social.
Desde Truth Social, Trump escribió: “¿Acabo de escuchar al expresidente Medvédev soltar a la ligera la palabra N (nuclear), y diciendo que él y otros países podrían suministrar cabezas nucleares a Irán? ¿O fue solo mi imaginación?”. Y, a continuación, añadió: “La palabra N no debería tratarse tan a la ligera. Supongo que por eso Putin es el jefe”.
En aquella ocasión, Medvédev sí dio marcha atrás a las pocas horas. En un comunicado, aclaró que Rusia “no tenía intención” de proporcionar armas atómicas a Irán y que él solo había querido alertar sobre la “posibilidad” de que otros estados lo hicieran.
El aval del Kremlin
El cambio de tono del expresidente ruso concuerda con la frialdad con la que el Kremlin reaccionó al nuevo ultimátum de Trump antes de aplicar aranceles y sanciones secundarias a la economía rusa. En recientes ruedas de prensa, su portavoz, Dmitri Peskov, que siempre había elogiado los esfuerzos diplomáticos de la Casa Blanca, se ha limitado a señalar que “toman nota” de las palabras del presidente de EEUU.
También la prensa afín al Kremlin ha endurecido el discurso contra el líder norteamericano. En el Moskovski Komsomólets, Polina Konoplianko, escribe: “Trump dijo que no quiere hablar más con Putin, que lo ha decepcionado. Para ser honesta, no me importa lo más mínimo.”
“Las locomotoras de Trump y Putin avanzan la una hacia la otra y ninguna parece echarse a un lado, detenerse o dar la vuelta. Ambos líderes se han puesto a sí mismos en una posición en la que un cambio de rumbo significa una humillación”, escribió por su parte, otro columnista, Mijaíl Rostovski.
Mientras tanto, el Komsomólskaya Pravda preguntó este miércoles a una psicóloga clínica qué opinaba de Trump viendo el Despacho Oval, a lo que la especialista respondió: “Es alguien extrovertido, muy nervioso, propenso a la melancolía. Le falta confianza. Su intuición prevalece por encima del pensamiento racional. A menudo toma decisiones impulsivas”.
0