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El vínculo entre la Iglesia y la derecha

El presidente de los obispos españoles salta a la política: pide elecciones anticipadas y participa en actos con Abascal

El arzobispo de Valladolid y actual presidente de la CEE, Luis Argüello.

Jesús Bastante

en religiondigital.com —

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“La salida a este bloqueo institucional es dar voz a los ciudadanos”. De manera sorprendente, el presidente de la Conferencia Episcopal española, Luis Argüello, rompía una tradición no escrita en las relaciones de Iglesia-Gobierno en España, según la cual ni los obispos se metían en la conformación del Ejecutivo, ni el poder civil entraba a valorar los procesos electorales en el seno de la Casa de la Iglesia. Las palabras del arzobispo de Valladolid se dieron en una entrevista concedida este domingo al diario ABC, y en mitad del escándalo del 'caso Cerdán' que ha salpicado a la secretaría de Organización del PSOE.

En la misma, Argüello respondía con un rotundo “sí” a la pregunta directa de si habrían de convocarse elecciones anticipadas. Y es que, para el líder de la Iglesia católica española, “la situación” que se vive en España “muestra hasta qué punto es un timbre de alarma fuerte el respetar las reglas del juego”.

Las declaraciones de Argüello suponen la primera ocasión en democracia en la que el presidente de los obispos exige al presidente del Gobierno en ejercicio que convoque elecciones. A eso se le une que lo hizo la víspera de encontrarse, mano a mano, con el líder de Vox, Santiago Abascal, y con el filósofo de cabecera de la ultraderecha, Miguel Ángel Quintana Paz, en la presentación del último libro de este, celebrado este lunes en la sede de la Fundación Pablo VI. Allí, el arzobispo hizo suyo uno de los mantras de la ultraderecha católica: la necesidad de una “batalla espiritual” para que los creyentes participen en la “batalla cultural”.

En este sentido, el progresivo acercamiento de Argüello a las tesis de la ultraderecha ha venido de la mano del ISEEP, el 'think tank' de Vox que dirige Quintana Paz y del que el presidente de la Conferencia Episcopal es profesor. Un ISEEP que este verano ha organizado unos cursos que serán clausurados por uno de los principales enemigos del fallecido papa Francisco, el cardenal alemán Gerhard Müller.

El perdón de Sánchez, “irrelevante políticamente”

Argüello desgranaba en las páginas del diario que “el punto de referencia inexcusable pasa por el respeto a la división de poderes y a la independencia de los jueces, a las investigaciones que las policías judiciales, se llamen UCO o de cualquier otra forma, a la Policía y la Guardia Civil que colabora en los procesos de instrucción con los jueces y los tribunales de Justicia”. También valoraba como insuficientes las disculpas ofrecidas el jueves por el presidente del Gobierno.

“Veíamos al presidente pidiendo perdón, que es un gesto humanamente reconocible, pero políticamente es irrelevante en el sentido de cómo el perdón debe traducirse en otro tipo de medidas”, subraya Argüello, quien ve “sorprendente” que los principales implicados “han sido los dos últimos secretarios de organización de un partido político [Ábalos y Cerdán], con lo cual la significación institucional va más allá de lo personal”.

Por eso, añadía, “aunque la petición de perdón siempre es un hecho valioso, hay una dimensión institucional que precisa ser abordada y que debe ser coherente con la misma petición de perdón. Y, sobre todo, hay que buscar salidas a lo que parece claro que es una situación de bloqueo institucional, parlamentario y en el propio poder ejecutivo. Yo creo que esto pide una salida y en democracia pareciera que la salida más evidente es dar voz a los propios ciudadanos”.

“Es una clara extralimitación y estas son las cosas por las cuales gran parte de la sociedad española aviva su rechazo a una Iglesia politizada”, reflexiona el sociólogo Fernando Vidal, que lamenta la petición de dimisión: “Es cruzar una línea roja”.

Lo cierto es que, más allá de eso, sus palabras reflejan una doble vara de medir. Así, los defensores de Argüello apelan a su libertad como ciudadano para ofrecer una mirada sobre la realidad al tiempo que se escandalizaron, hace apenas un mes, cuando la ministra de Igualdad, Ana Redondo, pedía una reunión con el presidente de los obispos a cuenta de las terapias de conversión. Entonces, los sectores eclesiásticos exigían respeto y señalaban que el poder civil no era quién para inmiscuirse en la doctrina de la Iglesia sobre el acceso de la comunión a las personas homosexuales.

En este sentido, fuentes gubernamentales critican el “doble rasero” de Argüello, que “se siente capacitado para criticar las acciones de un Gobierno legítimamente constituido, o para exigir dimisiones o elecciones anticipadas”, pero “no tolera que le digamos que algunas de sus normas son inconstitucionales”. Desde el Ejecutivo, por el momento, no contemplan tomar medidas ni hacer una crítica oficial a las palabras de Argüello.

Temor interno a una declaración episcopal

Otra cosa, bien distinta, sería que la Comisión Permanente de la CEE, reunida esta semana en Madrid, emitiera una nota en este sentido, algo que teme la minoría aperturista del episcopado, y que auguran algunos 'oráculos' episcopales. “Si luego alguien, en el Gobierno o más a la izquierda, utiliza estas declaraciones para lanzarse contra los beneficios fiscales de la Iglesia, o para 'resucitar' otros temas (Cuelgamuros, financiación, conciertos educativos), diremos, no sin razón, que el Ejecutivo ataca a los católicos. Pero es que a veces se lo ponemos tan fácil...”, lamenta un obispo español, que contempla con desazón cómo la polarización política ha llegado, “espero que no para quedarse”, a la Iglesia.

Quien sí respondió a Argüello fue el grupo federal Cristianos Socialistas PSOE que, en un comunicado, expresó su “rechazo” a las declaraciones del presidente de la Conferencia Episcopal. “El representante de la Iglesia Católica ha mostrado una clara tendencia política que no corresponde a lo que representa, sino a lo que piensa como presunto seguidor de una ideología de derechas”, señala la nota de la corriente federal socialista que denuncia cómo “monseñor Argüello se suma, con indisimulado entusiasmo, a lo que desea el líder del Partido Popular, el señor Feijóo, y junto a él otros miembros y organizaciones de la derecha extrema y de la extrema derecha”.

“El pronunciamiento de parte que hace el presidente de la Conferencia Episcopal Española contrasta con el silencio, la mayoría de las veces, o con su tibieza ante situaciones en las que sí correspondía que se pronunciara con contundencia y que afecta a miembros de la iglesia católica, o atentan contra los principios de respeto a la mujer, lucha contra la violencia machista y la homofobia”, recalca el comunicado, que culmina apuntando que las palabras de Argüello “no contribuyen por su falta de sensatez, inclinándose por intereses políticos en una actitud que no representan el equilibrio y la mesura que debe corresponder a quien es presidente de la Conferencia Episcopal Española”.

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