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OPINIÓN

El nuevo cuco de la derecha: Biden es el hombre de la bolsa que nos va a dejar sin bifes ni hamburguesas

Trump había advertido que si ganaba Biden, EEUU se iba a quedar sin luz -no ocurrió- , y después Fox News anunció que Biden iba a limitar por ley el consumo de carne -no ocurrió, y tuvo que retractarse por difundir una noticia inventada-.

Art Cullen

Storm Lake, Iowa / EEUU —

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La verdadera amenaza para nuestra forma de vida, y para el bistec del sábado por la noche, es la industria de alimentos oligopólica, que estuvo a punto de colapsar la primavera pasada cuando el Covid-19 empezó a matar a los trabajadores de mataderos y frigoríficos.

El presidente Barak Obama venía a privarnos de nuestro derecho a portar armas. No sucedió. Después, el presidente Donald Trump dijo que los socialistas nos iban a quitar la energía. Las luces permanecen encendidas después de 100 días de Joe Biden, aunque se puso peligroso en Texas por un tiempo (y no, las turbinas de la energía eólica no causaron la tormenta de hielo).

¡Vaya, Nellie! -como diría Keith Jackson mientras transmite un partido de futbol- oímos que vendrá un ladrón de hamburguesas que te va a robar el derecho a comer carne de vaca antes de que puedas decir “Pásame el kétchup”.

Como yo no tengo ni siquiera una pistola de aire comprimido, Obama no me alarmó. Como apenas tengo energía para levantarme de la cama, ignoré la advertencia de Trump. Pero puedo ponerme muy nervioso si tienes los ojos puestos en mi chuleta.

Resulta que al canal de noticias Fox News, los cuervos le comieron los ojos. Tuvo que retractarse de una historia que afirmaba que Biden los quería privar de su derecho divino a matar y comerse un ternero gordo. Fue una gran mentira, como todas las demás: que tus derechos de propiedad serían revocado en beneficio del pececillo topeka y otras criaturas en peligro de extinción; que la elección fue fraudulenta, excepto en Iowa, donde Trump ganó en una ola arrasadora; que la Ley de Cuidado de Salud a Bajo Precio (Obacamare), promulgada por Obama, te divorciaría de tu médico y se lo daría en matrimonio a los socialistas.

La mentira comenzó en Daily Mail, que por supuesto presumía de saber qué pensaba exactamente el secretario de Agricultura de EEUU. Daily Mail insistió en que el consumo de carne debería reducirse en un 90% si se quería cumplir con los objetivos climáticos de fijados por el presidente Biden, y citaba en su apoyo parte de un estudio de la Universidad de Michigan.

Mientras tanto, esto es en lo que realmente está pensando el secretario de Agricultura, Tom Vilsack: eructos de vaca y excremento de cerdo. Quiere más ganado en el pasto al aire libre como parte de un sistema con emisiones reducidas resistente al clima extremo. Vilsack está proponiendo dinero para dispositivos que producen y capturan metano para invernaderos, para alimentos de granjas y venta de  abono seco, y se prepara para recibir una tonelada de fuego antiaéreo de la izquierda por ello.

Después de los primeros 100 días socialistas de Biden, la corporación internacional Tyson -en Arkansas- está trabajando a toda máquina produciendo carne de cerdo y pavo en la ciudad de Storm Lake -en el estado de Iowa- con mano de obra no sindicalizada. La industria de la hamburguesa se está difundiendo por todas partes, desde el estado de Missouri hasta el de Dakota del Sur. Los 450 gramos de los cuartos traseros del pollo costaban solo 69 centavos en el supermercado la semana pasada.

Hay un buen número de miembros de la Asociación Nacional del Rifle (NRA) que sospechan profundamente de Obama y Hillary Clinton, pero que también quieren ríos y lagos más limpios, más zonas de amortiguamiento de pasto para el hábitat y límites a los confinamientos de ganado. Ellos conocen la diferencia entre una mentira vil y otra endulzada.

Y ellos sienten que la verdadera amenaza a su forma de vida, incluido el solomillo del sábado por la noche, es un sistema alimentario de oligopolio osificado que estuvo al borde del colapso la primavera pasada cuando sus trabajadores fueron vencidos por Covid-19. Los precios de la carne se dispararon un 50% cuando las plantas procesadoras de carne de cerdo Waterloo y Sioux Falls -en Dakota del Sur- cerraron durante una semana. Por primera vez en mi vida, los mostradores de carne estaban vacíos. El sistema falló. Hemos eliminado la diversidad de la cadena de suministro de alimentos. Solo unos pocos productores y empacadores paran, y cuando uno de ellos cae, todos tenemos más hambre.

El susto de “Biden elimina la carne” contradice el miedo de Big Meat Hamburger cuando su propio sistema insostenible chocó contra sus límites.

El ganado puede ser protegido de manera humana para una producción eficiente de alimentos y una mejor protección contra las enfermedades. Podemos terminar con mucho más ganado en pasto al aire libre en beneficio del planeta. Podemos mejorar la seguridad alimentaria con más diversidad en la producción y mercados abiertos y competitivos. Casi todo el mundo en el Midwest de EEUU entiende estos principios básicos.

Entonces, cuando se quiere infundir miedo haciendo creer que vamosa a perder la carne, el mensaje se ve estúpido. No va prender, esa mentira, igual que nadie se cree que las turbinas eólicas matan a los gansos. Bien lo sabemos.

Con el tiempo, la estupidez se vuelve obvia aun para el menos entusiasta. La fija de que iban a prohibir las balas resultó ser una artimaña de los fabricantes de municiones. Perdió mucho prestigio el lobby de las armas cuando los socios que pagaban puntualmente sus cuotas se dieron cuenta de que los estaban engañando para que los precios pudieran gozar una buena racha de alzas. En consecuencia, esa organización está perdiendo sus adherentes, y no se afilian nuevos.

Cuantas más mentiras dicen, peor.  

Finalmente, la gente lo resuelve. Incluso el “chamán QAnon” que se estrelló contra el Capitolio con un casco de cuerno se dio cuenta de que lo habían engañado cuando en la cárcel no le dieron de comer alimentos orgánicos.

Vilsack aseguró al público que en el Departamento de Agricultura de los EEUU (USDA) les encanta la carne roja, y que si pudieran comerían más. En su discurso ante el Congreso, Biden les buscó seguidores a los cultivos de servicios ambientales, y auguró un gran paso en el progreso hacia un mejor medio ambiente ampliamente apoyado sobre la agroindustria. En Iowa, republicanos y demócratas están trabajando para fortalecer a pequeños frigoríficos.

A pesar de las matanzas de peces causadas por las inundaciones de estiércol que invadieron los ríos del noroeste de Iowa esta primavera, no se hará nada para prevenir la próxima invasión. Sólo se sancionará a la industria imponiéndole el pago de una exigua multa. Estas cosas, a la gente, le interesan. Se preocupan por la resistencia a los antibióticos y por las pandemias virales inherentes a nuestro sistema. Quieren soluciones razonables basadas sobre la ciencia y la realidad. Cuando en la atmósfera empiezan a circular muchas viles mentiras, al final el aire apesta. Y es algo que puede acarrear consecuencias.

 

*Art Cullen es editor en The Storm Lake Times, que se publica en el  en el noroeste de Iowa, y ganó un premio Pulitzer como editorialista de este periódico. Es columnista de The Guardian US y autor del libro Storm Lake: Cambio, resiliencia y esperanza en el corazón de Estados Unidos.

 

Traducción del inglés de Alfredo Grieco y Bavio

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