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Guerra en Ucrania
Los movimientos sociales celebran la renuncia del presidente de Sri Lanka, en crisis por la falta de divisas para comprar combustible y alimentos

Imagen de archivo de Ranil Wickremesinghe, jefe de Gobierno y ahora presidente encargado en Sri Lanka, tras ser designado para ese puesto por el dimitido jefe de Estado Gotabaya Rajapaksa.

Aanya Wipulasena / elDiario.es

Colombo, Sri Lanka —

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Antes de abandonar el miércoles Sri Lanka para huir a Singapur, en el sudeste del continente asiático, Gotabaya Rajapaksa, elegido presidente en 2019, delegó su poder en el primer ministro, Ranil Wickremesinghe, quien asumió entonces sus funciones. Al hacerse oficial el viernes la dimisión presidencial, el premier ha tomado posesión de la Jefatura de Estado de forma interina.

Wickremesinghe detentará dicho cargo hasta el miércoles. En una votación secreta, los 225 diputados del Parlamento elegirán ese 20 de julio al nuevo presidente. Le tocará la misión de reconducir la severa crisis económica e institucional que atraviesa el país insular.

Una dimisión anticipada

Tras el asalto el pasado sábado de las residencias oficiales de Rajapaksa y de Wickremesinghe, entonces primer ministro, en la jornada más crítica de las manifestaciones, ambos se vieron obligados a huir y manifestaron su decisión de dimitir.

Sin embargo, solo Rajapaksa se mantuvo firme en su decisión, y pese a que retrasó el anuncio que se esperaba que se hiciera efectivo el miércoles, finalmente envió el jueves desde Singapur su carta de renuncia a través de un enviado diplomático.

Una vez que se autenticó la carta en la mañana del viernes, el presidente del Parlamento reveló lo que era un secreto a voces y oficializó la renuncia de Rajapaksa, la primera de un presidente desde que el país adoptó el sistema presidencial de gobierno en 1978.

Sin tiempo que perder, Wickremesinghe, presidente en funciones desde la marcha de Rajapaksa, tomó a las pocas horas posesión de su cargo y comunicó que se encargaría de crear un ambiente seguro para que los parlamentarios pudieran designar al nuevo presidente el 20 de julio. Para alcanzar ese objetivo, el presidente del Parlamento convocó mañana una sesión extraordinaria donde empezaran a discutir sobre los posibles candidatos a ocupar la Jefatura del Estado.

Día de fiesta, meses de crisis

La alegría se apoderó de las calles de Colombo, la ciudad capital del país, desde bien entrada la madrugada. Enterada de la inminencia de la dimisión del presidente, la gente comenzó a celebrar el éxito de unas protestas que exigían desde finales de marzo la renuncia de Rajapaksa por su gestión de la crisis económica.

“El anuncio de la dimisión por la mañana no era nada nuevo para nosotros. Por la noche supimos que el presidente del Parlamento recibió la renuncia, así que tiramos petardos, tocamos música y celebramos por la noche”, dijo a Efe Buddhi Prabodha Karunaratne, uno de los manifestantes.

Una vez se hizo efectivo el fin del mandato de Rajapaksa, rápidamente comenzaron las convocatorias para que la gente se concentrase en el parque Galle Face, epicentro de las manifestaciones desde sus inicios.

La renuncia del expresidente no es suficiente para la mayoría de los manifestantes, que piden que Wickremesinghe corra su misma suerte. “El enemigo común se ha ido, pero ahora una persona mucho más peligrosa está en el poder. Ranil (Wickremesinghe) necesita ser ahuyentado. Debemos permitir que el Parlamento se reúna y haga el trabajo de acuerdo con la Constitución”, afirmó a Efe Erandi de Alwis, otra de los miles de personas que reclaman la dimisión del presidente encargado.

Rescatar el rescate financiero extraviado

Sri Lanka afronta la peor crisis económica desde su independencia del imperio británico en 1948, provocada por el gran endeudamiento, erradas políticas gubernamentales, el impacto de los atentados de Pascua y la pandemia del coronavirus sobre el turismo, y ultimada por las consecuencias de la guerra en Ucrania sobre los precios internacionales y la escasez de hidrocarburos y cereales.

Con las reservas internacionales marcando mínimos históricos y la decisión de defaultear su deuda externa el pasado abril, Sri Lanka se acercó al FMI en busca de una línea de crédito para restaurar la estabilidad fiscal, al tiempo que intenta alcanzar acuerdos con sus prestamistas para la reestructuración de la deuda.

En el marco de estas negociaciones, ahora paralizadas a la espera de que el futuro presidente nombre un nuevo Gobierno, el FMI manifestó el viernes su intención de retomar las negociaciones para un programa de rescate urgente, una vez se resuelva la crisis institucional que atraviesa la isla.

“Esperamos una resolución que permita retomar el diálogo sobre un programa de asistencia del FMI”, afirmó hoy el portavoz del ente financiero, Gerry Rice, en una declaración de vídeo publicada en Twitter. Tras la última visita oficial del FMI a la isla la última semana de junio, Wickremesinghe anunció que confiaba en poder oficializar el rescate a finales de julio. Sin embargo, el estallido de esta nueva crisis política que corona los meses de protesta social retrasará varias semanas la culminación de ese acuerdo.

AGB

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