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ROCCA AL PODER

Con altos ejecutivos y un funcionario clave, Techint desembarcó en YPF y en el gobierno de Milei

Marin en YPF, durante sus primeros días de gestión al frente de la petrolera. Prensa YPF.

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La multinacional ítalo-argentina Techint desembarcó en dos áreas clave de la política energética nacional: la petrolera de bandera YPF y la secretaría de Energía de la Nación, de acuerdo a la información corroborada por elDiarioAR. El grupo empresario que lidera Paolo Rocca -referente de la tercera familia más rica del país- financió la campaña presidencial de Javier Milei con $20 millones, pero además el propio Rocca respaldó abiertamente al Presidente y su política de ajuste extremo y desregulación de la economía.

Mientras tanto, cuatro altos ejecutivos de su grupo fueron designados en el directorio de YPF, motor de la política energética nacional y de la industria de gas y petróleo; y en el Gobierno al menos un quinto ex ejecutivo de Techint asumirá un cargo público, confirmó una fuente oficial a elDiarioAR

Luis de Ridder, ex gerente de Tecpetrol, la petrolera del grupo de los Rocca, integra el equipo del secretario de Energía, Eduardo Rodríguez Chirillo, según confirmaron fuentes oficiales. “Es un excelente profesional, de una trayectoria impecable y es integrante del equipo de Rodríguez Chirillo desde sus inicios”, comentan en los despachos del Gobierno. Es decir, trabaja desde principios de 2023 con el ex consultor en España repatriado por Javier Milei para dirigir la cartera de Energía.

De Ridder trabajó 29 años en Tecpetrol, la mayor productora privada de gas en Vaca Muerta -YPF es la principal-, y suena como eventual subsecretario de Hidrocarburos, según el portal Econojournal. En cambio, en el Ministerio de Capital Humano descartaron las incorporaciones en la Secretaría de Trabajo de Julio Gabriel Cordero, actual director laboral de Techint; o de Miguel Ponte, que fue director de recursos humanos de una de las siderúrgicas del grupo, Ternium Siderar, antes de integrarse al gobierno de Mauricio Macri como secretario de Empleo y después pasarse a la consultoría. 

En YPF

El principal hombre de Techint en YPF es Horacio Daniel Marin, quien ejerció como presidente de Exploración y Producción de Tecpetrol. Marin llega con amplio poder a YPF y para otorgárselo oficialmente los accionistas deberán modificar el estatuto de la compañía.

El 14 de diciembre último, el directorio de YPF aceptó la renuncia de las principales autoridades de la compañía -Pablo González y Pablo Iuliano, entre otros- y designó a Marin como presidente del directorio y Gerente General (CEO) de la compañía. Esta última decisión de concentrar ambos cargos en Marin quedó condicionado a la aprobación por parte de la Asamblea de Accionistas que se celebrará el 26 de enero, ya que implica la modificación del Estatuto Social de YPF, que impedía esa posibilidad. 

Hasta la asamblea de enero, las funciones correspondientes al CEO serán ejercidas de manera temporal por las vicepresidencias ejecutivas de Upstream, Downstream y Gas y Energía, comunicó la petrolera en un documento ante la Comisión Nacional de Valores (CNV).

Mientras tanto Marin ya desembarcó como presidente de la compañía junto a tres ex ejecutivos de Techint que ocupan cargos clave: el Chief Financial Officer (CFO) será Federico Barroetaveña, quien viene de desempeñar ese mismo cargo en Techint Ingeniería y Construcción, una de las compañías del grupo, la que construyó parte del gasoducto Néstor Kirchner, desde Vaca Muerta a Salliqueló (provincia de Buenos Aires).

La vicepresidencia ejecutiva Upstream -exploración y producción- quedó a cargo de otro hombre recientemente salido del grupo de los Rocca: Matías Farina, ex ejecutivo de Tecpetrol.

La vicepresidencia de Infraestructura ya está a cargo de Gustavo Gallino, ex director general de Techint Ingeniería y Construcción hasta su llegada a YPF. Es quien tendrá a su cargo, además, el desarrollo de Vaca Muerta Sur, el oleoducto que la petrolera busca construir para la exportación de crudo a partir de 2026, un proyecto cuestionado por su impacto medioambiental en una zona donde estaba prohibido el transporte de crudo en la provincia de Río Negro.

YPF es la principal productora de gas y petróleo del país, cuenta con la principal red de estaciones de servicio y presencia exclusiva en más de 200 ciudades donde sólo llega la petrolera de bandera. Es, además, competidora de Tecpetrol.

“Siempre soñé con trabajar en YPF”, les dijo Marin a los empleados y empleadas de la petrolera de bandera en la refinería que la empresa tiene en la ciudad de La Plata. Fue durante su presentación como nuevo CEO de la compañía en los últimos días. 

Marin dijo estar “orgulloso y feliz” de integrar YPF. “Es lo máximo que me ocurrió en mi carrera profesional”, afirmó. “Era mi Wimbledon”, agregó el ex Techint.

Marín fijó que su plan es “cuadriplicar el valor de la compañía en cuatro años”. “Nada nos va a poder frenar en esta transformación de la compañía”, sostuvo. “Tenemos que convertir a YPF en una gran exportadora de crudo y hacer realidad el proyecto de GNL (gas natural licuado, el que se exporta por barco) para el país. Si logramos eso, vamos a contribuir a cambiar la Argentina con el ingreso de divisas y el impulso del crecimiento de la economía”, aseguró.

El Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) anunciado este miércoles por la noche por cadena nacional estableció la transformación de las Sociedades del Estado en Sociedades Anónimas, primer paso para la ola de privatizaciones anunciada por Milei. YPF ya es una sociedad anónima, como se estableció durante la expropiación del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, por lo que el DNU no alcanza a la compañía.

La petrolera tiene el 51% de sus acciones en manos del Estado: dentro de ese 51%, el 51% el del Estado Nacional y el resto es de las provincias que integran la Organización Federal de Estados Productores de Hidrocarburos (Tierra del Fuego, Santa Cruz, Chubut, Río Negro, Neuquén, La Pampa, Mendoza, Salta, Jujuy y Formosa). El 49% del total de las acciones cotiza en las bolsas de Buenos Aires y Nueva York.

Vender la titularidad de las acciones en manos del Ejecutivo implica requerimientos mucho más exigentes en el caso de YPF: la transferencia de acciones no puede hacerse sin los dos tercios de los votos de los miembros del Congreso. Además, el estatuto histórico de YPF tiene una protección extra: establece que quien quiera vender sus acciones debe realizar primero una oferta al resto de los accionistas de la compañía. Esa fue la cláusula que el gobierno de Fernández de Kirchner no cumplió cuando expropió las acciones de Repsol y que le costó al Estado una condena en Nueva York a pagar US$16.000 millones a los fondos de inversión que adquirieron el juicio al grupo Petersen. Esta exigencia del estatuto hace mucho más complejo el proceso de una eventual privatización de las acciones del Estado Nacional.

ED/DTC

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