Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
La campaña de peronismo

Tras el peor dato en 32 años, Massa fantasea con una baja abrupta de la inflación

El ministro de Economía Sergio Massa al encabezar una reunión de su gabinete.

0

Una vez, allá por noviembre de 2022, luego de tres meses de baja de inflación, Sergio Massa se animó a pronosticar que en abril del 2023, el índice de precios estaría en 3 puntos. El calendario optimista no contempló un imponderable: vino la sequía, que perforó el ingreso de dólares, agravó la crisis y, según los argumentos de Economía, rompió la previsión de entrar en la temporada electoral con una inflación a la baja y menos estridente que la del 2022. “Veníamos bien, pero nos mató la sequía: en noviembre fue de 4,9%, iba a seguir bajando como decíamos pero...”, explican en Economía cuando se recuerda aquella secuencia.

Diez meses después, luego de conocerse el número más alto en 32 años, con un 12,4% de variación mensual de precios, Massa vuelve a creer que puede revertir ese proceso que algunos, como el bloque de diputados de JxC (así lo señalaron en una charla vía zoom con Daniel Artana, mano derecha de Carlos Melconian, candidato a ministro de Patricia Bullrich) identifican como un clima de “pre hiperinflación”. En otra dimensión, Massa cree que el dato de agosto fue casi “milagroso” si se toma en referencia que la devaluación fue de 22% que venía, además, con un arrastre programado -crawling peg- de 8 puntos.

Optimista al extremo, convencido de que en ese trámite se juega parte de su suerte electoral, Massa transmite a su entorno una proyección casi de película: que el dato de IPC de septiembre estará abajo de los 10 puntos y que el de octubre, que se conocerá antes del balotaje, será de la mitad del de agosto. Es decir: volver a los valores de junio/julio pasado. Sería una baja abrupta, a simple vista inédita, en un clima enrarecido que viene con una inflación inercial pero a la que, además, el gobierno puede agitar con la inyección de recursos que implican las últimas medidas oficiales: la suma fija, los bonos a jubilados y beneficiarios de AUH, la reducción del impuesto a las Ganancias y, sobre todo, la devolución del IVA con un tope de 18.800 pesos al mes, que alcanzará a más de 15 millones de personas.

Toda la apuesta oficial está en el control de precios y en que la devaluación se amortiguó. A simple vista, parece desmesurado. En términos políticos, es arriesgado porque si bien ofrece un futuro más calmo en el corto plazo, se arriesga a que una pauta demasiado voluntariosa se vuelva problemática. Massa sostiene, además, que está mejor preparado para evitar saltos violentos, que atribuye a operaciones maliciosas del mercado, con el dólar blue. A su lado relatan el modus operandi de las cuevas, de los “corretas” y los operadores, y el caso de un jugador clave en el dispositivo que tuvo que huir del país buscado por la Justicia.

Secuencia

La proyección de Massa, que tiene un fin netamente electoral para tratar de cambiar el clima económico, enfrenta varias dificultades. Una, simple, es que la estimación de una baja del 50% del índice de inflación en dos meses se ve, sino como imposible, al menos como improbable. Dos, operativa: si eso ocurriese, por la dinámica de difusión de los dato a mes cumplido, el hipotético número del INDEC que refleje que en octubre la inflación rondase los 6 puntos, recién se conocería en noviembre.

Salvo que ocurra lo que ocurrió este viernes: Gabriel Rubistein, viceministro de Economía, informó que la Secretaría de Política Económica comenzará a informar, cada viernes, el dato de inflación semanal. Esta semana dio a conocer el de la primera semana de septiembre que, según estimaciones propias, estuvo en 2,1%. Mensualizado, reflejaría la pauta que desliza Massa de que el dato de septiembre esté por abajo de los 10 puntos. El informe invoca datos del INDEC y “otras fuentes”. No faltará quien acuse a Economía de recurrir a la matemática creativa para reflejar esos datos.

“Si bien el valor semanal sigue siendo muy alto, se encuentra ya bastante más en línea con valores previos a la devaluación del mes de agosto. Estimamos que los registros semanales de inflación acentúen y consoliden su tendencia a la baja en las próximas mediciones”, indica a través de su cuenta en Twitter la secretaria.

Con ese mecanismo, si Massa pretende influir en la agenda y en el cambio de ánimo, podrá anticipar -proyectado, posiblemente discutible- los datos de inflación y mostrar la baja que trasmite su equipo antes de que el INDEC tenga que informar, en noviembre, el dato de octubre.

PI /DTC

Etiquetas
stats