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Senado Demora por desacuerdos

Mientras se espera que Milei llame a extraordinarias, aún no se sabe quién será el presidente provisional

Victoria Villarruel, vicepresidenta de la Nación.

Juan José Domínguez

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Si uno pudiera definir a las dos cámaras del Congreso por sus velocidades diría que a pesar de que son más (257), la Cámara de Diputados es más expeditiva que el Senado (72), que siempre se toma su tiempo. Un ejemplo es, por un lado, la rapidez con que la Cámara baja definió a sus autoridades y, por el otro, la indefinición respecto de quiénes conducirán a la Cámara alta por debajo de la vicepresidenta, Victoria Villarruel.

Este martes a partir de las 15 se realizará en el Senado una reunión de la comisión de Labor Parlamentaria —que es la que reúne a la presidenta del cuerpo y a los jefes de los bloques políticos— con el fin de realizar una sesión el miércoles. La razón es terminar con la indefinición y elegir en el recinto, y de una buena vez, las autoridades de la Cámara.

El designado por el presidente de la Nación, Javier Milei, para estar al frente de la Cámara baja es Martín Menem. Salvo la izquierda, que siempre se abstiene, el resto de las fuerzas políticas, incluido el peronismo, apoyó la llegada del diputado riojano, sobrino del expresidente Carlos Menem. Entendieron que la presidencia del cuerpo le corresponde al partido de gobierno, La Libertad Avanza. Pero en el Senado hay miradas distintas.

El jefe del bloque Unión por la Patria, el senador por Formosa José Mayans, reelecto por seis años más en su banca (está desde 2001), sostiene que la presidencia provisional de la Cámara alta, que es nada menos que el segundo cargo en la línea de sucesión presidencial, le corresponde a la primera minoría, es decir —en este caso— al peronismo.

“Nosotros ganamos las parlamentarias”, dijo Mayans, un hombre del caudillo Gildo Insfrán, en alusión a los comicios del 22 de octubre, donde efectivamente Unión por la Patria fue la fuerza más votada en todo el país y LLA quedó en segundo lugar.

Ese día —no el 19 de noviembre, cuando Milei venció a Sergio Massa— se definió la composición de ambas cámaras del Congreso. Por eso, Mayans sostiene que la conducción del Senado debe quedar en manos de quien tenga más senadores. Es decir el peronismo, que tiene 33 de las 72 bancas.

La postura de Mayans choca contra la de la ex vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, quién el 29 de noviembre último señaló en X (Twitter) que las presidencias corresponden al partido del presidente de la Nación.

La postura de Mayans, que comparten otros senadores peronistas, afecta directamente al elegido por Milei para la presidencia provisional, que es precisamente otro formoseño, Francisco Paoltroni.

“Ellos (por LLA) tienen sólo siete [senadores]”, dijo Mayans en declaraciones a Futurock, para insistir en su posición, a pesar de que en 2015 formaba parte del mismo Senado que, con el peronismo en mayoría, le permitió a Mauricio Macri tener a Federico Pinedo de presidente provisional.

La postura parece más bien una jugada para desplazar a Paoltroni, quien este año fue candidato a gobernador de Formosa y quedó en tercer lugar, aunque después se quedó con la banca por la minoría que venía siendo del radical Luis Naidenoff. En su lugar, otro senador de LLA se mencionaba para ocupar el segundo cargo en la línea de sucesión presidencial: el sanluiseño Bartolomé Abdala.

Quienes pasillean a diario el Palacio del Congreso señalan que detrás de este desacuerdo habría una negociación entre el peronismo y Villarruel, que necesita apoyos, vengan de donde provengan, para lograr sacar leyes, ya que LLA tiene menos del 10% de las bancas. La propia presidenta del Senado dijo este lunes que había una discusión sobre ese puesto y que se estaba “conversando ese tema todavía”. Otros señalan que Villarruel se siente más cómoda conversando con el peronismo que con esa parte de Juntos por el Cambio que apoyó a Milei y terminó quedándose con los ministerios de Seguridad y Defensa, que eran suyos.

Aunque el reglamento del Senado establece en su primer artículo que las autoridades del cuerpo (presidente provisional, vicepresidentes y secretarios) se eligen los 24 de febrero, la anunciada convocatoria de Javier Milei a sesiones extraordinarias para tratar “el paquete enorme de leyes”, tal como lo definió, vuelve necesaria una mesa de conducción ya constituida. Y esta definición se puede adelantar a cualquier momento.

En la última sesión preparatoria se le aprobó la renuncia como presidenta provisional a quien se desempeñó en ese puesto durante los cuatro años de mandato de Alberto Fernández, la santiagueña Claudia Ledesma Abdala de Zamora.

Quien sigue en ese orden, la vicepresidenta, es actualmente la radical santafesina Carolina Losada, quien no ha renunciado a dicho cargo. El reglamento dice que los mandatos de las autoridades se renuevan todos los años y que, si no hay acuerdo, se prorrogan hasta que lo haya. De manera tal que por debajo de Villarruel la máxima autoridad del Senado hoy por hoy es Losada. Luego seguiría el vicepresidente primero, que era el misionero Maurice Closs, a quien se le venció el mandato como senador, y como vicepresidenta segunda, la porteña Guadalupe Tagliaferri, del PRO.

El antecedente negativo de 2001

Como se explicó en esta nota, ni los reglamentos de las Cámaras ni la Constitución ni ninguna ley establece nada respecto de a quiénes les corresponde presidir las cámaras del Congreso.

En 2001, cuando renunció el radical Fernando de la Rúa, asumió al frente del Poder Ejecutivo un peronista, Ramón Puerta, porque el vicepresidente Carlos “Chacho” Álvarez, había renunciado en 2000 y el PJ había ganado la elección de 2001, tras lo cual consiguió tener mayor cantidad de legisladores en ambas cámaras e impuso a Puerta como presidente provisional del Senado y a Eduardo Camaño como presidente de la Cámara baja, en reemplazo de los radicales Mario Losada y Rafael Pascual, respectivamente.

Como el gobierno de la Alianza terminó violentamente, con el presidente de la Nación renunciando el 20 de diciembre y yéndose en helicóptero desde la Casa Rosada como consecuencia de las protestas en las calles, este antecedente es considerado negativo. Por eso es que, desde entonces, se estila que el espacio que más bancas tenga en las cámaras, si no es gobierno, les ceda las presidencias de ambas a legisladores que sean del partido del presidente de la Nación.

Eso pasó en 2015, cuando el peronismo era el espacio con mayor cantidad de bancas y permitió el ascenso de Pinedo a presidente provisional del Senado y de Emilio Monzó, entonces también del PRO, a presidente de la Cámara de Diputados.

JJD

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