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Para la edición de junio

Javier Milei es tapa de la revista Time: “Su plan radical para transformar la Argentina”

Milei, en la tapa de la revista Time, tras una entrevista con la corresponsal del medio estadounidense Vera Bergengruen realizada a fines de abril en Casa Rosada.

elDiarioAR

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A horas de culminar su show en el Luna Park, donde presentó el libro “Capitalismo, socialismo y la trampa neoclásica”, el presidente Javier Milei dio a conocer este jueves a través de sus redes sociales y con el texto “Fenómeno barrial” la tapa de la revista Time, que lo tiene a él como protagonista exclusivo con el título “El radical, cómo Javier Milei está impactando al mundo”.

En la entrevista con la corresponsal del medio estadounidense Vera Bergengruen, el mandatario explica la marcha de su gestión al frente del Gobierno, hace un extenso repaso de los fundamentos teóricos de su plan de reestructuración del Estado, de la inflación, del gradualismo, de la dolarización, la competencia de monedas, el “rebote” y la salida del cepo.

En un pasaje de la entrevista, Milei planteó que está en Casa de Gobierno “para hacer un trabajo; a mí me votaron para bajar la inflación, me votaron para volver a crecer y para terminar con la inseguridad. Estoy terminando con la inflación, estoy sentando las bases para volver a crecer y tenemos la calle en orden, es decir, yo estoy haciendo mi trabajo, yo estoy haciendo mi tarea”, remarcó.

Además, se mostró convencido de que la Argentina “va a ser el modelo para convertir a una nación próspera y de cómo abrazando la silla de la libertad la gente va a incrementar de manera extraordinaria sus niveles de bienestar”.

La visión de Time sobre Milei

El artículo analiza el ascenso inesperado de Milei y su impacto en la política argentina y global. En su introducción, el medio norteamericano destaca que el Presidente “habló sobre sus primeros meses en la gestión y el progreso de su terapia de choque para la economía. También habló de sus promesas de campaña, incluida su promesa de dolarizar la economía del país y de no hacer tratos con el gobierno comunista ”asesino“ de China, su alineamiento con Estados Unidos e Israel, su uso prolífico de las redes sociales, sus reuniones con el expresidente Donald Trump y el CEO de Tesla, Elon Musk, así como porqué cree que su plan económico se convertirá en un modelo mundial”. 

Para Time, “su figura se enmarca dentro de un movimiento populista de derecha que ha ganado terreno en varios países alrededor del mundo, desde Italia hasta Hungría, Brasil, Perú, Estados Unidos e India”. Y agrega: “Milei, sin embargo, presenta características únicas que lo distinguen de sus homólogos y lidera una nación con particularidades singulares como Argentina, una potencia regional rica en recursos naturales pero marcada por décadas de mala gestión política e inestabilidad económica”.

El artículo además destaca que, desde que asumió el cargo, “Milei ha implementado medidas radicales que han tenido un impacto significativo en la economía y la estructura estatal de Argentina. Entre estas medidas se encuentran congelar proyectos de obras públicas, la devaluación del peso en más del 50% y el anuncio de planes para despedir a más de 70,000 trabajadores del gobierno”.

Milei considera que estas acciones forman parte de una “terapia de choque” económica “necesaria para corregir los problemas estructurales del país. Según él, ya se están viendo resultados positivos, como la disminución de la inflación durante cuatro meses consecutivos”.

El mandatario se muestra optimista respecto a su enfoque, afirmando que Argentina “podría convertirse en un modelo global de cómo transformar un país en una nación próspera. En sus propias palabras, expresa una confianza total en que su plan será exitoso: ”Argentina se convertirá en un modelo de cómo transformar un país en una nación próspera. No tengo ninguna duda“.

Sin embargo, para la revista, “la realidad económica y social de Argentina presenta un panorama más complejo. Aunque Milei ha prometido que la ”casta política“ será la que soporte la mayor parte de la carga de sus medidas de austeridad, los efectos han golpeado duramente a los ciudadanos comunes. La tasa anual de inflación, aunque en descenso, sigue siendo una de las más altas del mundo, rondando casi el 300%. Esta situación genera dudas y críticas sobre la efectividad y el impacto social de las políticas de Milei”.

El artículo de Time refleja “el desafío que representa gobernar una nación con las características de Argentina, donde las soluciones radicales de un ideólogo pueden convertirse en un experimento de alcance global”.

“La situación argentina bajo el liderazgo de Milei no solo es una prueba para sus teorías de gobierno, sino también un caso de estudio para el mundo sobre la viabilidad y las consecuencias de aplicar políticas extremas en contextos complejos y vulnerables”, expresan desde Time.

La introducción completa textual de la nota de Time

El presidente Javier Milei odia su nueva oficina. La Casa Rosada, con su histórica silla azul y sus ornamentadas paredes con paneles, se siente manchada por sus predecesores, quienes cree que llevaron a Argentina a la ruina. Pero hay un detalle que a Milei le encanta. Grabado en el manto de una chimenea hay un león de bronce, el animal que adoptó como símbolo durante su vertiginoso ascenso al poder. Al mostrarme el vasto espacio del segundo piso, Milei señala una foto ampliada del león, apoyado en su escritorio como un tótem de su destino. “Me estaba esperando aquí”, dice.

Milei puede ser el jefe de Estado más excéntrica del mundo. No hace mucho, era un economista libertario y comentarista de televisión conocido como El Loco por sus arrebatos profanos. Las rarezas de su campaña a menudo eclipsaron el programa de austeridad que promovió para sacar al país de su crisis económica. Milei, que se ha jactado de ser un gurú del sexo tántrico, blandió una motosierra en los mítines para simbolizar sus planes de recortar el gasto público, se vistió de superhéroe que cantaba sobre política fiscal y dijo a los votantes que sus cinco mastines ingleses clonados, a los que supuestamente consulta en conversaciones telepáticas, son sus “mejores estrategas”. Se comprometió a eliminar el banco central de la nación, ridiculizó el cambio climático como una conspiración socialista y atacó al papa Francisco, el primer pontífice argentino, como un “hijo de puta izquierdista”. En noviembre pasado, ganó de manera aplastante.

El improbable ascenso de un autodenominado “anarcocapitalista” refleja la fuerza de un movimiento populista de derecha que ha ganado elecciones en todo el mundo en los últimos años. Al igual que sus homólogos de Italia a Hungría, de Brasil a Perú, de Estados Unidos a India, Milei prometió desmantelar un estado plagado de corrupción gobernado por élites oscuras. “Que todo explote, que explote la economía y que se lleve consigo a toda esta casta política basura”, dijo durante la campaña. Pero ninguno de sus homólogos es como Milei, con su temperamento volcánico, su porte de científico loco —afirma que no se peina el pelo salvaje porque la “mano invisible del mercado” lo hace por él— y su vena mesiánica. Y ninguno de ellos lidera una nación como Argentina, una potencia regional rica en recursos plagada de décadas de mala gestión política e inestabilidad económica, que ahora se ha convertido en un caso de prueba para las teorías de gobierno de un ideólogo radical. “Pasar del laboratorio al mundo real es maravilloso”, dice con una amplia sonrisa. “¡Es fantástico!”

Desde que asumió el cargo, Milei, de 53 años, ha congelado proyectos de obras públicas, ha devaluado el peso en más de un 50% y ha anunciado planes para despedir a más de 70.000 trabajadores del gobierno. Hasta ahora, ve señales de que su “terapia de choque” económica está funcionando. La inflación se ha desacelerado durante cuatro meses consecutivos. El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha elogiado el “impresionante” progreso de Argentina. Dos días antes de que nos sentáramos el 25 de abril para una entrevista de una hora, había dado un discurso a la nación celebrando el “milagro económico” del primer superávit presupuestario trimestral del país desde 2008. Milei cree que es pionero en un enfoque que se convertirá en un modelo global. “Argentina se convertirá en un modelo de cómo transformar un país en una nación próspera”, me dice. —No tengo ninguna duda.

Otros sí. Si bien Milei prometió que la “casta política” se llevaría la peor parte, sus medidas de austeridad han golpeado a los argentinos comunes. La tasa de inflación anual sigue siendo de casi el 300%, una de las más altas del mundo. Muchos argentinos se han visto obligados a llevar bolsas de dinero en efectivo incluso para pequeñas transacciones; Algunas tiendas han renunciado por completo a las etiquetas de precios. Las medidas de Milei —recortar la ayuda federal, los subsidios al transporte y la energía, y deshacerse de los controles de precios— han provocado un aumento en el costo de vida. Más del 55% de los argentinos están sumidos en la pobreza, frente al 45% en diciembre. Es posible que a Milei se le esté acabando el tiempo antes de que su apoyo popular se desmorone. “Todo el mundo sabía que el costo sería enorme”, dice la ministra de Relaciones Exteriores de Argentina, Diana Mondino, una asesora cercana. “Lo que estamos viviendo, a nadie le gusta. Pero no hay otra manera”.

La economía argentina ha estado lo suficientemente mal durante el tiempo suficiente como para que las encuestas muestren que la mayoría de los 46 millones de habitantes del país siguen dispuestos a darle una oportunidad a Milei. Sin embargo, no está claro que el iconoclasta nuevo presidente esté interesado en forjar las alianzas políticas necesarias para impulsar sus amplias reformas estructurales en la legislatura argentina. También hay indicios de que Milei ha malinterpretado el alcance de su mandato. Ganó presentándose como un antídoto contra la mala gestión política y económica. Pero está claro que también se ve a sí mismo como parte de una batalla cultural más amplia. Se ha embarcado en una gira internacional de conferencias, presentándose a sí mismo como un cruzado global contra el socialismo, atacando todo, desde las leyes de equidad de género hasta los activistas climáticos. Y en una nación todavía atormentada por el legado de su brutal dictadura militar de las décadas de 1970 y 1980, las andanadas de Milei contra la prensa y las amenazas contra los “traidores” políticos pueden adquirir un tinte autoritario. “Gran parte del apoyo a Milei fue para su programa económico, no para su visión libertaria o su agenda anti-woke”, dice Benjamin Gedan, director del Programa de América Latina del Wilson Center. “Pero su punto de vista es: 'Me querías y me tienes. Y seguiré adelante'”.

Para conocer a Milei, hay que pasar por la persona a la que llama El Jefe: su hermana. El día de nuestra entrevista, Karina Milei, luciendo chanclas plateadas de lentejuelas, vigilaba la puerta de la oficina del presidente antes de dejarme entrar. Karina, de 52 años, es una ex tarotista que hasta hace unos años vendía pasteles en Instagram. Ahora controla con qué periodistas habla su hermano, qué fotos suyas se publican y, según se informa, qué ministros del gabinete son contratados y despedidos. (Se negó a ser entrevistada para este artículo). Uno de los primeros actos de Milei como presidente fue cambiar un decreto que prohibía a sus familiares ocupar puestos en el gabinete para nombrarla secretaria general de la Presidencia.

La estrecha relación de Milei con su hermana es una excepción. Se dice que tiene pocos amigos cercanos, y recientemente está soltero después de romper una relación con una glamorosa actriz de televisión. En cambio, se mudó a la residencia presidencial en Los Olivos con los perros clonados de 200 libras a los que llama sus “pequeños niños de cuatro patas”, cada uno de ellos con el nombre de un famoso economista.

Criada en un suburbio de Buenos Aires, Milei tuvo una infancia problemática. Ha dicho que fue abusado físicamente por su padre, y declaró en entrevistas televisivas que considera a sus padres como “muertos para mí”. Mientras jugaba de portero en un club de fútbol y cantaba en una banda de covers de los Rolling Stones, sus compañeros de clase lo recordaban principalmente por los arrebatos furiosos que le valieron su apodo.

Milei se interesó en la teoría económica durante la hiperinflación de Argentina en la década de 1980. Pasó los siguientes 20 años como profesor de economía, publicando docenas de artículos académicos y sirviendo como analista financiero para think tanks, bancos y empresas privadas. En 2015, comenzó a aparecer en la televisión como experto, haciéndose famoso por sus diatribas llenas de improperios contra la “casta política”. Emergió como una figura nacional durante la pandemia de COVID-19, volviéndose viral en TikTok por sus diatribas contra los cierres del gobierno. En 2021, decidió saltar a la política. Karina gestionó su exitosa campaña para un escaño en la cámara baja de la legislatura, que incluyó un anuncio que lo mostraba destruyendo una maqueta del Banco Central con el martillo de Thor.

Más tarde ese mismo año, los hermanos Milei crearon La Libertad Avanza, una nueva coalición política, que le permitió postularse a la presidencia. En ese momento, personas cercanas a él dijeron en entrevistas que Milei, de quien se rumoreaba que contrataba médiums para comunicarse con su mascota fallecida y filósofos muertos, creía que Dios le había dicho que se postulara para la presidencia. “La fuerza motriz de Milei es que realmente cree que está en una misión divina”, dice su biógrafo Juan Luis González. En los mítines, los fanáticos usaban gorras con las palabras “La fuerza de los cielos”, una referencia a uno de sus versículos favoritos de la Biblia. “No vine aquí para guiar corderos, sino para despertar leones”, rugió un Milei vestida de cuero en sus eventos.

También se inspiró fuera del país. Se comprometió a “Hacer que Argentina vuelva a ser grande”, y sus mítines de campaña incluyeron carteles de Donald Trump y el presidente brasileño Jair Bolsonaro, junto con las banderas de Gadsden que alguna vez fueron omnipresentes en los mítines del Tea Party. Milei canalizó la ira generalizada contra el peronismo, el movimiento político de izquierda que ha dominado la política argentina desde la década de 1940, que defendió la justicia social y los derechos de los trabajadores, pero produjo una economía que ha incumplido el pago de su deuda soberana nueve veces y debe la asombrosa cantidad de 44.000 millones de dólares al FMI. “Aprovechó la crisis del viejo orden político”, dice el consultor político argentino Sergio Berensztein.

“¡Viva la libertad,!” se convirtió en el famoso grito de guerra de Milei: “¡Viva la libertad, maldita sea!”. Milei tiene la fe de un absolutista en los mercados libres: está a favor de relajar las restricciones a las armas para “maximizar el costo del robo” y ha dicho que apoyaría la venta de órganos humanos. Al principio, le dije que tendría que bajar un par de marchas“, dice Luis Caputo, su ministro de Economía. ”Pero fue increíble cómo respondió la gente. Después de unos meses, le dije: 'No importa, en realidad, ¡llévalo aún más lejos!'“.

Como compañera de fórmula, Milei eligió a Victoria Villarruel, una conservadora de una familia de militares involucrada en la “Guerra Sucia” de Argentina en las décadas de 1970 y 1980. Durante ese período, la junta gobernante desapareció por la fuerza, encarceló, torturó o asesinó a decenas de miles de presuntos disidentes, un capítulo oscuro en la historia de la nación que tanto Villarruel como Milei han minimizado. Milei prometió que no se doblegaría ante el “marxismo cultural” y criticó la educación pública como un “lavado de cerebro”. Al principio, la candidatura recibió el apoyo de jóvenes a los que les gustaban sus diatribas y su personalidad en las redes sociales. Pero ante la disyuntiva entre Milei y el entonces ministro de Economía, Sergio Massa, millones de argentinos estaban tan cansados del marasmo económico que estaban dispuestos a darle una oportunidad al forastero. Ganó con el 56% de los votos. “Hoy se ha acabado una forma de hacer política y empieza otra”, dijo a sus partidarios. “No hay vuelta atrás”.

La nueva forma de hacer política en Argentina se está desarrollando en las redes sociales de Milei. El presidente a menudo se queda despierto hasta altas horas de la madrugada, desplazándose por X, anteriormente Twitter. Es tan prolífico en la plataforma que un programador argentino creó un popular sitio web llamado “¿Cuántos tuits le ha gustado hoy a nuestro presidente?”. El día que hablamos, le dieron “me gusta” o retuiteó 336 publicaciones, muchas de ellas delirantes elogios en mayúsculas de sí mismo. “No interfiere con mi trabajo”, dice Milei, quien me dice que es “adicto al trabajo” y que solo toma descansos para comer, viajar, leer textos económicos y jugar con sus perros en las perreras especialmente hechas que construyó en la residencia presidencial.

El lema inicial de la administración ha sido “No hay plata”. Las medidas de austeridad de Milei hicieron que los precios se dispararan, desde el transporte y los alimentos hasta los costos de atención médica. Les dijo a los argentinos que los efectos de su plan se verían como la letra V: un fuerte descenso económico antes de tocar fondo, seguido de un fuerte repunte. En su entrevista con TIME, Milei declaró que lo peor ya había pasado. “Dije que el camino sería duro, pero que esta vez valdría la pena”, me dice, refiriéndose a su discurso de toma de posesión, en el que pidió paciencia al público.

Pero para muchos, la paciencia es difícil de conseguir. “Es fácil tener paciencia cuando tienes suficiente para comer”, dijo Jorge Álvarez, un vendedor ambulante de 62 años que dice que el aumento en las tarifas de autobús ha hecho que sea casi inútil viajar a su puesto de joyería en el centro de Buenos Aires. “Todos queremos desesperadamente que esto funcione, pero ya no puedo comprar carne”, dice Álvarez. “Mi hijo no puede ir a fisioterapia. No puedo viajar para ver a mis padres. Estas son nuestras vidas, y hay un límite en cuanto a lo que podemos tomar a la vez”.

La verdadera prueba, según analistas y funcionarios nacionales y extranjeros, será si Milei puede avanzar en reformas estructurales a largo plazo y al mismo tiempo minimizar las perturbaciones sociales y la reacción violenta que han hundido los intentos anteriores. El partido de Milei representa una pequeña minoría en ambas cámaras de la legislatura argentina. Los decretos de emergencia sólo pueden llegar hasta cierto punto; Un cambio duradero requerirá ganar elecciones y hacer nuevos aliados. Eso, a su vez, requiere un hábil toque político, que todavía no es el punto fuerte de Milei. Desde que asumió el cargo, ha calificado de “traidores” a los legisladores que no están de acuerdo con él; calificó al presidente colombiano Gustavo Petro de “asesino terrorista”, lo que llevó a Colombia a expulsar a diplomáticos argentinos; y criticó a la esposa del presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, como “corrupta” en un mitin de extrema derecha en Madrid, lo que llevó al país a retirar a su embajador.

Los primeros 100 días de Milei llegaron y se fueron sin ningún logro legislativo. Un proyecto de ley general que le habría otorgado amplios poderes ejecutivos e incluía medidas que iban desde la privatización de entidades estatales hasta sanciones para los manifestantes se estancó en el comité. “Si esperaban que el Presidente cambiara su forma de ser, eso nunca va a suceder”, me dijo Manuel Adorni, su vocero de aspecto exhausto, en su pequeña oficina de la Casa Rosada, tomando mate. Más temprano en el día, Adorni había pasado su conferencia de prensa rechazando las preguntas de los reporteros sobre la salud mental de su jefe, estimulado por la repetida referencia de Milei a tener cinco perros, a pesar de que se sabe que uno murió hace años. (“Si el presidente dice que hay cinco perros, hay cinco perros, y eso es todo”).

Los medios de comunicación son uno de los blancos favoritos de Milei. Ha cerrado la agencia estatal de noticias argentina Télam, el único servicio que cubre y llega a las provincias del país, acusándola de ser portavoz de la propaganda izquierdista. Su abierta hostilidad hacia los periodistas críticos, a quienes ridiculizó en nuestra entrevista como “extorsionadores” y “mentirosos”, se ve amplificada por una agresiva red de partidarios en línea. Muchos de los que interactúan con Milei dicen que él ve el mundo a través de la lente de los memes de derecha. “El lugar del mundo donde se siente cómodo es en las redes sociales”, dice Lucía Vincent, politóloga de la Universidad Nacional de San Martín. Milei divide al público en dos bandos, añade Vincent. El primero son “los partidarios que solo ven sus acciones como una cruzada para el bien”, dice, “y cualquiera que esté más allá de esa frontera como un enemigo que debe ser exterminado”.

Un día de finales de abril, más de un millón de argentinos salieron a las calles en lo que se convirtió en la mayor protesta de la presidencia de Milei. Decenas de miles de personas se congregaron en la Plaza de Mayo, en el centro de Buenos Aires, levantando libros por encima de sus cabezas en oposición a los drásticos recortes presupuestarios a las universidades públicas. El día soleado tenía el ambiente de un festival, con vendedores que vendían choripán y helados, y jóvenes manifestantes bailando al ritmo del rock latino.

Entre los carteles más comunes que ondeaban los manifestantes estaba una simple súplica: “Cuidemos lo que funciona”. Los recortes presupuestarios y la inflación en curso habían llevado a los funcionarios de la universidad a declarar una emergencia financiera, advirtiendo que pronto se quedarían sin dinero. En la renombrada Universidad de Buenos Aires, los pasillos estaban oscuros; Las aulas se quedaron sin aire acondicionado en un esfuerzo por ahorrar en las facturas de energía. “Nunca antes habíamos vivido esta situación en los últimos 40 años de democracia”, dice el rector de la universidad, Ricardo Gelpi, quien calificó los recortes como una “gravísima situación que compromete el futuro de cientos de miles de argentinos”.

Estaba claro que Milei había tocado un tercer carril de la sociedad argentina, que se enorgullece de su educación superior pública. Pero el presidente contraatacó. En publicaciones en X, acusó a las universidades de “adoctrinamiento” y tuiteó una caricatura de un león bebiendo una taza de “lágrimas izquierdistas”. Cuando planteo las protestas durante nuestra entrevista, inmediatamente muestra la furia que lo hizo famoso por primera vez en la televisión. —¿Está usted entonces a favor de un grupo que, porque perdió las elecciones, intenta dar un golpe de Estado? —me pregunta Milei, inclinándose sobre la mesa y alzando la voz. “Inventaron una mentira, lo que llevó a la sociedad a marchar”, me dice, desestimando las protestas estudiantiles como una estratagema cínica de los opositores de izquierda. “Esas personas que se quejan son las mismas que hundieron a la Argentina”. Luego se echa hacia atrás con una sonrisa plácida, como si se hubiera accionado un interruptor. “Todo de lo que se nos acusa es falso”.

Las realidades de la oficina han llevado a Milei a calmar algunos de los objetivos de su ira. Dando marcha atrás en sus andanadas contra el papa Francisco, quien es muy querido en el país predominantemente católico, Milei lo visitó en Roma con galletas de alfajores. Durante nuestra entrevista, Milei pareció suavizar varias posiciones clave de la campaña, incluidos los planes para reemplazar el peso por el dólar y negarse a hacer negocios con el régimen de “asesinos comunistas” de China, una evolución política que probablemente se deba a la dependencia de Argentina de la inversión y el comercio chinos.

La antipatía de Milei hacia Pekín, que invirtió fuertemente en Argentina en las últimas dos décadas como parte de su intento de ejercer influencia en la región, es una ruptura con sus predecesores. Retiró a Argentina de un plan para ingresar a la alianza BRICS, que incluye a Brasil, Rusia, India y China, y en su lugar pidió unirse a la OTAN como socio global. A pesar de sus obvias diferencias, la Administración Biden se ha esforzado por aprovechar la oportunidad de forjar lazos en una región en la que China ha estado en ascenso. Un desfile de funcionarios de alto rango ha viajado a Buenos Aires, desde el secretario de Estado Antony Blinken hasta la general Laura Richardson, jefa del Comando Sur de Estados Unidos. En abril, Estados Unidos anunció 40 millones de dólares en financiamiento militar extranjero. Los funcionarios estadounidenses dicen que es sorprendentemente fácil trabajar con Milei. Se le puede contactar directamente en WhatsApp, donde intercambia mensajes libremente, intercambiando emojis de leones con el embajador de Estados Unidos, Marc Stanley.

Milei también ha moderado sus críticas anteriores al presidente Joe Biden, a quien alguna vez calificó de socialista. “Dado mi rol actual, manejo las cosas con cautela”, dice. Sin embargo, está claro a quién favorece en las elecciones de 2024. Además de imitar el eslogan de campaña de Trump, Milei ha hablado en la CPAC y ha dado entrevistas a figuras de los medios de comunicación de derecha como Tucker Carlson y Ben Shapiro. “¡Presidente!”, gritó en un video publicado de un encuentro con Trump en febrero, envolviéndolo en un abrazo extático. “Espero volver a verlo, y la próxima vez espero que sea presidente”. Por su parte, Trump, como suele hacer, se atribuyó el mérito de la victoria de Milei. “Se postuló como Trump”, dijo el republicano en diciembre. “Hagamos que Argentina vuelva a ser grande. Fue perfecto”.

Pero en aspectos importantes, los dos hombres son muy diferentes. “Milei es un ideólogo rígido, un verdadero creyente”, me dijo un alto diplomático estadounidense, “y Trump solo cree en sí mismo”. Milei cree que fue elegido por sus promesas de una revolución cultural más amplia, no a pesar de ellas, y tiene la intención de realizar esa misión sin importar los costos políticos. Hacer que la nación “vuelva a ser grande” significa “volver a esos valores libertarios que hicieron de Argentina una potencia mundial líder”, me dijo. “Esa es mi visión”.

En lugar de viajar para reunirse con otros jefes de Estado, Milei ha estado apareciendo en conferencias internacionales para despotricar contra el socialismo. En Davos, Suiza, advirtió que “Occidente está en peligro” y acusó a sus líderes de estar “cooptados” por el “feminismo radical” y los “neomarxistas”. Se ha reunido dos veces con el CEO de Tesla, Elon Musk, a quien ve como un destacado aliado ideológico. “Hay una batalla económica, una batalla política y una batalla cultural”, dice Milei. “Creemos que el postmarxismo... podría llevar al mundo a la ruina”. Pero mientras disfruta de su creciente perfil internacional, Milei sabe que su éxito se determinará en casa. El 30 de abril, obtuvo su primera victoria legislativa cuando la cámara baja del Congreso aprobó una versión reducida de su proyecto de ley general. “Creemos firmemente que esta es la única manera”, dice Mondino, la ministra de Relaciones Exteriores, sobre el severo programa de austeridad de Milei. “Cuando comenzó la Revolución Francesa, mucha gente murió. Era un caos. Pero otros 15 países se abrieron en 60 años”.

El éxito requerirá que Milei haga nuevos aliados, incluidos miembros de la “casta” política contra la que ha pasado años criticando, y que mantenga el apoyo público en medio de una brutal reducción de costos. A diferencia de quizás cualquier otro líder elegido en la ola de populismo de derecha que llevó al líder anarcocapitalista de Argentina al poder, Milei ha demostrado que seguirá adelante con los planes radicales con los que hizo campaña. “El mundo está mirando”, dice Caputo, el ministro de Economía. “Porque si Argentina logra revertir esto, significa que cualquiera puede”.

La entrevista completa tal como la publicó traducida la revista Time

TIME: Usted adoptó el slogan “Make Argentina Great Again.” En Estados Unidos, cuando [Donald] Trump lo dijo en 2016 ese slogan significaba devolver al país a una época anterior. Que significa para usted “Make Argentina Great Again?”

Milei: Bueno, es que justamente Argentina, en el año 1895, acorde a las estimaciones de Angus Maddison, que en paz descanse, y su equipo, Argentina alcanzó el PBI per cápita más alto del mundo. De hecho, Argentina era la primera potencia mundial y eso Argentina lo logró en 35 años.

Lo que se llama la generación del ’37…desarrolla una Constitución muy alineada con la de los padres fundadores de los Estados Unidos…Esa constitución que da a la luz en el año 1853, arranca una orden institucional en Argentina en 1854, después de que Urquiza vence a Rosas en la Batalla de Caseros, pero no se lograba integrar a la provincia de Buenos Aires.

Después de los que son las batallas de Cepeda y Pavón, se constituye a la Argentina al sumarse la Provincia de Buenos Aires y se pone en marcha la aplicación de la constitución. Es decir, a partir de 1860. Argentina, de ser un país de bárbaros, se convierte en 35 años en la primera potencia mundial, habiendo abrazado las ideas de la libertad. Eso Argentina lo mantiene hasta mediados de la década del 1910, cuando hay la irrupción de la Unión Cívica Radical al poder con Hipólito Yrigoyen, Argentina enfrente al primer caso de populismo.

Después de eso viene un gobierno liberal, que es el de Marcelo T. de Alvear, pero después vuelve Yrigoyen. De hecho, dadas las medias populistas que estaba tomando, en especial cuando fue lo de la ley de alquileres, es destituido, porque su avance sobre la propiedad privada se empezaba a ver de manera clara. En ese contexto llega el golpe del 1930. Básicamente, en ese momento, Argentina adopta un régimen fascista, que es un régimen fascista yo lo llamo de dos patas.

Por un lado tenía a los políticos corruptos y por otro lado tenías los empresarios prebendarios. En ese arreglo entre empresarios prebendarios y políticos corruptos, frente a la gran depresión toman un conjunto de medidas todas en contra de la población. Donde la más emblemática, por ejemplo, es la creación del Banco Central en 1935, justamente para salvar de la quiebra a aquellos empresarios que habían tomado malas decisiones en materia de endeudamiento.

Al deteriorarse los términos de intercambio y estar endeudados en pesos fuertes con respaldo en oro, se crea el Banco Central para generar una devaluación, salvar a esos empresarios y que el costo lo pague la población argentina.

Perdón, así que para usted “Make Argentina Great Again” es...

Milei: Volver a las raíces liberales de Argentina. Fíjate esto, porque esto es un dato importante, al menos para que lo tengas en términos históricos. Mi visión es esta. Se crean un montón de instituciones para salvar empresarios prebendarios, obvio que lo hacen en alineación con los políticos. Todas esas medidas fueron en contra de la gente. Eso generó un gran resentimiento en Argentina hacia los empresarios. En Estados Unidos los empresarios son tratados como héroes.

Al menos hasta hace un tiempo. En cambio, eso genera un resentimiento muy fuerte, porque si a vos te había ido bien era que por algo turbio fue. Ese resentimiento fue captado por Perón. Perón lo que hace es crear el fascismo de tres patas. Es decir, en la mesa donde estaban los empresarios y el Estado, pone a los trabajadores. Se alimenta del resentimiento que se genera durante el régimen conservador del 1930, ahí empieza el populismo salvaje.

Argentina, al momento en que nosotros llegamos al poder, estaba 140 en el ranking mundial. La idea de “Make Argentina Great Again” tiene que ver con la idea de reconstruir los valores liberales, liberales en español.

Entendido.

Milei: Por eso yo uso el término libertario, de volver a esos valores libertarios que hicieron que Argentina sea la primer potencia mundial. En ese contexto, yo me involucro inicialmente con la batalla cultural y después termino involucrándome en la política.

Como yo soy especialista en crecimiento económico y hay algo que se llama convergencia, que es que los países que están retrasados crecen más rápido que los que son desarrollados, en algún momento los alcanzás. Make Argentina Great Again es, hagámoslos Argentina nuevamente una potencia mundial en base a los fundamentos del crecimiento económico y ese crecimiento económico va a venir de la mano de instituciones que implica abrazar nuevamente las ideas de la libertad. ¿Viste que valió la pena todo la vueltita esa? Te acabo de contar, no sé, como casi 150 o 200 años de historia argentina en un ratito.

Bastante cortito. Volvamos al presente. Usted dijo que el pueblo argentino iba a vivir este plan económico como una V corta, y que la parte más dura iba a ser entre marzo y abril. Ahora es casi mayo. ¿Ya pasó la peor parte?

MileiExactamente. Sí. A ver, digo para contextualizarlo. Si vos tenés déficits gemelos por cuatro punto del PBI, tenés una alerta amarilla. Si vos tenés ocho puntos de déficit gemelo en término de PBI, estás al borde de una crisis grande. Nosotros heredamos déficits gemelos por 17 puntos del PBI. De esos 17, 15 eran déficit fiscal, 5 en el Tesoro, 10 en el Banco Central.

Teníamos controles de capitales que implicaban una brecha cambiaria del 200%, una relación tres a uno entre el tipo de cambio de mercado y el oficial. Teníamos reservas internacionales netas negativas, teníamos caído el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, teníamos pasivos monetarios en el Banco Central por el equivalente a tres bases monetarias y estaban a un día, por lo tanto se podía cuadruplicar la cantidad de dinero en un día.

La inflación, al momento en el cual nosotros asumimos, venía corriendo el 7.500% anual, que después se manifestó en el índice mayoristas que dio 54%. Eso anualizado da 17.000. Es interesante porque hoy ese número es 5%. Hemos hachado en un 90% el problema de la inflación. Falta mucho, pero vamos por el buen camino. Ese es el contexto en el cual llegamos nosotros.

¿Qué es lo que pasa? Cuando vos hacés un ajuste, para que el ajuste no sea recesivo o es más, hasta puede ser expansivo, el aumento de ahorro que genera el ajuste tiene que tener como contrapartida un aumento de la inversión.

Nosotros sabíamos que, con todos los desmanes hechos por el kirchnerismo, con la experiencia fallida del macrismo y con la composición de cámaras que teníamos, potencialmente sabíamos que eso no podía-- Después le doy los hechos. Sabíamos que no íbamos a poder cambiar el marco normativo tal que la inversión reaccionara rápidamente. Ese aumento del ahorro sin contraparte de inversión iba a hacer caer fuerte la actividad.

¿Qué fue lo más interesante? Que nosotros lo hicimos de inicio. Al inicio, si vos te fijás, nosotros asumimos el domingo 10 y el día 13 nosotros estábamos haciendo los anuncios. ¿Por qué tardamos hasta el día 13, tres días? Básicamente porque no estaba el nombramiento del Presidente del Banco Central. Necesitábamos los pliegos, sino no podíamos lanzar el programa.

Lo hablé con su Ministro de Economía.

Milei: Se lanza el día 13, nosotros anunciamos el programa de déficit cero, anunciamos el proceso de saneamiento del Banco Central y hacemos un sinceramiento del mercado de cambios. Todo eso nosotros lo hacemos así de shock. Esto es importante. Primero, no había alternativa para el shock, porque cuando vos mirás todos los programas de ajuste en Argentina, todos los gradualismos terminaron mal y todos los de shock, sacando uno, terminó bien. Ese es el primer punto. Sacando el del 59, todos los demás fueron expansivos. Se aumentó la actividad, aumentó el empleo, subieron los salarios reales, bajó la inflación. La evidencia empírica avalaba el shock.

Lo otro es, para hacer gradualismo tenés que tener financiamiento. Argentina tenía cerca de 2.900 puntos básicos riesgo país, no había financiamiento para Argentina, con lo cual tampoco tenías otra alternativa. Lo que tenías que hacer era frenar la emisión monetaria, para eso tenías que cerrar el déficit fiscal y tenías que cerrar los problemas del Banco Central. Ahí, lo que nosotros hicimos, lo hicimos desde el primer día.

¿Esto por qué es importante? Porque el impacto más fuerte ocurre entre enero y febrero, pero durante enero y febrero la gente está de vacaciones. Nosotros hicimos el ajuste más grande en la historia de la humanidad, porque parado en el primer trimestre de los 15 puntos, ajustamos 13. No hay registro histórico de algo así. No solo en la historia Argentina, sino la historia mundial, el propio Fondo Monetario Internacional lo reconoce, aparte hacerlo en tres meses.

Cuando se estaba dando lo peor, la gente estaba de vacaciones. Cuando llegó en marzo, encontró el shock. ¿Qué es lo que empieza a pasar durante el mes de abril y que lo empezás a ver? Primero, es que la tasa de inflación está bajando, y ahora los salarios le empiezan a ganar a la inflación, con lo cual estás empezando a tener una recomposición de salarios reales que te va a permitir recomponer el consumo. Primer punto.

Segundo punto. Vos tuviste un sinceramiento de precios relativos. Al sincerar los precios, hay sectores que se están expandiendo fuerte, que antes los tenías adormecidos. Vos podés ver que hay una expansión fuerte en minería, en gas, en petróleo y en el campo. Ahí tenés la recuperación. Por otra parte, cuando vos mirás los indicadores de consumo, los indicadores de consumo no durables no se movieron mucho.

Lo que siempre digo que es propio del ciclo es los bienes durables, y lo que estás viendo hoy, que todas esas cosas que habían mostrado una caída, o encontraron un piso, o redujeron drásticamente su caída. Lo que vos empezás a ver es que la economía está rebotando fuertemente. Es decir, la economía se está preparando para un fuerte rebote. De hecho, es increíble, podría decir cualquiera, que ha vuelto el crédito hipotecario en Argentina la semana que pasó.

Así que, si tenemos que graficarlo, sería como acá en la V corta.

Milei: Estamos atravesando la punta de la V corta. Después no solo que vamos a tener un rebote. Cuando abramos el cepo, ahí vamos a tener un push adicional de rebote. No solo eso, sino que además, como la Argentina está muy descapitalizada, hay poco capital, ¿qué es lo que pasa? El retorno del capital, cuando algo es escaso genera mucho valor, es decir, tiene altos retornos, con lo cual eso favorece la inversión, aún con el marco institucional que tenemos.

Además, el recorte fiscal implica 15 puntos de ahorro que dejan de ser utilizados por el parásito estatal para ser utilizado por el sector privado en forma productiva, con lo cual ahí tenés otro push de crecimiento. Si a todo eso en algún momento podemos empezar a sumar las reformas estructurales, Argentina está en condiciones de crecer a tasas entre el 7% y el 10% per cápita anual.

Mira, cuando nosotros mandamos el DNU, que aún sigue vigente, no lo han podido derribar y ya empiezan a salir fallos de la Corte en nuestro favor, y la ley base, eso combinado hacía que Argentina saltara 90 puestos en el índice de libertad económica para que se pareciera a Alemania. Nosotros mandamos en esos primeros 30 días 1.000 reformas estructurales, es decir, mucho más de lo que se hizo durante todo el siglo XX, si vos lo ponés a pensar.

No solo eso, sino que además, yo no sé cuántas van a quedar de todas las reformas que enviamos, pero si nosotros conseguimos un buen resultado electoral en el 2025 y logramos que cambie la composición de las cámaras, no solo que vamos a terminar de enviar las reformas que ahora no nos dejaron pasar, sino que además tenemos 3.000 más.

Porque nosotros no es que nos queremos parecer a Alemania, en términos de libertad económica nos queremos parecer a Irlanda, a Suiza, a los países más libres del mundo. Es decir, queremos que en el largo plazo tengamos un PBI per cápita 50% mayor que el de Estados Unidos.

Ha ejecutado una notable consolidación fiscal, pero mirando hacia adelante, ¿cuánto depende la mejora continua de las cuentas fiscales de la aprobación de las reformas estructurales en el congreso?

Milei: Las reformas estructurales hacen al crecimiento económico a largo plazo, no a la coyuntura, por eso nosotros tenemos margen de maniobra. Por eso con el rebote, con la salida del cepo y con la descapitalización de la que partimos de origen tenemos mucho para crecer, mucho para expandir, aun sin ir por las reformas estructurales y además, el día que metamos las reformas estructurales vamos a tener una fuerte aceleración de eso.

Aparte, el crecimiento no es algo instantáneo y nosotros una de las cosas que promovemos es que la inversión sea pensada en términos de opciones reales, donde vos puedas modular tu proyecto y te permite posicionarte para capturar el crecimiento, pero no hundir todo. Impulsás la economía muy fuertemente de corto plazo y dejás las bases para estar primero en el momento en que la economía tiene sancionadas las leyes.

La dolarización fue uno de los emblemas de su campaña. En enero usted dijo que está “muy cerca,” en sus palabras, de poder hacerlo. ¿Sigue con la idea de dolarizar la economía o cómo describiría el timeline?

Milei: Es distinta la discusión, dolarización es el título que le pusieron. Nosotros siempre hemos hablado de competencia de monedas.

Era el término que usaba en la campaña.

Milei: También el gasto público, el recorte lo mostrábamos con una motosierra. La pregunta es, ¿lo estamos haciendo o no? Sí, llevamos 13 puntos de ajuste, no es que no lo estamos haciendo. Ahí el elemento central nuestro es una discusión sobre la naturaleza del Banco Central. La pregunta central es, ¿vos estás a favor del robo?

¿Yo? Creo que nadie está a favor del robo.

Milei: Bueno, pero el Banco Central cuando emite dinero te está estafando, es decir, implica una pérdida del poder adquisitivo del dinero que vos tenés en el bolsillo y eso es un robo. Es decir, la emisión de dinero puesta en el mercado es un robo, es una falsificación, es una estafa.

El primer argumento en contra de la existencia del Banco Central es porque es un robo, porque es una estafa, porque es un mecanismo por el cual los políticos le roban a las personas de bien. Ese es el primer argumento. Después, vos tenés lo que sería un argumento de tipo técnico, es decir, ¿se puede hacer o no?

La verdad que hay distintas formas de instrumentar estos mecanismos. Después, vos tenés una cuestión de índole política. Es decir, la propuesta que yo hacía de dolarización, de las cinco que teníamos, era viable, es la única que se puso mantener en pie, pero el problema era que yo necesitaba básicamente tomar los títulos públicos que tiene el Banco Central, convertirlo a títulos de mercado, obviamente que eso iba a cotizar con un descuento parecido a lo que había cuando nosotros asumimos, donde los bonos estaban en términos de $18, $20, cotizaban al 18%, 20%, ponele 20%.

Hoy los bonos argentinos cotizan a 60. Si yo hubiera hecho esa dolarización hoy estaría preso, porque la gran parte de la casta política me hubiera venido a buscar y meterme preso diciendo que yo había vendido a 20 algo que valía 60. Es más, te diría que con este tipo de ajuste fiscal y si hubiéramos dolarizado la economía, los bonos no estarían en 60 hoy, estarían en 80 por lo menos.

Con la cual, imaginate una ganancia del 300%, que es multiplicar por cuatro. Hoy estaría preso, la política argentina me hubiera metido preso, porque además ellos son los grandes beneficiarios de este robo. Para que te des una idea, el gobierno anterior le robó con señoría aquí a los argentinos 28 puntos del PBI. De esos 28 puntos del PBI, 13 fueron durante el último año, es decir, emitieron un montón de dinero para tratar de ganar las elecciones.

Por eso nosotros tenemos que hacer el ajuste que tenemos que hacer.

Yo estuve hablando con mucha gente en la calle en Buenos Aires. Usted en la inauguración dijo que le pedía dos cosas al pueblo argentino, confianza y paciencia, más que nada la paciencia.

Milei: También les dije que el camino era duro, pero que esta vez iba a valer la pena.

Estaba por decir que también dijo que iba a ser un tiempo difícil y la gente lo votó sabiendo eso. Pero igual, en los últimos meses usted a través de X [Twitter] ha denigrado, a veces se ha burlado, de argentinos que se oponen a sus medidas. Y al final son los que cargan con el costo y obviamente es difícil para ellos. Quería preguntar si usted les está extendiendo la misma paciencia que les pidió a los argentinos.

Milei: Yo estoy acá para hacer un trabajo, a mí me votaron para bajar la inflación, me votaron para volver a crecer y para terminar con la inseguridad. Estoy terminando con la inflación, estoy sentando las bases para volver a crecer y tenemos la calle en orden, es decir, yo estoy haciendo mi trabajo, yo estoy haciendo mi tarea. Después, la forma en que yo use mis redes sociales es un problema personal mío. Abrí mi red X, te lo propongo, ¿decime qué dice en la portada?

¿En la portada de la cuenta personal?

Milei: ¿Qué dice?

Creo que solo dice, “Cuenta personal de Javier Milei”, ¿no?

Milei: Exactamente, dice, “Javier Milei. Economista”.

No es la cuenta de la Casa Rosada.

Milei: Si quieren las versiones oficiales, que lean las versiones oficiales, mi cuenta X la manejo como todo ciudadano, ¿o acaso por ser presidente tengo menos libertades que el resto de los argentinos?

Pero la gente se siente bastante atacada en ese sentido.

Milei: No sé quién se siente atacado, ¿decime quién se siente atacado?

Por ejemplo, el tema de las marchas universitarias.

Milei: A ver, ahí yo hice una explicación en mi Twitter y consta, digo cuál es el argumento. El argumento es, esa marcha estuvo construida sobre una gran falacia del hombre de paja. Nos acusaron de haber dicho cosa que no dijimos, es decir, es como que yo te diga, “Vos decís que te gusta patear paredes”, te empiezan a acusar de patear paredes y en realidad eso nunca lo dijiste.

Nunca dijiste tal cosa, es decir, nos acusan de haber dicho cosas que no dijimos y después nos atacan por esas cosas que nosotros no dijimos y que alguien inventó.

Para usted era una marcha política.

Milei: Porque esa construcción, si nosotros le transferimos los fondos a las universidades, sí es falso que no las queremos cerrar, sí es falso que nosotros las queremos desfinanciar, lo único que nosotros dijimos es que había que auditarlas. Si vos estás poniendo recursos públicos, los tenés que auditar, ¿o estás en contra de que se auditen los fondos? Porque una persona honesta no tiene problema de ser auditado, los que tienen problemas de ser auditados son los ladrones.

Principio de revelación, ¿por qué no querés auditarlos? No estaría hablando mal de vos si estuvieras en contra de auditarlos. Lo que nosotros dijimos es, están los fondos, los fondos fueron girados, lo único que pretendemos es auditarlos, para asegurarnos que en la educación lleguen los recursos que tienen que llegar y no que se las roben para hacer política. Si vos no querés que te auditen es porque estás sucia, esa es la realidad.

¿Qué es lo que hicieron? Como no quieren ser auditados, levantaron una mentira y llevaron a la sociedad a hacer una marcha por una mentira. Ahora, es interesante, porque ¿quiénes estaban en la marcha? ¿Me querés decir qué tiene que ver la CGT y los sindicalistas con el supuesto reclamo, noble y legítimo que puede hacer un universitario?

¿Me querés decir qué tiene que ver con esta gente, los piqueteros? ¿Me querés decir qué tiene que ver con esto la Cámpora o el Frente Renovador de Massa o la Unión Cívica Radical, con una persona como Lousteau? Que de manera vergonzosa se bota el aumento de la dieta tratando de esconder la mano.

Estas defendiendo a todos esos, es decir, porque lo más interesante es que dejaron en evidencia que en esa marcha usaron a los estudiantes, usaron una causa noble con un fin político, ¿qué es lo que tiene que ver ahí las madres de Plaza de Mayo? ¿Qué es lo que tiene que ver Pérez Esquivel en esa marcha? Acaso vos estás a favor de que un grupo que porque perdió las elecciones intente hacer un golpe de estado.

Eso es todo lo que está detrás de eso, si esos son los que se quejan, esos son los mismos que hundieron a la Argentina, independientemente de la cuestión de las universidades, donde todas las cosas de las que se nos acusan son falsas.

Me interesa porque la gente que no está en Argentina, que no sabe mucho lo que está pasando acá, lo conoce mucho a través de sus redes sociales.

Milei: Yo me comunico de manera directa con la gente.

Así hizo la campaña, así la gente lo conoció.

Milei: Mis redes sociales tienen mucho más movimiento de visitas que todos los canales de noticia de Argentina.

Creo que puede ser el líder mundial más activo personalmente en las redes sociales.

Milei: De hecho, el impacto de la cadena nacional que hicimos sobre el racconto de la economía durante los primeros tres meses, sin contemplar redes sociales, llegó a tener un pico de 46 puntos de rating, casi la mitad de los argentinos. ¿Me voy a preocupar por un grupo motivado políticamente dentro de la capital federal? ¿Me comprendes lo que digo?

Si vos querés, el número más extravagante que ponen los políticos que fueron a la marcha, el más extravagante que ponen, mi posteo de Twitter los cuadruplicó en mis citas. Listo. Decime de qué lado está la gente.

Ha mantenido ese nivel de actividad durante la presidencia, hay un website que está registrando cuánto tiempo usted pasa en X.

Milei: Lo otro que tendrían que considerar, primero que soy una persona hiperactiva, yo me levanto a eso de las 6:00 AM y me acuesto a las 12:00 AM.

¿Duerme seis horas por noche?

Milei: Sí. Eso es el primer punto, el segundo punto es, ¿en qué momentos yo uso mis redes sociales? Los momentos están muy claros, definidos, son cuatro momentos, uno es en el desayuno, si venis acá en el desayuno me vas a ver desayunando y en el otro lado, en la otra mano el teléfono.

Lo hago al mediodía, si no tengo un almuerzo de trabajo, lo hago a la tarde, en la merienda y lo hago a la noche, después de la cena. No interfiere con mi trabajo y encima en el medio yo trabajo todo el día.

No digo que interfiera. Digo que el resto del mundo lo conoce a usted a traves de sus redes sociales, y es interesante porque es un poco lo que hizo Donald Trump en 2016. Porque no era común que un presidente personalmente tuviera esa conexión con el mundo de afuera.

Milei: Pero es que yo me conecto de manera directa con la gente porque vos te das cuenta que la gran mayoría del periodismo argentino son unos mentirosos, es una cloaca.

Quiere hablar directamente con la gente.

Milei: Hablo directo con la gente, digo, “¿Para qué necesito tener un intermediario si lo puedo hacer directo con la gente?”. Yo digo, “Dialogo directo con la gente”. No necesito intermediarios, que además, en su gran mayoría son mentirosos y que han hecho de este país una cloaca. Porque te digo, muchos periodistas sabiendo la realidad de la marcha, igual siguieron sosteniendo la mentira. ¿Qué tipo de periodistas son que le dan luz verde a una mentira? ¿Son periodistas o son operadores políticos? Son extorsionadores.

Porque muchos de ellos vienen y te proponen que si hablás mal de ellos, si no les pones plata, te revientan. Qué gente hermosa. Eso es gran parte del periodismo argentino, ¿y sabés qué es lo que les pasa? Que nosotros les cortamos la pauta oficial, y eso los tiene profundamente nerviosos, y cuanto más dependientes son de la pauta y ven peligrar su negocio, peor hablan de nosotros. ¿Qué voy a estar mendigándole a ellos algo? Si yo me puedo comunicar directo con la gente.

Como dije, una de las personas que primero lo hizo fue Donald Trump. Usted ha dicho que es un gran admirador de Trump. Ha sido claro que coincide con él en muchas posiciones.

Milei: Sobre todo en toda su pelea contra el socialismo.

Tal cual.

Milei: Es uno de los que mejor entendió la pelea contra el socialismo.

Hablando de eso, usted ha llamado al presidente Biden un socialista. Un “socialista moderado” ha dicho.

Milei: Si vos te fijas en mi discurso de Davos, yo hago toda una calificación de lo que yo llamo socialismo.

Lo escuché, pero para ser directa ¿usted quiere que Trump gane las elecciones en noviembre?

Milei: A ver, lo más importante es entender que yo considero que Estados Unidos es un aliado estratégico. Eso es independientemente que ganen los demócratas, o que ganen los republicanos. Yo tengo una excelente relación con el gobierno de Biden. Tengo excelente relación con muchísimos funcionarios del gobierno de Biden.

Pero eso es independientemente de mis preferencias, mis preferencias son una cuestión, en esto, del vigesimoquinto orden. ¿Por qué? Porque yo trabajo de presidente de Argentina, mi vínculo es con Estados Unidos, es independiente de cuáles sean mis preferencias.

Porque cuando se encontró con Trump era antes que fuera presidente.

Milei: No, cuando yo me encontré con Trump no era una reunión formal. Nos encontramos en un pasillo.

Atrás del escenario, sí.

Milei: Exactamente. Eso está fuera de protocolo.

Para usted eso era como una reunión personal, y no que está hablando por Argentina.

Milei: No, lo encontré en un pasillo. Obvio que lo iba a saludar.

¿Cómo fue esa reunión?

Milei: No fue una reunión.

Bueno, ¿cómo fue? ¿Reunión, conversación?

Milei: Fue divertido.

Obviamente los dos se conocían hace rato, se admiraban las ideas.

Milei: Yo he dicho, siempre he ponderado el trabajo de Trump en su pelea contra el socialismo.

¿Usted está en contacto con gente del círculo de Trump? Porque muchos de ellos dicen que son admiradores de usted.

Milei: Dado mi rol en este momento, mantengo las formas de manera prudente. Es decir, porque de vuelta, mi vínculo es con Estados Unidos. De vuelta, tengo vínculos con el partido demócrata y tengo vínculos con el partido republicano, porque mi vínculo es con Estados Unidos.

Hablando de eso, del alineamiento, usted ha sido muy claro que quiere alinearse con Estados Unidos, con Israel...

Milei: Yo creo que fui claro.

Bastante claro.

De hecho, el mundo ha reconocido que nosotros hemos tomado la posición más clara frente a Israel como nadie.

Usted ha dicho que Israel no ha cometido “ni un solo exceso” en sus acciones militares en Gaza, que han dejado más de 30.000 muertos. Pero después de seis meses, ¿todavía cree eso? Eso lo dijo hace unas semanas, que Israel no ha cometido ningún exceso en esta guerra.

Milei: Yo siempre he defendido el derecho de Israel a la legítima defensa. Israel, las cosas que hace están en línea a las reglas internacionales. Eso a mí me consta que Israel no se mueve un ápice de eso. Si Israel se moviera un ápice de eso, la contraofensiva sería muy difícil de llevarla. En eso, a mí me consta de la prolijidad que tiene Israel. Lo que pasa es que de vuelta, si vos hubieras ido a preguntar en la marcha el otro día que están llevando bandera de Palestina, obviamente te van a decir cualquier cosa.

En las propias universidades de Estados Unidos hay persecución a los judíos. Hay todo un clima hostil hacia el judaísmo y hay una ola de antisemitismo que hace que se mire de una manera sesgada y malintencionada de lo que está pasando. De hecho, si fuera tal como lo dicen algunos, ya las condenas hubieran estado.

Hay condenas de mucho del mundo.

Milei: No, condenas efectivas, en tribunales efectivos, donde se discuten en serio estas cosas. No de gente que juega partidariamente de manera antisemita.

Usted ha dicho que como presidente no haría “tratos con asesinos,” y dijo que tratar con China era como “comerciar con asesinos.” ¿Ha cambiado su posición?

Milei: Dije que no hablo con comunistas.

Dijo “comerciar con asesinos.

Milei: De vuelta, el comercio es una cuestión vinculada al sector privado. Eso está vinculado al sector privado y las decisiones que tomen del sector privado, yo lo que no hago son estrategias políticas de alineamiento con comunistas.

¿Usted no ha cambiado su posición ante China, de cómo era en la campaña?

Milei: Mi posición es que la gente haga lo que quiera. Pueden comercializar con quien quiera. Yo lo que no hago es alianzas estratégicas con comunistas.

Creo que la canciller está por ir a China, ¿no? ¿Qué quiere de esas reuniones? ¿Qué le gustaría sacar de ese tipo de viaje?

Milei: La canciller lleva la agenda del comercio. Eso tiene que ver con una agenda comercial, que tiene que ver de cómo se fue construyendo la relación. Para que se mantenga el vínculo comercial, por eso es lo que hace.

Hace una semana usted se reunió con Elon Musk en Texas.

Milei: Un encuentro maravilloso.

Hablaron de inversiones, hablaron de varias otras cosas y también hablaron de un gran evento en Argentina para “fomentar las ideas de la libertad.” ¿Me podría dar un poco de idea de qué se habló?

Milei: Primero, me pareció una persona fuera de serie. Con un nivel de espiritualidad y profundidad admirable. Hubo tres bloques, si vos querés, de conversaciones. Hubo un bloque de conversaciones sobre negocios potenciales en Argentina, donde nuestro embajador, Gerardo Werthein, charló activamente sobre las distintas posibilidades que hay en Argentina.

Yo le expliqué todo lo que estábamos desarrollando en términos de inversiones, del tratamiento a la inversión tanto local como internacional para que el Estado no pueda expropiar al sector privado, el mecanismo, cómo se hace y todo, eso. Después hubo un segmento espiritual donde mi rabino, Axel Wahnish, que es nuestro embajador en Israel.

Hablaron de cuestiones del presente vinculado a las enseñanzas del judaísmo. Después hubo todo un bloque en el cual discutimos tema de demografía. Yo le expuse todo lo que tiene que ver con demografía y crecimiento y el progreso tecnológico. De hecho, la primer reunión donde yo participé del WEF, yo participé en un panel de demografía y crecimiento, con lo cual esa temática la conozco mucho.

Nos entusiasmamos mucho con esa charla. A partir de la integración de la demografía, el progreso tecnológico y el crecimiento, le propuse que se viniera a Buenos Aires a exponer sobre estos temas y hacer un gran congreso sobre el tema. A él le encantó la idea, ahí es la foto en la cual nos estamos dando la mano, donde estamos sellando de palabra un pacto.

¿Dijo que sí?

Milei: Claro, obvio. Sí.

Va a ser muy interesante.

Sí porque además vamos a estar invitando a especialistas de la materia de todas partes del mundo. Es más, ahora tenemos también otras reuniones con líderes tecnológicos. De hecho, estoy invitado para participar por expresa invitación de la primer ministra Giorgia Meloni al G7 sobre temas de inteligencia artificial. Ahí vamos a hacer cosas muy interesantes. Estamos muy optimistas al respecto.

Una cosa que coincide usted con Musk, y también con Trump y otros es el tema de las “culture wars” en inglés, la batalla cultural.

Milei: Absolutamente.

Ciertas cosas que ha hecho usted, como la prohibición del lenguaje inclusivo ¿no es una distracción de los temas más grandes que solo antagoniza la gente?

Milei: A ver, vamos por otra parte. De hecho, nuestro gobierno viaja por tres líneas. Hay una, si vos querés, una batalla económica, hay una batalla política y hay una batalla cultural. Nosotros creemos que el posmarxismo es lo que está poniendo en jaque los valores de occidente y que puede llevar al mundo a las ruinas.

Lo que pasa es que para comprender eso hay que tener mucha lectura sobre Mises y sobre Hayek. Hay que entender cuando Mises plantea la cuestión de la polaridad, donde vos tenés básicamente dos sistemas de verdad, que es el capitalismo de libre empresa y el socialismo.

Lo que te muestra Hayek en Camino de servidumbre es que cualquier solución intermedia tiende a socialismo. Es decir, genera una retroalimentación viciosa, un círculo vicioso donde se interviene, la economía funciona peor, entonces se interviene más. Eso lleva a dosis crecientes de intervención que es lo que termina destruyendo a un país. El caballo de Troya en eso es la idea de la justicia social. Si querés un ejemplo de aplicación donde esas ideas destruyeron un país rico, es el caso de Argentina.

Pregunto porque también usted necesita todo el apoyo posible de la población.

Milei: Lo que eliminé son las obligaciones, que se presione a la gente. El lenguaje es una construcción espontánea de los seres humanos. Va a evolucionar acorde a cómo evoluciona la cuestión cultural. El lenguaje es una de ellas y lo que yo considero es que no tiene por qué haber alguien de manera violenta imponiéndolo por la fuerza.

La pregunta es al revés, ¿por qué vos estás de acuerdo que venga alguien desde el Estado y utilice la violencia del Estado para exigirte hablar de una determinada manera que no es la normal? Que es un engendro inventado por tres trasnochados.

¿En dónde no puedes ejercer la libertad? Justamente, yo lo que digo es que no venga un burócrata a exigirte que hables de una determinada manera. Es decir, en realidad el que te está dando libertad soy yo. El que te está exigiendo por la fuerza hacerlo, ese es el que te quita la libertad. Ese es el socialista. Yo lo que estoy diciendo es que la cultura fluya como a la gente se le dé la gana. Si tienes un tipo desde la poltrona para exigirte de utilizar el aparato represivo del Estado para obligarte a hablar de una determinada manera.

Hablando de la libertad personal. Un grupo de legisladores de su partido, La Libertad Avanza, presentó un proyecto para penalizar el aborto que castigaría a las mujeres con tres años en la cárcel, hasta tres años. ¿Usted apoya esa iniciativa?

Milei: Lo que ha hecho una legisladora de manera por ella misma, eso es independiente de la posición que yo pueda tener respecto del aborto. Claramente, yo soy provida y para defender eso tengo argumentos de índole biológicos, filosóficos y morales. Tengo argumentos matemáticos para hacerlo. De vuelta, pero no es el debate que hoy está planteando en la sociedad argentina. Eso fue algo que una legisladora hizo automotivada, pero ni siquiera fluyó.

¿Usted se ve como un reformador o un revolucionario?

Milei: Yo quiero que Argentina vuelva a abrazar la silla de la libertad. Eso es lo que yo quiero hacer. Para eso hay que desmontar todo un montón de restricciones y regulaciones que fueron creadas a lo largo en el tiempo. De hecho, el concepto que nosotros tiene tanto el DNU como la Ley Base es devolverle libertades individuales a los ciudadanos, restaurar la libertad, hacer que los mercados sean más competitivos.

Son reformas procompetitivas, no proempresas, procompetitivas y terminar con los negocios turbios y sucios de la política. Probablemente, la mayor resistencia que tienen esos dos instrumentos es esto último, porque los políticos no quieren dejar de robar.

Hablando con varios de sus funcionarios, hablando con el Ministro de Economía, decían que les impresionó la cantidad de gente que los llama de todo el mundo. Hay una fascinación con lo que está pasando aca, es un experimento económico enorme. ¿A usted le ha pasado lo mismo? ¿Hay alguien que lo ha sorprendido?

Milei: A mí me sorprende la cantidad de personas que yo admiro en el mundo que manifiestan admiración por lo que estamos haciendo. Eso a mí verdaderamente me sorprende.

¿Sí?

Milei: Sí, de hecho, hace unos días Federico Sturzenegger me manda una foto desde Harvard, que había sorteado uno de mis libros entre sus alumnos, El camino del libertario, estaban todos los alumnos sacándose fotos de la entrega del premio. Es muy interesante porque se fue a tomar algo al bar y se encontró con Robert Barro. Robert Barro le dijo que estaba fascinado con las reformas que estaba haciendo, que me apoyaba, hasta dijo que me admiraba. Imaginate, soy yo que admiro profundamente a Robert Barro, encontrarme.

Mirá, yo tuve varios momentos muy lindos asociados a Robert Barro. Uno cuando leí su libro original de macroeconomía. De hecho me gustó tanto que no solo tenía la primera edición, sino que también tenía la tercera. Después leí unas conferencias de él cuando hizo las lecturas Lionel Robbins. Después leí un libro maravilloso que escribió con Xavier Sala-i-Martin, que se llama Economic Growth, que es verdaderamente un placer, es una cosa de estar leyendo eso y es pura satisfacción personal.

Después sacó un nuevo libro de macroeconomía, el cual está estructurado sobre un modelo de crecimiento. Te contaba al inicio que él baja sobre el mercado laboral, se usa el mismo modelo pero bajando sobre el mercado de capital. Obviamente, quién no leyó Si los Bonos son Riqueza Neta, su famoso artículo de 1974.

Son un montón de cosas. Imaginá recibir ese WhatsApp, es glorioso. Alguien que yo admiro profundamente como Oded Galor, que escribió un libro maravilloso que se llama La Teoría del crecimiento unificado, donde mapea el equilibrio malthusiano con el del crecimiento endógeno, una cosa que es una obra de arte, obviamente que leí los artículos de base. Me sigue en Twitter, una cosa maravillosa.

Fue muy rápido el cambio, y para usted ir de ser alguien que hablaba sobre estos temas más académicamente, a implementarlos, es un sueño para un economista, ¿no?

Milei: Sí, pasar del laboratorio a la vida real es maravilloso, it’s fantastic.

¿Usted cree que Argentina va a ser un modelo para otros países, para el mundo?

Milei: Argentina va a ser el modelo para convertir a una nación próspera, cómo abrazando la silla de la libertad la gente va a incrementar de manera extraordinaria sus niveles de bienestar.

¿Está convencido que va a pasar?

No tengas duda que va a pasar. Siempre yo mencioné, “Yo sé lo que hay que hacer, sé cómo hay que hacerlo y además tengo el coraje para hacerlo”, pero todo esto es posible, porque sobre todas las cosas estoy convencido que la única salida es abrazar la silla de la libertad.

Me interesa saber cómo cambió también su vida en los últimos-- Vi mucho trabajo, a usted siempre le gustó trabajar, ¿pero qué hace para desestresarse?

Milei: A mí me gusta trabajar.

Sí, pero algo tiene que hacer, ¿o no? O está pensando en economía 24/7?

Milei: Sí. Yo siempre fui de trabajar mucho. Yo reconozco que tengo adicción al trabajo. Yo esto me lo tomo como un trabajo. Eso es fundamental, porque al momento que tomo las decisiones, tomo las decisiones mirándolo como un trabajo, no como una aritmética electoral. En cuanto a mis ratos libres, yo leo, pero leo de economía de divulgación o economía aplicada.

Por ejemplo, hay un autor que a mí me encanta que se llama Steven Landsburg. El primer libro que leí de él se llamaba El Economista en Pijamas. En inglés era The Armchair Economist. El último que leí de él, porque sacó dos más que también los leí, el último se llama Cuanto más Sexo, más Seguro. Es maravilloso, ese autor es maravilloso. Yo puedo estar todo el día leyendo cosas como esa.

Hay dos muy buenos de esos, que es de Walter Block, Defendiendo lo indefendible. Está el uno y el dos. El uno me gusta más que el dos. Pensá que yo en mi casa que tenía previo a dedicarme a la política, tenía en el medio del living de mi casa una foto de Gary Becker de 1,5 metros por 1 metro, haciendo la deducción de la ecuación de…temporal para explicar por qué cae el consumo cuando sube la tasa de interés.

Para relajarse lee textos económicos?

Milei: Claro. Si hay alguien que ha llevado el análisis económico a niveles maravillosos ha sido Gary Becker. Su tesis doctoral, que tiene que ver con economía de la discriminación. El tratado sobre la familia, el capital humano, rational addictions, el economic approach to human behavior, social economics. Es una cosa maravillosa. Todo lo que leés de Gary Becker, derecho y economía, que él lo llamó Crimen en Castigo. Todo lo que leés de Gary Becker es maravilloso.

Estos dias tiene un poco menos tiempo.

Milei: Sí, tengo menos tiempo, pero por eso no leo las versiones académicas, leo las versiones de divulgación.

Y un poco de Twitter.

Milei: Sí, Twitter también.

 

En desarrollo...

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