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EL PODER EN EL MÁXIMO TRIBUNAL

Lorenzetti, el gran ganador de la candidatura de Ariel Lijo a la Corte Suprema

Ricardo Lorenzetti, Juan Carlos Maqueda, Carlos Rosenkrantz y Horacio Rosatti (presidente), los cuatro jueces de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, a la que le falta una integrante desde noviembre de 2021.

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Podrá ser una decisión formal de Javier Milei, pero el juez federal Ariel Lijo está lejos de ser su candidato a la Corte Suprema de Justicia.

Habían pasado pocos días desde la primera vuelta electoral. El magistrado de primera instancia tenía todos las fichas puestas en Sergio Massa, con quien mantiene una excelente relación. Lijo es un buen jugador de truco. Conoce las cartas del poder como pocos en los tribunales de Comodoro Py 2002. Pero en la segunda vuelta, su candidato perdió. Sin embargo, las cartas estaban echadas. Otro jugador ya estaba sentado a la mesa del próximo presidente de Argentina: el juez Ricardo Lorenzetti, integrante de la Corte y aliado central de Lijo. Y de Milei, dicen en el Palacio de Justicia, sede del máximo tribunal del país.

El juez Lorenzetti logró esta semana un primer paso –para nada pequeño– con el fin de romper el cerco de soledad que atraviesa en la Corte desde 2016: la llegada de Lijo a un sillón supremo. 

Lorenzetti es el gran ganador de la decisión del presidente libertario. Por esa razón, tanto en el Palacio de Justicia como en el edificio de los tribunales de Retiro le adjudican gran parte del camino ganado en el ascenso de Lijo.

El posible arribo de Lijo al máximo tribunal rompe con la distribución del poder dentro de la Corte. Actualmente, Lorenzetti se enfrenta a una mayoría tripartita, liderada por el presidente cortesano, Horacio Rosatti; el vicepresidente supremo, Carlos Rosenkrantz; y un antiguo aliado del “Loro”, ahora ubicado en la vereda de enfrente, Juan Carlos Maqueda. Pero la Corte tiene dos vacantes. Si Lijo logra la aprobación del Senado –necesita los dos tercios– ocuparía la vacante que dejó la exjueza Elena Highton de Nolasco, jubilada. 

La quinta vacante sería la de Maqueda, quien cumplirá 75 este año –edad máxima para permanecer en el cargo sin el acuerdo del Ejecutivo y el Senado– y a quien el Gobierno ya despidió en un comunicado esta semana. Su lugar sería ocupado por el segundo candidato de Milei a la Corte: el abogado Manuel García Mansilla, de quien tienen buenas referencias en la Corte.

La salida forzada de Maqueda quiebra la alianza liderada por Rosatti y fortalece a Lorenzetti, quien podría formar su propio bloque en el tribunal, dejando su unitario espacio de poder.

No es que Lijo no haya hecho mérito propio en la carrera hacia la Corte. El magistrado es “un candidato llave en mano”, dijo uno de sus colegas. Tiene apoyo de un grupo de gobernadores del Partido Justicialista (PJ) –y por ende de un sector del Senado–; de su amplia red de aliados y contactos en los tribunales; y del ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona. 

Sin embargo, Lorenzetti fue un socio judicial y político de la candidatura de Lijo a la Corte, aseguran quienes mejor conocen a ambos. 

La carrera de Lijo hacia la Corte no nació con Milei en el Gobierno. Es un objetivo de Lorenzetti y el propio Lijo desde hace al menos una década, para lo cual el “Loro” ha colaborado abriendo puertas con los hombres clave en el Senado: los gobernadores del PJ. 

Lorenzetti abrió también la compuerta más importante, dicen en la Corte –aunque no descartan otros abridores–: la del libertario y su hermana y principal asesora, Karina Milei. Hay reuniones semanales con Lorenzetti y el dúo que maneja la Casa Rosada, aseguran en la Corte.

La alianza Lorenzetti-Lijo fue más que visible en los últimos meses. Ambos magistrados viajaron por las distintas provincias, con el apoyo del líder gremial de los judiciales, el cegetista Julio Piumato, y varios gobernadores para dar conferencias y presentar el último libro del juez supremo.

Lijo, que es titular del Juzgado Federal Número 4 en Comodoro Py, donde se investigan las causas de corrupción en el poder central, ha sido juez de otro juzgado vacante (el Número 12, de Sergio Torres, ahora juez de la Corte Suprema de la provincia de Buenos Aires) que es clave para Lorenzetti: dicho juzgado tiene a cargo un caso que es apéndice de la Corte y de un área de especial interés para el supremo: la megacausa Riachuelo-Matanza. La familia Lorenzetti tiene un particular interés en las causas ambientales. De hecho, uno de los hijos del magistrado santafesino, el también juez Pablo Lorenzetti, es director académico de la Fundación Expoterra, una “organización no gubernamental” que impulsa “la creación de valor ambiental en los ámbitos público y privado”, según su sitio web. La entidad gestiona “proyectos basados en tecnología Blockchain que brindan soluciones ambientales para los sectores público y privado”.

El ascenso de Lijo trajo una segunda interpretación en los tribunales: un posible acuerdo de gobernabilidad con Massa. Lecturas tribunalicias de la política.

ED/DTC

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