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Gobernadores a dos puntas

Mayans negocia lugares en la AGN para sancionar la reforma de la Ley de DNU y evitar la ruptura del peronismo

Raul Jalil y Gerardo Zamora durante la Asamblea del Norte Grande

María Cafferata

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“Mayans tiene que ceder”, murmura un peronista díscolo que viene amenazando, desde hace dos semanas, con hacerle un favor a Javier Milei y romper el interbloque peronista en el Senado. Las acciones de los gobernadores están al alza, pero no por mucho tiempo: los mandatarios peronistas negocian a dos puntas, con el Gobierno y con la conducción kirchnerista, pero tienen hasta diciembre para hacer valer su poder de daño. Este jueves, el peronismo buscará sesionar en el Senado, y los díscolos del peronismo apuestan a jugar todo o nada y amenazan con boicotear la sesión.

Los senadores peronistas de Convicción Federal –un desprendimiento de la conducción cristinista en el Senado que coquetea hace dos años con la ruptura– hacen equilibrio. Por un lado, se hacen eco de las operaciones del gobernador salteño Gustavo Sáenz y juegan, con el aval del catamarqueño Raúl Jalil, a romper la unidad peronista con el objetivo de armar un gran interbloque federal. Por el otro, presionan a José Mayans, brazo operativo de Cristina Fernández de Kirchner en el PJ, para conseguir cargos.

Carolina Moises, Fernando Salino, Guillermo Andrada y Fernando Rejal, los senadores de Convicción Federal

Son el puntano Fernando Salino, el catamarqueño Guillermo Andrada, la jujeña Carolina Moisés y el riojano Fernando Rejal. Un grupúsculo de senadores anti cristinistas que pretenden aprovechar la debilidad de la conducción peronista tras la derrota electoral para ganar terreno. Los más ambiciosos piensan en 2027 y ya comenzaron a candidatear al santiagueño Gerardo Zamora para la presidencia. 

“Zamora es nuestra esperanza. Apenas llegue (al Senado) se va a poner a armar. Tiene más recursos que Axel, que es de una provincia rica pero no va a meter la mano. Y el poder se discute con poder”, señala un senador de una provincia norteña. Son varios los peronistas del Norte que habían apostado a una candidatura de Axel Kicillof como forma de contener a La Cámpora que, hace unas semanas, comenzaron a soltarle la mano al gobernador bonaerense. Miran 2027 y piden un candidato “federal” que represente al “norte grande”.

Los más pragmáticos, sin embargo, están pensando en recursos y cargos. Los recursos se lo piden a Diego Santilli, quien viene encabezando una caravana de reuniones con el objetivo de asegurar los votos para el Presupuesto 2026 y la reforma laboral. Los cargos, en cambio, se lo piden al peronismo: exigen mayor representación en el interbloque de Unión por la Patria –que en el Senado pasará a llamarse “Justicialista”– y lugares en los organismos. 

Exigen, sobre todas las cosas, una silla en la Auditoría General de la Nación (AGN). La prenda de negociación por excelencia en la previa del recambio legislativo. 

La rosca por la AGN

José Mayans viene intentando hacerse con 37 senadores para sesionar por última vez antes del recambio legislativo hace tres semanas. Primero lo intentó con los radicales, a quienes intentó convencer de incluir la designación de las vacantes en la AGN en la misma sesión de la reforma de la ley de DNU. Una zanahoria atractiva para cualquier partido, ya que es un cargo que dura ocho años, tiene un sueldo de más de 10 millones de pesos y que, además, centraliza el poder de auditar las cuentas públicas del Poder Ejecutivo. 

La AGN se encuentra paralizada hace más de un año debido a la imposibilidad de negociar un acuerdo en el Congreso. El organismo está integrado por tres representantes de la Cámara de Diputados y tres del Senado, así como un presidente que designa el principal partido de la oposición, pero ni el Gobierno ni el peronismo han logrado tejer las mayorías necesarias para designarlos.

El jefe de la bancada peronista, José Mayans

Mayans, en el Senado, intentó primero convencer a Eduardo Vischi, el jefe de bloque radical, para sumar fuerzas y, sin hablar con el oficialismo, hacer 2 y 1: 2 para el peronismo y 1 para el radicalismo. Vischi, sin embargo, se negó: el radicalismo optó por hacer buenas migas con el Gobierno desde el triunfo electoral de Milei.

Ante el fracaso de las negociaciones con el radicalismo, los díscolos de Convicción Federal aprovecharon: si Mayans quería sus votos para sesionar, entonces tendría que darle uno de los nombres de los auditores a ellos. El formoseño impulsa la candidatura de Javier Fernández –que viene de cumplir tres mandatos en la AGN– y de Carlos Gutiérrez Ortiz, que trabaja en el despacho de Mayans y es de extrema confianza. Los peronistas díscolos proponen, en cambio, que renueve Fernández y designar, en lugar de Gutiérrez Ortiz, al ex senador de La Rioja, Ricardo Guerra

El bloque Convicción Federal está dispuesto a ir a fondo, y le exigirán a Mayans que les de un lugar en la AGN a cambio de dar quórum para la sesión del jueves. Habrá reunión de interbloque el miércoles a las 18 y será allí cuando Salino dé el ultimátum: sin lugar en la AGN no darán quórum y amenazarán con abandonar la bancada para armar un interbloque federal junto a Sáenz. 

El gobernador de Salta, Gustavo Saénz, junto a Manuel Adorni y Diego Santilli

Es una negociación delicada: CFK bajó línea de hacer todo lo posible para mantener unidos los bloques en el Congreso, pero ya hay varios legisladores cristinistas que piden blanquear la crisis interna. “Esto se tiene que romper y cada uno tiene que blanquear donde está parado. Estoy harta del toma y daca. Si se quieren ir que se vayan”, masculla una senadora kirchnerista. 

El problema excede al Senado, sin embargo. En la Cámara de Diputados se vive una situación similar, aunque con el Gobierno encabezando las negociaciones. Martín Menem tiene la posibilidad de hacerse una mayoría junto a los aliados para ubicar un auditor propio en acuerdo con el PRO y el peronismo. Uno para cada uno. Sin embargo, en las últimas horas, el panorama se complicó cuando Saénz metió la cuchara.

El gobernador de Salta quiere aprovechar que sus acciones están al alza y pretende erguirse como el interlocutor oficial de los gobernadores del Norte. Busca romper la alianza con el PRO y le propone al Gobierno poner sus votos para designar a un representante de los gobernadores “federales”. Pide por Pamela Caletti, ex jefa del bloque Innovación Federal que vencerá mandato a partir de diciembre. 

“Tienen licencia para matar. Si hacen las cosas bien, se llevan todo”, advierte un diputado opositor que, hasta hace un mes, venía trabajando junto al peronismo y el pichettismo para correr a Menem y el PRO de la ecuación y designar a dos auditores opositores -uno del kirchnerismo y Emilio Monzó- y otro de LLA. Pero las negociaciones se complicaron cuando comenzó la interna del peronismo. 

El problema es el PJ. Es un caos, y así es imposible”, deslizó un histórico operador todoterreno.

MCM/MG

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