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En La Plata

En medio de los cruces con CFK y con Milei, Kicillof envía el Presupuesto 2026 a la Legislatura

Axel Kicillof presenta su Presupuesto 2026.

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Tras una semana en la que, además de digerir la dura derrota electoral del peronismo en el distrito que conduce, tuvo que soportar los golpes desde dentro del partido, con la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner endilgándole el traspié del Frente Patria por el desdoblamiento electoral que impulsó el gobernador en la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof intentará mirar hacia adelante, envalentonado por el apoyo de sus intendentes aliados días atrás presentará este lunes el Presupuesto 2026 para su administración, acompañado por ministros y legisladores.

El evento tendrá lugar a la 14.30 en el Salón Dorado de la casa de gobierno de La Plata, y está previsto que Kicillof explique los principales lineamientos del plan de recursos y gastos del próximo año, que incluirá un pedido de endeudamiento.

Serán los cálculos que hizo la administración de Kicillof para su séptimo año al frente de la provincia de Buenos Aires, en momentos en que se mantiene el enfrentamiento por los recursos con el gobierno nacional de Javier Milei.

Tras la presentación, el proyecto será enviado a la Legislatura bonaerense para que comience formalmente su discusión.

De acuerdo al gobierno provincial, la Nación tiene una deuda con el distrito de 12,9 billones de pesos.

El ministro de Gobierno, Carlos Bianco, explicó el viernes pasado que Kicillof expondrá “la necesidad” que existe de “contar con estos instrumentos para poder llevar adelante todas sus políticas en este contexto tan ruinoso que está viviendo en la Argentina”.

Días atrás, tras sufrir el impacto de los reproches de CFK, el mandatario provincial le envió una carta abierta a Javier Milei, en la que le pidió “tener mayor humildad y menos triunfalismo”.

Para Kicillof, a pesar del triunfo de LLA en las elecciones legislativas a nivel nacional, “las calamidades” que el modelo económico de la administración Milei “provoca en nuestra sociedad siguen su curso. Jubilados, trabajadores, comerciantes, industriales, estudiantes, sectores vulnerables y sectores medios continúan siendo golpeados por un ajuste que se traduce en recesión, feroz caída del consumo y las ventas, pérdida de empleo y, sobre todo, angustia y desesperación”, sostuvo el gobernador.

La carta completa de Kicillof a Milei

Señor Presidente:

Los resultados de las elecciones nacionales del 26 de octubre fueron favorables para su fuerza política. Sin embargo, las calamidades que su modelo económico provoca en nuestra sociedad siguen su curso. Jubilados, trabajadores, comerciantes, industriales, estudiantes, sectores vulnerables y sectores medios continúan siendo golpeados por un ajuste que se traduce en recesión, feroz caída del consumo y las ventas, pérdida de empleo y, sobre todo, angustia y desesperación.

Valoro que haya decidido dejar de insultar a quienes piensan distinto. Pero su tarea, señor Presidente, es mucho más que eso: se trata de gobernar para todos los argentinos, dentro de la Constitución, respetando el federalismo y defendiendo el interés nacional. Será el pueblo, dentro de dos años, quien decida si cumplió o no con esa tarea. 

En esta nueva etapa de su gobierno, usted modificó su tono y su estilo, pero aún le falta lo más importante: enfrentar la realidad. Su plan económico, basado en mantener un dólar bajo y una recesión prolongada para contener los precios, fracasó. Los dólares de Scott Bessent pueden haber sido eficaces para calmar a los mercados financieros, pero de ninguna manera resuelven los problemas de la vida cotidiana de la mayoría de los argentinos. Cabe recordar que usted tuvo que recurrir a este nuevo “salvataje” luego de que su propio plan económico pusiera a la economía y a la sociedad argentina al borde del abismo. Esa realidad debería invitarlo a tener mayor humildad y menos triunfalismo.

A partir de entonces, el presidente Trump asumió un rol inédito en la política nacional. Sus declaraciones, amenazando a los argentinos con “no ser generoso” si su candidato perdía, constituyen un episodio vergonzoso para nuestra democracia. No se registra en la historia argentina una intromisión económica y política de semejante magnitud y tan explícita. Luego, el supuesto emisario de Estados Unidos, Barry Bennet, vino al país a “ordenar” su campaña y su gobierno. Si bien esta intervención puede haber calmado los mercados y contribuido a su resultado electoral, lo hizo al precio de una pérdida de soberanía y dignidad nacional. Y a cambio de compromisos que no se dieron a conocer porque, claramente, no se trata de una sociedad de beneficencia. 

Le recuerdo, señor Presidente, que el respaldo del extranjero no reemplaza el respaldo del pueblo argentino. A usted le gusta recordar que “2 + 2 es 4”. Debo señalarle, al respecto, que la suma de quienes no votaron por su fuerza política y los millones de argentinos que no fueron a votar –seguramente desalentados luego de sucesivas frustraciones económicas y decepciones políticas– constituyen una mayoría social que no lo está aplaudiendo precisamente. 

Ahora bien, si realmente desea abrir un diálogo con quienes piensan distinto y priorizan los intereses de todos los argentinos, le digo con total claridad: no es buena señal excluir a los gobernadores que considera “enemigos”. Las provincias que usted decidió no convocar representan a más del 40% de la población argentina. Y los gobernadores que las conducimos fuimos elegidos democráticamente, al igual que usted, para defender los intereses de nuestros pueblos. La exclusión de nuestras provincias es un gesto antidemocrático y contrario al espíritu federal.

Por eso lo convoco, una vez más, a reunirnos para articular políticas públicas. No espere de mí insultos ni agresiones; pero tampoco espere que ceda en la defensa de los intereses de mi provincia o en la defensa de las convicciones de mi fuerza política. Resulta innegable que la provincia de Buenos Aires —donde vive casi el 40% de los argentinos, los que lo votaron y los que no— ha sido duramente castigada por su administración. En seguridad, sufrimos recortes arbitrarios; en transporte, la quita de subsidios afecta a millones de bonaerenses; en infraestructura, se paralizaron obras esenciales. A eso se suma la caída de la recaudación producto de la recesión y el aumento de la demanda social. 

La situación es de emergencia, y el Gobierno Nacional que usted lidera no puede borrarse ni desertar de sus responsabilidades. El ajuste fiscal al que usted llama “superávit” se construyó en gran medida sobre la quita ilegal de fondos a las provincias. En el caso de Buenos Aires, se eliminaron el Fondo de Seguridad, el Fondo de Incentivo Docente, el Fondo Compensador para los Jubilados, se paralizaron 1.000 obras y 16.000 viviendas, entre otros. Nos debe a los bonaerenses más de doce millones de millones de pesos. Ese supuesto ahorro nacional está hecho con recursos que le pertenecen al pueblo de mi Provincia y de las demás. La Provincia de Buenos Aires es la más poblada del país, la que más produce y la que menos recursos recibe: aporta el 40% de la recaudación nacional y recibe apenas el 7%. Eso no es austeridad: es injusticia estructural.

Además de las deudas que tiene su Gobierno con las Provincias –planteadas con firmeza por mis colegas en la reunión a la que decidió excluirme– usted propone discutir una agenda de reformas. Las reformas que Argentina necesita deben estar orientadas a promover un desarrollo federal con justicia social, a fortalecer los intereses nacionales en un mundo caótico, y a favorecer un Estado eficaz, capaz de corregir las desigualdades que fracturan a nuestro país. Aún no se conoce el contenido preciso de sus propuestas para esta nueva etapa, pero las declaraciones –de sus funcionarios y de los nuevos accionistas extranjeros de su gobierno– insinúan una dirección que agravará las desigualdades de nuestra sociedad. Las reformas prometidas no contienen soluciones para una economía paralizada, para una industria nacional quebrada ni para un pueblo que la está pasando mal. Como dirigente de la fuerza política ratificada el domingo como principal fuerza de la oposición, le aseguro que se equivoca si cree que, por participar de fotos o reuniones, el peronismo va a acompañar reformas que quiten derechos, destruyan la producción y ahoguen aún más a una sociedad golpeada, endeudada y sin horizonte de progreso.

Una vez más le propongo discutir estas cuestiones —y las que usted quiera agregar— con seriedad. Así como lo hice la noche del 7 de septiembre después de que nuestra fuerza política obtuviera un triunfo contundente en las elecciones provinciales, en las cuales se ratificó el rumbo de nuestra gestión, vuelvo a hacerlo ahora que nos tocó perder por un escaso margen en la elección nacional en la Provincia. No todo se trata de consignas e insultos; la campaña ya terminó. En virtud de nuestras responsabilidades, estamos obligados a coordinar para proteger a los que más sufren, reactivar la producción, fortalecer el federalismo y garantizar que las provincias reciban lo que les corresponde.

Su gobierno desertó de sus obligaciones en materia de salud, educación, infraestructura, protección del trabajo, alimentación; quitó remedios y asistencia a los jubilados, pacientes oncológicos y personas con discapacidad. En nuestra provincia, muchísimos bonaerenses tienen crecientes dificultades para afrontar el alquiler, los servicios, los remedios y hasta la comida. Desde el gobierno provincial y los municipios intentamos dar respuestas a una demanda cada vez mayor. Para que tenga una idea, sólo en los comedores escolares y comunitarios reciben alimento más de 4 millones de bonaerenses y la necesidad crece. Se necesita al Estado para afrontar esta emergencia y usted no puede permanecer indiferente. Imagínese si tuviéramos todos esa actitud. 

Presidente Milei: los argentinos la están pasando mal. Las familias están endeudadas, los comercios vacíos, la industria paralizada, los salarios pulverizados. Los municipios y las provincias sostienen con esfuerzo lo que el Estado nacional abandona. Su política económica está destruyendo el tejido social y productivo de la Argentina. Por eso le pido que escuche, que corrija, que dialogue. No con los mercados, sino con la gente. No con los poderosos de afuera, sino con los trabajadores, los empresarios y los gobernadores de su propio país. El futuro de la Argentina no se construye con odio ni sometimiento, sino con respeto, cooperación y amor a la Patria. 

El apoyo de los intendentes

El pasado viernes, tras las críticas de Cristina, quien le remarcó como “error político” el desdoblamiento que hizo la provincia de Buenos Aires de sus elecciones locales y nacionales, Kicillof se reunió por más de tres horas con más de 40 intendentes en medio de un clima de tensión en el peronismo.

El encuentro se llevó a cabo en “La Casona” del Ministerio de Desarrollo Agrario, ubicada en el Parque Pereyra Iraola de Berazategui, y participaron los alcaldes Almirante Brown, Mariano Cascallares; el de La Matanza, Fernando Espinoza; el de Ituzaingó, Pablo Descalzo; el de La Plata, Julio Alak; el de Florencio Varela, Andrés Watson, entre otros.

Tras el encuentro, el ministro de Gobierno, Carlos Bianco, señaló que Kicillof “pidió a los ministros y los intendentes que no nos enredemos en ninguna discusión interna”, al afirmar que “tenemos solo un adversario que es el presidente y sus políticas, y ahora se sumó un adversario más potente que es (Donald) Trump”.

También sostuvo que en la reunión “se trataron los lineamientos generales del Presupuesto y la necesidad que tiene la provincia luego de dos años sin esa herramienta, sin ley de financiamiento ni ley fiscal impositiva”.

“La provincia tiene la necesidad de contar con estos instrumentos para llevar adelante sus políticas en este contexto tan ruinoso que estamos viviendo”, añadió.

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