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Decisión tomada

Vetos programados: Milei anticipa el “no” a las leyes con costo fiscal que apruebe el Congreso

Javier Milei en campaña, motosierra en mano.
4 de junio de 2025 19:49 h

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La Cámara de Diputados puede sesionar, debatir y hasta sancionar leyes con respaldo transversal. Pero si la norma en cuestión tiene costo fiscal, el destino está sellado. “La vamos a vetar, como ya lo hicimos”, repiten en Balcarce 50 con la confianza de quien juega con ventaja. El gobierno de Javier Milei no está dispuesto a ceder un centímetro de su política de ajuste, ni siquiera frente a proyectos que tocan fibras sensibles como el sistema jubilatorio, la salud pediátrica o la atención a personas con discapacidad.

El encargado de decirlo, una vez más, fue Guillermo Francos. El jefe de Gabinete lo ratificó durante un almuerzo con la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa (ACDE), en el Centro Naval, mientras en simultáneo la oposición reunía quórum en Diputados para tratar una batería de iniciativas con impacto social directo.

Entre los temas en discusión en el Congreso aparecen dos paquetes de medidas vinculadas a las jubilaciones. El primero incluye dictámenes para actualizar el bono de $70.000, congelado desde marzo, y otorgar un aumento por única vez del 7,2% correspondiente a la inflación de enero de 2024, que el Gobierno decidió no reconocer.

El segundo bloque de proyectos se refiere a la continuidad de la moratoria previsional, un mecanismo que permite acceder a la jubilación a quienes no completaron los 30 años de aportes. Ese universo abarca a miles de trabajadores —en especial mujeres— que no pudieron ingresar al régimen general debido a trayectorias laborales marcadas por la informalidad o la precarización. A esas iniciativas se suman la declaración de emergencia en salud pediátrica, impulsada a raíz del conflicto salarial en el Hospital Garrahan, y el refuerzo de recursos para la Agencia Nacional de Discapacidad.

“Son temas importantes, sin dudas. Pero el Estado no los puede pagar salvo que vuelva a endeudarse o emitir. Y eso no va a pasar”, afirmó Francos rodeado de ejecutivos. En la Casa Rosada celebraron que la frase haya tenido eco mediático ya que lejos está de haber sido un exabrupto: se trata de política pública. A contramano de la narrativa habitual, en la que los gobiernos ruegan por votos y consensos, Milei se planta con uno de los recursos más polémicos del repertorio presidencial: el veto. Si el Congreso le pone un mínimo freno al ajuste “más grande de la historia de la humanidad”, la lapicera del Presidente ya tiene preparada la respuesta.

El menú ya fue probado en septiembre de 2024, cuando Milei vetó la ley que otorgaba un aumento jubilatorio por fuera de la fórmula oficial. La escena se completó con un asado en Olivos para los 87 diputados que blindaron la decisión presidencial. La estrategia se repite. “No importa lo que aprueben, si afecta el equilibrio fiscal se veta”, insisten en los pasillos de la Casa Rosada.

Este miércoles, Francos aprovechó la ocasión para defender el rumbo económico y presentar el veto no como una imposición, sino como una forma de resguardar el único “activo” que el oficialismo reconoce como propio: el superávit. “Todos los miércoles tenemos una pelea para evitar que nos saquen leyes que complican el equilibrio fiscal. No hay nada sin equilibrio fiscal”, dijo.

El jefe de ministros adelantó además que el Ejecutivo enviará al Congreso en las próximas horas la nueva Ley Penal Tributaria, otro capítulo del paquete de reformas que Milei quiere activar tras las elecciones. “Salimos de terapia intensiva, estamos en terapia intermedia”, diagnosticó sobre la economía.

En ese mismo tono, pronosticó que con una nueva composición parlamentaria a partir de octubre, el oficialismo podrá insistir con reformas previsionales y laborales. “No vamos a ser mayoría, pero vamos a tener más fuerza. Hasta podemos ganar La Matanza”, se entusiasmó Francos. En su entorno ya se habla de una “segunda generación” de reformas, que el Presidente guarda como carta reservada para el último tramo del año.

Sobre las protestas frente al Congreso, el Gobierno se muestra inflexible. Las movilizaciones de jubilados son deslegitimadas como expresiones del kirchnerismo. “No es cuestión de aumentar una partida de $10.000 a $20.000. El problema es de dónde salen los recursos”, explicó el jefe de Gabinete ante los empresarios de ACDE. Y redobló: “La relación ideal en un sistema previsional es 4 activos por cada pasivo. Hoy estamos lejos de eso, y no hay magia”.

PL/MG

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