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Dengue: la nueva vacuna cubrirá los cuatro tipos del virus

La nueva vacuna aprobada por el ANMAT promete generar cobertura contra los cuatro serotipos de dengue.

Nicolás González

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Si todo sale bien, Argentina tendrá una vacuna contra el virus del dengue  a mediados de la primavera del 2023. La Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) autorizó este miércoles la inscripción en el Registro de Especialidades Medicinales (REM), de la vacuna de nombre comercial Qdenga del laboratorio japonés Takeda. Esta aprobación ya se había logrado en otras partes del mundo: en la Comunidad Europea en diciembre del 2022, en Brasil el mes pasado, en el Reino Unido en enero de este año y en Indonesia en agosto del 2022.

“Que todo salga bien” significa que una vez importada la vacuna la ANMAT deberá aprobar el lote en base a los estándares de calidad necesarios. Cuando esto suceda se podrá administrar con una inyección debajo de la piel de la parte superior del brazo en dos dosis con 3 meses de diferencia.

La vacuna se trata de un polvo para solución inyectable cuyo principio activo inmuniza contra los cuatro serotipos del virus del dengue. Se fabrica en el laboratorio alemán IDT BIOLOGIKA y está indicada para personas mayores de 4 años, hayan tenido o no alguna vez dengue. Una ventaja logística de esta vacuna es que requiere almacenamiento de heladera ya que demostró ser estable entre los 2 y 8°C.

La documentación que evaluó la ANMAT es la de un estudio clínico con más de 20 mil participantes, realizado en un período de 4 años y medio donde la vacuna demostró reducir un 84% las hospitalizaciones por dengue y un 61% los casos de dengue sintomático.

Lo novedoso de esta vacuna es que presenta protección contra los cuatro serotipos del virus del dengue. Según explica el laboratorio Takeda en un comunicado “se basa en virus vivos atenuados, desarrollada a partir del serotipo 2 del dengue, que proporciona la ‘columna vertebral’ genética para los cuatro serotipos y está diseñada para proteger contra cualquiera de estos”. 

Después de haber pasado la pandemia de Covid resulta familiar escuchar hablar de variantes, pero esto de los serotipos es nuevo: en el caso del dengue son 4 y difieren más entre sí de lo que lo hacen las variantes, por eso es más complejo diseñar una vacuna que los contemple a todos. Cuando una persona se infecta con un serotipo desarrolla inmunidad contra ese tipo de dengue y podrían aparecer síntomas que van desde dolor muscular, hasta dolor de cabeza, que se manifiesta detrás de los ojos, pasando por posibles hemorragias que se ven como puntos rojos en las encías.

Según explica Mario Lozano, virólogo, ex rector de la Universidad de Quilmes y actual secretario de desarrollo económico de Quilmes, esta primera infección “en general tiene una tasa de mortalidad bajísima, de manera que no es un problema sanitario”. El problema es que los anticuerpos generados sirven para la defensa de una nueva infección contra el mismo serotipo, pero no sólo no son útiles en la defensa de otros serotipos sino que pueden generar una enfermedad peor, conocida como Dengue grave o Dengue hemorrágico, con mayor probabilidad de hemorragias, hospitalizaciones y mayor tasa de mortalidad: Lozano dice que esto sí lo convierte en un problema sanitario en los países donde el dengue circula mucho. El mérito de esta vacuna japonesa es que protege contra los 4 tipos de dengue a la vez y el especialista la compara con otra que también está aprobada en algunos países: “La que conocíamos hasta ahora, la del laboratorio Sanofi, daba seguridad para unos serotipos, pero no para todos, entonces podía llegar a agravar la enfermedad si después de la vacunación se producían infecciones con otros serotipos”. 

Más allá de esto, Lozano concluye que la tasa de mortalidad por dengue es muy baja. Según el último informe del Boletín Epidemiológico Nacional, el de la semana del 16 de abril, en el país hay 56.324 casos de dengue confirmados y 39 fallecidos. El 84% de los casos es por el serotipo 2 y el resto por el 1. Esto además de confirmar que hay circulación de ambas formas del virus, marca el cambio con respecto al anterior brote donde predominó el serotipo 1. 

El plan de vacunación

Una vez que el país empiece a recibir la vacuna las autoridades sanitarias deberán definir una estrategia de aplicación. Lozano cree que se debería empezar por las personas que ya se infectaron una vez, así se protegerían contra los otros serotipos y tendrían un 84% menos de posibilidad de tener dengue grave. En este mismo sentido la especialista Analía Urueña, médica especialista en Infectología e integrante de la Comisión Directiva de la Sociedad Argentina de Vacunología y Epidemiología (SAVE) cree que la prioridad de vacunación deberían ser las regiones del país donde hay circulación de ambos serotipos. Según el Boletín Epidemiológico esto sería Santa Fé, Salta, CABA, Buenos Aires, Córdoba, Jujuy, Santiago del Estero, entre otros.

Urueña, que estudió en detalle el informe del estudio clínico, concluye que “la vacuna es muy buena” porque aseguró “muy buen perfil de seguridad” al menos durante los 3 años del estudio. Además, demostró muy buena eficacia para los casos de dengue grave. Sin embargo, aclaró que todavía falta información sobre la eficacia para los serotipos 3 y 4 porque al no tener tanta circulación, el número de la población estadística (la cantidad de muestras) no es suficiente como para sacar conclusiones. 

Los estudios clínicos se hicieron en 8 países donde la circulación del virus es endémica, es decir, donde la aparición de la enfermedad de dengue es constante. Esto se debe a que las condiciones climáticas de esos países son propicias durante todo el año para el mosquito vector, el Aedes aegypti. Como esto no se da en nuestro país, donde la  aparición de la enfermedad es por brotes estacionales, Urueña, quien también es directora del Centro de Estudios para la Prevención y Control de Enfermedades Transmisibles (CEPyCET) cree que hay que tener cautela: “Es probable que la eficacia de la vacuna en Argentina no sea exactamente la misma que la de los países donde se hizo el estudio. Podría ser menor porque la vacuna demostró mayor eficacia en casos de reinfecciones (más probables en países con mayor circulación del virus)”. Por otro lado, la especialista agrega que si bien en 3 años de estudio no se observaron efectos adversos hay que estar atentos cuando se aplique en nuestro país y aumente el número de vacunados. 

Además de coincidir en que la vacuna es muy buena, los especialistas aclaran que es una herramienta más de prevención y que se debe continuar con las medidas de cuidado: controlar al vector, promover el saneamiento ambiental, seguir con campañas de descacharreo, usar repelentes, mosquiteros, entre todas las medidas que ya son conocidas. Sobre todo porque el mismo mosquito transmite otros virus para los que todavía no hay vacunas: los del zika y chikungunya.

NG/MG

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