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OPINIÓN

GNL recargado en el Golfo San Matías y la crónica de una participación simulada

La ballena franca austral es Patrimonio Natural de Argentina. Además, una de las áreas donde las madres permanecen durante el invierno y la primavera, Península Valdés (Chubut), es Patrimonio de la Humanidad. Otra de las áreas que visitan, el Golfo San Matías (Río Negro), será centro de un proyecto petrolero. Gentileza Instituto de Conservación de Ballenas.

Cristian Fernández*

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El martes 16 de septiembre, en San Antonio Este, Río Negro, tuvo lugar la audiencia pública para presentar el Estudio de Impacto Ambiental que busca habilitar la instalación de un nuevo buque de licuefacción en el Golfo San Matías. Este buque para producir GNL lleva el nombre MKII y se suma al buque licuefactor aprobado a inicios de 2025, el Hilli Episeyo. Además, se encuentran en carpeta proyectos para instalar en un futuro cercano cuatro nuevos buques.

Al igual de lo que sucedió en la audiencia pública del buque Hilli Episeyo, el 4 de diciembre de 2024 en el Puerto del Este, y en la audiencia pública por el proyecto Vaca Muerta Oil Sur, en agosto de 2023 en Sierra Grande, la participación social estuvo restringida a personas con domicilio en Río Negro. Semejante limitación impidió que las voces de vecinas y vecinos de Chubut, provincia vecina de Rio Negro que podría sufrir las consecuencias de estos proyectos, fueran oídas.

En efecto, dada la conectividad oceanográfica entre los golfos norpatagónicos, los potenciales derrames de los proyectos de petróleo y gas podrían llegar hasta la Península Valdés, patrimonio natural y cultural de la humanidad, ubicado en Chubut.

Sin embargo, las y los chubutenses sí tuvieron oportunidad de expresarse en la audiencia popular que tuvo lugar en San Antonio Oeste el sábado 13 de septiembre, organizada por habitantes de la zona. En esa audiencia, todas las voces fueron escuchadas, porque el ambiente y los ecosistemas no reconocen fronteras.

El buque de licuefacción Hilli Episeyo se ubicará frente a las costas del golfo San Matías, muy cerca de la ciudad turística Las Grutas.

Las autoridades tienen mucho que aprender de la comunidad local y modificar la inconstitucional Ley 3284 rionegrina para adaptarla a una participación social amplia e integral, tal como lo exige el Acuerdo de Escazú: un tratado regional ratificado por Argentina en 2020, con jerarquía superior a las leyes, que obliga a eliminar cualquier obstáculo a la participación ciudadana.

En la audiencia pública del martes pasado, Adrián Casadei, intendente de San Antonio Oeste; las secretarias de Ambiente y Energía de Río Negro; la consultora de impactos ambientales de Serman & Asociados; y el gerente de proyectos de Southern Energy se refirieron a esta inversión como una oportunidad para generar fuentes de trabajo, relativizando los impactos socioambientales del proyecto de GNL. El Estudio de Impacto Ambiental realizado considera que los riesgos ambientales no son significativos. Pero eso no es correcto.

Durante su discurso como oradora, Suyhay Quilapan, habitante de Las Grutas, balneario ubicado en Río Negro, señaló que no fueron analizados los impactos acumulativos del buque licuefactor MKII. Así, puso de relieve una de las falencias que dan cuenta de la ilegalidad de este proyecto. Solo analiza los impactos acumulativos y sinérgicos con el buque Hilli Episeyo, eludiendo el análisis de los impactos acumulados con la ampliación de la planta de gas compresora de San Antonio Oeste, los buques metaneros que transportarán el GNL producido por el buque, la terminal portuaria y monoboyas de Vaca Muerta Oil Sur y los buques que vendrán en las siguientes etapas. El Estudio de impacto ambiental en cuestión nos muestra el tráiler, pero no la película entera.

Una de las playas del Golfo San Matías, Río Negro. La zona afectada por un cambio en la legislación es el área de reproducción de especies icónicas del Mar Argentino, como la ballena franca austral y el pingüino de Magallanes.

Liz Assef, oradora en representación de la Fundación Inalafquen, explicó que este proyecto viola el Acuerdo de París, que busca combatir el cambio climático reduciendo las emisiones de gases de efecto invernadero, el Convenio Marco de Cambio Climático y el Plan Provincial de Respuesta al Cambio Climático, con medidas de mitigación y adaptación presentadas en Viedma el pasado 30 de julio por la Secretaría de Ambiente y Cambio Climático.

Assef dio en la tecla porque el Estudio de Impacto Ambiental omite analizar en serio las emisiones de gases de efecto invernadero, entre las cuales se encuentran el dióxido de carbono, el metano (80 veces más potente que el dióxido de carbono) y compuestos orgánicos volátiles como el benceno, que resulta cancerígeno. Asimismo, desde la Fundación Inalafquen, subrayaron que, a nivel local, se infringe la Ley Provincial 2472, la cual prohíbe de manera taxativa el volcado directo o indirecto de efluentes industriales al medio marino, sin importar el grado de tratamiento previo.

Por su parte, Aylen Tapia, una de las primeras oradoras de la audiencia, aseguró que este proyecto no se trata de soberanía y planteó el interrogante acerca de cuántas fuentes de trabajo realmente genera. En este sentido, Laura Sabesinsky, vecina de Viedma, afirmó que las ganancias para la provincia son insignificantes y que se generan escasos y precarios empleos. Además, recordó que la actividad extractiva ha convertido al mar del norte en un cementerio.

En definitiva, la audiencia pública no tuvo un consenso mayoritario como pretenden instalar las autoridades y empresas. De hecho, hubo muchas voces críticas desde el territorio y muchas más que no pudieron ser oídas por la miopía ecosistémica de las autoridades rionegrinas, que les impiden ver que los daños ambientales que genera la combinación de proyectos de GNL superarán las fronteras territoriales de Río Negro.

El 15 de septiembre se celebró el Día Internacional de la Democracia. Un día más tarde, la democracia ambiental se vio recortada en una simulación de audiencia pública dependiendo del domicilio que figure en el documento nacional de identidad. Todos los habitantes de Argentina tienen derecho a defender el Golfo San Matías y a exigir una sensibilidad distinta de funcionarios públicos que no pueden ver más allá de sus narices y que, por conveniencias coyunturales, son indiferentes al daño climático y ecosistémico que están a punto de provocar si aprueban estos proyectos. Pero existen muchas personas para quienes las convicciones superan a las conveniencias. Y seguirán peleando por un golfo azul para siempre.  

*Coordinador del área de Legales de FARN.

ED

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