Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
10 AÑOS DE VACA MUERTA Entrevista

Nicolás Arceo, consultor: “Sin Vaca Muerta, la importación sería signficativa”

Nicolás Arceo, testigo del inicio de la explotación de Vaca Muerta.

Alejandro Rebossio

0

Nicolás Arceo se recibió de economista en la Universidad de Buenos Aires (UBA), después hizo una maestría y un doctorado en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), investigó allí y en el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) y más tarde Axel Kicillof lo llevó de subsecretario de Planificación Económica y de vicepresidente de la reestatizada YPF entre 2012 y 2015. Como tal fue testigo del inicio de la explotación de Vaca Muerta, a partir del acuerdo con Chevron, que se puso en marcha hace diez años.

Pero una vez terminado el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, Arceo recogió su experiencia en YPF para armar la consultora Economía y Energía y desde entonces no se fue del sector privado. No se incorporó a la gestión de Alberto Fernández y considera que gane Sergio Massa o Javier Milei “hay una visión compartida en los distintos sectores de la política en torno a la potencialidad de Vaca Muerta y lo que se requiere para su desarrollo”. Eso sí, reivindica a la YPF estatal, en contraposición al deseo del libertario de privatizarla otra vez como en 1993.

-¿Qué resultados dieron estos diez años de Vaca Muerta? 

-El desarrollo de Vaca Muerta cambió al sector hidrocarburífero argentino radicalmente. Argentina venía con una caída progresiva de las reservas convencionales. Desde comienzo del siglo XX siempre hubo un trade off (compensación) entre abastecimiento del mercado local y de exportación porque no había un volumen de recursos significativo. Vaca Muerta viene a cambiar eso. No digo sólo Vaca Muerta: los recursos no convencionales en la cuenca neuquina permiten hoy garantizar el consumo local por dos siglos de gas natural y un siglo de petróleo. Cambió el sector hidrocarburífero en la Argentina. Hoy, por primera vez, la Argentina tiene la posibilidad de abastecer la demanda local y simultáneamente conformar una plataforma de exportación significativa de petróleo y gas. Es un cambio rotundo. 

-Si tuviera que decir lo que era 2013 y compararlo con 2023 ¿cuáles serían los hitos? 

-Vaca Muerta hoy ya es una realidad. El 47% de la producción de petróleo es no convencional. Entre tight y shale gas, casi el 60% de la producción es no convencional. Sin Vaca Muerta desde 2013, hoy Argentina tendría un nivel de producción de petróleo y de gas natural muy inferior a la que está registrando ahora, con lo cual el nivel de importación es sería muy significativo. Vaca Muerta no es solo importante en términos del futuro y la conformación de una plataforma exportadora, sino centralmente en la cantidad de recursos que permitió ahorrar desde 2013 para acá. 

-En términos de empleo. ¿sabe también cuánto impactó? 

-El sector representa más o menos el 2% del empleo formal en Argentina. Es un sector capital intensivo, pero tiene una incidencia muy significativa en términos de la generación de empleo registrado en las provincias productoras. En las cuencas productoras de hidrocarburos tiene un efecto multiplicador bastante significativo. Hay distintos trabajos que sitúan en el multiplicador del empleo en el sector de hidrocarburífero entre el cuatro y 11 puestos de trabajo por cada puesto en el sector.

-¿Cuál es el futuro? Se habla, se habla de exportación a Europa y de motorizar la industrialización del gas, de ampliar plantas como la de fertilizantes de Profertil o de otras que reciban gas barato. 

-A medida que aumente la producción y la disponibilidad de gas natural, seguramente van a comenzar proyectos de su industrialización. El proyecto de Profertil es uno de ellos. La Argentina debería seguir un desarrollo de la petroquímica similar a lo que se está viendo en el Golfo de México a lo largo de la última década con la abundancia de gas natural. En términos de exportaciones, la Argentina tiene en el corto plazo la posibilidad de aumentar muy significativamente las de petróleo hacia el mercado mundial. Lo que se va a requerir, más allá de abastecer crecientemente a los mercados regionales, es la conformación de terminales para exportar GNL (gas natural licuado) al mundo, en particular a Europa, a lo largo de la próxima década. No es algo que se vaya a dar en el corto plazo.

-Usted fue protagonista de aquellos años donde nació Vaca Muerta. Como vicepresidente de YPF, recuerda alguna anécdota de lo que era esa época y la puede comparar con lo que es hoy, diez años después.

-Claramente, visto diez años después, la apuesta en términos de desarrollo de la formación no convencional que tomó YPF en ese momento funcionó. Hoy el abastecimiento hidrocarburífero en la Argentina sin el desarrollo de Vaca Muerta estaría muy seriamente comprometido. En términos de potencialidad y o producción acumulada por pozo, los resultados fueron muy pero muy positivos. Hoy Argentina tiene una formación con una competitividad similar a las mejores cuencas en los Estados Unidos.

-¿Recuerda alguna clave de lo que fueron aquellos tiempos que permitieron el desarrollo?

-Creo que la dirección de la compañía lo que tuvo claro a partir de 2013 es que el futuro de la producción hidrocarburífera en la Argentina estaba vinculada al no convencional. Y que Argentina requería avanzar en la curva de aprendizaje del no convencional para garantizar el abastecimiento hacia adelante. Eso fue un hito relevante. YPF a partir de 2013 y a lo largo de todo el período fue uno de los grandes jugadores junto con Chevron en términos de inversiones en el sector no convencional, que permitieron avanzar relativamente rápido la curva de aprendizaje. Hoy tenemos una eficiencia en la producción no convencional que nunca hubiéramos alcanzado sin diez años de inversión en el sector. No sólo YPF, el conjunto de las empresas del sector invirtieron más de US$35.000 millones en la producción no convencional a lo largo de los últimos diez años. Esa inversión permitió que hoy el 50% de la producción doméstica sea no convencional.

-Con Vaca Muerta se logró que ya el último mes la balanza energética argentina fuera positiva, pero por otro lado tenemos que faltó combustible en las estaciones de servicio. ¿Por qué?

-La Argentina va a ser un gran productor de petróleo y un exportador de petróleo, pero la capacidad de refinación de las refinerías no permite abastecer la totalidad del mercado local. La Argentina importó el año pasado cerca del 20% de los combustibles que consumió. Este año ese porcentaje va a estar en torno al 10% porque mejoró la capacidad de procesamiento en el mercado local. Pero también hay un problema. Hay un contexto que es la transición energética, en donde difícilmente se instalen grandes plantas refinadoras a lo largo de los próximos años, con un periodo de amortización relativamente acotado. Esto va a llevar a que si no se amplía la capacidad de refinación argentina, nos vamos a convertir en un exportador significativo de crudo y a la vez vamos a importar combustibles terminados a lo largo de los próximos años. Es algo que sucede en muchos países productores de petróleo. No sería sólo el caso de la Argentina.

-Quería preguntarle por los cuestionamientos al desarrollo de Vaca Muerta. Por un lado, por el cambio climático, porque producir petróleo genera más calentamiento global. Por el otro, por las consecuencias que trae el método del fracking. Por ejemplo, yo he visitado a vecinos de Sauzal Bonito y Allen que tienen la casa rajada por la fractura hidráulica que se le hace cerca de su casa o a veces no tan cerca ¿Cómo evalúa ese impacto?

-En el plano más general e internacional, claramente el mundo inició una tendencia hacia políticas de mitigación del cambio climático. Ya desde finales de la década del 90 que se cristalizaron. En la Conferencia de París en 2015, la Argentina tuvo que avanzar en medidas de mitigación del cambio climático que incluyen al sector hidrocarburífero pero lo exceden. La Argentina va a tener que seguir una trayectoria de reducción de emisiones a lo largo de la próxima década, en donde el sector hidrocarburífero se va a tener que adaptar a mejores prácticas en menores niveles de emisión, a la vez que se generen medidas de mitigación en el conjunto de la economía argentina. En términos de impacto regional, el sector hidrocarburífero tuvo un impacto medioambiental significativo a lo largo del último siglo. No es algo nuevo. Claramente, las compañías del sector hidrocarburífero tienen que mitigar las consecuencias medioambientales e indemnizar a los sectores que así lo requieran. De todas formas, el desarrollo hidrocarburífero genera una ganancia social para el conjunto de la economía argentina que no se puede dejar de aprovechar.

-Además de esa ganancia macro, ¿también ha traído un desarrollo a la zona de Neuquén y Río Negro?

-Claramente, generó un aumento del empleo significativo, dotó de recursos fiscales a las provincias y a las cuencas productoras. Hoy, las provincias con desarrollo hidrocarburífero tienen un contexto económico y social bastante mejor de lo que se ve en otras. Me parece que el desarrollo hidrocarburífero empuja las regiones en donde se ubican las cuencas.

-Hay otro debate en torno de Vaca Muerta que es o exportamos todo lo posible o, además de exportar, buscamos la industrialización, o sea que haya más proveedores locales de toda la industria petrolera, buscamos industrializar parte de ese gas o usarlo para abaratar el costo de la energía para las industrias. ¿Qué opina?

-Que es la discusión del huevo y la gallina. Si no hay gas abundante y no se desarrolla la producción hidrocarburífera significativamente, no va a haber industrialización e industria petroquímica. Veo muy difícil un desarrollo al revés, primero la industria petroquímica y después que aparezca el gas abundante y barato. Es más, en un contexto internacional donde la abundancia de gas natural en el Golfo de México generó un boom de la industria petroquímica en los Estados Unidos, yo creo que va a haber desarrollo de la petroquímica en la Argentina una vez que tengamos una producción muy significativa de gas natural. Esa producción significativa y a escala de gas natural permite una reducción o una disminución del precio del gas en el mercado local. No antes. Y ahí hay una segunda discusión, que es si nosotros no aprovechamos los recursos gasíferos a lo largo de las próximas décadas, no lo vamos a poder aprovechar porque podemos discutir a qué velocidad va el mundo a la transición energética y al fin de la utilización de fósiles en la matriz energética mundial, pero el mundo va a eso y Argentina tiene hoy recursos sólo en Vaca Muerta, sin contar el resto de las cuencas productivas, para abastecer la demanda local por dos siglos. Con lo cual tenemos recursos para exportar, tenemos recursos para industrializar y tenemos recursos para abastecer la demanda doméstica en un contexto donde el mundo transiciona hacia energías renovables. Podemos discutir si en 2050 o en 2070, pero esto va a pasar. Con lo cual el aprovechamiento del gas se tiene que dar ya.

-Otra creencia de la gente es que si tenemos Vaca Muerta, vamos a tener nafta, gasoil y gas barato para los usuarios. ¿Es así? ¿O no, porque hay que tener en cuenta que las petroleras pueden invertir acá o en otro lugar del mundo si no les dan un buen precio?

-Yo creo que en tanto el mercado doméstico sea la mayor parte del destino de la producción, la posibilidad de un abaratamiento de las naftas y de los hidrocarburos en general en el mercado local no es viable. No es posible centralmente porque la Argentina compite con otras cuencas productoras a nivel mundial para atraer inversión extranjera directa. Ahora, cuando vos produzcas menos del 20% de tu producción para el mercado local, sí hay la posibilidad de subsidiar y abaratar notoriamente el precio de la energía en ese mercado, como hacen los grandes países productores de hidrocarburos. Ahora, el precio de una energía barata en la Argentina lo vamos a conseguir una vez que el sector se haya desarrollado, no antes.

-Que 20% nada más sea para el mercado interno es muy difícil de lograr en un país como la Argentina. No somos Arabia Saudita.

-Pero la Argentina podría llegar a producir 1,5 millones de barriles día y ahí la demanda local sería menos del 30%. No es tan difícil duplicar o triplicar la producción.

-¿Cree que en las elecciones del 19 de noviembre se plantean dos modelos distintos para el desarrollo de Vaca Muerta?

-No creo que se planteen dos modelos distintos. Más allá de la discusión de los últimos días, creo que hay una visión compartida en los distintos sectores de la política en torno a la potencialidad de Vaca Muerta y lo que requiere Vaca Muerta para su desarrollo.

-Pero Milei habla de privatizar YPF. ¿Es lo mismo que YPF sea estatal o privada para el desarrollo de Vaca Muerta?

-No, claramente. Tampoco está claro qué significa privatizar en términos de Milei. Una cosa es que el Estado resigne participación en la compañía pero mantenga el control y otra cosa distinta es privatizarla completamente y que pierda el control, como lo perdió durante la gestión de Repsol. No todo modelo de privatización es lo mismo. Me parece que la ventaja de tener una YPF estatal o bajo control del Estado es que el portafolio de inversión de la compañía no compite con un portafolio a nivel global y eso es lo que hay que mantener. Lo que no está claro cuál es la estrategia de privatización por parte de la oposición. Y también lo que es cierto es que si se decide privatizar una parte de YPF, ¿este es el momento, o en los próximos años va a ser el momento? Porque YPF debería asistir a un proceso de valorización bastante significativo a lo largo de los próximos años.

-¿Cuáles son los desafíos pendientes para el desarrollo de Vaca Muerta? 

-Vaca Muerta está produciendo hoy 300.000 barriles día de crudo. Fueron 305.000 en septiembre. No es el tope. La Argentina podría estar produciendo 1 millón de barriles no convencionales a lo largo de la próxima década. Ahora, para eso lo que se necesita es el establecimiento de un conjunto de reglas estables y la conformación de un marco regulatorio que fije condiciones perdurables para el sector hidrocarburífero hacia adelante. El sector lo que verificó a lo largo de las últimas dos décadas es una política energética de carácter tendencial, con cambio reiterado en las reglas y en donde no hay un mecanismo taxativo en la determinación de los precios vigentes en el mercado local, ni en la exportación. Pegar un salto sustantivo en los niveles de inversión y duplicar o triplicar la producción no convencional va a requerir de un nuevo marco regulatorio.

AR/CRM

Etiquetas
stats