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Pese a la negativa del Presidente, los gremios aliados del kirchnerismo insisten con el pedido de suma fija

Conferencia de prensa del Frente Sindical por el Modelo Nacional, la Corriente Federal de Trabajadores y la CTA de los Trabajadores

Delfina Torres Cabreros

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“Suma fija, imposible. Será bono”. En las oficinas del Ministerio de Trabajo ratifican lo que ya había anticipado la ministra Kelly Olmos y lo que el Presidente se encargó de comentar a los periodistas que lo acompañan en su viaje oficial a Francia e Indonesia. Hay una decisión de Alberto Fernández de no conceder el pedido de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner y sus aliados de darle un empujón permanente a los salarios de los trabajadores formales. 

A diferencia de un bono, que se otorga de manera excepcional, la suma fija se incorpora de manera permanente a los salarios de los trabajadores. Así, eleva el piso de ingresos y, al ser del mismo monto para todos, tiene una mayor incidencia en los escalones más bajos. Como argumento de su decisión, el Presidente señala que no quiere “interferir en las paritarias”. En sus términos, otorgar un bono y no una suma fija es otorgarles más poder a los sindicatos y sus propios mecanismos de negociación. 

Sin embargo, los sindicatos aliados al kirchnerismo se configuran como los principales voceros del reclamo. Este lunes gremios de la CGT agrupados en el Frente Sindical por el Modelo Nacional (Camioneros, SMATA y otros), en la Corriente Federal de Trabajadores (Bancarios, Gráficos, Judiciales y otros) y la CTA de los Trabajadores realizaron una conferencia de prensa en la que insistieron con el pedido de suma fija como complemento de sus propias negociaciones sectoriales. Pablo Moyano, líder de Camioneros, dijo incluso que conseguirlo es su “obsesión de acá a fin de año”.

Por otra parte, la propia vicepresidenta oficializó su postura el viernes pasado en un acto organizado por un sindicato, la Unión Obrera Metalúrgica (UOM). “Estamos diciendo que es necesario una suma fija que vuelva a darle capacidad al salario de los trabajadores y que esto no va en detrimento de las paritarias”, dijo sentada junto al dirigente Abel Furlán. “¡Por favor! ¿Cómo vamos a ir en detrimento de las paritarias justamente nosotros que fuimos, como lo señaló Abel, los que volvimos a introducir la cuestión paritaria en la cuestión económica?”. 

Es otro sector del sindicalismo el que, en todo caso, avala la postura de Fernández. “El Presidente en tándem con un sector de la CGT obturan la suma fija”, señaló Hugo Yasky en referencia a “los gordos”, liderados por Héctor Daer. “Nosotros hace seis meses venimos reclamando una suma fija y no lo hacemos por un capricho, gente que tiene trabajo estable está por debajo de la línea de pobreza”, remarcó el titular de la CTA de los Trabajadores. 

Más allá de las declaraciones de Alberto Fernández en el Ministerio de Economía no dan, al momento, por cerrada la discusión. “No tenemos aún una definición al respecto”, dicen en el entorno de Sergio Massa, que se sumó a la comitiva del Presidente en su parada en Bali, donde se realiza la cumbre de líderes del G20. 

Según un informe del Centro de Estudios para el Desarrollo Nacional Atenea, el salario promedio de los y las trabajadoras registradas proyectado para el final del 2022 es de $212.503 y para mantener el mismo poder de compra que a fines del 2021 debería ser de $229.184. Por eso, una recomposición de suma fija de $16.681 lograría equiparar los ingresos. 

Según explica Tania Etulain, directora de Atenea, una suma fija significaría además una mejora del poder adquisitivo de los trabajadores que perciben salarios menores al promedio. “Hoy estamos ante un mercado laboral en el que muchos trabajadores no ganan lo que establece la canasta básica”, dijo a este medio. 

El también oficialista Centro de Estudios de Economía Política Argentina (CEPA) calculó que un monto de $25.000 se podría mejorar el salario real en un 16,7% y se lograría superar en 7,1% el poder adquisitivo que dejó Macri en 2019. Si el monto se elevara a $46.500 se podría mejorar el salario real en un 31,1% y se equipararía el poder adquisitivo con los niveles de 2015. En los primeros meses de 2020, cuando Alberto Fernández aplicó una suma fija por decreto de $4.000, el poder de compra dio un salto del 7% en promedio, según este centro de estudios.  

Además de la supuesta interferencia en las paritarias, Alberto Fernández considera que una suma fija pondría en una situación muy compleja a ciertos empleadores. En particular, a los municipios (sector en el que se concentran los salarios más bajos) y los pequeños comercios o pymes. 

“No tengo ninguna duda lo resolverían haciendo que sus empleados salgan de la formalidad y pasarlos a la informalidad”, arriesgó. “Lo que nosotros tenemos que recuperar es el salario de todos, incluyendo a los de más bajos ingresos y confiamos que el método de la paritaria es el adecuado –dijo–. En la emergencia, llegando a fin de año, entendemos que hay salarios más postergados y a ellos vamos a tratar de ir en su auxilio”.

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