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YPF presentará antes del lunes una oferta final a sus acreedores para evitar el default corporativo

La salida de Guillermo Nielsen llega en momentos en que se negocia una reestructuración histórica de deuda

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YPF, la empresa más endeudada de la Argentina, trabaja en una oferta final para refinanciar la totalidad de sus US$ 6.200 millones de su deuda, según dijeron a elDiarioAR tres personas con conocimiento directo del plan.  

La propuesta será presentada antes del lunes, dijeron dos de las personas, el último día que la empresa tiene para hacer una nueva oferta de acuerdo a una serie de plazos regulatorios. YPF está considerando si puede hacer una oferta mejorada luego de haber escuchado reclamos de ciertos bonistas y de uno de sus estudios de abogados, dijo un ejecutivo de la compañía. Las personas pidieron no ser identificadas al comentar un plan que todavía está en elaboración y no fue aprobado por el Directorio (paso previo a su comunicación a los reguladores del mercado).

La oficina de prensa de YPF, por su parte, declinó comentarios.

Imposibilitada de abrir una renegociación formal con un comité de bonistas por falta de tiempos legales, la empresa mantuvo esta semana conversaciones privadas con tenedores de sus bonos como Fidelity, BlackRock y Ashmore, entre otros. En base a esas charlas, está considerando -junto a sus asesores financieros (los bancos Citi, Itaú, Santander y HSBC)- si puede hacer mejoras a la oferta de restructuración presentada hace dos semanas. Esa oferta ya tuvo, el viernes pasado, una mejora técnica cuando se anunció el modo de contar las mayorías en las asambleas de bonistas.

En caso de que se puedan hacer concesiones, YPF presentará una última oferta antes del último plazo legal. Será un tómenlo o déjenlo, porque ya no habrá más tiempo para nuevas conversaciones. En caso de que los acreedores no consideren suficiente la oferta edulcorada que presentará, la empresa no podrá pagar el vencimiento de U$S 413 millones que tiene a fines de marzo y sus bonistas podrán pedir el default cruzado de toda la deuda de la empresa en lo que sería el default corporativo récord de la Argentina.

Hace dos semanas, urgida por las restricciones impuestas por el Banco Central para el acceso a dólares, YPF ofreció canjear todos sus bonos internacionales sabedora de que no podrá pagar ese vencimiento de capital aun cuando tiene la plata para hacerlo.

La decisión tomó por sorpresa al mercado, que sólo esperaba refinanciar el vencimiento de marzo a tasas bien por encima del 15%. YPF les ofreció a sus acreedores canjear todos sus bonos por nuevos papeles, uno de ellos respaldado por los pagos de exportaciones de granos y petróleo. A cambio de no pagarles en cash los vencimientos de los próximos dos años, la empresa les entregaría por adelantado nuevos papeles en compensación por esos intereses (lo que en la jerga se llama payment in kind o pago en especies) para que la oferta fuera considerada market friendly y no implicara quita de capital ni reducción de intereses.

Pese a esos incentivos, el mercado de bonistas reaccionó desfavorablemente. Liderados por Oaktree, Ashmore y BlackRock, los acreedores comenzaron a organizarse en grupos para intentar imponerle condiciones a la empresa estatal y contrataron abogados y lobistas para hacer circular que la oferta les implicaba una pérdida de hasta el 20% en el valor presente neto de sus tenencias. Esto se lo expresaron a la empresa esta semana y es en base a esas quejas que la empresa considera alguna leves mejoras.

Si bien los acreedores reclaman un pago en cash y condiciones más favorables en la estructura de los bonos, la empresa sólo evalúa concesiones mínimas que no impliquen tomar dólares del Banco Central antes de los dos años como reclaman algunos de esos fondos, que son los mismos que ya negociaron con idéntica dureza la restructuración de US$ 67.000 millones que hizo el año pasado el Estado, accionista mayoritario de YPF.

La salida de Guillermo Nielsen y la llegada de Pablo González a la presidencia de la compañía es un mensaje directo a los tenedores de los bonos sobre la decisión de la empresa estatal de pisar su caja, plantarse en la oferta y coquetear con su primer default en casi 100 años de historia si los acreedores no aceptan el canje, dijo unas de las personas que participa de las discusiones. YPF tiene US$ 1.000 millones en su caja (750 millones de esos, líquidos). Pero por disposición del Banco Central, la empresa no puede acceder al mercado libre de cambios para pagar su deuda. Así lo dispuso la comunicación 7106, que desde setiembre y hasta fines de marzo limita el acceso a los dólares a las empresas para pagar sus deudas.  

La llegada de González, un hombre del riñón de Cristina Fernández de Kirchner, es “una noticia horrible”, dijo a elDiarioAR uno de los principales tenedores de los bonos. “¿Pero qué se va a hacer? ¿Se vende a estos niveles?”

No es el único de los tenedores de los bonos de YPF que comienzan a pensar que se les está haciendo la noche en la mitad de la tarde, como escribió Atahualpa Yupanqui. El valor de la deuda de YPF cayó hasta 20% este año. Y hoy seguramente habrá “una carnicería” en los precios de los bonos y la acción, término que usan los traders para los días de pérdidas en las cotizaciones por el color rojo sangre con que aparecen los precios en las pantallas. La sorpresiva llegada del ex vicegobernador de Santa Cruz, ex senador y actual diputado por el Frente de Todos a la presidencia de la empresa es una clara señal de que es la política la que maneja YPF y no el mercado financiero.

Los acreedores no pueden tirar mucho de la soga porque, si cae YPF, caerán todos los activos corporativos de Argentina, donde ellos también están invertidos. Enfrentan ahora la evidencia de necesitar que se cierre algún tipo de acuerdo, porque hay mucha deuda involucrada y las restricciones para el acceso a los dólares son reales. YPF, lo saben, no tiene demasiado margen de maniobras.

El Banco Central, por su parte, se encamina a renovar la resolución 7106, aseguraron dos funcionarios de la entidad. Si así fuera, las limitaciones para el acceso a dólares para que las empresas paguen sus deudas se mantendrán. No hay dólares y el grifo sólo volverá a abrirse cuando las exportaciones vuelvan a niveles de entre US$ 80.000 y US$ 90.000 mil millones, dijo uno de los funcionarios. El año último la exportaciones cerraron en el orden de los US$ 60.000 millones.

El vocero de la entidad declinó comentarios.

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