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Perú elige hoy en segunda vuelta entre Lima y la sierra: hará presidente a Keiko Fujimori o a Pedro Castillo

Más de 25 millones están convocadas a votar en Perú

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Un electorado de más de 25 millones de personas habilitadas para el balotaje presidencial están convocadas a las urnas en el Perú, donde, a diferencia de la otra cita electoral latinoamericana de hoy, la de México, el voto es obligatorio. La competencia por la silla presidencial en esta segunda vuelta electoral estuvo signada por la insistente construcción de una polarización entre izquierdas y derechas que aportó a estirar la medida visible del extremismo propio y ajeno. Hasta el punto en que dejara de ser redituable, pero ante la duda las campañas de Fuerza Popular y de Perú Libre estaban dispuestas a pecar por exceso antes de quedarse corta por defecto. A los mercados la animosidad entre la limeña Keiko Fujimori, hija del expresidente hoy presidiario Alberto Fujimori y heredera de su partido derechista, y el serrano Pedro Castillo, maestro rural, sindicalista de izquierda y militante y candidatode un partido fundado en provincias, les pareció peligrosamente sobreactuada: el precio del dólar llegó el viernes al precio récord de 3,9 soles .

Las autoridades electorales habilitaron el sábado los 11.402 centros de votación para el balotaje del domingo entre Keiko Fujimori y Pedro Castillo. Un paso anterior había sido completar la distribución de 380 toneladas de material electoral en aviones, camiones y embarcaciones. Los centros electorales, entre ellos cientos que servían de local de vacunación contra el coronavirus, quedaron bajo vigilancia policial y militar, tras la llegada de las cédulas, urnas, padrones y barbijos para los ciudadanos que deben supervisar las mesas de sufragio. También votará un millón de migrantes, dispersos en 75 países, entre ellos 140.000 en Venezuela, Chile, Paraguay y Aruba, quienes no pudieron sufragar en la primera vuelta debido a restricciones por la pandemia.  Esta semana, Perú ha más que duplicado el número oficial de muertes por coronavirus, hasta alcanzar las 180.000 víctimas. Esto coloca a Perú en el primer lugar a nivel mundial en las estadísticas per cápita de muertes. La razón es que las autoridades han cambiado la forma de contar. Al principio, solo se contabilizaban las muertes en las que se disponía de una prueba positiva, pero ahora también se han incluido en las estadísticas las muertes en las que se puede suponer una infección por coronavirus como 'probable' según los hallazgos clínicos.

Un rasgo saliente de la oferta electoral en la primera vuelta del 11 de abril había sido la ausencia de frentes o alianzas o coaliciones. Se había insistido en que el 11 de abril cualquiera podía ganar. Era casi cierto. Con 18,2% de los votos salió primero Pedro Castillo. No era un candidato al que se le prestara particularmente atención, en los medios, hasta pocas semanas antes de la votación.  En los sondeos previos (que en Perú siguen el modelo de ‘simulacros de votación’) emergía como uno de los más persistentes punteros, para desconcierto de encuestadoras y analistas. Como también ocurrió con Keiko Fujimori, que salió segunda con el 13,4%, sólo superaban el 10% de las intenciones sin llegar siquiera al techo de un quinto del electorado, el 20 por ciento. Además, al menos otras seis fórmulas también se habían elevado por sobre el piso del 10 por ciento. Relativamente pronto se advirtió en el recuento que la de Castillo era la candidatura más votada. Mal conocido fuera de Perú, CNN en español no tenía ni una foto ni una imagen para acompañar su nombre cuando anunciaron que este candidato, sospechado de simpatías con el ala desarmada de Sendero Luminoso, había sido el favorito del Perú en primera vuelta.

Más tardó en saberse, al momento de los sucesivos y progresivos recuentos de los votos de la primera vuelta presidencial, informados por la autoridad electoral, quién competiría con Castillo en la definitoria segunda vuelta. En los primeros resultados anunciados el mismo día domingo 11, iban por delante. compitiendo por el segundo puesto y por la consiguiente rivalidad con Castillo, el conservador Rafael López Aliaga, que finalmente sumó el 11,75% del total del voto, y el neoliberal Hernando de Soto, que al final llegó al 11,63% del mismo total. Pero ese mismo domingo, desde un comienzo, una candidata se mostró convencida de que era ella la heredera y la rival de Castillo. Ya había competido en otras dos elecciones presidenciales, y tenía el optimismo de quienes pueden apostar a que 'la tercera es la vencida'.

Según explicó en entrevista con la prensa gráfica Jorge Luis Salas, presidente de Jurado Nacional de Elecciones (JNE), y tuiteó él mismo después, “no es posible efectuar un fraude. Para hacerlo tendría que haber una arquetipación terrible, una maquinación perversa que existe en la fantasía” solamente. En el mismo sentido, el titular del máximo ente electoral precisó que “hay que quebrar ese mito de que el presidente del Jurado Nacional de Elecciones va a definir la elección, que es el gran elector y que en sus manos se encuentra (el resultado)”.

Los rumores de fraude que circulan en algunas redes sociales se acrecentaron en las últimas horas a raíz de los sondeos de intención de voto -que ya no se pueden publicar en el territorio peruano- que arrojan como resultado un empate técnico entre las dos candidaturas rivales en el balotaje o un estrecho margen de menos de un punto porcentual.

En línea con los llamados a la calma hechos por el Gobierno transitorio, el sistema electoral peruano, conformado por el JNE, la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE) y el Registro Nacional de Identificación y Estado Civil (RENIEC), pidió a la ciudadanía acudir a votar en los horarios previstos y siguiendo las recomendaciones y protocolos de seguridad. Según lo han anunciado, tanto Keiko Fujimori como Pedro Castillo esperarán en Lima el resultado de la elección que determinará quién gobernará en Perú por el periodo 2021-2026 y sucederá a Francisco Sagasti, el mandatario transitorio que asumió el Ejecutivo en noviembre de 2020 y a quien tocó la organización de las elecciones que más han movilizado en años a la ciudadanía.

AGB

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