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Elecciones bolivianas

Eva Copa se baja y deja a Bolivia sin candidatas presidenciales mujeres por primera vez desde 2009

Eva Copa, la única mujer que aspiraba a la Presidencia en las elecciones generales del próximo 17 de agosto en Bolivia, anunció su retiro de la contienda electoral y denunció que su partido sufrió "acoso político".

elDiarioAR

29 de julio de 2025 15:47 h

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La salida de Eva Copa de la contienda electoral en Bolivia no sólo reconfigura el mapa político rumbo a los comicios del 17 de agosto, sino que confirma una elección sin candidatas mujeres a la Presidencia, algo que no ocurría desde 2009. Copa, dirigente del Movimiento de Renovación Nacional (Morena) y alcaldesa de El Alto, denunció “acoso político” y apuntó contra ataques sistemáticos dirigidos a su equipo por su condición de mujeres. “He sido un blanco de ataque por parte de todos”, sostuvo.

En diálogo con el periodista John Arandia, Copa explicó que Morena decidió no participar en estas elecciones debido a la “instigación interna” y las “difamaciones” sufridas por su espacio político, liderado en gran parte por mujeres. Aunque todavía no formalizaron ante el Tribunal Supremo Electoral (TSE) el retiro de la candidatura, la vocalía del organismo ya anticipó que, una vez recibida la nota formal, la Sala Plena evaluará si acepta la renuncia o si corresponde alguna sanción.

Copa figuraba última en las encuestas, con apenas poco más del 1% de intención de voto. Pero su baja es un retroceso simbólico para la representación política femenina, en un país que, según la Coordinadora de la Mujer, tendrá en 2025 la menor participación de mujeres en binomios presidenciales en más de una década. La única figura femenina que continúa en carrera es Mariana Prado, exministra de Planificación de Evo Morales, que acompaña como candidata a la vicepresidencia al senador Andrónico Rodríguez por la alianza Popular.

Con la salida de Morena, quedan ocho organizaciones políticas compitiendo por la presidencia, vicepresidencia y los escaños parlamentarios de la Asamblea Legislativa Plurinacional. Son 7,9 millones los bolivianos habilitados para votar, tanto en el país como en el exterior –incluyendo más de 300.000 residentes fuera de Bolivia, de los cuales 7.000 están registrados en Jujuy, en nuestro país–.

El MAS, dividido y en declive

La retirada de Copa se da en un contexto de crisis estructural en el Movimiento al Socialismo (MAS), partido que dominó Bolivia durante casi dos décadas bajo el liderazgo de Evo Morales. Hoy, el MAS enfrenta su elección más difícil, con una interna desgastada y sin una figura cohesionadora.

El presidente Luis Arce intentó sin éxito reagrupar a la izquierda, proponiendo un frente único que incluya a los distintos candidatos del espacio, incluso a delegados de Morales. La respuesta fue el silencio. Rodríguez, Del Castillo y la propia Copa desoyeron el llamado. Desde el entorno de Rodríguez acusaron al oficialismo de solo querer “salvar al MAS”. Morales, por su parte, no sólo cuestionó la convocatoria, sino que lanzó ataques contra Arce y Rodríguez: “Para mí, Lucho ni Andrónico son de izquierda”.

La fractura se tradujo también en las estrategias electorales: el exmandatario impulsa el voto nulo, instando a sus bases a escribir “Evo Presidente” en las papeletas. La medida es simbólica, pero refleja el nivel de ruptura. Morales fue inhabilitado por haber ejercido tres mandatos, límite establecido por la Constitución. Sin partido propio ni respaldo judicial, su peso político quedó reducido a un factor de disrupción, que incluso puede restar votos a los candidatos de izquierda.

La oposición, al frente

Las encuestas posicionan al empresario Samuel Doria Medina (Unidad) y al expresidente Jorge “Tuto” Quiroga (Libre) como favoritos, con 24% y 22% de intención de voto, respectivamente. Ambos son figuras de centro-derecha y proponen reformas económicas orientadas al mercado, reducción del Estado y negociación con el FMI.

Andrónico Rodríguez, con 14%, es el único representante de izquierda con chances, aunque enfrenta el rechazo de Morales y el aislamiento dentro del MAS. Del Castillo, el candidato oficialista, y Eva Copa –antes de bajarse– no superaban el 2% en los sondeos.

De mantenerse estas tendencias, el MAS quedaría fuera de un eventual balotaje previsto para el 19 de octubre. Sería la primera vez desde 2005 que el partido fundado por Morales no compite por la Presidencia en segunda vuelta.

Economía en crisis, eje de la campaña

El telón de fondo es una crisis económica aguda. Bolivia enfrenta la mayor inflación en 40 años, escasez de combustible y divisas, y aumentos sostenidos en los precios de los alimentos. En junio, las protestas y bloqueos dejaron dos muertos. La situación impacta de lleno en la campaña.

Doria Medina y Quiroga promueven una apertura económica, mientras Rodríguez se mantiene dentro del paradigma estatal pero propone eficiencia. Del Castillo defiende el rol del Estado, pero su debilidad en los sondeos lo excluye del debate central. El modelo económico del MAS, basado en nacionalizaciones y fuerte gasto público, parece haber agotado su ciclo. Incluso sectores que antes respaldaban a Morales hoy piden un giro.

Observación internacional y tensiones previas

Más de 100 observadores internacionales, liderados por la Unión Europea, supervisarán los comicios. La UE ya desplegó 32 veedores de largo plazo y enviará 50 más para la semana de la elección. El TSE ratificó que la fecha de votación es inamovible.

Pese a las amenazas de los sectores afines a Morales de boicotear las elecciones si no se lo habilita como candidato, el proceso avanza. Los bloqueos en junio no lograron revertir la inhabilitación y el llamado al voto nulo aparece más como una protesta interna que como una amenaza concreta al proceso electoral.

El 17 de agosto podría marcar el fin del ciclo hegemónico del MAS en Bolivia. El partido llega dividido, sin liderazgo claro y con sus principales figuras enfrentadas. La retirada de Eva Copa agrava la crisis de representatividad femenina y confirma la soledad política de un espacio que durante años se proclamó revolucionario.

Del otro lado, la oposición aparece fortalecida, aunque con desafíos propios. La incertidumbre sobre el balotaje y el alto grado de indecisión marcan una elección donde todo está en juego. Bolivia enfrenta una encrucijada política y económica que podría abrir paso a una nueva etapa.

Sin conexión con el partido de gobierno de México

El partido Morena de Bolivia no tiene ninguna relación orgánica ni institucional con el Morena de México fundado por Andrés Manuel López Obrador (AMLO). Coinciden en el nombre —Movimiento de Renovación Nacional en Bolivia y Movimiento Regeneración Nacional en México—, pero son espacios políticos completamente distintos, creados en contextos diferentes, con historias, liderazgos e ideologías que no están formalmente conectadas.

En Bolivia, Morena es un partido menor, sin trayectoria nacional consolidada, que hasta ahora tenía como figura visible a Eva Copa, exsenadora del MAS y actual alcaldesa de El Alto. Su línea política es de centroizquierda, pero sin la estructura ni el peso electoral del Morena mexicano.

En México, en cambio, Morena es el partido de gobierno, creado por AMLO en 2014, que desde 2018 domina la política nacional con mayoría en el Congreso y varios gobiernos estatales.

Es posible que el nombre haya sido elegido en Bolivia por inspiración o simpatía hacia el proyecto mexicano, pero no hay vínculo directo entre ambos. No hay cooperación, ni alianzas, ni coordinación política entre los dos partidos. Solo comparten sigla y una retórica general de renovación, pero no forman parte de un mismo movimiento latinoamericano.

JJD, con información de EFE.

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