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Hasta los gorilas comienzan a creer en la Argentina 2021

Ilustración: Gisela Faure

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El inesperado viento de cola que comenzó a soplar en los últimos 50 días para la Argentina desde una China nuevamente ávida por consumir materias primas hizo que, alrededor del presidente Alberto Fernández, comiencen a creer que lo mejor está por llegar.

El entusiasmo reinante habla de un posible fin de la pandemia por la promesa de la vacunación masiva que coincidiría, además, con algún acuerdo con el Fondo Monetario Internacional que llegará, a más tardar, en abril de 2021. Si se cumple la profecía se podrá llegar a esa fecha sin sobresaltos y achicando la brecha entre el dólar oficial y el blue, todo gracias a la acelerada recuperación de la segunda mayor economía del mundo.

Por lo pronto la creciente demanda de soja, maíz y carne por parte del gigante asiático llevó a los precios de las principales exportaciones de la Argentina a valores máximos en seis años. Son precios tan atractivos que el Gobierno ya se aseguró la llegada de dólares por exportaciones sin tener que implorarle al campo una pronta liquidación de la soja acumulada en silo bolsas. En ese escenario, se aleja la necesidad de devaluar para incentivar la exportación.

El campo, mientras tanto, ya plantó el 60% de la nueva cosecha de soja que comenzará a levantar en marzo y que ayudará a seguir disipando el eco del vacío en las arcas del Banco Central, heredadas al borde del colapso tras cuatro años de crecimiento real nulo y fuga de dólares durante el gobierno de Mauricio Macri.

Con ese panorama, hay quienes imaginan en el Gobierno que el crecimiento de la economía podría llegar en 2021 al 10%, con la construcción liderando la suba con hasta un 20% de suba. No es “el rebote del gato muerto”, como se le dice en economía. Ese crecimiento a tasa china llegaría en el segundo trimestre, según el pronóstico de uno de los sectores menos propensos a la euforia dentro de la coalición gobernante.

El crecimiento de la economía podría llegar en 2021 al 10%, con la construcción liderando la suba con hasta un 20% de suba

Paradójicamente, el principal riesgo para ese plan es el aumento de los precios de los alimentos internacionales que tracciona la alta demanda china. Por primera vez en décadas, la Argentina exportó en los primeros 11 meses del año un valor record de casi el 30% de su producción de carne

Según datos de la industria, el precio promedio de la hacienda en pie en noviembre subió 11% con relación a octubre y acumuló una suba de casi 50% en los últimos cinco meses. El consumo de carne vacuna por habitante está en su piso record histórico y llegó a 50 kg por año en noviembre, cuando el histórico es de 60 con picos máximos de hasta 70 kilos al año.

Cómo se solucione esa puja distributiva, que pone a los alimentos el precio en dólares cuando el gobierno desea pesificarlos, será clave.

Optimistas y ganadores

El optimismo no sólo fluye alrededor de Alberto Fernández. Hasta en los grandes fondos de Wall Street descuentan que habrá algún arreglo con el FMI. Los más arriesgados dicen, incluso, que como el Fondo es el más necesitado en limpiar esa mancha en su balance no sería extraño que Argentina hasta pueda conseguir USD 4.500 millones adicionales.

Si le dieron USD 45.000 millones a Mauricio Macri, casi a sola firma, para ayudar a su reelección, razonan, ¿por qué no le darían a Alberto Fernández un diez por ciento de eso para compensar el corsé que implicará firmar un acuerdo de facilidades extendidas con las consecuentes auditorías hiper detallistas a cumplir de ahora en más?

Con o sin dinero fresco, el acuerdo con el FMI le traería a la Argentina una confianza de parte de los mercados que hoy no tiene y que, al mismo tiempo, es la única explicación a la brecha entre el dólar oficial y el blue. Ese mejor clima de negocios a futuro ya propicia ganadores tempranos, principalmente entre quienes vienen apostando desde hace pocos meses a que habrá un nuevo acuerdo con el FMI y que se firmará antes del fin de abril.

Entre esos adelantados, el gran ganador en los últimos 15 días fue, sin dudas, Eduardo Eurnekián, el empresario que en la puerta de su casa de Martínez tiene una réplica de gorila a tamaño real. La compró hace años, en la avenida Juan B. Justo. Le gustó tanto ese gorila que lo bautizó Eduardo y, además, lo plantó en la puerta de su casa después de hacer que le pusieran un sensor que lo hace gruñir cuando detecta la llegada de un ser humano.

Más allá de autodeclararse “gorila”, Eurnekian es, ante todo, un pragmático. Frente a un gobierno necesitado de anuncios de inversiones, el dueño de Corporación América no dudó en sentarse con Alberto Fernández para firmar la extensión de su concesión de aeropuertos por diez años a cambio de promesas de futuras inversiones.

Eurnekian en persona comenzó a negociar la extensión en octubre, cuando el dólar blue en las cuevas se acercaba peligrosamente a los 200 pesos, y la firmó el último día de noviembre, cuando el mismo blue ya llevaba casi un mes en baja.

El viernes 4 de diciembre, “el hombre que fuma debajo del agua”, como lo llaman banqueros que lo vieron negociar con todos los presidentes de la democracia, festejó su cumpleaños 88 tomando Ararat, el brandy armenio del que Winston Churchil era fanático.

Pronto podría sumarse a la lista un nuevo ganador. En la provincia de Chubut, que lleva dos meses sin poder pagar los sueldos de sus empleados públicos, la Navidad podría llegar antes para la canadiense Pan American Silver Corp, dueña del mayor yacimiento de plata del mundo ubicado en esta provincia y para el que, desde hace años, espera el permiso para su explotación.

Si bien la comisión de la legislatura local que debía aprobar el tratamiento en el recinto de la ley que permitirá la mega minería en la meseta central de la provincia suspendió su reunión esta semana, también avisó que el proyecto podría tratarse en sesiones extraordinarias. La ley que habilitará el Proyecto Navidad, como se llama el yacimiento, podría quedar aprobado tan pronto como antes del 23 de diciembre.

Es que, pese al histórico rechazo a la mega minería en la provincia, el oficialismo de Chubut está urgido por fondos. Acaba de negociar con sus acreedores externos la extensión del plazo de vencimiento de un bono por 628 millones de dólares al que le seguirá pagando intereses superiores al 7% hasta el 2030, cuando el plazo original era el 2025.

La división de la provincia en zonas hace que la legislatura, que está trabajando remotamente y no tendrá la presión de los anti-explotación minera en la puerta del recinto, esté más cerca que nunca de aprobar la ley que destrabaría la llegada de una inversión de 1.100 millones de dólares.

Detrás de los máximos impulsores del Proyecto Navidad está Aluar, que se hará cargo de la construcción del proyecto vía INFA, su empresa constructora. Es el mismo grupo empresario que, hace apenas días, se quedó con la concesión de la estiba en Puerto Madryn, salida obligada de las futuras exportaciones de plata según la ley.

Nada está asegurado. Hay riesgos claro. Puede ocurrir una vez más que la votación se frustre. Si prospera, llegará como un anuncio de inversión importante en un año que, en términos de negocios, no fue malo para las empresas. En 2020 no hubo grandes casos de restructuraciones más allá de operaciones de extensión de plazos de deuda. Las últimas grandes caídas ocurrieron en los años de Macri, con Impsa (Pescarmona), Vicentin y Molinos Cañuelas defaulteando en conjunto USD 4.500 millones.

PG

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