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JUAN PEDRO DAMIANI

Causa Garbarino: en Uruguay, el contador offshore de los argentinos guarda los secretos de la pista suiza

El contador Juan Pedro Damiani, en 2017, en la sede de Peñarol, club que presidía.

Emilia Delfino

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La pista suiza de la causa Garbarino no está tan lejos de casa y es en Uruguay donde desde hace 16 años también se guardan secretos de las sociedades suizas denunciadas por la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) por el presunto lavado de millones de dólares de empresas argentinas, según las consultas realizadas por elDiarioAR y correos electrónicos que surgieron de la filtración de los Panama Papers, que reprodujo en 2016 el semanario Búsqueda en Montevideo y actualmente cobran relevancia para el caso.

La AFIP denunció que en 2013 dos compañías suizas sin actividad económica (Swisser AG y Helvetic Service Group) se llevaron alrededor de US$30 millones de la cadena de venta de electrodomésticos que años más tarde se sumió en una profunda crisis financiera. La empresa argentina pasó de ser la líder del mercado a valer apenas 1 peso en junio de 2020. Los hermanos Daniel y Omar Garbarino la vendieron a Carlos Rosales, exfuncionario de Daniel Scioli, quien en julio último adeudaba tres meses de salarios a los 3.800 trabajadores de Garbarino, según reconoció la empresa ante la consulta.

Además, según los hallazgos del organismo fiscal y presentados ante la Justicia en 2017, Swisser AG movió acciones de diez compañías argentinas (incluida Garbarino) por alrededor de US$13 millones sin que pudiera rastrearse la verdadera identidad de esos accionistas y los beneficiarios finales del dinero que las suizas se llevaron de empresas locales de diversos rubros: desde constructoras de la obra pública hasta frigoríficos de exportación, entre otros, como informó este medio en las últimas semanas. 

Se trata de Instrumentos Musicales SA (Promúsica), Decavial SA, Copelle SA, Adanti Solazzi y CIA, Frigorífico Gorina SA, Río Rojo SA, DesDelSur SA, Estancias San Francisco SA, Maquinarias Zurich SA y Garbarino SA. Ningún accionista o ejecutivo de estas compañías está imputado de ningún ilícito en la causa. Las respuestas de estas compañías a las consultas de elDiarioAR pueden leerse en el artículo del domingo último.

Quienes custodian la información clave sobre cómo y para qué se abrieron en Argentina estas dos firmas suizas, Helvetic Service Group y Swisser AG, son los responsables del estudio Damiani, que encabeza su socio y CEO, Juan Pedro Damiani, expresidente del Club Atlético Peñarol y el preferido de los argentinos que buscan resguardar sus fortunas en paraísos fiscales y cuentas bancarias en Suiza, como demostraron las filtraciones de documentos de los Panama Papers entre 2016 y 2018.

El estudio Damiani utilizó a Swisser AG para “triangular”, según admite un ejecutivo del bufete en un correo electrónico que se filtró gracias a la investigación liderada por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ) y el diario alemán Süddeutsche Zeitung. elDiarioAR contactó durante días a través de llamada, mensajes y correos electrónicos a Damiani y Juan Fernández Methol (actual CFO y socio del estudio) para conocer su versión, pero en la sede del estudio de Montevideo respondieron que los miembros del bufete “no hacen declaraciones a los medios”.

Ya sabemos que podemos triangular a través de Swisser AG, lo cual es muy bueno. Pero necesitaré estar prevenido.

Ramses Owens Ejecutivo de Mossack Fonseca en un correo de 2005.

Los correos electrónicos que revelaron los Panama Papers estaban conectados a “clientes argentinos” pero poco identificados en las misivas virtuales. Actualmente, con la información de la denuncia de AFIP, los e-mails podrían sumar una nueva pieza al rompecabezas de la pista suiza: ¿quiénes estaban detrás de las acciones y millones que movió Swisser AG durante una década? ¿se cometieron delitos de evasión, fuga de divisas, lavado de dinero? ¿dónde terminaron esos millones de dólares y quiénes más participaron del entramado?

Background

La causa por los presuntos delitos de asociación ilícita y lavado de activos contra Garbarino tramita en el juzgado federal de Julián Ercolini desde 2017 pero no había trascendido hasta la publicación de elDiarioAR en julio. El expediente no tiene fiscal y estuvo al borde del cierre más de una vez en los últimos años pero permaneció abierto por impulso del fisco y Elisa Carrió, y en mayo último, por un fallo de la Cámara Federal porteña. Ningún accionista o ejecutivo de Garbarino está imputado o fue citado. Tampoco del resto de las nueves empresas señaladas en la denuncia. 

En el expediente por lavado de dinero del empresario Lázaro Báez, exsocio de los Kirchner, la pista suiza conduce a la misma organización, ya que el patagónico utilizó Helvetic para la maniobra de lavado, según determinó la sentencia del juicio. A pesar de que Báez fue condenado en febrero a 12 años de prisión junto a sus hijos y colaboradores por lavado agravado, la causa sigue abierta en el juzgado de instrucción de Sebastián Casanello para intentar avanzar sobre “los suizos”. 

Antes de la feria judicial de invierno, el magistrado logró indagar por primera vez al abogado ítalo-argentino Néstor Marcelo Ramos como presunto partícipe de la maniobra de blanqueo de casi US$33 millones de Báez entre 2010 y 2013. Ramos fue accionista y presidente de Helvetic y Swisser AG entre 2003 y 2013, según la denuncia de la AFIP. Ante Casanello, negó los cargos en una videoconferencia desde una fiscalía en Suiza, donde las autoridades se han negado a extraditarlo por su frágil estado de salud, según confirmó una fuente directa del expediente.

Triangulando

Swisser AG comenzó a operar en Argentina en 2004, de acuerdo con la denuncia de AFIP, adquiriendo las acciones de diez empresas argentinas, entre ellas, Garbarino SA. Los correos que reprodujo el semanario Búsqueda permiten establecer que la relación entre Damiani y la firma suiza existe desde al menos 2005. Ese mismo año, Swisser AG adquirió en febrero el 5% de las acciones de Garbarino SA y al año siguiente Helvetic pasó a controlar la compañía argentina. 

El estudio de Damiani tenía una relación directa con Ramos y lo ayudó a entrar en el circuito panameño: lo introdujo ante sus colegas de Mossack Fonseca en Panamá en agosto de 2005 para que el bufete centroamericano pudiera utilizar a Swisser AG como su “fiduciaria suiza” y “triangular” dinero y movimientos de sus clientes argentinos, según los correos electrónicos a los que accedió Búsqueda en abril de 2016.

Con respecto a los datos del doctor Marcelo Ramos le informamos que es nuestro socio en Europa.

E-mail del estudio Damiani a Mossack Fonseca.

El estudio Damiani le pasó la información de esa sociedad anónima a Ramses Owens, ejecutivo de Mossack Fonseca, según los correos. “Continuando con la conversación telefónica, informamos de los datos de nuestra fiduciaria suiza”, escribió Juan Fernández, socio del estudio Damiani en un e-mail dirigido a Owens, en agosto de 2005.

Owens respondió, con copia a Juan Pedro Damiani: “Ya sabemos que podemos triangular a través de Swisser AG, lo cual es muy bueno. Pero necesitaré estar prevenido, y contar con algún documento que sirva de base para argumentar que la transacción era necesaria. ¿Será factible?”.

Owens reenvió esos correos dirigidos al estudio Damiani en otro e-mail dirigido a un cliente de Mossack Fonseca para quien el abogado panameño estaba buscando los servicios de una “fiduciaria”, según consta en el artículo de Búsqueda. “Como ves, tenemos una compañía fiduciaria en Suiza que podría colaborarnos con esto. Básicamente sería que ellos nos darían un tipo de factura, nos compensarían el cheque y nos devolverían el dinero. Se trata de suizos, gente clase A número 1”, contó el abogado panameño a su cliente.

A partir del 2005, el estudio Damiani armó varias empresas en las que el presidente y accionista de Swisser AG y Helvetic, el abogado Ramos, figuró como director o beneficiario final, según reveló Búsqueda. 

En 2007, por ejemplo, gestionó ante Mossack Fonseca para que Ramos fuera el director y beneficiario de Mayer Trading Group, una sociedad con domicilio en Londres que realizaría “comercio de productos cárnicos” provenientes de Argentina. En uno de correos analizados por el semanario uruguayo el estudio Damiani informa que la compañía tenía “un estimado anual de ventas de U$S20 millones”.

Barnes & Miles es otra sociedad armada por Damiani para Ramos en 2007. Durante el proceso de apertura de la firma, Mossack Fonseca le solicitó al estudio uruguayo que brindara información sobre el verdadero beneficiario final de la compañía, ya que Ramos era sólo la cara visible de la fiduciaria suiza y los panameños sabían que se trataba de un administrador de dinero ajeno. 

“Debido a las políticas modernas de ‘conozca a su cliente’, las compañías fiduciarias deben solicitar ciertos requisitos de debida diligencia de los beneficiarios finales de aquellas sociedades que sean atendidas por nuestro estudio”, escribieron desde Mossack Fonseca a Damiani. El socio del estudio uruguayo, Fernández, respondió: “Con respecto a los datos del doctor Marcelo Ramos le informamos que es nuestro socio en Europa, quien nos asiste en consultoría y temas legales, residiendo en la ciudad de Lugano, Suiza. Solicitamos de esta forma obviar los demás trámites”. 

Ante la insistencia del estudio de Panamá, los uruguayos debieron ceder y aportaron los datos que le requerían sobre Ramos, como información bancaria y copia de documentación personal, publicó Búsqueda en 2016.

Un favorito

Juan Pedro Damiani es la cabeza de un poderoso estudio jurídico y contable de Uruguay al que recurren argentinos con el objetivo de resguardar sus secretos financieros en paraísos fiscales y cuentas bancarias en Suiza para ocultar sus patrimonios e inversiones, según los documentos y correos electrónicos que revelaron los medios argentinos y Búsqueda que participaron de Panama Papers, tanto en 2016 como en la segunda entrega de la filtración en 2018.

Yo puedo dar totalmente fe y claridad e información de los clientes del estudio que contrataron con Helvetic, que los tengo claramente determinados y que no tienen absolutamente nada que ver con esta falacia.

Juan Pedro Damiani Sobre la causa Báez.

Durante años, Damiani fue el principal nexo entre argentinos y el estudio Mossack Fonseca, también dedicado a crear sociedades offshore desde Panamá. Los hermanos Daniel y Omar Garbarino fueron clientes de ese mismo bufete panameño, que participó de los trámites para que Swisser AG y Helvetic se llevaran unos US$30 millones de la compañía en 2013, según la AFIP.

El contador uruguayo, quien fue miembro del Comité de Ética de la FIFA, presidente del Club Atlético Peñarol y cónsul de Marruecos en su país, también ayudó a decenas de sus clientes argentinos a ingresar al blanqueo de capitales del gobierno de Mauricio Macri, según revelaron La Nación, Perfil e Infobae en 2018. Colaboró en la elaboración de documentación y antedató declaraciones ante la AFIP para que sus clientes argentinos pudieran entrar al sinceramiento fiscal con los “papeles en orden”.

El contador Damiani también fue indagado en 2018 por el juez Casanello por el presunto vínculo del estudio uruguayo con la suiza Helvetic pero tiene una falta de mérito y su situación procesal deberá ser definida, al igual que la de Ramos. Damiani siempre negó cualquier conexión con Báez. En 2016, dijo en el programa “En la mira” de VTV: “Yo puedo dar totalmente fe y claridad e información de los clientes del estudio que contrataron con Helvetic, que los tengo claramente determinados y que no tienen absolutamente nada que ver con esta falacia”, como llamó a la presunta conexión con el empresario patagónico.

Se trata de una asociación delictiva que presta servicios ilícitos a terceros que no podrían en principio justificar patrimonialmente sus inversiones.

Denuncia de la AFIP de 2017

En la causa Báez, el juzgado recibió información desde Europa que confirmó que la filial uruguaya de Helvetic tenía una cuenta bancaria en el LGT Bank en el Principado de Liechtenstein y que el beneficiario de la cuenta, al menos entre 2010 y 2013, fue Damiani. Sin embargo, esa cuenta no fue la utilizada en el circuito de lavado de Báez, según la información que recabó el juzgado hasta el momento, dijo a este medio una fuente directa de la investigación.  

Las suizas

Swisser AG y Helvetic son sociedades hermanas. Ambas se registraron en Ginebra, entre 2003 y 2004, pero también tienen otros domicilios en Suiza. Comparten varias cosas: su presidente y accionistas hasta 2013, el abogado ítalo-argentino Néstor Marcelo Ramos, entre otros apoderados y representantes. Además de haber sido controladas por las mismas personas, las firmas suizas comparten IP, auditora y dirección postal en Suiza.

La AFIP determinó en una investigación de 2017 que se trataba de dos sociedades “vehículo” y que “se trata de una asociación delictiva que presta servicios ilícitos a terceros que no podrían en principio justificar patrimonialmente sus inversiones”. 

El fisco solicitó a la Justicia federal dilucidar “los alcances operativos de esta estructura offshore” conformada por las firmas Swisser AG y Helvetic, y “determinar los verdaderos beneficiarios de estas operaciones de enorme trascendencia económica”, tanto por el caso de Garbarino como de otras nueves compañías argentinas de distintos rubros que también cedieron en las mismas fechas acciones a Swisser AG.

La segunda

Esta trama fue denunciada en dos oportunidades, según pudo reconstruir elDiarioAR en base a las consultas de expedientes. La primera vez fue tras los Panama Papers, en 2016, cuando el juez federal Sebastián Casanello ordenó que se investigara el vínculo entre Garbarino y Helvetic, que había surgido de los documentos de Panama Papers. Esa denuncia fue desestimada por el fiscal Eduardo Taiano, según confirmaron los abogados de los exaccionistas de Garbarino por “inexistencia de delito”.

La segunda denuncia contra la principal cadena de venta de electrodomésticos del país fue presentada por la AFIP a finales de 2017, tras una “inspección preventiva” a la empresa y otras compañías del rubro. Fue desestimada por el fiscal Carlos Rívolo, quien entendió que no se trataría de hechos que puedan investigarse en su fuero. El fisco solicitó entonces ser querellante y mantuvo abierto el expediente. Elisa Carrió se presentó en 2018 como amicus curiae (amiga del tribunal) con el mismo fin: evitar el cierre de la causa.

La Cámara Federal porteño ordenó en mayo último que el expediente continúe abierto, según el fallo al que accedió este medio.

ED

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