Debate hamletiano en Juntos por el Cambio: ir o no ir por el puesto de Massa en Diputados

La ola cambiemita de las PASO generó problemas de abundancia en la coalición opositora. Si en las generales se replica un triunfo parecido o un poco más holgado al de las primarias, el interbloque de Juntos por el Cambio podría pasar a ser la primera minoría en Diputados. Se trata de una proyección tentativa y optimista, porque el desafío para JxC es mantener los votos obtenidos en los distintos espacios que compitieron en las PASO dentro de su alianza. En caso de lograrlo, podría sacarle una pequeña ventaja al Frente de Todos en la cantidad de bancas: lograría tener uno, dos o tres diputados más que el oficialismo. 

Ese plus le daría acceso a conducir la Cámara, desbancando a Sergio Massa de aquel lugar, el tercero en la línea de la sucesión presidencial. Así figura en la letra del reglamento. Elisa Carrió ya admitió su intención de que la oposición vaya por ese cargo. El sector de Patricia Bullrich, también. “Si la ciudadanía vota una mayoría diferente, se tiene que ver reflejada en la institucionalidad de las Cámaras”, asegura el candidato a diputado por la Provincia y ex funcionario bullrichista Gerardo Millman. Y agrega ante elDiarioAR: “De ninguna manera, si esto ocurriera, se debe suponer que queremos asumir la Presidencia por tener un diputado de JxC al frente de la Cámara. El gobierno debe hacerse cargo de que lo eligieron por cuatro años”. 

María Eugenia Vidal se sumó a la cruzada. La novedad coincide con una tendencia ideológica: en el último tramo de la campaña, Vidal endureció su discurso en contra del gobierno. Jaqueada por derecha, tanto desde dentro como por fuera del paraguas de JxC, la exgobernadora bonaerense radicalizó su perfil opositor hace dos meses.  

“Ahora la oportunidad es frenar el quórum en ambas cámaras y tener la presidencia de la Cámara de Diputados. Eso hace la diferencia y ninguna otra fuerza política lo puede lograr en el Congreso”, opinó la candidata a diputada por la Capital. Fue durante una charla en el canal de Twitch de PRO.

Existe, sin embargo, un código no escrito que le cede la presidencia de Diputados al partido que gobierna. Así ocurrió apenas asumió Mauricio Macri en La Rosada. Si bien el Frente para la Victoria detentaba la primera minoría en la Diputados, el peronismo optó por ceder ese puesto a Cambiemos. El elegido para ocuparlo fue Emilio Monzó. La concesión encerraba algo más que humildad ante la derrota electoral de 2015. Anticipaba un desenlace cantado: la fractura del FpV, con el éxodo del massismo encabezado por el exdiputado Diego Bossio. 

En Juntos por el Cambio no existe consenso respecto al intento de ir por la presidencia de Diputados. La tribu que pretende dar esa batalla se compone de la Coalición Cívica de Carrió, el bullrichismo y María Eugenia Vidal. Pero gran parte del radicalismo y una fracción importante del PRO no están de acuerdo. ¿Por qué? Dos motivos: principismo y practicidad. Los diputados Cristian Ritondo (jefe del bloque PRO) y Mario Negri (jefe de la UCR) coinciden en la doble inconveniencia de pulsear por el espacio que hoy ocupa Massa. La jugada chocaría con el antecedente de la ofrenda a Monzó y a su vez generaría un escenario de co-gobierno con la administración de Alberto Fernández. “Con Macri se dio al revés y el peronismo cedió. Además sería generar un problema innecesario, porque quedás pegado a Alberto en los dos años previos al 2023”, resumen cerca de ambos diputados. 

El candidato a diputado Emilio Monzó, quien compitió en la boleta de Facundo Manes, también rechaza la hipótesis de pujar por la presidencia. La tribu monzoísta a su vez niega que vaya a romper con el interbloque de JxC y armar un espacio por fuera de la coalición opositora. 

Los lilitos cuentan con un contra-ejemplo global para refutar ese argumento. En la última etapa del gobierno de Donald Trump, la presidenta de la Cámara de Representantes fue la demócrata Nancy Pelosi.

“Que alguna de las cámaras del Congreso no coincida con el partido de gobierno es una posibilidad que siempre previó nuestra Constitución Nacional”, plantea el diputado y jefe de la Coalición Cívica, Juan Manuel López.

Cerca de Massa retrucaron: “Si toda la propuesta que nos ofrecen es cambiar la línea de sucesión, está claro que más que vocación por ofrecer ideas lo que tienen es ganas de ocupar un cargo”.

Ante ese panorama discordante, la maniobra suena más a bravata funcional que a una jugada con chances reales de concretarse. Además todavía falta una instancia clave: la votación que determinará la composición de la Cámara.

Por debajo de esa controversia potencial, subyace una más inevitable al interior de JxC: el tironeo por la presidencia del interbloque opositor. Y otra mamushka más: la puja por la conducción de los bloques de la UCR y el PRO.

El cordobés Mario Negri pretende continuar como jefe del interbloque y del radicalismo en particular. Si bien perdió la PASO en su provincia, Negri se tiene fe para seguir al frente de ambos espacios. En su favor, la mayoría de los diputados radicales lo respalda. Incluso el macrista Ritondo se muestra dispuesto a que Negri siga en ese doble comando.

La conducción del interbloque tampoco es un puesto demasiado codiciado: requiere mucha experiencia parlamentaria, implica un enorme desgaste en las negociaciones y no se traduce en mayores recursos (cargos o plata) para administrar.

La jefatura de los bloques, en cambio, genera menos estrés y es más codiciada. El sector del senador Martín Lousteau aspira a correr a Negri y reemplazarlo por un diputado afín a su grupo. 

En el PRO sucede algo parecido. Ritondo quiere seguir al mando de la bancada amarilla. Pero al igual que Negri con el sector de Lousteau, Ritondo encuentra una resistencia amiga: Patricia Bullrich y su tropa. La exministra de Seguridad busca que lo reemplace un diputado con un perfil más combativo. 

De fondo, en Juntos por el Cambio existe un hilo común entre sus principales referentes. Todos se sienten dueños y responsables de la ola triunfal de las PASO. Aún los que perdieron las internas.

AF/WC