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Los llamados Larreta-Morales y los hilos que maneja el macrismo: cómo intenta JxC evitar la fractura en más provincias

Morales y Larreta, la semana pasada en Expoagro. El lunes tuvieron intensos llamados como parte del acuerdo opositor alcanzado en Tucumán.

Mauricio Caminos

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Fue un lunes agitado para Juntos por el Cambio en Tucumán. De estar al borde de la ruptura hace una semana, sus principales socios se enfrascaron en una discusión en la que finalmente hubo fumata blanca: acordaron que la fórmula a gobernador y vice esté integrada por el diputado radical Roberto Sánchez y el peronista Germán Alfaro –que tiene el apoyo del PRO–. Detrás de esa jugada movieron los hilos dirigentes de peso de la coalición, como el titular de la UCR, Gerardo Morales, y el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta. Hasta Mauricio Macri y Patricia Bullrich tuvieron acciones propias.

Su presencia en las sombras marca el nivel de tensión en la interna de JxC en cada una de las provincias donde tiene cierta confianza en ganar –o al menos pelear– las elecciones, pero hay choque de egos entre sus socios. Por eso Tucumán se “vendió” como un triunfo puertas afuera –“estamos felices”, comentó un operador amarillo–, luego de las rupturas en distritos como Neuquén y Río Negro. En los últimos días también se encarriló la discusión en Córdoba –entre Luis Juez y Rodrigo de Loredo– y parece haberse logrado una paz pactada en Mendoza –entre Alfredo Cornejo y Omar de Marchi–.  

El binomio tucumano Sánchez-Alfaro fue fruto de intensas negociaciones. En un momento hubo una triangulación de llamadas que tuvo a Larreta de protagonista, según supo elDiarioAR. El alcalde y precandidato habló primero con Morales, haciendo gala de la buena relación entre ambos –no es un secreto que negocian una fórmula presidencial mixta–. Y luego se comunicó con el intendente de San Miguel de Tucumán, para convencerlo de que secunde al diputado por la UCR. A cambio, Alfaro consiguió que el radicalismo se corra en la capital provincial y sea su esposa y senadora nacional, Beatriz Ávila, la postulante a sucederlo.

“Es difícil ganarle al oficialismo con Jaldo y Manzur, así que un poco Horacio le dijo a Alfaro que se asegure la capital, para seguir construyendo desde allí. Incluso le comentó que se puede pensar en un lugar para él en el próximo gobierno”, comentó a este medio una fuente al tanto de la negociación. “Horacio siempre es buen pagador”, es un latiguillo que suelen repetir en Uspallata. 

Larreta cree haber sumado un poroto a su favor en el marco de la interna que tiene con Bullrich y ante la necesidad de contar con una estructura federal. El tuit de Alfaro anunciado que “bajaba” su candidatura le agradeció al alcalde. Sin embargo, la ex ministra de Seguridad hizo su aporte a la distancia: su embajador en tierras tucumanas, Pablo Walter, fue parte de las conversaciones codo a codo con Marcelo Wechsler, el alfil larretista. Según trascendió, Macri también tuvo ojos allí a través de José Cano –ex funcionario de su gestión–.

En la UCR, por su lado, sacaron pecho: “Morales se jugó fuerte por el radicalismo de Tucumán”, comentaron al lado de Sánchez. El operador en el terreno del gobernador jujeño fue Willy Hoerth, el cerebro detrás de su acto de lanzamiento presidencial de este miércoles en el Gran Rex. Morales necesita mostrar músculo orgánico para subirse el precio en la posible negociación nacional con el alcalde porteño. Su principal desafío ahora es el “grupo Malbec”, el puñado de disidentes que se mostró con Bullrich en el Vendimia mendocina.

Se resuelve Córdoba, ¿se resuelve Mendoza?

“Hay tiros que se están sucediendo en simultáneo”, graficó una voz amarilla sobre la rosca paralela que hay entre Tucumán, Córdoba y Mendoza. En la provincia andina también hay una fuerte discusión entre el radicalismo y el macrismo, pero la letra chica es distinta y el acuerdo por ahora está lejos: la UCR es gobierno y, aunque hay PASO, ven como un desaire la actitud de De Marchi de buscar una candidatura por fuera del frente cambiemita local.

El diputado macrista trata de “autoritario” al senador Cornejo y suele consignar que si bien hubo un acuerdo electoral hace cuatro años, la gestión de Rodolfo Suarez no cuenta con participación del PRO. Días atrás el propio Larreta tuvo que pedirle al diputado que juegue por dentro. “Horacio quiere bajarle los ánimos a Omar y, al mismo tiempo, la bronca a Alfredo”, comentaron al lado del alcalde. 

Ya hubo discusiones abiertas con Bullrich, lo que explica también en parte su foto con los radicales anti-Morales. “El Pelado no puede ordenarlo a Omar, que se la banque”, aguijoneó una voz cercana a Cornejo.

En Córdoba los máximos referentes del PRO también mueven sus hilos detrás de las postulaciones de Juez y De Loredo. Mientras los dos legisladores nacionales se mostraron juntos “armando” un fernet con coca al son del cuarteto –y una parrilla sin brasas detrás– los consultores Francisco Venturini y Rodrigo Vega están llevando adelante una encuesta domiciliaria sobre 1400 casos entre Córdoba capital y el interior para ver quién de los dos mide mejor como candidato a gobernador. Hacia este fin de semana ya estará el resultado definitivo.

Los apoyos de los socios nacionales no son tan nítidos. Juez cuenta con el respaldo de Larreta y Bullrich, mientras De Loredo es un radical del espacio Evolución de Martín Lousteau –aliado a alcalde porteño–, pero también se ha reunido a solas con Macri. “Mauricio participó directamente para que entre Luis y Rodrigo haya un mecanismo ordenado que defina la candidatura”, confió una fuente a elDiarioAr

Hay en JxC quienes están entusiasmados para que finalmente ambos dirigentes compartan el binomio. Sería un movimiento con dos consecuencias: por un lado, le dejaría la puerta abierta a Mario Negri para instalar a su hijo Juan como el candidato en la ciudad. Por otro lado –y el de mayor impacto estructural–, la fórmula provincial sería muy competitiva contra el sucesor de Juan Schiaretti, el intendente Martín Llaryora

Ese escenario ya encendió alarmas, porque justamente Macri tiene buena relación con “el Gringo” y –dicen en el universo amarillo– pactó con Llaryora que no iba a entorpecer su elección, a cambio de que el municipio capitalino quede en manos de JxC. Por lo pronto, el ex presidente suspendió en las últimas horas una visita programada que tenía para Córdoba el 21 de marzo para presentar su libro “Para qué”. En cambio, sí habrá otras visitas amarillas a la provincia mediterránea: Larreta podría arribar el domingo a La Falda si el intendente Javier Dieminger –del riñón de De Loredo– consigue la reelección. Y Bullrich lo hará el 20. Ese día, Macri estará en Rosario.

MC

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