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ELECCIONES 2023
Massa y 12 gobernadores protagonizaron una multitudinaria misa peronista en Tucumán

Agustín Rossi, Sergio Massa y Juan Manzur, en un multitudinario acto en Tucumán

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El peronismo nacional mostró su musculatura y los dientes en Tucumán. El candidato a presidente de Unión por la Patria (UP), Sergio Massa, estuvo poco menos de 24 horas pero le alcanzó para reunirse con 12 gobernadores, vicegobernadores, un centenar de diputados y senadores nacionales, la dirigencia que manda en la CGT y en la CTA, empresarios del NOA e intendentes de la región, para culminar con un acto multitudinario en el Hipódromo local. Fue modo casta 100%, pura y dura, con choripanes, banderas, la tradicional marcha –de 1948- que combatía el capital y cientos de ómnibus en las cercanías que facilitaron la llegada de la militancia. Para adentro, eran las señales que se esperaban para avisar que el PJ está vivo y que dará pelea. 

Este escenario quizás horrorice al candidato a la presidencia de La Libertad Avanza (LLA), Javier Milei, y hasta es posible que la mayoría de los argentinos no haya ni registrado esta cumbre, más preocupados en llegar a fin de mes o en aprovechar el fin de semana para olvidarse por un rato de la inflación, pero para el peronismo fue clave. La dirigencia peronista, responsable de lograr que la ingeniería electoral funcione y bien, necesitaba que esta movida tuviera sabor a renacimiento, a esperanza, porque es la militancia la que, al fin y al cabo, además de las vituallas, debe estar convencida que es posible dar vuelta el resultado de las primarias de agosto. Y para eso necesitaba que toda la casta peronista, sin fuego amigo, compartiera un mismo escenario y acordara un mismo rumbo. Los próximos días dirán si fue posible, si se logró, pero estos primeros pasos ya ilusionan a algunos. “Cómo no tener esperanza con la foto de todos en la Casa Histórica, con Sergio Massa en el medio. Algunos nos daban por muertos pero se equivocaron, ahora son ellos los asustados”, reflexionó ante elDiarioAR un diputado nacional, uno de los responsables de garantizar la presencia de sus pares de otras provincias en Tucumán. 

La primera actividad, casi protocolar, fue el viernes en el anochecer tucumano, en la Casa de Gobierno, en la que hubo firma de acuerdos con gobernadores para garantizarles fondos federales. Lo jugoso ocurrió unas horas más tarde en la casa del gobernador tucumano, Juan Manzur, en Yerba Buena, al pie del cerro. No fue para todos, solo para gobernadores y un puñado de dirigentes. Había que tener invitación. Estuvieron Axel Kicillof, de Buenos Aires; Raúl Jalil, de Catamarca; Gildo Insfrán, de Formosa; Ricardo Quintela, de La Rioja; Gustavo Sáenz, de Salta; Oscar Herrera Ahuad, de Misiones; Alberto Rodríguez Saá, San Luis; Sergio Ziliotto, de La Pampa; Alicia Kirchner, de Santa Cruz; Gerardo Zamora, de Santiago del Estero; y Gustavo Bordet, de Entre Ríos. Junto a ellos, también cenaron empanadas, tamales y asado, el diputado nacional Máximo Kirchner y Eduardo “Wado” de Pedro, Ministro del Interior. Por el lado del sindicalismo, únicamente participaron Héctor Daer y Pablo Moyano, de la CGT, y Hugo Yasky, de la CTA; más Emilio Pérsico, del Movimiento Evita. José Mayans, presidente del bloque oficialista en el Senado, y Germán Martínez, titular del bloque en Diputados, también compartieron la comida. Y, obviamente, hubo lugar para Agustín Rossi, el candidato a vicepresidente, más los ministros Victoria Tolosa Paz, de Desarrollo Social; Jorge Taiana, de Defensa; Matías Lammens, de Turismo, y Jaime Perczyk, de Educación, entre otros. 

Dos dirigentes que participaron del cónclave, consultados por elDiarioAR, coincidieron en que mientras cenaban, algunos mandatarios pidieron la palabra y que la primera parte del encuentro fue en modo autocrítica. “No la vimos venir” fueron las cuatro palabras que sintetizaron el espíritu de ese momento, en relación al aluvión de votos que le dieron el triunfo a Milei, aún en provincias en las que ni siquiera hizo campaña. Sorprendió a todos, admitieron, que hasta el propio Massa hiciera la suya, por los desencuentros adentro del Poder Ejecutivo Nacional que demoraron la implementación de algunas medidas, como las anunciadas en estas dos últimas semanas. La segunda parte de esta cena, de alto contenido político y de intercambio de opiniones sobre cómo abordar la campaña hacia el 22 de octubre, fue en tono positivo. Que es posible darla vuelta pero que eso requiere de unidad y mejorar la comunicación de campaña en redes sociales, en las que mandan los jóvenes. Los gobernadores, también por pedido de Massa, se comprometieron a trabajar fuerte en sus territorios. Al final hubo sonrisas y a dormir en el Sheraton, frente al Parque 9 de Julio.

El desayuno del sábado fue con Massa reunido con lo más importante de los miembros de la Unión Industrial Argentina del NOA y empresarios de otros rubros. Energía, vías de comunicación, refuerzo de la moneda argentina, acceso al crédito y eliminación de las retenciones fueron algunos de los temas abordados por el también Ministro de Economía, que cerró con aplausos de los asistentes. Antes de dirigirse al Teatro Mercedes Sosa, frente a la Plaza Independencia, para dar a conocer sus propuestas de campaña, fue abordado por varios medios y ante una consulta sobre el encuentro con los gobernadores, respondió: “Anoche fue una cena entre compañeros, alguno reconoció o planteó que había dormido la siesta de cara a la Primaria, entendiendo que no había nada en juego. Pero ahora que jugamos por los porotos van a ver al peronismo en la cancha”. Cerca de las 13 se concretó la foto de familia frente a la Casa Histórica, hacia donde el candidato fue caminando por estar a tres cuadras del teatro. En ese breve recorrido fue acompañado por militantes que se acercaron a saludarlo. Algunos imaginaron que quizás antes de la foto, alguien podía hacer referencia a la declaración de la Independencia Económica que hizo Juan Domingo Perón, el 9 de julio de 1947, en el mismo edificio histórico. Nadie se animó, claro, porque la situación actual de la economía argentina dista demasiado de esos tiempos. Hubo alivio.

Lo más sustancioso, en términos del acto, comenzó al mediodía en el Hipódromo tucumano. Tres horas antes de los discursos, previstos para las 15, llegaron al predio militantes de toda la provincia, más grupos que portaban banderas que los identificaban con otros lugares, como Catamarca, Santiago del Estero, La Rioja, Jujuy y hasta Buenos Aires. A las 14.30, frente al escenario todos estaban hombro a hombro y los conductores anunciaron que había alrededor de 100.000 personas, bajo un radiante sol de siesta que apenas ardía. Aunque el número exacto es difícil de calcular, sí fue una movilización como hacía años no se veía en el NOA. Para lograrlo, fue necesario el compromiso de los intendentes, legisladores locales y nacionales, funcionarios del Poder Ejecutivo y concejales de toda la provincia. Manzur se encargó de manera personal de bajar línea sobre la relevancia de levantar el aplazo de las Primarias. “Lo que primero nos unió después de la derrota fue el espanto de pensar que podría perder el peronismo, lo que supondría un recorte brutal de fondos. Ya lo pasamos con el expresidente Mauricio Macri, no queremos que se repita”, admitió ante este medio un intendente del Gran Tucumán. Por esta razón, hubo columnas de municipios y dirigentes de distintos ámbitos, aunque las más intensas fueron la de gremios, sindicatos y algunos referentes barriales de la capital que fueron claves para darle el triunfo al peronismo, tras ocho años de haber estado gobernada por el larretista Germán Alfaro.

A las 15.30 comenzaron los discursos de Manzur y Massa, en un escenario en el que prevalecieron las figuras de los gobernadores, funcionarios nacionales y sindicalistas. Casta al cuadrado, mucha camisa y rostros serios, lejos, muy lejos de los consumos culturales de las audiencias jóvenes, que navegan con comodidad por TikTok e Instagram, entre otras redes. Una foto de ese palco no paga nada ahí, en esa virtualidad tan difícil de descifrar para un peronismo que perdió a los sectores más dinámicos de la sociedad, al pibe y la piba que reclaman un horizonte, dejar de vivir en pura incertidumbre. Igual, para los que estuvieron en la misa peronista, acompañada a puro sonido de bombos, tuvo sabor a oportunidad y por eso aplaudieron cuando Massa pidió “mostrarle al resto de la Argentina que desde acá, desde el norte argentino, construimos no sólo el triunfo, sino también el futuro de la patria”.

DC

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