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Gestión presidencial

Siete de cada 10 integrantes del gobierno de Milei “son casta”, según un estudio

Javier Milei y su gabinete, el día en que anunció el envío del súper-DNU. Entre ellos, Caputo, Petri, Sturzenegger y Bullrich, con un largo pasado cobrando sueldos del Estado.

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En septiembre de 2021 Javier Milei cerraba su campaña como candidato a diputado nacional en Parque Lezama y decía: “No me meto acá para guiar corderos, me meto acá para despertar leones. Les pedí que rugieran fuerte, que hicieran escuchar el grito de la libertad y vaya que lo lograron porque la casta política toda está cagada”. Las personas que estaban en el acto lo arengaron eufóricamente. Dos años después, el economista se perfiló como candidato a presidente por La Libertad Avanza. La lucha contra “la casta” fue la materia prima del tejido que dio forma a su discurso de campaña. “Para mí los argentinos dijeron 'basta' al modelo de la casta. El modelo de la casta es un modelo que parte de una cuestión aberrante de que donde hay una necesidad nace un derecho”, le dijo Milei al periodista Eduardo Feinmann en una entrevista en el canal de noticias LN+ cinco meses atrás. Y se diferenció: “No soy un político casta”. El 19 de noviembre ganó la Presidencia. Mientras le coreaban “presidente, presidente” prometió: “Basta del modelo empobrecedor de la casta. Hoy volvemos a abrazar el modelo de la libertad para ser una potencia mundial”.

A menos de tres meses de asumir como primer mandatario, un estudio del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (CELAG) informó que “el Índice de Casta del Gobierno de Milei es del 70,5%”. Esto quiere decir que “siete de cada diez personas de su gobierno son casta según su propia definición”.

El valor se tomó “sobre un total de 78 personas que ocupan los puestos de más alto nivel”. Según la CELAG, “actualmente, hay 55 funcionarios que ya fueron parte de otros periodos de gestión de una u otra manera”. Y “entre ellos, hay un grupo destacado, los más ‘castosos’, porque repitieron varias veces, como por ejemplo (Daniel) Scioli, (Patricia) Bullrich, (Luis) Caputo, (Federico) Sturzenegger, (Rodolfo) Barra, (Héctor) Cima, (Daniel) Tillard, (Paola) Di Chiaro”.

Hay 55 funcionarios que fueron parte de otras gestiones de una u otra forma. Y entre ellos, hay un grupo destacado, los más ‘castosos’, porque repitieron varias veces. Por ejemplo, Scioli, Bullrich, Caputo, Sturzenegger, Barra, Cima, Tillard y Di Chiaro.

En la entrevista con LN+, Javier Milei definió al “político casta” como “un político que toma medidas que sabe que le causan daño a la gente, pero no le importa porque prioriza el bienestar propio”. Según Celag, “la idea de casta ha sido utilizada por Milei para criticar duramente a la clase política en Argentina” y “su argumento se basa en lo siguiente: desde hace años han gobernado siempre los mismos, y ellos son los responsables del desastre actual que vive el país”. Fue esa la tesis que lo impulsó a prometer durante su campaña que acabaría con ese modelo “para poder cambiar a la Argentina”.

Para llevar a cabo su análisis, Celag consideró sus principales autoridades, es decir, ministros y secretarios, vocero presidencial, procurador, autoridades legislativas y presidentes y directores de las principales instituciones públicas como Anses, YPF, Indec, AFIP y Banco Nación, entre otras. Además, aclararon: “asumimos, siguiendo la doctrina Milei, que debería ser contabilizado como casta todo aquel que haya participado de una u otra forma en la ‘Vieja Política’. Esto es: que hayan sido parte de anteriores gobiernos, sean con cargo público en el Poder Ejecutivo, Legislativo o Judicial (a nivel nacional, provincial o municipal) o que ostentaron algún tipo de responsabilidad en un partido político previo al nacimiento de La Libertad Avanza”. Así fue cómo se calculó el índice que arrojó el altísimo porcentaje.

Para Celag, la conclusión se parece al de un anuncio publicitario transmitido en España en 1984 que decía: “el algodón no engaña”.

“Si pasas el algodón por un lugar que está limpio, el algodón seguirá limpio. Y si por el contrario lo pasas por un lugar que está sucio, el algodón se ensuciará. Es la prueba inequívoca para saber si lo que se dice es verdad o no. Y en el caso de Milei-Casta-Argentina, ”dato mata relato“. O dicho de otro modo: el algodón no engaña. Y salió muy sucio”, concluyó Celag.

MM/JJD

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