Un nuevo femicidio en Entre Ríos revela la urgencia de mirar más allá del horror

Gustavo Norberto Brondino, de 55 años, es el único detenido en el contexto de la investigación por el femicidio de Daiana Magalí Mendieta, la joven de 22 años cuyo cuerpo fue hallado este martes en el fondo de un aljibe en Gobernador Mansilla, un pequeño pueblo rural de poco más de mil habitantes Entre Ríos.
La brutalidad del hecho vuelve a dejar al descubierto la falta de políticas públicas efectivas para prevenir la violencia contra mujeres. Daiana había sido vista por última vez el viernes 3 de octubre. Su desaparición movilizó durante días a familiares, vecinos y fuerzas de seguridad, hasta que este martes 7 se confirmó el peor desenlace. El hallazgo no solo sacudió a una comunidad entera, sino que volvió a exponer la fragilidad institucional frente a los femicidios.

En conferencia de prensa, el ministro de Seguridad provincial, Néstor Roncaglia, confirmó que “el cuerpo fue encontrado con un disparo en la cabeza” y que “hay otros elementos que lo relacionan con el hecho”, en referencia a Brondino. Por su parte la fiscal Emilce Reynoso informó que se obtuvo evidencia en la camioneta Toyota Hilux del sospechoso, donde se hallaron cabellos y otros rastros biológicos que serán analizados y motivará que en las próximas horas pueda quedar imputado por el femicidio de Daiana. Brondino ya había sido detenido el domingo pasado, durante un allanamiento realizado cuando todavía no se conocía el paradero de Daiana. En ese procedimiento, llevado a cabo en su domicilio rural, el hombre de 55 años se resistió con un arma de fuego, por lo que fue arrestado por resistencia a la autoridad.
La búsqueda de Daiana comenzó apenas su familia denunció su desaparición. Participaron más de 130 personas, entre ellas personal policial, perros rastreadores y drones. Su auto fue hallado abandonado, con las llaves puestas y sin signos visibles de violencia. El rastrillaje continuó hasta que una pista condujo a una propiedad rural cercana, donde un aljibe de unos diez metros de profundidad reveló la escena final. La causa es investigada por los fiscales Reynoso y Sergio Saliski, con la intervención de la jueza de Garantías Silvina Cabrera.
Según las primeras líneas de investigación, Brondino —vecino de Daiana— habría mantenido contacto telefónico con ella poco antes de su desaparición.
Una historia que se repite
La conmoción que hoy sacude a Gobernador Mansilla remite inevitablemente a otros casos en la provincia de Entre Ríos, como el de Fátima Acevedo, asesinada en Paraná en 2020 después de haber denunciado reiteradas veces a su agresor sin recibir protección efectiva. Fátima también fue hallada en un aljibe. Su femicida, Jorge Nicolás Martínez, fue condenado.
Ambos casos se parecen y muestran a un Estado que corre detrás del problema. En los dos últimos años las políticas oficiales de prevención y asistencia se desarticularon, así como se vaciaron los pocos recursos que había. Los programas provinciales que alguna vez acompañaron denuncias y fortalecieron redes territoriales se encuentran debilitados o sin funcionamiento real, especialmente para llegar a zonas rurales o periféricas.

“El femicidio de Daiana, y la ausencia de las políticas con perspectiva de género, sin presupuestos, pone de manifiesto la urgente necesidad de volver a jerarquizar el área que debería implementar acciones de prevención” señaló Lucy Grimalt desde la Asamblea de Mujeres Lesbianas Travestis y Trans de Paraná.
“Hace tres semanas atrás, un infame video de la empresa Shell 'descartaba' una mujer por 'molesta' en una bolsa de basura. Dijimos que esa apología del delito legitimaba prácticas violentas hacia las mujeres y disidencias”, agregó, pero luego completar: “Hoy Daiana se suma a la dolorosa lista de jóvenes víctimas de femicidio”.
Según Grimalt, mientras “Frigerio dio orden de 'aislar' al presidente de la Nación con todas las fuerzas de seguridad el pasado sábado para que no le lleguen las demandas del pueblo de Paraná, en la localidad de Mansilla desaparecía Daiana”. “Dolor y desolación, pero al mismo tiempo la certeza que desde el feminismo continuaremos exigiendo al gobierno de Frigerio políticas activas de promoción de los derechos humanos en todo el territorio entrerriano”, concluyó.
La ausencia estructural
En lo que va del año, 178 mujeres fueron víctimas de femicidio en Argentina y otras 287 sobrevivieron a intentos de asesinato, según datos actualizados a septiembre de 2025. En promedio, una mujer es asesinada cada 36 horas.
Detrás de cada cifra hay un entramado institucional frágil: programas que dependen de la voluntad política local, presupuestos insuficientes, equipos técnicos saturados y dispositivos de protección que no llegan a las zonas rurales. La Ley Micaela, que obliga a capacitar en género a los tres poderes del Estado, no se aplica de manera uniforme, y los botones antipánico o refugios son excepciones más que derechos garantizados.
“La violencia machista no se combate solo con protocolos o leyes, sino con un Estado presente en los territorios, con recursos, articulación y formación”, sostienen especialistas consultadas. Nombrar a Daiana es necesario. Pero no alcanza con repetir su nombre ni con contar su historia en soledad. Su muerte no es un caso aislado, es el reflejo de una estructura institucional que sigue fallando.
MC
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