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Caso Baez sosa

La recepcionista que vio correr a los rugbiers declaró que escuchó a uno gritar “le rompí toda la jeta”

Andrea Ranno, la recepcionista del hotel que vio pasar a los rugbiers minutos después de la agresión.

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La primera testigo en declarar en la quinta jornada del juicio por el asesinato de Fernando Báez Sosa fue Andrea Ranno la recepcionista del Inti Huasi, un hotel ubicado a apenas 60 metros de la casa que alquilaban los imputados. Ella fue la que vio correr a Thomsen y al resto del grupo, que venía atrás llamándolo por un apodo -que no recordó- y pidiéndole que se detuviera. El día de la muerte del joven, el 18 de enero de 2020, declaró en la comisaría que llamó de inmediato al 911. Pero hoy ofreció al Tribunal una versión diferente. Contó que desistió de dar aviso a la policía porque pensó que si los chicos de atrás conocían al de adelante no iban a atacarlo. Además, había escuchado que festejaban y que uno dijo “le rompí toda la jeta”. Su segunda conclusión, entonces, fue que había pasado algo habitual en Gesell: otra pelea de verano. Detectó, sí, la casa donde paraban: el tercer chalet, antes de la entrada del bosque.

Dijo que después de escuchar y ver pasar al grupo, volvió a su tarea: preparar el café, barrer, fajinar la vajilla. “Este grupo de chicos venía riendose, festejando entre ellos, todos. Escuché que uno decía 'le rompí toda la jeta, le rompí toda la jeta'. Le pido perdón a los padres de Fernando porque decir esto es doloroso”, dijo Ranno. De acuerdo a su testimonio, recién en el cambio de turno, cuando llegó el encargado, supo lo que había pasado y reordenó la historia. “¿Te enteraste de que mataron a un pibe en Le Brique?”, preguntó su relevo. Ranno ató cabos.

Escuché que uno decía 'le rompí toda la jeta, le rompí toda la jeta'. Le pido perdón a los padres de Fernando porque decir esto es doloroso.

Andrea Ranno. Testigo.

Pero tampoco avisó a la policía en ese momento. Fueron los agentes de la comisaría de Gesell los que se acercaron al hotel luego de levantar testimonios y observar las cámaras de seguridad en la zona. Siempre según a lo relatado hoy, un agente de la DDI se quitó el chaleco que lo identificaba y pidió a la recepcionista que lo acompañara a las inmediaciones de la casa para que marcara cuál era. “Fui a la comisaría y después a mi casa, a dormir. Cuando me desperté vi en la televisión que habían allanado la casa que yo había señalado”, contó a los jueces.

A su turno, Hugo Tomei, abogado defensor de los rugbiers, quiso exponer la contradicción de la declarante. Es que en la elevación a juicio, Ranno dijo que estaba sentada en el deck del hotel en el que trabaja cuando escuchó pisotones. Cuando se asomó vio a un chico y detrás de ese chico, vio a siete u ocho más. Ranno pensó que el grupo quería hacerle daño al que iba adelante, así que agarró el inalámbrico de la recepción y llamó a la policía. El Tribunal no hizo lugar a su pedido.

La fiscalía, entonces, mostró las imágenes que registraron las cámaras de la disco ubicadas en la cocina. Es la salida a la fuerza del grupo, que fueron expulsados por tres empleados de Seguridad. En la audiencia, Ranno identificó a Máximo Thomsen porque la ropa que llevaba puesta coincide con la que ella vio cuando pasó corriendo por la vereda del hotel. Dijo, además, que estaba “fuera de sí”. Fernando Burlando, que dirige el equipo de abogados que representa a los Báez Sosa, pidió a la testigo una descripción de la actitud de Thomsen. “Un muchacho que viene con la cabeza baja, los puños cerrados y que camina haciendo este sonido fuerte (N. de la R.: se refería a las pisadas) es una persona fuera de sí”, dijo Renno. La recepcionista distinguió entre el grupo a Matías Benicelli porque “tenía rodete”.

La defensa de los acusados cerró el interrogatorio. Pidió que la testigo ratificara que el sonido de las pisadas habían sido sobre la arena. La consulta venía con trampa: ¿es posible que pisar la arena genere un sonido significativo?. Ranno reaccionó, dijo que sí, que las pisadas habían sido sobre la arena, y ofreció una explicación sobre la física y el peso de las personas. Tomei también preguntó a Ranno si se había informado del caso en los medios. Ranno subió el tono: “Sí, porque no vivo en un termo, señor”.

VDM/

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