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Prueba/Opinión

Haval Jolion: un SUV chino para dejar bien atrás los prejuicios

El nuevo Haval Joilon.

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DATOS

  • Lanzamiento en Argentina: marzo 2023
  • Lanzamiento global: comienzos de 2021 (China)
  • Origen: China
  • Segmento: C- (mediano-chico)
  • Rivales de segmento: Toyota CorollaCross; Volkswagen Taos; Jeep Compass; Peugeot 3008; Citroën C5 Aircross, Ford Bronco Sport, Ford Territory y Honda ZR-V.   (ver comparación de datos al final de la nota)

OPINIÓN

1. Conveniencia

¿Qué tan práctico y usable es el Jolion?

Mucho, porque es un tipo de auto concebido para un uso intensivo y polivalente. Es ideal para las demandas familiares, porque tiene mucho espacio interior y un baúl aceptable (aunque es el más chicos de su segmento). Y como no es tan grande por fuera, también es un auto práctico para un uso individual. Lo mismo aplica para el contexto: es razonable para un uso urbano cotidiano, óptimo para distancias suburbanas, y perfectamente adecuado para salidas a la ruta con el auto cargado de pasajeros y equipaje. Y como tiene un buen despeje, lidia muy bien con los típicos obstáculos de nuestras calles y rutas (cuentas, irregularidades, baches).

De las cosas más destacables del auto es el espacio en las plazas traseras: incluso con los asientos delanteros bastante desplazados hacia atrás, hay espacio de sobra como para que 2 adultos de buena talla viajen comodísimos, y si se tiene que sumar un quinto también va a ir bien (aunque menos), gracias al piso plano del auto. En este punto, les saca ventaja clara a sus competidores directos, y el baúl de 430 litros de capacidad está en el promedio de su categoría.

Más allá de estos aspectos fundamentales, la única versión del Jolion que llega a Argentina tiene bastante equipamiento y muchos detalles que hacen más práctico el uso. Por un lado, varias guanteras, posavasos y espacios de almacenamiento (aunque ninguno refrigerado). Más interesantes son las ayudas al estacionamiento, con la imprescindible cámara trasera, pero también hay una delantera (muy útil para evitar “toques”) y una cenital, que permite ubicar el auto en el entorno. También hay un modo de estacionamiento automático, pero no me resultó tan práctico porque todavía genera dudas que el auto se mueva “solo”.

Otra ayuda interesante para aliviar el manejo es el Crucero Adaptativo, que permite setear una velocidad máxima y una distancia con respecto al auto de adelante, para no tener que tocar freno y acelerador mientras está activado. Igual hay que ir atentos, pero en situaciones de embotellamiento o tránsito lento y pesado es una función muy práctica.

Los “peros” vienen por el lado de una rueda de auxilio temporal, que puede ser un problemón ante una pinchadura en un viaje largo: solo se puede circular hasta 80 km/h y la rueda original no entra en el compartimiento del auxilio así hay que meterla en el baúl. También esperaba un poco más de la maniobrabilidad, ya que el radio de giro es amplio y no facilita las maniobras en espacios reducidos.

¿Qué sea chino significa que es más barato?

Podría decirse que sí. El precio de lista es de U$S 54.000, que según la marca son al cambio oficial BNA, o sea $19.800.000 a la fecha de esta nota. Eso lo pone como muy competitivo contra sus rivales “a igual versión”, pero es cierto que varios de esos otros modelos tiene opciones de entrada de gama bastante más accesibles. Igual, teniendo en cuenta su equipamiento, entra en la categoría “conveniente”. Eso sí: como “inversión” hay que saber que la reventa puede ser desafiante, porque este tipo de productos de marcas chinas se deprecian más rápido que los de las marcas más conocidas. También hay que tener en cuenta que el importador –Car One– tiene una red de asistencia y posventa limitada en cobertura geográfica. La garantía de 3 años o 100.000 es el estándar en el mercado.

En cuanto al costo de uso, otro aspecto importante en el factor bolsillo, Haval tiene una buena política de publicar en su página web los costos de mantenimiento programado, que tienen un promedio de unos $130.000 cada 10.000 km (con cambio de aceite sintético) y $70.000 (con semisintético). Y el consumo es un poquito alto para un auto de este tamaño y prestaciones: a mí me dio en promedio 10,5 l/100 km en la ciudad y 7,5 /100 km yendo a 120 km/h en la ruta.

¿Cómo viene en seguridad?

Es una de las mayores virtudes del auto. El equipamiento que trae es impresionante, empezando por lo que es “de rigueur” en este segmento/rango de precios: 6 airbags; frenos con ABS (antibloqueo) y EBD (distribución electrónica de la frenada); anclajes Isofix para sillas de niños; y controles de estabilidad (ESP), tracción (ESC).

A eso suma: control de ascenso y de descenso en pendientes; sistema de prevención de vuelcos; mitigación de colisión secundaria y sistema de apagado de combustible ante colisión.

Además, incorpora varias ayudas automáticas a la conducción (ADAS), como advertencia de colisión frontal con freno automático; limitación de velocidad inteligente; asistente de mantención de carril; protección de peatones con frenado automático; reconocimiento de señales de tránsito; monitor de temperatura y presión de neumáticos; detección de cansancio de conductor, y alertas de punto ciego y tránsito cruzado, entre otros. Es cierto que algunas de estas ayudas son un poco invasivas (las alertas por ejemplo) y a otras les falta una calibración más sutil (como al asistente de mantenimiento de carril), pero algunas se pueden desactivar o regular, de acuerdo a la conveniencia del conductor.

Y un dato extra, no menor: el Jolion fue evaluado en una prueba de choque en septiembre último por la Australasian NCAP (una organización independiente asociada a EuroNCAP y LatinNCAP) y recibió la máxima calificación de 5 estrellas.

2. Disfrute

¿Qué tan agradable y confortable es por dentro?

Mucho, y esta es una de las mayores sorpresas del auto. Gustos aparte, es innegable que el interior del Jolion impacta por su refinamiento. La sensación que generan el diseño, los materiales y las terminaciones (la famosa “calidad percibida”) es excelente, y está incluso por encima de la media de sus competidores. Habrá que ver cómo evolucionan con el paso tiempo (la “calidad real”) pero en principio el impacto es altamente positivo. Hay abundancia de plásticos blandos, que son más agradables al tacto, y hasta se permite detalles “luxury” en algunas terminaciones y piezas, como el comando de la caja en forma de dial y con aspecto de joya.

La posición de manejo ideal para cada uno es fácil de encontrar, aunque el volante no se regula en profundidad. Y una vez en marcha, queda claro que los ajustes de suspensiones están muy orientados al confort, con muy buena absorción de las irregularidades del camino. A esa sensación se suman unos asientos delanteros comodísimos (aunque sin mucha sujeción lateral), y lo mismo para las butacas traseras, salvo la del medio que es no es ideal para viajes muy largos.

Punto muy alto para el equipamiento de confort: arranque y apagado con botón; climatizador automático bi-zona; un enorme techo panorámico, regulación eléctrica del asiento delantero, cierre automático de ventanas, salidas de aire para las plazas traseras y un buen equipo de sonido con 6 altavoces, son las “amenties” más destacadas.

¿Y la tecnología a bordo?

Completísima, pero en algunas casas no tan fácil de usar. Se nota que es un auto pensado para satisfacer las exigencias de gente muy “conectada”, pero en algunas cosas está muy bien, y en otras no tan muy bien. Siguiendo la norma actual, hay una gran pantalla táctil tipo “tablet” de 12,3 pulgadas en el centro de la consola que es el “centro de comandos” del auto. Es fácil de usar en la para lo básico: radio, conexión Bluetooth para el teléfono celular y acceso a la música del mismo. También ofrece la posibilidad de “espejar” celulares mediante Apple Car Play y Android Auto, pero hay que hacerlo mediante un cable USB, y no en forma inalámbrica como es la tendencia actual. Raro porque sí incluye un cargador inalámbrico para celulares. Y para que todos los pasajeros estén conectados o puedan cargar sus celus, hay dos puertos USB para las plazas delanteras y dos para las traseras.

El tablero detrás del volante también es digital, pero es más sencillo y no permite distintas configuraciones de visualización. Cuesta un poco acostumbrarse a la organización de la información, pero lo básico y necesario está. Un destacado es que incluye la proyección de varios datos en el parabrisas (HUD), como velocidad y el control de crucero adaptativo; es un detalle de “alta gama”, muy útil para no tener que quitar la vista del camino.

La parte rara del despliegue tech del Jolion está en algunas soluciones que no resultan tan prácticas. El principal problema es que concentra demasiadas funciones importantes en la pantalla, en lugar de tener comandos físicos específicos. El más tedioso es el climatizador, que obliga al conductor a quitar la vista del volante y tocar varias veces la pantalla para regular la temperatura y la intensidad y dirección de la ventilación. No es lo óptimo. Lo mismo pasa con los modos de conducción (hay tres: estándar, eco y sport), para los que el acceso se hace pasando por tres pantallas distintas. Y otro problema es que cuando el teléfono está espejado, no hay ningún comando directo para volver a la pantalla original desde donde se maneja –por ejemplo– la radio. Durante mi semana de prueba con el auto no encontré la forma de hacerlo, salvo desenchufando el celular.

¿Es divertido para manejar?

No es lo suyo. O sea, el auto anda bien y tiene buena respuesta, pero claramente no está en su espíritu generar muchas emociones en el manejo; la apuesta es por el confort. Viene con un muy correcto motor turbo de 1.4 litros, que con sus 141 CV de potencia máxima y sus 210 Nm de torque máximo alcanzan para lo que requiere un manejo moderado y sobrepasos cautelosos, respetando las velocidades legales. La velocidad máxima declarada es de 185 km/h y la aceleración comprobada es de 9,8 segundos para llegar a los 100 km/h.

La transmisión es automática de 7 velocidades y del tipo doble embrague, que garantiza que los cambios pasen suavemente y sin tironeos. Hay dos paletas detrás del volante para forzar los cambios manualmente, si así se requiere. Y otro buen detalle es la dirección progresiva, que se “endurece” a medida que aumenta la velocidad, mejorando el control. Las suspensiones son tirando a blandas, lo cual beneficia al confort en las irregularidades pero genera inclinaciones en las curvas, algo muy típico de los autos con un centro de gravedad alto. Todo muy bien para un manejo cotidiano, pero no es un vehículo que vaya a hacer demasiado felices a los “fierreros de ley” y/o a los amantes de la conducción “deportiva”.

¿Es un auto lindo?

Afirmativo. No se aparta mucho de los estándares del formato SUV para su segmento, pero tiene características que lo distinguen y llaman la atención positivamente. Está bien proporcionado, con un look que tira más a lo robusto que a lo atlético, y las superficies están muy bien resueltas, cosa que se nota en lo bien que refleja la luz desde cualquier dirección. El estilo es lo que podríamos llamar “contemporáneo”, con elementos que le dan carácter, como las enormes ópticas que dejan una “firma visual” muy distintiva, tanto delante como atrás. También se destaca la gran parrilla cromada con una trama hexagonal que remite a “escamas de dragón” (SIC). En resumen, no es lo más “avanzado” que está haciendo la industria china por estos días (y que ya empieza a llegar al país), pero en facha no desentona con varios de sus rivales más destacados. Se nota que la llegada del británico Phil Simmons (ex Jaguar y Land Rover) como director de diseño de diseño de Haval en 2019 está rindiendo sus frutos.

Un último punto en este apartado es la interesante gama de colores que ofrece la marca en Argentina: el verde del auto de pruebas fue un imán para las miradas, pero también hay un rojo y un azul-celeste muy bonitos.

3. Autoestima

¿Qué transmite la marca?

Hay que decir que poco, porque es prácticamente desconocida para la mayoría. Y lo primero que surge es su origen chino, lo cual todavía dispara prejuicios en mucha gente. Pasa que durante un buen par de décadas, los fabricantes chinos se ocuparon de perjudicar su reputación con copias de dudoso gusto de autos occidentales, con pobre calidad y peor seguridad. Hoy los que estamos en el tema sabemos que eso tuvo un cambio de 180 grados, y en terrenos como el diseño o la electrificación, los chinos están tomando la delantera a nivel global. Pero hasta que esa información se masifique, las marcas chinas no suman mucho en términos de status o reconocimiento social. Pero ojo, eso puede cambiar más rápido de lo que se piensa.

¿Qué más “dice” este auto?

¿Incauto o visionario? En principio, por su tamaño y presencia, el Jolion habla de un usuario con un buen a muy buen pasar económico, y una vida familiar activa. Incluso para cualquiera que no esté mucho en tema marcas y autos, puede pasar perfectamente por un auto premium (o un “cochazo”, como me comentaron seguido durante la prueba).

Para los autopercibidos conocedores, esos que ven a las marcas chinas con cierta suspicacia y desdén, el Jolion genera sorpresa y dudas. Podría ser que su poseedor se haya dejado deslumbrar por el diseño moderno y el equipamiento, sin entender demasiado cómo funciona la evolución del valor de un auto. Pero también puede ser visto como una declaración de autoconfianza; una apuesta por algo nuevo, sabiendo algo que los demás no saben. Es una toma de riesgo –real–, que puede rendir sus frutos y convertirlo a uno en un “visionario”, si en es que un futuro próximo la industria automotriz china se convierte en la referencia global que muchos creemos que terminará siendo.

RT

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