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Anticipo-Crítica

Se estrena la segunda y última temporada de 'Merlí: Sapere Aude'

Carlos Cuevas en "Merlí: Sapere Aude", última temporada

Laura Pérez

elDiario.es —

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El universo Merlí comienza a escribir su final con el estreno, este viernes 2 de abril en España, de la segunda y última temporada de Merlí: Sapere Aude en Movistar+. El spin-off liderado por Carlos Cuevas regresa a la plataforma con una tanda de episodios más comprometida y necesaria que pone el broche a una serie que entretuvo, representó e hizo reflexionar desde sus primeros pasos en la cadena catalana TV3

La trama de los nuevos capítulos se sitúa en el arranque del segundo semestre de la facultad, con Pol Rubio y sus compañeros volviendo a las aulas para terminar su primer curso en Filosofía. El pupilo favorito de Merlí ya se adaptó a la vida universitaria y se encuentra cómodo en casa con Alfonso y Glòria, pero un problema importante le sorprende de pronto haciendo tambalear todos los cimientos de su realidad. 

Como en la vida misma, el drama de Pol se convierte en el punto central de una temporada que, pese a todo, no es dramática sino intensa y luminosa. Tras firmar un debut maduro y picante, Héctor Lozano da un paso más en este spin-off y se lanza a abordar una problemática que no encuentra hueco habitualmente en la ficción española. Lo hace además de la mano de su personaje protagonista y a través de un prisma optimista y actual, siendo este el mayor acierto de la carrera 'lectiva' de la serie en sus dos etapas.

Carlos Cuevas se gradúa con una temporada sobresaliente

Si en la primera temporada ya destacamos la madurez de las nuevas tramas, en esta segunda vivimos un mayor crecimiento de Pol Rubio como personaje y también de Carlos Cuevas como actor. Lejos de estancarse, el intérprete -que lleva seis años madurando su rol- consiguió firmar en estos capítulos la mejor versión del protagonista desde que debutó en las aulas del Àngel Guimerà.

A través de sus ojos somos testigos de un proceso personal de Pol tratado con mimo desde las primeras líneas del guion hasta el último corte de edición, con especial atención al trabajo interpretativo de Cuevas y a la batuta de Menna Fité en la dirección. 

En esta temporada, Merlí: Sapere Aude toma conciencia y se compromete con una realidad que agradece un espejo como el de Pol y también como el de Dino (Eusebio Poncela), uno de los grandes descubrimientos de la entrega final de Merlí. El veterano actor se suma al elenco con un personaje que acaba siendo importante para el alumno y para María Bolaño (María Pujalte), que repite como un apoyo fundamental para el protagonista en el bando docente como ya lo fue en su día “ese profesor de instituto” que aparece constantemente en sus conversaciones.

“Siendo tan insignificantes en la galaxia, ¿merece la pena que nos matemos los unos a los otros? ¿Es necesario buscar el poder, o la fama?”, pregunta la catedrática a sus pupilos en una de las clases. Las reflexiones en el aula siguen siendo capitales en la ficción, que se apoya una vez más en las grandes preguntas de la Filosofía como eje de los problemas que atraviesan sus personajes. En esta parte del curso, Pol ya ha superado la fase de la búsqueda de placer y sus pensamientos se centran más en el destino, la paradoja entre la verdad y la mentira y la ética.

Otro personaje adulto que da un paso adelante esta temporada es Alfonso (Boris Ruiz), que se deja conocer más que nunca en el papel de padre y explota definitivamente en el universo Merlí. La suya, como muchas de las tramas de la ficción original, es una historia tan cercana como universal con la que muchos cabezas de familia pueden verse reflejados. 

De Bruno a Axel sin despedida ni explicaciones

El patriarca es, junto a Glòria (Asunción Planas), el único nexo que une ahora a Sapere Aude con su referente tras la salida de David Solans. Un adiós algo incierto que deja un sabor de boca amargo, pues tras la última escena de 'Brunol' en el capítulo 8 de la primera temporada, no ha habido más rastro de un personaje (y una trama) que es historia de Merlí.

El destino de Bruno y Pol como pareja está escrito desde ese flashforward con el que terminó la serie original, pero lo cierto es que en este spin-off no han sabido encontrar hueco a un personaje importante para el protagonista en su vida universitaria. Ahora, con el conflicto al que se enfrenta Pol en la segunda temporada, sí podría haber sido de nuevo un apoyo para él… pero ni siquiera se le vuelve a mencionar. Su salida, desde luego, no hace justicia a un Bergeron.

La gran novedad a nivel de elenco es Jordi Coll, que llega para ocupar el corazón de Pol. Su Axel es un personaje radicalmente diferente a Bruno, por lo que su relación permite a la serie explorar otras vías que hasta ahora estaban inéditas en el recorrido sentimental del pequeño de los Rubio.

Como ya hemos analizado, la segunda temporada está monopolizada por el impacto del conflicto de Pol y algunos de los personajes de su grupo de amigos quedan más deslucidos. A diferencia de lo visto en la primera temporada, sus tramas no son más que un buen satélite que no encuentra entidad para lucirse. Especialmente relevante es el caso de Rai (Pablo Capuz), que como también ocurre en la vida misma, pasa totalmente a un segundo plano. 

Un fin de ciclo a la altura

En definitiva, Merlí: Sapere Aude cierra el ciclo de Merlí con una segunda temporada que sin lugar a dudas está a la altura y que deja la sensación de que la carrera televisiva de Pol Rubio no estaba ni mucho menos agotada. En cualquier caso, la decisión de cerrar el expediente con nota, aunque precipite los hechos en el capítulo final, es totalmente comprensible. Solo queda agradecer al mentor, y a sus alumnos, todas sus lecciones.

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