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Tras adherir al plan Massa de Ganancias, Guzmán no prevé nuevos impuestos para compensar una caída de ingresos de $40.000 millones

Martín Guzmán y Santiago Cafiero durante un encuentro con empresarios en el Museo del Bicentenario, el 11 de febrero pasado

Sebastián Lacunza

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La elevación del piso de ingresos para tributar Ganancias a partir de $150.000 brutos, unos $124.000 de bolsillo, apunta a beneficiar a 1.200.000 contribuyentes que se encuentran entre en el 20% de los asalariados en blanco que más ganan en la Argentina, de acuerdo a los números del Ministerio de Economía. En las estimaciones oficiales y privadas, si se considera que cerca del 40% del mercado laboral no está registrado, los exceptuados de pagar el impuesto pertenecen a la cúpula del 12% de los trabajadores (en blanco y en negro) con mejores sueldos.

Alberto Fernández habilitó el jueves el tratamiento en sesiones extraordinarias del proyecto que sube drásticamente el umbral de Ganancias. Con la reforma, que recoge la prédica del presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, pero que fue asumida como propia por el Poder Ejecutivo y, en particular, el ministerio a cargo de Martín Guzmán, el fisco dejará de percibir cerca de $40.000 millones anuales, a razón de $2.500 por mes para cada uno de los 1.200.000 trabajadores y jubilados exceptuados, estimó una fuente de Economía al tanto de los objetivos del proyecto tributario. No está prevista la creación de un gravamen específico para cubrir el agujero fiscal, que equivale en términos absolutos al costo anual de casi 900.000 asignaciones universales por hijo.

En principio, el Ejecutivo planea cubrir el faltante de los $40.000 millones con el congelamiento de una baja del impuesto a las Ganancias para las empresas que había sido estipulada por Mauricio Macri. La administración Cambiemos había previsto para este año un recorte de 30% a 25% en el impuesto a las sociedades y el Gobierno ya desarticuló esa medida. En el cálculo del ministerio de Guzmán, el costo fiscal de la rebaja a Ganancias personales se vería más que compensado por los recursos no disminuidos por el cambio al que apuntaba Macri. De todas maneras, no se trataría de un nuevo ingreso para el fisco, en un año marcado por las necesidades de la recesión y la pandemia, sino que se evitaría una caída en los ingresos todavía mayor.

En el Ministerio valoran que el impuesto a la renta —como se lo denomina en todo el mundo y que en la Argentina adquirió el nombre Ganancias por razones políticas desde que fue implementado por el dictador José Félix Uriburu, en 1932— tiene carácter progresivo, consenso que incluye voces heterodoxas hasta a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), entidad que promueve políticas de mercado. Este sello, que agrupa a unas treinta economías ricas y unas pocas en vías de desarrollo, avaló el “valiente” giro económico de Macri, pero ya en 2017 advirtió que era necesario ampliar la base de contribuyentes de Ganancias para avanzar hacia un sistema impositivo “más progresivo” y “sustentable”. La recomendación fue en línea con el hecho de que los países miembros de la OCDE e incluso el promedio de América Latina aplican sistemas tributarios en los que el impuesto a la renta tiene un peso mucho mayor que en la Argentina (ver aparte).

De todas formas, la voz de Economía consideró “injustificable” que tributen empleados en relación de dependencia con dos hijos a partir de los $98.963, o $74.810 los solteros sin hijos, de acuerdo a la última actualización de octubre. “Una cosa es mirar el 10% que más ganan y hoy tributa Ganancias, y otra es ver cuánto gana el que está en la base de ese segmento”, razonó la primera fuente. La base aludida gana entre 50% y 100% más que el sueldo promedio de asalariados en blanco de $50.000, de acuerdo a la última actualización de octubre pasado.

Pese a que Guzmán apunta a mantener el déficit fiscal bajo control, “está muy de acuerdo” con el proyecto, dijo otra fuente de Economía. “No pueden pagar Ganancias quienes tienen un sueldo equivalente a dos canastas básicas”, afirmó.

Una base más amplia y, aun así, privilegiada

El conjunto de trabajadores y jubilados afectados por el impuesto a las rentas más que se duplicó durante la gestión de Macri. El mandatario del PRO llegó al Ejecutivo con la promesa de que “los trabajadores no van a pagar el impuesto a las Ganancias”. Como en gran parte de los objetivos económicos anunciados por Macri, no sólo no logró concretar la promesa sino que su Gobierno redundó en lo opuesto. En julio de 2015, cinco meses antes de la llegada del titular del PRO a la Casa Rosada, 1.194.149 trabajadores pagaban Ganancias, número que había crecido hasta 2.259.869 en julio de 2020, de acuerdo a cifras de Jefatura de Gabinete difundidas el año pasado. La duplicación de aportantes obedeció a que, para la actualización de la base imponible, se utiliza el índice Ripte, que mide la evolución anual de los salarios en blanco, y estos quedaron marcadamente relegados frente a la inflación entre 2016 y 2020. Es decir, los sueldos perdieron poder adquisitivo y, además, más de un millón de asalariados comenzó a tributar un impuesto que antes los exceptuaba.

De todas formas, los aportantes de la base del mínimo imponible pagan apenas que un valor simbólico de $123 pesos por año en el caso de solteros sin hijos que suman $74.810, cifra que escala gradualmente y alcanza, por ejemplo, $2.259 por mes o $27.108 en el año para quienes cobran $95.000 por mes, explicó el contador César Litvin a Clarín. El Ministerio de Economía admite que la carga de Ganancias en el piso de la escala es muy menor y entiende que, si se aprueba el proyecto enviado al Congreso, los 1.200.000 trabajadores y jubilados que serán exceptuados de Ganancias dejarán de aportar, en promedio, el dos por ciento de su haber mensual. Los asalariados que ganen hasta $174.000 también tendrán un beneficio proporcional.

La fuente argumentó que Fernández tomó diversas iniciativas hacia una mayor “progresividad tributaria”, como el impuesto País para la compra de dólares, el aumento de Bienes Personales, el aporte extraordinario a la riqueza por la pandemia y la reversión de las exenciones y recortes de tasas dispuestos por Macri en contribuciones patronales, retenciones a las exportaciones y Ganancias de empresas. En Economía no descartan —dijo la fuente— subir la alícuota del gravamen hasta 40% para los salarios muy altos, como rige en países de Europa, aunque no es una medida prevista como inminente.

Todos de acuerdo

En la antesala de un proceso electoral de calendario incierto, el oficialismo parece embarcado en el proyecto sin fisuras. Cuenta con el aval de Juntos por el Cambio y disidentes peronistas mientras que el Frente de Izquierda (FIT) se apoya en la idea de que “el salario no es ganancia” y los libertarios aspiran a eliminar casi todos los impuestos. Como resultado, casi no hay voces en el arco político argentino que cuestionen la iniciativa. Diputados de la principal alianza opositora hicieron saber que aspiran a que trabajadores que ganan más de $174.000 (es decir, tres veces el salario promedio argentino) también queden exentos del impuesto a la renta, con lo que parece haber retomado la idea de Macri de que los trabajadores no deben pagar Ganancias, al igual que sindicatos de gremios que incluyen sueldos altos, como SMATA, Petroleros, Pilotos y Judiciales. Mientras que Hugo Moyano presiona para eximir del cálculo del impuesto a adicionales como horas extras y viáticos, el diputado radical Luis Pastori consideró “arbitrario” el nuevo piso establecido en el proyecto y reclamó subirlo.

La semana pasada, la automotriz Toyota actuó en tándem con el sindicato para difundir la versión de que empleados se resistían a trabajar extra en los feriados de carnaval porque el plus salarial ofrecido no les rendía a causa del pago del impuesto a la renta. Sin embargo, la no apertura del turno en feriado estaría relacionada a que había operarios de vacaciones y otros ya habían comprometido su fin de semana largo, reconocieron en forma menos estridente voceros de la empresa.

Nicolás del Caño, diputado del PTS en el Frente de Izquierda (FIT), anticipó ante elDiarioAR que su bloque no rechazará el proyecto enviado por Fernández porque “lo tomamos como un beneficio para trabajadores y jubilados”. El excandidato presidencial ratificó la postura que no considera al salario como pasible del gravamen, por lo que propone “eliminar el impuesto para todos los trabajadores bajo convenio y jubilaciones”. “Eso excluye a gerentes y ejecutivos”, aclaró Del Caño. Para el legislador, la forma de compensar la pérdida de ingresos del fisco es aumentar la carga impositiva para “los grandes empresarios de los agronegocios, subir bienes personales” y dejar sin efecto “todas las exenciones y blanqueos que hicieron Macri y Fernández”.

Hay que eliminar el impuesto a las Ganancias para todos los trabajadores bajo convenio y jubilaciones

Nicolás del Caño

El salto a Autónomos

Junto con la sanción de la nueva base de Ganancias, el Ejecutivo se propone aprobar una flexibilización y gradualismo en el pase de la categoría más alta del Monotributo hacia Autónomos. En la situación actual, aquéllos que superen el límite máximo de facturación del Monotributo se incorporan automáticamente al sistema de Autónomos, con lo que comienzan a tributar Ganancias, Ingresos Brutos y otros impuestos, y deben cargar el IVA a su actividad. De esa forma, se da el caso de que quien se exceda por pocos pesos el tope de facturación —establecido en 2020 en $1.739.493 anuales— sufrirían una drástica reducción en sus ingresos, lo que genera “enanismo fiscal”. Es decir, contribuyentes que pasan su actividad a la informalidad o dejan de trabajar para no ingresar a la categoría de autónomos.

El pase de un sistema a otro quedó suspendido en 2020 para los monotributistas que están en una zona gris. Una vez que el Congreso apruebe la ley, la AFIP aumentará el techo del Monotributo con carácter retroactivo al 1 de enero de 2021, y establecerá un tránsito gradual para evitar el “enanismo”.

SL 

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