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En ESPAÑA

El escándalo de corrupción en el gobierno de Sánchez deja al PSOE en medio de una “psicosis colectiva”

Pedro Sánchez saliendo del Congreso.

José Enrique Monrosi / Alberto Ortiz

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El goteo de responsabilidades políticas que se cobra el escándalo de corrupción que está sacudiendo a España suma un nuevo nombre y apellido: Ramón Alzórriz, hasta ahora 'número dos' de los socialistas en Navarra, tierra natal y centro de operaciones neurálgico de Santos Cerdán, el ex secretario de organización del PSOE y ex hombre de confianza del presidente español Pedro Sánchez.

La presidenta de la comunidad autónoma, María Chivite, forzó a última hora de este miércoles la salida de su vicesecretario general y responsable de Organización por ocultar que su pareja trabajó de 2021 a 2024 para la empresa Servinabar 2000, una constructora que, según la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil, controla en un 45% desde la sombra Cerdán y supone una de las piezas centrales de la investigación por corrupción. Servinabar 2000 y su filial Alegure, junto con Acciona, recibieron al menos siete adjudicaciones en Navarra por valor de 86 millones de euros, de los cuales el 10% (8,6 millones) fue para Servinabar 2000.

La de Alzórriz es la caída más reciente, pero nadie espera, ni mucho menos, que sea la última. Porque la imagen que dejó la sesión de este miércoles en el Parlamento españoles, según describen en las propias filas socialistas, la de un Sánchez “noqueado” en mitad de la “psicosis colectiva” que se expande por el PSOE. Una crisis que, una semana después de conocerse el informe de la UCO, todo el mundo siente que parece más cerca de agravarse que de amainar. Así lo admiten y lo temen en privado incluso en el entorno del presidente. Y así lo perciben también los principales socios del Gobierno, entre los que empieza a asentarse el convencimiento de que, salvo giro de guion inesperado, la legislatura ha entrado en un punto de no retorno.

El Pleno en el Congreso sirvió, de hecho, para constatar la gravedad de una situación que mantiene en parálisis al Gobierno de España y a su principal partido. Ni siquiera la bronca política de muchos decibelios entre la bancada azul del Ejecutivo y la oposición resultó lo más relevante de una jornada en la que predominaron las intrigas de pasillos, las llamadas de teléfono entre susurros y las caras desencajadas de los diputados del PSOE. Y todo, en mitad del desconcierto de sus aliados parlamentarios.

El desarrollo de la sesión de control dejó dos conclusiones. La primera, que el presidente del Gobierno, a juicio de sus propios compañeros de filas, aún no se ha recuperado del golpe ni ha sabido encontrar esta vez la tecla que tantas veces acertó a tocar para remontar el vuelo ante las situaciones más adversas. La segunda, que el PSOE es hoy una organización atravesada por la desconfianza mutua y por el pánico a que, del hilo de Santos Cerdán, pendan otros nombres de mucha relevancia que supongan el definitivo golpe de gracia.

“Esto está fuera de control”

“Esto está fuera de control porque vamos a ciegas. El daño más grave que nos ha hecho Santos es que ha destrozado la confianza entre nosotros mismos, entre los compañeros. Todo el mundo se tienta ahora la ropa porque no sabe si el que tiene al lado va a salir mañana en una conversación grabada o en un mensaje. Y eso, en esta situación, significa estar muerto”, razona un dirigente.

Varios diputados del PSOE comparten el diagnóstico de que todos asisten a una especie de “psicosis colectiva” que lleva incluso a altos cargos del Gobierno o dirigentes del partido a revisar sus propias comunicaciones a lo largo de los años con alguno de los tres implicados en la trama corrupta. Porque los tentáculos del “triángulo tóxico” de Cerdán, Ábalos y Koldo García llegaban a casi todos lados gracias a las posiciones de máximo poder que ocupaban. Y por eso resulta difícil encontrar a cargos socialistas de cualquier rango que no admitan interacciones recurrentes con dos secretarios de organización de Ferraz e incluso con el “hombre para todo” en el que convirtieron a Koldo. Comportamientos en muchos casos rutinarios de la vida de un partido que hoy, sin embargo, están bajo el foco de la sospecha.

“Todo el que haya hablado en persona con Koldo ya sabe que está grabado. Y si está grabado, está jodido. Por mucho que no sean conversaciones en los términos en los que hemos escuchado ahora a Santos ni constaten actitudes delictivas, es casi imposible salir vivo de una conversación privada grabada hace años, sacada de contexto a mala fe y en el marco de todo lo que estamos viviendo”, lamenta otro diputado.

Lo que no entienden entre la mayoría de socios parlamentarios del Ejecutivo es que Pedro Sánchez no haya articulado a estas alturas una respuesta más certera y más contundente para taponar una crisis que amenaza con llevarse por delante a su Gobierno y a su partido. “Esto así no aguanta, es imposible. Si no corta por lo sano podrá tardar una semana, tres meses o cinco, pero la legislatura está finiquitada”, razona otro diputado que forma parte de la mayoría de investidura.

Aunque entre las filas socialistas reconocen sin tapujos que la imagen que proyectó este miércoles el presidente en el Congreso fue la de un hombre “noqueado” (decidió cancelar su agenda pública de este jueves y no asistirá al congreso de CC.OO.), aseguran que el plan trazado en la Moncloa por Sánchez y su equipo más cercano contempla quemar etapas conforme se sucedan los acontecimientos. Y advierten de que, por grave que sea la situación y estruendosos los rumores, el presidente no contempla “contribuir a expandir la sombra de sospecha” ni en el partido ni en el Gobierno y solo actuará “cuando existan indicios sólidos”. Eso sí, esas mismas fuentes aseguran que lo hará “con la misma contundencia que con Ábalos o Cerdán”. Es decir, fulminándolos. En cualquier caso, los cambios en la dirección del PSOE de cara al comité federal del 5 de julio se presumen masivos.

Por el momento, la idea es que las tres semanas que quedan para la celebración de ese comité federal en el que se renovará a la cúpula del partido y la posterior comparecencia en el Congreso supongan un tiempo valioso para recopilar más información. Eso en el mejor de los casos, admiten las fuentes consultadas, y siempre que el devenir de la investigación no precipite un desenlace abrupto en forma de disolución de las Cortes y adelanto electoral que nadie, en realidad, es capaz de desterrar rotundamente.

Porque la hipótesis más extendida en el propio Ejecutivo es que quedan más nombres por salir y que eso puede ocurrir, además, en cuestión de días. Algo que agravaría la sangría política, pero también ayudarría a perimetrar de una vez por todas la verdadera dimensión de la onda expansiva de Cerdán. En cuanto sepa cuántos y quiénes son los que puedan tener mácula, aseguran los socialistas, el presidente actuará en consecuencia y anunciará decisiones tanto en el cónclave de su partido del 5 de julio como en su cita posterior en el Congreso cuatro días más tarde.

Rufián: “No sé cuánto tiempo nos queda”

Después de la sesión de control, Sánchez mantuvo este miércoles reuniones con socios de vital importancia para la estabilidad del Gobierno. ERC, EH Bildu y PNV coinciden tras verse con él en el que presidente está tocado. Algunos de los diputados que pasaron por la mañana por el Palacio de la Moncloa reconocen que nunca habían visto así al líder socialista, en un momento, aseguran, de extrema debilidad.

El portavoz de los republicanos, Gabriel Rufián, fue el primero en acudir tras el control al encuentro. Después de una conversación de poco más de media hora, reconoció ante los medios que no sabe cuánto le queda a la legislatura y por eso pidió a los socios de izquierda un pacto para sacar adelante una serie de medidas sociales. El diputado prácticamente reconoció que la llegada de un gobierno del PP es inevitable.

“Aprovechemos el tiempo que nos quede, pase lo que pase, para intentar dejarle la mejor situación posible y una vida digna a la gente. No sé cuánto tiempo nos queda”, dijo en declaraciones a los medios en los pasillos del Congreso.

Mucho más prudente sobre el futuro de la legislatura fue Maribel Vaquero, la portavoz del PNV, cuyo partido pide ir examinando los pasos en función de las informaciones que vayan saliendo, aunque para los nacionalistas vascos lo importante en su relación con el Gobierno es el cumplimiento de los acuerdos de investidura que firmaron al inicio de la legislatura con el PSOE. “Le pedimos ejemplaridad, transparencia y que cumpla el pacto que tiene con nosotros de investidura, no le vamos a pedir ningún plus más ni vamos a mercadear con todos estos hechos tan graves”, dijo a los medios.

EH Bildu se limitó a mandar un comunicado tras el encuentro entre sus portavoces parlamentarios, Mertxe Aizpurua y Gorka Elejabarrieta, y Sánchez. “Ya no es políticamente suficiente con señalar que la alternativa a este Gobierno es peor. EH Bildu entiende que se debe aprovechar este momento de crisis como una oportunidad en términos estratégicos para abrir un proceso de reforma democrática que responda a las necesidades y anhelos del pueblo vasco y del resto de pueblos del Estado, así como de las mayorías trabajadoras y populares”, trasladaron después de la reunión.

Podemos ya descartó esta semana acudir a cualquier reunión en Moncloa, en lo que consideran que es una operación de lavado de cara de Sánchez frente a sus socios parlamentarios. Este miércoles, la secretaria general del partido, Ione Belarra, insistió en sus críticas al presidente, al que acusa de “insultar” a la ciudadanía al oponerse a dar explicaciones ante el Congreso antes del 9 de julio y dio por “muerta políticamente”, la legislatura.

Voces en Sumar empiezan a plantear una salida del Gobierno

Entre los partidos de Sumar empieza a darse un debate todavía incipiente, a la espera de las informaciones que vayan saliendo en los próximos días, sobre si tiene sentido seguir en un Gobierno con el PSOE si el escándalo empieza a ramificarse y a tener derivadas que afectan a más cargos en el partido, a diputados o a otros ministerios.

El diputado de los comuns en el Congreso, Gerardo Pisarello, señaló esta semana que no descartaban ningún escenario, un mensaje que refrendó su compañera de partido, la exalcaldesa de Barcelona Ada Colau. “Según cómo evolucione, si no hay explicaciones y medidas contundentes, entiendo que debería ser una de las opciones sobre la mesa”, dijo en una entrevista en TVE. Eso no significaría necesariamente, apostilló la exlíder de los comuns, que Sumar precipitase las elecciones con un movimiento como ese.

Una visión, la de Colau, que comparten más ministros consultados por elDiario.es en los últimos días y un escenario, el de la salida del Ejecutivo, que ni siquiera descarta la vicepresidenta segunda si las noticias que salen de los tribunales siguen empeorando significativamente.

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