Cultivando el arte y el pensamiento transformador

“Primero fue una huella digital, única e irrepetible, huellas que se extienden de sur a norte y de oeste a este. Latinoamérica. América latina. Nuestros recursos. Nuestros mares y océanos.... nuestros ríos y montañas. Costumbres, historias, pueblos. Sierras y cordilleras, bosques y selvas, desiertos junto a lagos, ríos y mares interiores, cataratas generosas, cultivos en terrazas. Playas doradas infinitas. Flora nativa y flores nacionales (nuestro ceibo). Pascua en medio del Pacífico y nuestras Malvinas, siempre nuestras Malvinas. Latinoamérica es una sola. Latinoamérica para los latinoamericanos”. Esta es la memoria conceptual de la obra textil de Vivi Fava. Y el de la imagen del mapa, el primero de una serie de bordados que recorre toda América Latina
“Me inicié en el arte textil hace unos quince años, cuando estudié Diseño de indumentaria. Comencé realizando joyería textil y prendas sublimadas e intervenidas con shibori, que es una técnica de origen japonés para teñir telas. En 2019, tomé un curso en el MAP, Museo de Arte Popular, y a partir de entonces me dedico de lleno al arte textil”, me cuenta la hija orgullosa de Athos y Mary, minutos después de reservar nuestro vuelo para setiembre a San Pablo, donde participaremos de la 36 Bienal.
Dice la curadora Kekena Corvalan, con quien “visitaremos en alegre acampeada” esta gran movida del arte contemporáneo mundial y que tiene como consigna, en portugués, “Da Humanidade Como Prática. Nem Todo Viandante Anda Extraviade”.
Kekena aporta la traducción de los primeros materiales publicados por el equipo de arte con epicentro en Sampa, que se propone “repensar la Humanidad como verbo, como práctica viva, en un mundo que exige reimaginar las relaciones, las asimetrías y la escucha como base de la coexistencia, a partir de tres fragmentos/ejes.” Y destaca la metáfora del estuario -un lugar donde diferentes corrientes de agua se unen y crean un espacio de convivencia-. Se reivindica el espacio y el tiempo, la calma y el silencio de la poesía y la escucha poética sugiriendo una reconexión con la naturaleza y sus sutilezas. También, nos invita a vernos reflejados en el otro, explorando la interconexión empírica y atendiendo a las necesidades comunitarias. Habitar en el encuentro del agua dulce, el río, y salada, el mar, pensando en que América fue el destino de los africanos esclavizados, basándonos en el manifiesto Cangrejos con Cerebro, que representa esa gran cabeza social de un país que fusionó indígenas, europeos y africanos esclavizados en un entorno donde el poder fue y sigue siendo asimétrico. “No podemos desertar”, dice Kekena, alimentando el presente.
En tanto, Vivi Fava ha ido experimentando cómo es aplicar la aguja y el hilo en los géneros para recrear obras de pintores famosos, tales como Vincent Van Gogh, Claude Monet, Edgard Degás, Gustav Klimt, Joaquín Sorolla y Bastida, Johannes Vermeer, entre otros. “Intenté reproducirlas de la forma más fidedigna posible. Amo a los impresionistas, tienen muchísima luz, utilizaban mucho los colores primarios y los complementarios con pinceladas libres, donde la pintura no se fusiona, sino que se solapa o yuxtapone”. En 2022, luego de un regreso a la patria, comenzó a incursionar con la obra de Quinquela Martín, de quien reprodujo cuatro pinturas, para desembocar en obras de su propia autoría. “Mi padre, cuando viajaba, solía traernos blusas y láminas para colgar bordadas a mano, pequeños pájaros realizados con plumas, miniaturas talladas en marfil. Las que más me impresionaban (y aún conservo) eran los lienzos de China. Mi madre era modista y mi abuelo sastre. Crecí en un hogar donde los hilos, agujas, telas, lanas me rodeaban. Yo tenía una caja de zapatos con restos de telitas que quedaban de los trabajos que entregaba mi mamá, y les confeccionaba vestidos a mis muñecas, que eran mis juguetes preferidos”.
Lo que más le gusta es que trabaja en soledad, escuchando audios, podcast, o con un audiolibro. “Puedo charlar con alguien personalmente o por celular sin tener que interrumpir mi tarea. Puedo trasladar el bordado a donde vaya y nutrirme con la obra de otros artistas que admiro”.
Consciente del poder transformador y de la necesidad de no olvidar, Adriana Redondo coordinó el bordado de una bandera con nombres de desaparecidos de la dictadura. La memoria es uno de sus insumos principales, algo que también se explicita en la muestra que viene realizando en el Hospital El Cruce, de Florencio Varela.
¿Y qué pasa con la publicidad en esta era de consumo inusitado? Una respuesta posible está en el libro de Fernando Roig, La publicidad moderna (Ediciones Infinito). Durante los acuerdos de Bretton Wood de 1944, aparecen las claves del nuevo orden mundial de posguerra, cuando queda claro que la industria de la propaganda de objetos y bienes no queda al margen de los beneficios de unos pocos, en cuanto al incremento de la inversión empresarial en comunicación comercial. La publicidad se convierte en un dispositivo estratégico que potencia la sociedad de consumo y la conversión de humanos en máquinas de tragar mentiras y monedas. O de escupirlas y adormecernos.
El próximo jueves 22 se inauguran tres exposiciones en el Centro Cultural Recoleta. Carroña última forma, muestra colectiva curada por Carla Barbero y Javier Villa, en la sala Cronopios; Arte Rata, expo plural seleccionada por la convocatoria del Centro, en la sala 4, y Adiós a los vivientes, primera exhibición individual de Francisco Montes, en la sala 10.
Carroña es la gran exposición que llegará a la sala Cronopios con 38 obras de Antonio Berni, Leónidas Lamborghini, Liliana Maresca, Raquel Forner, Marcia Schvartz, Osvaldo Lamborghini, Grete Stern, Verónica Meloni, Tobías Dirty, Santiago O. Rey y Verónica Gómez. Se trata de piezas que exploran las figuras del cuerpo herido, los restos de la historia y los imaginarios del poder. A través de lenguajes grotescos, alucinados, a veces hiperbólicos se asistirá a un ensayo visual que vincula las vanguardias de mediados del siglo XX con expresiones contemporáneas que tensan los límites de un realismo local.
El título el libro homónimo de Lamborghini, escrito en 2001, durante el colapso social y económico del país. El poeta recorre una ciudad descompuesta donde el lenguaje, como el cuerpo social, ha sido degradado. En diálogo con esa obra, la exposición asumirá la carroña no como deseo, sino como forma última: lo que persiste, lo que habla desde lo corroído.
Arte Rata de Lulo Demarco y Delfina Bustamante parte de la simbiosis rata-artista, fuera del status quo y recuperando aquello que ya no sirve. Dialogan una porción del arte argentino del siglo XX y del XXI a través de un parámetro de funcionamiento que supone una reacción al contexto. Desde Alberto Heredia a Mia Superstar, la línea es sinuosa y abarcativa de avatares que han marcado un modo de hacer arte. Los nombres que forman parte de la muestra son Juan Del Prete, Martín Farnholc Halley, Martha de la Gente, Alberto Heredia, Carlos Herrera, Hoco Huoc, Fernanda Laguna, Luciana Lamothe, Valentina Liernur, Sergio De Loof, Juan Ojeda, Marisa Rubio, Liv Schulman, Mia Superstar y Santiago Villanueva.
Por último, Adiós a los vivientes es la primera exposición de Francisco Montes (Buenos Aires, 1995) con una serie de cinco dibujos lumínicos de gran formato, dos medianos y dos esculturas confeccionadas con organismos vivos. “La obra de Francisco sumerge al espectador en un mundo de incertidumbres donde imágenes traslúcidas crean palimpsestos que revelan subjetividades ocultas. Su enfoque está puesto en cómo los poderes afectan la conciencia humana buscando materializar lo invisible”, concluye Villa, el curador.
Un conjunto de mujeres referentes del pensamiento de nuestro continente se da cita en Espiritualidad, política y epistemologías feministas: Africa en Abya Yala, una serie de encuentros virtuales organizados por Rita Segato, del Instituto Rodolfo Kusch, en la Universidad Nacional de Jujuy. Poetas, académicas escritoras, ensayistas “y muchas hermanas más que caminan con nosotras este camino de saberes, espiritualidad y resistencia”, abordarán la situación actual de persecución hacia mujeres acusadas de brujería, “así como la realidad de las mujeres medicina, sanadoras, cuidadoras y defensoras del territorio. Una reflexión sobre el avance del fascismo en nuestros territorios”, coinciden.
A La Oso se la puede ver los sábados en Poncho Teatro, una obra a la que ya asistió la familia de Wanda Taddei, asesinada por el músico Eduardo Vázquez quien le prendió fuego durante una discusión. Escrita, dirigida e interpretada por Mariela Alejandra, cuenta el femicidio de su hermana Sandra, en los noventa, en Monte Chingolo, provincia de Buenos Aires.
LH/MF
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