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Sin anuncios ni medidas, Fernández y Larreta charlaron 15 minutos y mostraron preocupación

Rodríguez Larreta y Fernández hablaron 15 minutos por videoconferencia

Andrés Fidanza

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Sin anuncios posteriores, el encuentro fue el mensaje. O dicho con mayor precisión: la videollamada de 15 minutos de duración fue el gesto de preocupación que decidieron transmitir el presidente y el alcalde porteño. La telecomunicación empezó pasadas las 18 horas de la tarde. De un lado, Alberto Fernández en el área de huéspedes de la quinta de Olivos, aislado tras confirmarse que tiene Covid-19. Del otro lado, Horacio Rodríguez Larreta, conectados desde su casa. 

En concretísimo, no acordaron tomar nuevas medidas restrictivas. Pero el mero hecho de comunicarse funcionó como una advertencia velada sobre lo que se puede venir. La charla a la vez sirvió para amenizar el clima entre ambos dirigentes, tras el ruido político que metió la quita de la coparticipación por decreto y ley a la Ciudad. El último encuentro entre ambos había sido el 30 de diciembre del año pasado, cuando se empezaba a anticipar un rebrote de casos. Ahora, ante la confirmación de que la Argentina atraviesa una segunda ola, con cifras récord de infectos en la Capital y los países limítrofes en estado crítico, el presidente y el alcalde retomaron el diálogo. 

Ambos concluyeron que es necesario seguir analizando el día a día de la curva de enfermos. Además, profundizar la estrategia coordinada entre la Nación, la ciudad de Buenos Aires y la Provincia. No se esperaban decisiones radicales y no las hubo. A diferencia de encuentros previos, en los que los ánimos eran contrastantes entre los representantes de la Nación y la Capital, esta vez existía una coincidencia: no dar marcha atrás con las clases presenciales, ni cerrar la economía. 

Tanto Fernández como Rodríguez Larreta entienden (con una mezcla de resignación y pragmatismo) que no hay clima social, ni plafón económico para restricciones drásticas. Pero pese a ese diagnóstico, se mostraron preocupados por el subidón de contagios. La videollamada vía FaceTime, la app de llamadas de audio y vídeo desarrollada por Apple, fue una suerte de mensaje de alerta.

“Analizaron los datos epidemiológicos de la Ciudad y compartieron su preocupación por la evolución de los contagios de los últimos días en todo el país”, coincidieron desde ambas orillas políticas.

La charla tuvo otro objetivo: dar calma respecto a la salud presidencial. La reunión iba a ser presencial, este sábado a las 10 de la mañana, hasta que en la medianoche del viernes La Rosada difundiera que Fernández podía tener coronavirus. Horas más tarde, la noticia se confirmó. 

“Lo que me dicen mis médicos es que evidentemente la vacuna generó una cantidad de anticuerpos importantes para que yo en este momento no la esté pasando como una persona de 62 años que se contagia y en los primeros días expresa su dolencia”, destacó Fernández en AM750. La entrevista fue realizada a la mañana. Desde la Rosada revelaron que el presidente está bajo un monitoreo permanente y que su estado de salud será informado diariamente.

“Esto empieza en el AMBA y comienza a contaminar el resto del país. Lo que yo quisiera es que hagamos algo para frenar el contagio en este área. También sé que la sociedad tiene muchas dificultades para volver a un encierro. Ahora, cuando uno mira el mundo, eso es lo que está ocurriendo. Prácticamente toda Europa deja de funcionar a partir de las 18hs. Viendo esto me pareció oportuno volver a hablar con Áxel y con Horacio y quería que hiciéramos algo juntos. La primera vez salió bien”, remarcó Fernández, antes de la conversación con el alcalde porteño.

“Lo que sí creo es que tenemos que hacer algo, porque los datos dan cuenta que lo que está pasando no es bueno. Mi único objetivo es preservar la salud de los argentinos”, concluyó al respecto, en una suerte de deja vu del discurso presidencial de los primeros meses de la pandemia. 

Pese a tal afirmación, no surgieron anuncios tras la charla con Rodríguez Larreta. Intransigentes en no dar un paso atrás en la educación ni en lo económico, el gobierno porteño se aferra el margen que existe en el sistema de salud y se limitan a reforzar controles. “Que se cumplan las restricciones vigentes que evidentemente están relajadas”, explican cerca del jefe de Gobierno

En los 15 minutos de charla, Rodríguez Larreta aprovechó para colar un reclamo que la Ciudad sostiene desde que empezó la distribución de vacunas. ¿Cuál es la queja del alcalde, quien también se pescó el Covid-19 a principios de año? Revisar el criterio de reparto de dosis entre las provincias. La Capital quiere priorizar a las provincias con mayores personas que integren los grupos de riesgo (trabajadores de la salud y adultos mayores de 60 años), y que no sólo se apele al número de habitantes por distritos. El argumento se funda en que la Capital cuenta con una población envejecida respecto a las demás provincias. El diálogo continuará, al momento sin medidas concretas en agenda.

AF

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