Otros peronismos: la doctrina de Moreno, lo que Randazzo no dice, Saredi invisible y el nacionalista Cúneo
- ¿A qué votante le hablo? A los peronistas doctrinarios, a los que se sienten orgullosamente peronistas.
Es jueves, hay pronóstico de tormentas y peligra la caravana por el conurbano sur que Guillermo Moreno programó como cierre de campaña. Mientras espera que escampe, el candidato arriesga estimaciones sobre la elección, bromea con el margen de error de las encuestas y se divierte con sus spots, la mayoría de factura casera, con un dejo “capusotteano” en ese antiguo arte de cambiar las letras de canciones clásicos.
“Hay remeras muy lindas, que son furor, con la frase 'Al final, votaste un radical'. Eso entró: yo lo empecé a decir hace mucho y hoy lo escribió Pagni”, ríe al otro lado del teléfono. Se refiere al spot donde aparece Sandro con “La vida sigue igual” y un imitador canta sobre la imagen del Gitano. En el estribillo en vez de “al final la vida sigue igual”, suena “y al final votaste un radical”. Habla, claro, de Alberto Fernández, su blanco móvil preferido en este lío.
“Las PASO se pasan con los votos peronistas. Luego desplegamos las alas y discutimos con el conjunto de la sociedad. Y ahí empieza otra elección”, agrega Moreno, secretario de Comercio hasta 2013, enviado comercial en el Vaticano hasta 2015, ahora distanciado del dispositivo K. “Cristina, en términos políticos, está en un lugar espantoso: compró un proyecto que es la continuidad del de Macri”.
“Todavía no pasó lo peor, se viene una crisis que va a ser peor que la del 2001”, pronostica Moreno y sostiene que es el único que tiene un plan y un equipo de gobierno para hacerse cargo. “Somos la única alternativa a este esquema fracasado. ¿Qué equipo de gobierno tiene Cristina? ¿Kicillof? Naa. ¿Redrado? Está solo. Entonces: el Gobierno cambia y el peronismo se hace cargo”.
Moreno, siempre expansivo, es una de las ofertas peronistas que compiten por fuera y contra el Frente de Todos (FdT). No es la única: solo en la provincia de Buenos Aires, además de Moreno -que compite con el Partido Republicano Federal- están Florencio Randazzo con Vamos con Vos, Miguel Saredi con el Partido Federal y Santiago Cúneo, que compite con el Partido Popular. El menú panperonista se completa con el Partido Laborista, que lleva como candidata a Anabella Lentini, y el COPEBO, que comanda Julio Ledesma, sindicalista que estuvo ligado a Sergio Massa.
¿Cuánto es el voto panperonista? ¿Los 49% que los Fernández lograron en 2019? ¿En la provincia de Buenos Aires, los 52% de Axel Kicillof? Algunos, como Randazzo, van por la revancha del 2017, otros como Moreno apuesta a ser la sorpresa de la elección. Otros tienen, como desafío principal, sobrevivir a las PASO: es decir, lograr al menos el 1,5% de los votos para llegar a la general del 14 de noviembre.
El menú panperonista
Moreno, de todos modos, es el que reinvindica explícitamente su identidad peronista. Cúneo lo orbita. “Somos nacionalistas”, afirma a elDiarioAR. “El peronismo está identificado, pero el nacionalismo es más amplio, el nacionalismo es transversal, Hay sectores de izquierda que son también nacionalistas”. El periodista, que concentra su fuego sobre Alberto Fernández, cita a Juan Domingo Perón, aporta focos peronistas pero aparece, en sus definiciones, más cómodo con la derecha antisistema. “Nos fuimos de la república. Como decía Perón, no es cuestión de cambiar de collar sino de dejar de ser perro. Y acá se terminó la experiencia republicana, tenemos que ir hacia el modelo confederal, la confederación Argentina”.
Cúneo dice que esta elección es un proceso de instalación, habla de fraude por el “robo sistemático de boletas” y de las dificultades por el aumento de lugares de votación que dificulta la fiscalización. Es una medida que tomó la Justicia como parte del protocolo anti Covid-19 para reducir la concentración de votantes.
- ¿Quedó atrás su acercamiento con el kirchnerismo? Recuerdo su foto con Máximo Kirchner.
- El acercamiento, terminó, fue para terminar con el gobierno de Macri. Yo impulsé el juicio político de Macri. Y el acercamiento fue porque Cristina no tenía con qué (enfrentar a Macri) y sin Cristina no podíamos terminar con Macri. El dilema era comer sapos o tragar mierda. Ahora sabemos que los dos son la misma mierda.
Cúneo acumula desencantos. Antes, en 2015 coordinó la campaña Octavio Frigerio, el padre del luego ministro de Interior, que participó en la primaria de Cambiemos en San Miguel y coqueteó con ser la pata peronista del PRO. Esa aventura naufragó.
Florencio Randazzo, de larga historia en el peronismo, diputado provincial por el PJ y funcionario en la provincia de Buenos Aires y en la Nación de gobiernos peronistas, es una referencia clara en ese menú pero, sin embargo, casi no hace referencia a esa identidad. Es, de hecho, muy crítico de los Fernández y agita una agenda que, a simple vista, choca con algunos paradigmas peronistas: cuestionó al sindicalismo, pide reformas laborales y apunta a las organizaciones sociales.
Randazzo está claramente referenciado como peronista por lo tanto, dicen a su lado, no tiene que estar diciendo a cada rato que lo es. A su vez eso permite tratar de ampliar el espectro y apuntar a otros sectores. De hecho, convocó como segunda en su lista a Carolina Castro, la única mujer en la mesa chica de la Unión Industrial Argentina (UIA) que fue, además, funcionaria del gobierno de Mauricio Macri en el ministerio de Producción junto a Francisco Cabrera. Fue subsecretaria de Política y Gestión de la Pequeña y Mediana Empresa en el Ministerio de Producción.
Randazzo, exministro del Interior de Cristina Kirchner, tomó una postura que por momentos es más crítica del Gobierno que del macrismo. Eso supone una incógnita sobre en qué universo pesca adherentes, si su origen peronista se nutre de votantes desencantados que potencialmente irían al FdT o por su postura dura sobre los Fernández, se alimenta de votantes más cercanos a Juntos.
Federales y sindicales
Miguel Saredi, que encabeza la lista del Partido Federal escoltado por Gladis Cabezas, la hermana del fotógrafo asesinado en el verano de 1997, reivindica su identidad peronista, al igual que el candidato del partido en CABA, Julio Bárbaro.
“Tenemos un origen en el justicialismo pero ampliamos la base en estos años. Para nosotros, la grieta pasa entre lo nacional y lo antinacional. Apuntamos a peronistas desencantados, radicales de la línea nacional, liberales nacionales, gente de izquierda que tenga mirada nacional”, dice Saredi a elDiarioAR y amplia: “Apuntamos a consolidar una fuerza peronista pero sobre todo nacionalista, que defienda a Argentina, lo que expresa, a la provincia”.
- ¿Con qué expectativa llegan a la elección?
- Con la expectativa de hacernos escuchar. De hacer visibles a los millones de invisibles de la provincia. Los invisibles son los que los canales de noticias cubren cuando hay un hecho de sangre pero después vuelven a ser invisibles. Queremos dar testimonio de que esos millones de bonaerenses que son invisibles. Y a superar la PASO para llegar a la general.
Con menos despliegue hay otras listas que puede ubicarse en el espectro del panperonismo. La del Partido Laborista, que preside Martín Castillo, y compite solo en la provincia de Buenos Aires y de la Corriente del Pensamiento Bonaerense (COPEBO), ligada a Ledesma, gremialista de Comercio, de la CGT de La Matanza, enfrentado desde siempre con le PJ matancero y que estuvo en otro tiempo en el Frente Renovador de Massa.
PI
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