Abrazos, pogo y Panic Show para esperar a Milei
Ramiro Marra, legislador y ex candidato a jefe de Gobierno por La Libertad Avanza, cumple con el ritual de siempre: abalanzarse sobre la multitud y entregarse a su público. Se deja tocar hasta que los manotazos lo dejan exhausto. Entonces viene la custodia, le hace un corralito y se lo lleva. Pero eso sucede afuera del Hotel Libertador, el búnker y vivienda de Javier Milei, flamante Presidente de la Nación, y de su hermana, Karina. Es una réplica de lo que sucede en el primer piso, donde se juntan diputados y senadores electos, streamers, referentes del PRO, influencers. Hay abrazos, hay pogo. Hay varones que se agarran de la nuca y se felicitan en la cara. Todos esperan a su líder, que aguarda en una habitación del piso 21 a que lleguen Patricia Bullrich y Mauricio Macri. Los quiere con él en el escenario.
Antes de que Sergio Massa y buena parte de Unión por la Patria saliera a reconocer la derrota desde el Complejo C, acá, en el búnker, la euforia era medida. Hubo guiños, sonrisas. Marcela Pagano, diputada nacional electa en representación de la Provincia, prefería esperar los números de su territorio. Pedía calma, pero se mostraba exultante. Otro referente repetía “paliza”: una palabra que instaló LLA en redes sociales durante la campaña. Alguien habló de Córdoba, la última provincia que Milei pisó como candidato: “Córdoba es nuestra”. También se habló de Mendoza: “Mendoza es la sorpresa”.
El catering -medialunitas rellenitas, facturitas, sanguchitos- se agotaba apenas lo reponían. Los streamers Mariano Pérez y Tomás Jurado -conocido en el mundo virtual como “El Peluca de Milei”- clavaron el trípode en un pasillo, al lado de una escalera. Fue la alfombra roja de Break Point, el canal de streaming mileísta. Por ahí pasaron Fernando Cerimedo, asesor de campaña, Iñaki Gutierrez y Eugenia Rolón, CM de La Libertad Avanza, e Iván Dubois, otro dirigente milieísta. No se dejó ver Carlos Kikuchi, armador nacional caído en desgracia.
Hasta que alguien gritó “habla Massa” y entonces todos se voltearon a los televisores y a sus teléfonos. Cuando el ministro de Economía reconoció la derrota se abrió el dique de la euforia: Santiago Oría, abogado y documentalista personal de Milei, agitó en el aire la cámara que siempre lleva en la mano. Agustín Romo, diputado bonaerense elegido en las generales, se metió en un pogo suave. Se sumaron los streamers Mariano Pérez y Tomás Jurado.
Mientras tanto, por una puerta lateral del Hotel Libertador llegaban los referentes del PRO. Fernando Iglesias ya llegó. También Lombardi y Luis Petri, Cristian Ritondo y Pindo. Faltan los que dieron el apoyo público inmediatamente después de las Generales: Patricia Bullrich y Mauricio Macri. Suena Panic Show.
VDM/DTC
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