El Gobierno ya busca negociar en el Senado el apoyo de los gobernadores para frenar al aumento jubilatorio

“Vamos a hablar con los senadores y esperemos que lo entiendan o nos digan de dónde sacamos los fondos ¿o quieren que aumentemos los impuestos?”. Apenas horas después de la media sanción en la Cámara de Diputados del aumento para los jubilados y la declaración de emergencia en discapacidad, Guillermo Francos explicitó la nueva estrategia que ensayará el Gobierno para evitar que la oposición consiga la sanción definitiva en el Senado. La última carta es el veto presidencial, que Javier Milei ya ratificó sin temor al costo político en medio de un año electoral.

La votación en la Cámara alta aún no tiene fecha, pero los bloques que impulsaron el avance ayer buscarán acelerar para no perder el envión. El clima social apremia, porque en el medio está la negociación por las listas que puede embarrar todo: en julio y agosto se definen los candidatos para las elecciones legislativas bonaerenses (son el 7 de septiembre) y nacionales (el 26 de octubre).

El derrotero parlamentario de los proyectos de aumento y bono para los jubilados, más la moratoria previsional, y la ayuda en discapacidad, contempla primero un tratamiento en comisiones específicas –podrían ser las de Legislación General, Presupuesto y Hacienda, Trabajo y Previsión Social, y Salud– y recién luego la votación en el pleno. La llave para abrir el recinto la tiene Victoria Villarruel, que atraviesa la etapa más fría de su relación con la Casa Rosada.

Francos dijo en radio Mitre que hablará con los senadores, pero entre líneas se refirió a los gobernadores. Es la misma estrategia de siempre del Gobierno: acordar con los mandatarios provinciales dialoguistas que tienen bancas propias en el Senado –tanto radicales como peronistas no-kirchneristas– a cambio de promesas de fondos u obras. Justamente ayer varios se “rebelaron” a partir de un temario con mucha carga social del que no podían hacerse los distraídos. Los caciques también se juegan su territorio en este año electoral.

“Imagino que, desde la Rosada, van a ir por los gobernadores. Después vendrá el cuerpo a cuerpo con los senadores”, dijeron en un despacho de La Libertad Avanza esta mañana. La bancada oficialista la comanda el jujeño Ezequiel Atauche, que no estaba estar horas en Buenos Aires, aunque él funciona más como un alfil: el teléfono rojo con las provincias está conectado en Balcarce 50 y lo manejan entre Francos, Karina Milei, Lule Menem y, eventualmente, Santiago Caputo.

Al Gobierno le dolió la mayoría que consiguió la oposición anoche: con 142 votos a favor y 67 en contra, se aprobó la media sanción de un incremento del 7,2% de todas las jubilaciones y un aumento del bono, que pasaría a ser de $110.000. Para el oficialismo hubo dos sorpresas: el avance de la moratoria y que sus condicionales del PRO se abstuvieron para evitar el costo político.

Francos deberá llamar al menos a tres gobernadores peronistas: el cordobés Martín Llaryora, el catamarqueño Raúl Jalil y el santiagueño Gerardo Zamora. Son los que le dieron la venia a sus diputados para que se sienten en sus bancas ayer al mediodía y habilitaran el quórum. Giraron con respecto a dos semanas atrás, cuando aportaron al vacío de la sesión que tenía un temario similar, más dos puntos incómodos para el Gobierno: la comisión investigadora del caso $LIBRA y la composición de la Auditoría General de la Nación, órgano que revisa las cuentas públicas.

El jefe de Gabinete también tendrá que aceitar el vínculo con el chubutense Nacho Torres, pintado de amarillo, porque ayer un diputado de su provincia se abstuvo a la hora de votar. Sí votó en contra, como el oficialismo, un legislador que responde al entrerriano Rogelio Frigerio, también del PRO pero alineado con Milei.

Un llamado de atención para el Gobierno es que también hicieron juego propio los diputados del bloque Innovación que responden a Gustavo Sáenz (Salta), Alberto Weretilneck (Río Negro) y Hugo Passalacqua (Misiones, donde capitanea Carlos Rovira). Muchos de ese grupo se ausentaron, pero otros votaron a favor de los jubilados, como la salteña Pamela Calletti, jefa del bloque.

Así el Gobierno tiene la difícil tarea de convencer a distintos senadores. Por ejemplo, la cordobesa Alejandra Vigo es la esposa de Juan Schiaretti, quien está armando un espacio opositor de centro contrario al Gobierno. Los de Misiones Carlos Arce y Sonia Rojas Decut ya mostraron ser aceitosos con el giro en ficha limpia. La rionegrina Mónica Esther Silva es ficha de su gobernador y los de Santa Cruz –José María Carambia y Natalia Elena Gadano– y Chubut –Edith Elizabeth Terenzi– puede jugar al fleje.

El oficialismo podría tener el apoyo parcial del PRO y la UCR, por las divisiones internas. No es lo mismo la larretista Guadalupe Tagliaferri (CABA) que el macrista Alfredo de Angeli (Entre Ríos). Y también en el radicalismo hay divisiones: ayer mismo Francos se mostró con el gobernador de Corrientes, el radical Gustavo Valdés, junto al senador Eduardo Vischi, jefe de la bancada, pero enfrentado internamente a Martín Lousteau.

La estrategia del oficialismo es temeraria por tocar cables sensibles socialmente, como son los jubilados y discapacitados, sin tener en cuenta que anoche de madrugada vació el tratamiento de una declaración de emergencia en favor del hospital Garrahan o el financiamiento a las universidades, así como sus diputados rechazaron otorgar ayuda para la reconstrucción de Bahía Blanca por las inundaciones. “El juego es dejar al Gobierno de tener que vetar la ley y mostrarse ante los ojos de la opinión pública como insensible”, reconoció Francos esta mañana. “Crueles son los que llevaron al país a esta situación, no los que tratan de remediarlo”, contraatacó. Y reafirmó que “El equilibrio fiscal no es negociable”.

El diputado por la Coalición Cívica Maximiliano Ferraro le apuntó a Milei de dónde se financiaría el aumento jubilatorio, para contrarrestar la narrativa de ajuste permanente: apuntó que la recomposición de los haberes jubilatorios solo implica el 0,6% del PBI y que se puede echar mano a la exención del IVA para directores de empresas, los beneficios en Ganancias para Sociedades de Garantía Recíproca (SGR), las tasas y aranceles que se quedan entes cooperadores como los Registros Automotor o de la Propiedad, los ahorro de intereses del FMI, un fondo anticíclico (Jurisdicción 91, Programa 99) que no se toca y la redirección de los gastos reservados de la SIDE.

Hoy el Gobierno jugó una carta “institucional” para reforzar su estrategia: oficializó el pomposo Consejo de Mayo encabezado por Francos con integración de gobernadores y legisladores. Designó a dedo al gobernador de Mendoza, el radical Alfredo Cornejo, muy alineado con las ideas libertarias, y le otorgó la silla como representante del Senado a Carolina Losada (Santa Fe), también fiel seguidora de Milei pese a militar en la UCR, y como representante de Diputados al amarillo Cristian Ritondo, que ayer votó rechazó el aumento jubilatorio y la ayuda para discapacitados.

MC