Expectativa y resignación en el PRO: la trastienda de la elección que definirá el futuro de los Macri

El nerviosismo, la expectativa y la resignación de que el resultado cimentaría el futuro del PRO como partido político, sintetizado en una sola imagen: un cartel amarillo, con forma de corazón, con una cuenta regresiva que dice “Faltan 0 horas para la elección”. Ubicado en la entrada del nuevo búnker amarillo, el mensaje era lo primero que los dirigentes del PRO veían cuando ingresaban. El final de un recorrido cuyas consecuencias definirán la gobernabilidad de Jorge Macri y el perfil del partido de Mauricio Macri a partir del lunes.
Los dirigentes comenzaron a llegar al búnker, ubicado en el centro porteño, a apenas unas tres cuadras de Casa Rosada, a partir de las 18. La candidata, Silvia Lospennato, fue una de las principales en ingresar. Le siguieron el expresidente, el jefe de Gobierno, la vicejefa Clara Muzzio, y la jefa de campaña, María Eugenia Vidal. Se acercó, incluso, Gabriela Michetti, la exvice de Macri y desaparecida de la escena pública desde que abandonó la Casa Rosada.
Ninguno hizo declaraciones. Solo Vidal habló pasadas las 18.30 para pedir paciencia y advertir de la baja participación de la elección, que no llegaba al 60%. “Ya tuvimos una lección muy intensa, esperemos con tranquilidad el resultado”, deslizó Vidal, quien había participado, temprano en la mañana, de la conferencia de prensa del PRO en Café Tortoni en la que habían denunciado la viralización de un video fake realizado con inteligencia artificial en el que aparecía un Macri falso anunciando que Lospennato bajaba su candidatura y que había que votar por Adorni.
“Cosa de loquitos, cosa de loquitos”, denunció, entonces, el expresidente. El PRO estaba en estado de ebullición, sin embargo. Realizaron una denuncia en la Justicia y hay expectativa de que, de acá a las elecciones nacionales de octubre, haya una sanción contra La Libertad Avanza. “Demuestra que están nerviosos”, mascullaban en el búnker amarillo.

Bajas expectativas y espíritu zen
El clima en el búnker de campaña de la calle Balcarce era una mezcla pegajosa de resignación y entusiasmo. El PRO no esconde que la supervivencia política del partido depende del resultado, que se conocerá esta tarde-noche de domingo. Pero las expectativas no son tan altas.
Si la lista que encabeza Silvia Lospennato llega a los 20 puntos y Leandro Santoro sale primero, el PRO festejará. Así lo admitían los mismos dirigentes que, hace 10 años, habían visto sacar casi 50 puntos a Macri en su última elección a jefe de Gobierno porteño. “Lo de hoy es un piso. Fuimos solos, del otro lado estuvo Larreta, que nos hizo mucho daño. Hoy solo será un piso a partir del cual vamos a poder construir mañana”, reflexionaba un dirigente amarillo, en modo zen.
Pese al clima de velorio, el equipo de campaña manejaba dos variables optimistas. La primera era el elevado nivel de ausentismo, que se acerca a casi el 40%. En el PRO sospechan que una baja en el porcentaje de participación perjudicará a la lista libertaria y, por esas horas, el bullrichismo, que por primera vez no compartirá búnker con el resto del PRO, temía el mismo resultado.
La segunda variable es el clima. “Si seguía lloviendo hoy hubiera sido una catástrofe”, reconocían en la escudería amarrilla, que cuentan que una base importante de sus votantes son de la tercera edad. Las inundaciones, los cortes de luz y la dificultad para movilizarse en la Ciudad durante el sábado, debido al temporal, habían despertado las alarmas en el PRO. “Se nos resbalan las viejas”, recitaban, irónicos, aludiendo a la frase de Patricia Bullrich en la elección presidencial de 2023.
En las afueras de la sede de Balcarce, el espacio reservado para la militancia estaba casi vacío. El escenario estaba preparado para un festejo, pero los rumores entusiastas que llegaban de los espacios de Horacio Rodríguez Larreta y Manuel Adorni pavimentaban un final más bien trágico.
MC/MC
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