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La motosierra de Milei en ciencia

Crece el rechazo a la decisión del Gobierno de anular el financiamiento de proyectos de investigación

Paro en el Conicet
9 de diciembre de 2025 14:42 h

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El sistema científico argentino entró en una fase de alarma abierta. La decisión del Directorio de la Agencia I+D+i de anular las convocatorias PICT 2022 —ya adjudicadas— y cerrar la convocatoria 2023 consolidó un escenario que investigadores venían advirtiendo desde hace meses: el recorte presupuestario sobre el sector ya no es coyuntural, sino estructural.

La red de investigadores RAYCIT (Red Argentina de Ciencia, Innovación y Tecnología) difundió un comunicado contundente en el que denuncia que la eliminación de estas líneas de financiamiento implica que la Argentina se convierte en el único país de todo el continente americano que no invierte fondos públicos en ciencia básica. El documento señala que el jueves pasado, 4 de diciembre de 2025, “quedará tristemente en la historia como una fecha clave para el desmantelamiento del sistema científico argentino”.

Según RAYCIT, la Agencia I+D+i llevaba dos años sin ejecutar fondos para nuevos proyectos, lo que provocó la paralización de líneas completas de investigación. La decisión de anular los PICT 2022 —proyectos ya evaluados y aprobados— constituye para la red un hecho “aberrante” e “inédito incluso en contextos de crisis económica profunda”.

El comunicado responsabiliza directamente a la presidenta de la Agencia, Natalia Avendaño, y a los directores Luis Martín Gómez de Liguori y Verónica Vaccalluzzo, a quienes acusa de llevar adelante un proceso de “cientificidio”: la destrucción deliberada de las capacidades científicas del país.

La preocupación creció aún más tras el anuncio de nuevas convocatorias orientadas únicamente a proyectos con empresas privadas y firmas de base tecnológica. Para RAYCIT, se trata de líneas de escaso monto y sin impacto real, que “disfrazan el recorte y el ataque a la ciencia con el argumento ficticio de financiar ciencia aplicada”.

El comunicado —en línea con lo publicado en las últimas semanas por medios especializados— subraya que ningún país del continente ha eliminado por completo la inversión estatal en investigación científica, ni siquiera aquellos atravesados por crisis políticas o económicas profundas. Con este ajuste, Argentina queda aislada en el mapa científico regional y expone a su sistema de innovación a un riesgo estructural: la ruptura del ciclo que vincula investigación básica, desarrollo tecnológico y transferencia a la sociedad.

RAYCIT remarca que no existe ciencia aplicada sin ciencia básica, del mismo modo que no existe formación universitaria sin educación primaria y secundaria. Ejemplos argentinos —reactores nucleares, el trigo resistente a la sequía, o los métodos de medición de pobreza— muestran que los avances tecnológicos dependen de décadas de investigación previa, muchas veces sin un resultado inmediato.

“La decisión del Gobierno destruye un proceso complejo y virtuoso del desarrollo científico y tecnológico”, sostiene el documento, que llama a defender la tradición científica argentina como un bien público. “Está en nosotros sostener y luchar por una ciencia que genere desarrollo, inclusión y un futuro posible”.

Este martes se sumaron también otras entidades. La Asociación Argentina de Investigadores en Historia (AsAIH) advierte que la cancelación de las herramientas de financiamiento por parte de la Agencia I+D+i profundiza el desmantelamiento sistemático de la ciencia argentina, con un impacto especialmente grave en humanidades y ciencias sociales. Sostiene que la medida acelera la disgregación de equipos y compromete la relación entre producción científica, políticas públicas y vida democrática: “Esta decisión constituye un nuevo y dramático capítulo del sistemático desmantelamiento de las tradiciones y capacidades científicas argentinas iniciado en 2023.”

Por su lado, el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) denuncia que la anulación de los PICT 2022, el cierre de los PICT 2023 y la imposición de un nuevo modelo de convocatoria generan un quiebre abrupto en la continuidad de la investigación universitaria, dejando al sistema científico sin un soporte federal, estable y previsible. Advierte que el país queda sin su principal herramienta de financiamiento competitivo y que esto pone en riesgo áreas estratégicas, equipos, instituciones y el futuro mismo de la ciencia pública: “Estas medidas interrumpen abruptamente la continuidad de numerosas líneas de investigación y comprometen la subsistencia de equipos consolidados en universidades de todo el país y el futuro de la ciencia nacional.”

MC

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