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ENTREVISTA

Santiago Cafiero: “Argentina no está dispuesta a hacer ajustes e ir para atrás”

El canciller de Argentina, Santiago Cafiero

Ayelén Oliva

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Las elecciones de septiembre marcaron un cambio en el Gobierno argentino. Después de la derrota del peronismo y una andanada de acusaciones sobre los motivos, Santiago Cafiero, hombre de confianza del presidente Alberto Fernández, proveniente de una familia de larga tradición política en Argentina, dejó la jefatura del gabinete de ministros para ocupar el puesto de canciller.

Desde el piso 13 del Ministerio de Relaciones Exteriores, Cafiero habla con elDiario.es en su primera entrevista para un medio extranjero sobre el vínculo con China, las relaciones con Estados Unidos, la presidencia argentina ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, la situación en Nicaragua y el intento de acordar condiciones para el pago de la deuda.

“Tenemos que trabajar en un nuevo programa con el Fondo Monetario Internacional, eso implica conseguir un acuerdo que no interrumpa el crecimiento económico que estamos teniendo”, dice.

Desde mediados del año pasado, Argentina negocia las condiciones para refinanciar el préstamo más grande de la historia del FMI por 57.000 millones de dólares, asignado al país durante el último tramo de la presidencia de Mauricio Macri, de los cuales el organismo desembolsó 44.000 millones de dólares.

Un equipo de técnicos del FMI se reunieron la semana pasada en Nueva York con funcionarios del Gobierno argentino. ¿Está cerca Argentina alcanzar un acuerdo?

Para nosotros es fundamental que cualquier tipo de acuerdo al que se llegue tenga presente que Argentina no puede ir para atrás. Argentina no está dispuesta a hacer ajustes que sean regresivos para la calidad de vida de sus habitantes. Eso no es posible. Lo que necesitamos es tiempo para pagar. Este es un pueblo trabajador, que se pone metas ambiciosas y está creciendo en sus exportaciones, en el empleo industrial, estamos recuperando mucho del tiempo perdido, no solo de la pandemia sino también de los cuatro años del gobierno anterior. 

¿Qué sería un buen acuerdo para Argentina?

Tenemos que trabajar en nuevo programa con el Fondo Monetario Internacional, eso implica conseguir un acuerdo que no interrumpa el crecimiento económico que estamos teniendo ahora, que no interrumpa el desarrollo económico de nuestro país, tener un acuerdo que no sea un cepo al desarrollo, eso es lo fundamental. 

Hace dos años que el Gobierno argentino está negociando, ¿cree que pasó demasiado tiempo?

Están los que dicen que tiene que ser más rápido, nosotros decimos que rápido hubiera sido olvidarse de ese desafío que tenemos. Hoy Argentina está creciendo al 10%, está aumentando sus exportaciones, está generando empleo industrial, está volviendo a una senda de desarrollo. Interrumpir eso con una mala negociación de la deuda sería un gran problema para nuestro país.  

En las últimas semanas Argentina ha firmado acuerdos de cooperación en la industria de la defensa y energía nuclear con China. ¿Cómo ve la relación con ese país? 

Nosotros tenemos una relación diplomática estratégica con China. Hemos fijado un plan de inversiones donde China viene llevando adelante planes de infraestructura, transporte y energía. En todo ese paquete, nosotros estamos próximos a volver a suscribir proyectos prioritarios con China. En febrero del año que viene vamos a estar cumpliendo 50 años de relaciones bilaterales con China. Es un buen momento para pensar cómo queremos continuar potenciando esa relación.

¿Piensa que la cercanía con China puede perjudicar el vínculo con Estados Unidos en medio de las negociaciones por la deuda?

Argentina tiene vínculos con Estados Unidos y también con Europa, con China, con Rusia, con Vietnam. Desde el punto de vista comercial nosotros tenemos una política totalmente pragmática donde lo que buscamos es seguir ampliando mercados. El desafío que tenemos es abrir más mercados para generar mayores posibilidades de exportación y de generación de empleo e inversión en Argentina. Nosotros no tenemos ningún tipo de prejuicio, ya lo hemos demostrado con la compra de vacunas, cuando defendemos los intereses de los Argentinos los defendemos sin enclave ideológico y sin soportar presiones de nadie. 

El presidente argentino se reunió con una delegación de empresarios rusos. ¿Habrá encuentro entre Vladimir Putin y Alberto Fernández?

Si la pandemia lo permite, sí. No en lo inmediato. 

Estados Unidos denuncia que Rusia planea una inminente invasión de Ucrania. ¿Argentina tiene una posición sobre este tema? 

No, nosotros no estamos con eso. No somos miembro de la OTAN. Argentina siempre pone encima de la mesa su preocupación por los derechos humanos y eso lo vamos a seguir sosteniendo. 

Argentina presidirá el consejo de derechos humanos de la ONU por primera vez en su historia, ¿por qué ahora?

El hecho de que Argentina presida el consejo es un reconocimiento a todo el trabajo que han hecho los organismos de derechos humanos durante años. El desafío es ahora seguir trabajando por los derechos humanos en todo el mundo. Hay un reconocimiento no solo hacia Argentina sino en el testimonio que podemos dar en el exterior con nuestro caso.

La referencia inmediata es el trabajo de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, ¿qué piensa sobre otros tipos de violaciones a los derechos humanos como aquellas vinculadas a temas de género y pueblos originarios? ¿Habrá lugar para estos temas?

También Argentina puede dar testimonio. Hemos siempre trabajado puertas adentro con estos temas, tenemos recorrido, tenemos práctica para poder aportar en la resolución de conflictos que existen en el resto del mundo. Lo importante de que se haya elegido a Argentina tiene que ver con que este país no solo tiene testimonio de su historia sino también en su presente. 

Teniendo en cuenta la cercanía política entre Alberto Fernández y Pedro Sánchez, ¿cómo ve la relación con España?

La visita de Pedro Sánchez a principio de este año a Argentina se dio en el marco de un acuerdo estratégico de proyectos de inversión españoles y de intercambio de tecnología que Argentina tiene en el marco de la economía del conocimiento. Por supuesto, el hecho de que exista una relación política de mayor cercanía entre ambos presidentes facilita el encuentro.

Argentina debate el vínculo entre el Mercosur y la Unión Europea desde hace años. En el plano bilateral, ¿cómo ve las relaciones entre Argentina y el resto de los países europeos?

Estamos muy bien. Hemos conseguido la inversión de capitales alemanes en la represa Chihuido, destrabar eso es una inversión de 2.200 millones de dólares para hacer la hidroeléctrica. También logramos una inversión de capitales francés y chinos para el litio y en la COP 26 la inversión para hidrógeno verde de una empresa australiana. En ese sentido, hay una gran atracción de parte de la Argentina a capitales extranjeros y eso es muy positivo.

Pasando a América Latina, ¿cómo está la relación entre Argentina y Nicaragua?

Hemos recuperado la relación diplomática. Ya nuestro embajador está allá. El embajador de Nicaragua está aquí. Ese es un buen paso para que no se pierda el diálogo sobre todo porque Nicaragua ha planteado que se retira de la OEA, Argentina tiene interés en continuar con la relación porque tenemos argentinos viviendo en Nicaragua, porque hay empresas argentinas con inversiones en Nicaragua y porque tenemos que continuar con un diálogo diplomático. 

Argentina se abstuvo de votar una resolución de la Organización de Estados Americanos (OEA) donde sostenía que Nicaragua no cumple la Carta Democrática del organismo. ¿Por qué?

Nosotros lo que solicitamos es más tiempo, más análisis, se apresuró la decisión por eso Argentina decidió abstenerse. 

¿Por qué eligen abstenerse en lugar de votar?

Nosotros tenemos dos pilares históricos en política exterior. Por un lado, el de no injerencia, que está reflejado en la carta de Organizaciones de Estados Americanos, esto es que los Estado resuelva sus problemas con los mejores sistemas que su pueblos demanden. Por otro lado, el respeto a los derechos humanos, cuando hay violación a los derechos humanos, esto está por encima del otro porque es un bien superior para nosotros.

¿Existe una coordinación con México para la abstención?

México tiene una posición similar. Incluso lo tiene en su Constitución. Es evidente que México iba a abstenerse pero no hubo una coordinación. La postura de Argentina es siempre autónoma. 

¿Cómo vieron las elecciones regionales en Venezuela?

Hubo un trabajo de observación internacional, Argentina no tuvo una participación específica pero debemos reconocer que la oposición pudo participar así que ese proceso de las elecciones en Venezuela lo vemos como un avance importante. 

¿Hubo algún tipo de diálogo con los observadores de la Unión Europea?

De parte nuestra, no.

Usted publicó un artículo con el canciller chileno, Andrés Allamand, después de las declaraciones sobre el candidato a presidente en Chile, José Antonio Kast, que hizo el embajador argentino en ese país. ¿Fue un intento de arreglar las cosas?

No, para nada. Fue justamente para bajar la tensión que existía en la órbita más periodística. La relación entre ambos pueblos es muy buena y viene creciendo cada vez más, empezamos a enviar nuevamente gas a chile como parte de una integración de infraestructura energética. Tenemos desafíos para resolver pero tenemos también un diálogo abierto y canales institucionales que están funcionando correctamente.

¿El embajador argentino en Chile y excanciller, Rafael Bielsa, habló sin medir el costo que eso tenía para Argentina?

Le hicieron una consulta en una radio argentina sobre el resultado electoral, sobre los candidatos y él dio su descripción pero como él mismo dijo fue a título personal.

¿Y usted qué lectura hace de las elecciones en Chile?

Nosotros vamos a trabajar con el próximo presidente que elijan los chilenos. 

Estuvo Lula en Buenos Aires. Una semana después, Argentina participará en la reunión del Mercosur con Jair Bolsonaro. ¿Puede traerle algún problema a Argentina en el vínculo con el actual Gobierno de Brasil?

No, para nada. Nosotros vemos que la relación comercial con Brasil sigue creciendo, hemos tenido entendimientos con Itamaraty [Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil] con respecto al Mercosur, a la relación bilateral. Independiente de a quién le toque estar gobernando, la hermandad entre Argentina y Brasil es mucho más importante. En ese sentido, en la cumbre del Mercosur, que lamentablemente la haremos virtual producto de las nuevas variantes del COVID-19, vamos avanzar en toda la agenda de trabajo con Brasil.

De todo modos, viene bastante encendido el ambiente en el Mercosur...

No lo llamaría así. Nadie oculta que hay miradas distintas sobre nuestros países y sobre el rumbo económico pero la integración es la herramienta para resolver esas diferencias. Esas diferencias se resuelven con más integración, con más Mercosur, no con menos. 

En materia de integración, estamos cada vez más divididos en América Latina. ¿Piensa que es difícil cooperar en un momentos donde no hay tendencias políticas regionales claras ni hacia la izquierda ni hacia la derecha?

Pienso que México hizo un muy buen trabajo en Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac). México reposicionó ese ámbito, un ámbito diverso, que no excluye a nadie.

Pero Brasil, el país más grande de Latinoamérica, no participa…

Porque no quieren ellos, pero no se excluye a nadie. El trabajo que hizo México ha sido muy importante. La Argentina se ofreció a continuar con ese trabajo por un año. Estamos con expectativas sobre continuar con la tarea que empezó México, crear un ámbito de debate latinoamericano sin exclusiones. 

¿Cómo analiza la visita del expresidente brasileño Lula a Buenos Aires?

Me parece muy positivo que el expresidente nos visite en el marco del día de la democracia, de los derechos humanos, con su testimonio personal. Lula es demócrata de ley y alguien que también pasó por un encarcelamiento injusto, un tema que quedó demostrado por la revisión que hizo la justicia brasileña. Para nosotros es un testimonio importante, los argentinos lo queremos mucho a Lula, tenemos un gran respeto por él y él tiene un testimonio muy valioso para nosotros en un año en que la Argentina cumple 38 años desde la recuperación democrática. 

¿Se imagina una vuelta de Lula en Brasil con Alberto Fernández como presidente de Argentina?

Eso lo tienen que definir los brasileños, nosotros no. Nosotros queremos que a Brasil le vaya bien. Si a Brasil le va bien, a Argentina le va a ir bien en términos económicos y de integración, eso es fundamental.

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