A tres años del intento de asesinato a Cristina Kirchner, el aniversario estará marcado por actos, marchas y reclamos judiciales

Hace tres años, exactamente, el país entero se estremeció: la entonces vicepresidenta del ya disuelto Frente de Todos, Cristina Fernández de Kirchner, sonreía mientras saludaba a la militancia en la puerta de su casa de Recoleta cuando, entre las cabezas de la multitud, apareció una mano con un revólver. El gatillo se apretó a centímetros de su sien, pero la bala no salió. ¿Una torpeza? ¿Un milagro? Como sea, aquella noche se quebró para siempre la certeza de que la democracia, que estaba a sólo tres meses de cumplir 40 años ininterrumpidos desde la última dictadura militar, había quedado a salvo de la violencia extrema.
Hoy, en un nuevo aniversario de aquel intento de magnicidio, la militancia kirchnerista organizó una serie de actividades para recordar el episodio y reclamar justicia. El cronograma incluye charlas, caravanas y presentaciones de libros en CABA y Entre Ríos.
Actos en CABA y Entre Ríos
A las 18, en el Instituto Patria (Rodríguez Peña 80), se desarrollará la charla “La bala que no salió, el fallo que sí saldrá”, con la participación del exsecretario de Justicia del kirchnerismo Juan Martín Mena, la cantante de folklore y exministra de Cultura Teresa Parodi, el exsecretario de Legal y Técnica y hombre muy cercano a la dos veces expresidenta, Carlos Zannini, y la periodista especializada en temas judiciales Irina Hauser.
En paralelo, también a las 18, las Juventudes con Cristina convocarán al PJ porteño (San José 181) para luego marchar en caravana hasta San José 1111.
Más tarde, a las 19, en el salón de los Empleados de Comercio de Gualeguay (Rivadavia 181), se presentará el libro Objetivo Cristina, con la exposición del abogado de la expresidenta Juan Manuel Ubeira y el diputado nacional Eduardo Valdés (Unión por la Patria). La actividad será coordinada por la diputada del mismo espacio Carolina Gaillard y la dirigente del peronismo entrerriano Paola Rubattino.
El juicio y los “comportamientos de mafia”
Mientras tanto, en los tribunales federales de Comodoro Py, el proceso judicial avanza hacia su desenlace. La semana próxima comenzarán los alegatos de las defensas, el último tramo antes de que el tribunal dicte sentencia.
La fiscalía ya pidió 15 años de prisión para Fernando Sabag Montiel —quien gatilló el arma— y 14 años para su expareja y cómplice, Brenda Uliarte. Ambos siguen detenidos. En cambio, Nicolás Carrizo, señalado como “el jefe de la banda de los copitos”, fue liberado luego de que tanto la querella de la expresidenta como la fiscalía solicitaran su absolución.

Mientras tanto, La Cámpora vinculó el intento de asesinato con el gobierno de Javier Milei: la intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza, dijo en Twitter (X): “A 3 años del intento de asesinato a Cristina, quien cada vez que la Justicia la llamó estuvo a derecho, el gobierno de Milei hace saber que no va a colaborar con el esclarecimiento de las denuncias por coimas a Karina Milei y, con eso, demuestra que algo tienen que ocultar. Si no, mostrarían todo. Borran celulares, demoran allanamientos, intentan fugarse y ahora esto. Comportamientos de mafia”, escribió.
Mendoza fue más allá y cargó contra el Poder Judicial por su inacción frente al ataque a la exmandataria. “La ‘Justicia’ que no hizo lo que tenía que hacer para castigar el odio que se descargó primero contra Cristina y hoy contra jubilados, personas con discapacidad y contra todos los argentinos en general, deja pasar un caso evidente de coimas y permite que el presidente insulte a niños con autismo. Protegen al presidente que ayudaron a construir en vez de cuidar a los argentinos y las argentinas”, señaló.
Por su parte, el diputado Máximo Kirchner recordó el intento de magnicidio contra la dos veces presidenta Cristina Fernández de Kirchner, en las vísperas de un nuevo aniversario, con una foto de la exmandataria junto al fundador de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, Carlos Alberto Solari, conocido artísticamente como Indio Solari.
A través de su cuenta de X, el legislador peronista llamó a votar a Fuerza Patria el próximo domingo 7 de septiembre, en el marco de las elecciones bonaerenses, “como si Ella estuviera en la lista”.

El intento de magnicidio contra Cristina Fernández de Kirchner fue, sin dudas, el hecho de violencia política más grave desde el retorno de la democracia en 1983. Que un arma se gatillara a centímetros de la cabeza de una expresidenta y no saliera la bala expuso crudamente la fragilidad del sistema democrático frente a los discursos de odio, que ya venían en ascenso.
El proceso judicial que se sigue hoy contra Sabag Montiel y Brenda Uliarte, acusados como autores materiales, dejó zonas oscuras. Hubo dificultades para esclarecer posibles conexiones políticas o financiamiento, fallas en la custodia de pruebas (como la eliminación de datos de celulares) y un clima de sospecha sobre si hubo encubrimientos. La liberación de Nicolás Carrizo —señalado durante casi tres años como “el jefe de los copitos”—, a pedido de la propia querella y la fiscalía, expuso también lo endeble de algunas acusaciones.
El atentado se inscribe en un contexto de creciente polarización, de proliferación de discursos extremistas en redes y de legitimación del insulto como estrategia política. El propio Milei, entonces diputado y hoy presidente, construyó parte de su capital político en esa época con expresiones que dinamitaron los límites del debate público. La falta de un repudio unánime y transversal tras el atentado mostró que una parte del sistema político y mediático prefirió relativizar el hecho antes que asumir que la democracia había quedado en riesgo real.
Hoy, a tres años, el episodio sigue proyectando sombras: por un lado, porque todavía no hay condena firme; por otro, porque la violencia verbal en el espacio público no hizo más que intensificarse. Y en un país atravesado por crisis económicas recurrentes, la combinación de frustración social, polarización política y discursos de odio configura un terreno peligroso en el que hechos como aquel podrían volver a encontrar combustible.
JJD
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