Montevideo con agua salada
Uruguay vive escenas distópicas, con aumento exponencial de las ventas de agua embotellada, protestas y advertencias sanitarias por la calidad del agua -con altos niveles de sal- que distribuye la empresa estatal Obras Sanitarias del Estado (OSE).
Por las calles del centro, una de las imágenes más repetidas es la de gente caminando con bidones mientras continúa la restricción de un máximo de dos botellas de 6 litros por persona en cada compra.
La intensa sequía está agotando las reservas de agua dulce de la represa principal en el río Santa Lucía, de donde se nutre la capital y su zona metropolitana, donde vive más de la mitad de la población del país.
El gobierno bombea agua del Río de la Plata en las represas, pero ese agua tiene un alto índice salínico. Además de las escasas lluvias, los expertos señalan otras causas para la falta de agua. Más de la mitad de la población no tiene acceso a agua potable en la canilla.
Ese aumento de la salinidad del agua ha generado advertencias del Ministerio de Salud Pública y de los médicos especializados. Salud Pública recomendó a “aquellos que tengan hipertensión, en caso de ser posible, consumir agua embotellada” y que las personas que tengan “recomendación médica de una dieta restringida en sal, deberán extremar los controles de presión arterial y no descuidar sus controles médicos”.
La Comisión Honoraria para la Salud Cardiovascular de Uruguay advirtió en un comunicado que “casi el 37 por ciento de los uruguayos tiene presión arterial elevada” de los cuales un tercio “no lo sabe”. Por este motivo, el ministro de Medio Ambiente, Robert Bouvier, dijo que el agua “no es potable en la definición perfecta de potabilidad”, aunque sí “es bebible y consumible”.
¿Se solucionará el problema con la llegada de las lluvias?
Para seguir haciendo frente a la escasez de agua, este 19 de junio, el gobierno del presidente Luis Lacalle Pou declaró la emergencia hídrica, lo cual le permite reducir tiempos y simplificar procesos para llevar a cabo una obra que habilitará otra fuente de agua potable. Asimismo, el gobierno eliminará los impuestos del agua embotellada y suministrará agua gratuita a regiones con menos recursos económicos, así como a hospitales y centros de primera necesidad.
Pese a que las reservas siguen disminuyendo, el Gobierno de Luis Lacalle Pou prometió que el suministro de agua “no se va a suspender” y dijo que acelerará una licitación para adjudicar a privados el llamado “Proyecto Neptuno” con el fin de construir una represa potabilizadora pero que no desaliniza, en el Río de la Plata. Ese proyecto es fuertemente resistido por los ambientalistas.
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