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Astrofísica

Nuevos datos revelan que la actividad solar no deja de aumentar y los científicos no saben por qué

Imagen del Sol tomada por el SDO de la NASA en septiembre de 2025.

Antonio Martínez Ron

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En las dos décadas previas a 2008, las manchas y el viento solar disminuyeron tanto que los investigadores predijeron un nuevo período histórico de baja actividad del Sol. Sin embargo, nuevos datos obtenidos por la NASA indican que no fue así: muy al contrario, la actividad solar no dejó de aumentar desde entonces, sin que los astrofísicos sepan muy bien por qué. 

“Todo apuntaba a que el Sol entraría en una fase prolongada de baja actividad”, asegura Jamie Jasinski, del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA (JPL), autor principal del nuevo estudio publicado en la revista The Astrophysical Journal Letters. “Por eso fue una sorpresa ver que esa tendencia se revertía. El Sol está despertando lentamente”.  

Desde el siglo XVII, la forma de conocer la actividad del Sol es contar el número de manchas solares, regiones más frías y oscuras de la superficie, producidas por la concentración de líneas de campo magnético que desencadenan las erupciones y eyecciones de masa coronal. En este momento estamos en el ciclo solar 25, que empezó en 2019 y está siendo mucho más intenso de lo que se esperaba. 

Situación de la progresión anual del número de manchas solares desde el año 2020.

La novedad de este trabajo es que los autores analizaron datos solares a largo plazo y midieron con precisión la intensidad del viento solar, gracias a una serie de sondas de la NASA como las misiones ACE y Wind, que miden el plasma y las partículas energéticas que fluyen del Sol hacia la Tierra.

Todo apuntaba a que el Sol entraría en una fase prolongada de baja actividad. Por eso fue una sorpresa ver que esa tendencia se revertía. El Sol está despertando lentamente

Jamie Jasinski Investigador de JPL (NASA) y autor principal del nuevo estudio

Y lo que ven es que en 2008, al inicio del ciclo 24, el viento solar comenzó a intensificarse y desde entonces siguó aumentando de forma constante. “La tendencia decreciente del viento solar terminó, y desde entonces los parámetros del plasma y del campo magnético fueron aumentando de manera constante”, asegura Jasinski.

Que no cunda el pánico

Aunque sabemos que el Sol se carga y descarga magnéticamente en ciclos que duran unos 11 años (el tiempo que tarda en alcanzar el máximo solar antes de descender de nuevo hasta el mínimo), las tendencias temporales más amplias a la baja y al alza siguen siendo un misterio. De 1645 a 1715, durante un período de 70 años, las manchas solares prácticamente desaparecieron y se produjo el conocido como el Mínimo de Maunder. Décadas más tarde, entre 1790 y 1830, se produjo una pausa similar conocida como el Mínimo de Dalton.

“No sabemos realmente por qué el Sol experimentó un mínimo de 40 años a partir de 1790”, afirma Jasinski . “Las tendencias a largo plazo son mucho menos predecibles y aún no las comprendemos del todo”.

José Carlos del Toro, investigador del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC) y del S3PC (Spanish Space Solar Physics Consortium), cree que el estudio es relevante, pero recalca que nos queda mucho por saber. “Confirma que la actividad solar está aumentando y que lo que se esperaba hasta 2008, que podíamos encaminarnos a un mínimo de actividad, no parece que vaya a ocurrir”, explica. 

Evolución de las manchas solares en el tiempo.

Para Héctor Socas, experto en física solar y director de la European Solar Telescope Foundation, que no se cumpla la predicción de que vamos a un mínimo solar son buenas noticias, porque -a pesar de que una mayor actividad podría provocar un aumento de tormentas solares- las consecuencias serían más negativas si se repitieran circunstancias como el Mínimo de Maunder, al que se asocia la Pequeña Edad de Hielo en Europa. Además, advierte, lo que tenemos ahora son solo los datos de otro ciclo. “No sabemos si es una tendencia o solo una fluctuación, como muchas que hemos visto antes”, asegura.

Un golpe al negacionismo

En opinión de Socas, el resultado es valioso porque usa datos del viento solar y será un mazazo para quienes utilizaban este argumento, de que se aproximaba un mínimo solar, para decir que compensaría el calentamiento global. “Me refiero a gente como Valentina Zharkova, una investigadora que siempre bordeó la pseudociencia y a la que se le retractaron trabajos, quien se tiraba a la piscina anunciando la llegada de una glaciación”, explica. 

El valor de este trabajo, para el experto, es que confirma con datos del viento solar lo que vimos en las manchas. “Hasta ahora veníamos viendo una tendencia a la baja y ahora de repente este ciclo sube”, resume Socas. “¿Significa esto que ahora va a empezar a subir? No lo sabemos. Lo mismo es solo una fluctuación y sigue bajando después. O lo mismo se mantiene más o menos en este nivel y luego empieza a subir”. 

“Estamos muy lejos de predecir lo que pasará, porque no tenemos un modelo robusto de la evolución de la actividad solar con el tiempo”, concluye Del Toro. “Tenemos indicios y modelos que explican más o menos un gran número de los aspectos del ciclo de 11 años, pero hay otros ciclos que seguimos sin entender muy bien”.

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